Capítulo 245
El masaje sería entonces, después de todo, si algo salía mal sería responsabilidad de la embarazada que lo había exigido.

—...Está bien, por favor, acuéstese.

Sofía se recostó en el sofá: —Así está mejor. Solo cuando una es dura entienden y se mueven, típico de gente que solo entiende a las malas. En otras palabras, ¡son unas arrastradas!

La niñera se detuvo un momento, respiró profundo. ¡Tenía que aguantar!

—¿No has cenado? ¿Por qué tan suave? ¿Puedes hacerlo con más fuerza?

—...Sí, señorita.

—¡Ay! Te dije más fuerza, no que me lastimaras, ¿lo haces a propósito para llevarme la contraria?

La niñera respiró profundo nuevamente: —Disculpe, ¿esta presión está mejor?

—Supongo que sí.

—...

Media hora después, trajeron el tónico preparado, cristalino y gelatinoso, evidentemente de buena calidad y bien cocido.

La niñera había añadido un poco de miel de osmanthus que le daba un dulce aroma.

Sin embargo, Sofía solo probó un bocado antes de dejar la cuchara, frunciendo el ceño: —¿Qué sabor es e
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