El domingo por la mañana el Teniente Russo tenía en su mano el informe del Doctor Locantore, en él se demostraba como la paciente Allegra Rici había cruelmente golpeada hasta ocasionarle lesiones delicadas que ameritaban cuidado, Russo no se molestó en tener el mínimo de tacto para esperar hasta el lunes y llamar a las autoridades competentes, sino que tomó el móvil y de inmediato llamó a todo aquel que le debía favores.
En cuestión de media hora ya estaban todos informados y con una copia del informe en su casilla de correo electrónico, pidió por supuesto que nadie diera su nombre como la persona que había facilitado la información y se guardó una copia para él.
Cuando hizo el cambio de guardia le hizo jurar al siguiente agente que no la dejara sola en ningún momento.
— Debo irme ya, no la dejes con nadie, si viene el “nuevo” no le permitas entrar, ¿Está claro?
— Como diga Teniente.
— Confío en ti, por eso cambié los turnos del
— Buenas tardes, Buscamos a una paciente… — Luca se apresuró a la ventanilla de información — Ella fue traída anoche por la policía…— ¿Por la policía? Las autoridades traen personas todo el tiempo, tiene que ser más específico, señor, ¿Sufrió un accidente, fue víctima de un robo, agresión familiar…?— No, en realidad ella está detenida — Contestó Luca en baja voz.— ¡Ah….! Hubiera comenzado por ahí… ¿Es la que lanzó a una mujer a la piscina?— ¡No!— Entonces la ladrona, porque son las únicas que llegaron anoche…— ¡Sí!— ¿Sí, o no? — Preguntó la mujer confundida.— Si es la de la piscina, pero ella no lo hizo&helli
El lunes en la mañana, cuando Arianna llego a la oficina de los tribunales a solicitar el expediente del caso de Allegra no pudo evitar sentir como todas las miradas se posaban sobre ella. Arianna hubiera querido ser invisible, sabía que ese maldito video de ella saliendo de su ceremonia de bodas y Allegra siendo apresada junto a ella estaba en todas partes.Medio planeta había visto a la novia que rompió su vestido en la refriega con la policía por defender a su amiga, en algunos lugares lo habían titulado como: “Novia loca, se enfrenta a la policía por evitar que apresen a peligrosa homicida”Era mucho en verdad, y no era que ella no estuviera acostumbrada a la mala publicidad con cada caso fuerte que le había tocado manejar, pero en ninguno de ellos ella era parte del circo.Subió al elevador y cuando las pulidas puertas metálicas se cerraron se dejó caer contra la superf
Carmina regresó a Florencia muy contenta, no había pasado el fin de semana lleno de pasión y erotismo que en un principio hubiera querido, pero lo que obtuvo fue mejor que eso, ya habría muchos fines de semana más para llevar a la cama a Francesco si las cosas le salían bien, había mucho por hacer.Ahora parecía que su mejor aliada en todo este asunto era Ginevra, pensaba que el haberle dado la información del fin de semana era una prueba de su buena voluntad para con ella. ¡Ja!El punto es que necesitaba llegar cuanto antes a Florencia para entrevistarse con ella, le había enviado unas notas y ella había aceptado verla en un lugar muy chic al que solía ir a beber una copa de vez en cuando.Francesco, por su parte, estaba que se mordía las uñas por ir a la comandancia de policía a ver a Allegra, no había dicho una sola palabra desde que sali&oacu
Francesco tomó el móvil y llamo a su padre, no sabía a qué comandancia habían llevado a Allegra y necesitaba la dirección, no dejaría pasar un día más para verla, debía tenerla cara a cara y decirle todo lo que se le atragantó en la escalera del castillo, todo aquello que no pudo decirle.— Está bien papá, solo iré a decirle unas cuantas verdades…— Pero no es necesario Francesco, no te expongas a los chismes de la prensa.— A esta altura poco me importa papá, entiende que debo cerrar este maldito ciclo — Giorgio sonrió de satisfacción al escuchar hablar así a su hijo, eso demostraba que había logrado que él la odiara sin la menor duda.Francesco no tardó mucho en llegar a la comisaría, estaba un poco nervioso, pero inspiró profundo antes de entrar, se dijo a s&iacut
Fiorella no era la única que estaba escuchando el arrebato de Francesco, Ginevra también lo estaba, no era difícil suponer el porqué, el muy idiota todavía sentía algo por Allegra, eso era obvio, pero era confuso para él y para todos, la odiaba, pero también la extrañaba, y por lo que estaba sucediendo en casa en ese instante, Ginevra supo que era en extremo peligroso.Peligroso que él descubriera que todo ese infierno que llevaba dentro era que aún la amaba, a su manera, como un poco troglodita, pero como tal, peligroso al fin, tanto para ella como para sus planes.Debía asumir el control de la situación, abrió cuidadosamente la puerta de su habitación para ver por una pequeña hendija, lo suficientemente grande como para darse cuenta de que Fiorella seguía de pie en el pasillo frente a la puerta de la habitación de su hijo.Esperó
Francesco se recostó en la cama luego de que Ginevra saliera de habitación, pensó que él había sido injusto con la manera en como trataba generalmente a su cuñada, con cierto recelo, ella era una víctima, si no la más afectada, y él no había tenido nunca una verdadera cortesía con ella más que sacarla del agua aquella noche.Tan pronto puso la cabeza en la almohada, se quedó dormido. Al cabo de una par de horas los retorcijones de estómago lo despertaron trasudando frío y con unos temblores en el cuerpo que no podía controlar, le dolía terriblemente la cabeza y el abdomen estaba intocable.Se levantó torpemente y zigzagueó hasta la puerta del lavabo, al mirarse al espejo estaba demacrado y sudoroso, sintió unas arcadas imposibles de ignorar y cuando se dio cuenta estaba de cabeza en el retrete devolviendo todo el cont
Esa mañana temprano en casa de los Ferrini:— ¿Iremos a verla hoy? — Arianna preguntó a su esposo mientras seguía poniendo notitas adhesivas con rótulos a los documentos del expediente de Allegra — Creo que ya debe estar mejor, lo suficiente como para que pueda describir al atacante…— Sí, deberíamos ir más tarde… — Contestó guardando la esperanza de verla…a ella… — ¿Qué lograste con el juez?Arianna levantó la mirada de los papeles y respondió con aire de triunfo.— Logré que Antonella Sposti se interesara en el caso, me dijeron que le lleve todo esto bien organizado para que ella lo revise, y luego me dirá como actuar…— ¡Eso es maravilloso!— Sí, puede ayudarme mucho orientándome, pero no estoy segura de que le den el caso a ell
Aquella máquina seguía sonando como si estuviera poseída por un demonio.Francesco, sintiéndose totalmente inútil para hacer algo por ella, ¿Cómo podía contener los temblores de su cuerpo?, salió a llamar a una enfermera, alguien debía estar afuera para poder ayudarlo. Corrió por el pasillo dando voces y una mujer de blanco vino en su ayuda.— ¿Qué le sucede señor?Encontró a la mujer a medio pasillo y la abordó con el rostro desencajado.— Usted, por favor, ¿Puede ayudarme? Ella está teniendo un ataque, no sé qué hacer, por favor, venga conmigo.— ¿Quién?— ¡Allá! ¡Por favor ayúdela!La mujer vestida de blanco caminó a paso rápido hacia la habitación y al ver a la paciente totalmente en shock, preguntó con