Un día como hoy, se cumplen cuatro años que estoy en esta magnífica ciudad, Chicago conocida como la ciudad de los vientos es mi hogar desde que hui con mi mejor amiga así impidiendo un asqueroso matrimonio arreglado al cual querían condenar mi vida. No me arrepiento de mis decisiones y está fue una de las mejores porque al fin soy libre de las órdenes de mi padre, acá empezamos de nuevo, una carrera universitaria y un estable trabajo ayudaban a qué tuvieran una vida tranquila lejos de mi agobiante familia.
En esta ciudad podía ser quién realmente quería ser.
Cómo todas mis mañanas ingresaba a Salvatore Construcciones, mi trabajo hace exactamente tres años. Cuando entré a trabajar como secretaria, mi jefe en ese momento era Alfonso Salvatore, un hombre simpático, noble, apasionado por su trabajo que me trataba como si fuera su hija, pero lamentablemente decidió retirarse para disfrutar más tiempo con su esposa dejando en su lugar al mismísimo Nicholas Salvatore, su hijo. Todavía recuerdo ese día en que nos presentaron una torpeza de mi parte me llevó a terminar entre sus brazos antes de caer al suelo, sus ojos azules me cautivaron, pero toda esa magia se fue en el preciso momento en que sus padres nos dejaron solos para empezar a trabajar juntos. Lo que tiene de lindo lo tiene de Idiota, soberbio y egoísta, es totalmente estresante trabajar con el señor freezer.
Para mí mala suerte soportaba su carácter porque necesitaba el trabajo.
Pobre de la mujer que aguante a este jodido hombre.
— Señorita Clayton, mi agenda — su mandona voz inunda la tranquilidad de mi sector mientras lo veo pasar por delante de mí como el amo y supremo del mundo.
¡Maldito Idiota!
Buscando la agenda dónde llevó todo lo relacionado a sus horarios, lo sigo hasta su oficina mientras observo su espalda y me pierdo en su trasero enfundado en ese carísimo pantalón azul que llevaba hacer que pierda un poco el juicio. Es imposible negar la belleza de este hombre, pero con tan solo abrir la boca jode todo por completo.
Definitivamente nadie es perfecto.
— Señor Salvatore, tenemos una reunión a las doce del mediodía con Jacob Park, le dejaré los papeles del balance que pidió sobre el stock para el nuevo edificio y tengo un mensaje del abogado de su abuelo, necesita hablar con urgencia con usted — hablo profesionalmente.
—¿El abogado de mi abuelo? — pregunto confundido.
—El señor César Vitalli abogado de Alonso Salvatore, solicitó que se comunique con él — repito leyendo exactamente como me lo había dicho cuando tomé la llamada.
— ¿Le dijo algo? — cuestiona con su ceño fruncido.
— Solo que se comunique con él — vuelvo a repetirlo al mirarlo.
Muerdo mi labio inferior mirando como esa camisa que llevaba dejaba a mi vista un poco de su musculatura oculta siempre detrás de esas finísimas prendas. Aclaro mi garganta tratando de dejar de imaginarlo desnudo y justo al levantar mis ojos se encuentran con los suyos que me miran para luego gruñir.
— Retírese — ordena fríamente.
Sin perder mi seguridad salgo de la cueva del hombre hielo para poder resguardarme en la calidez detrás de mi escritorio.
Normalmente mis mañanas se basan en coordinar y responder a cada uno de sus órdenes, al ser uno de los mejores arquitectos de la ciudad su demanda de trabajo cada día era mayor. No sé puede ocultar que él es muy bueno en lo que hace y siempre te quedas impresionada ante sus maravillosos trabajos.
Media hora antes de la reunión que tenía pactada lo estaba esperando lista para irnos porque es costumbre acompañarlo para apuntalar todo lo que se habla. Cómo era de esperar sale de su oficina sin decir absolutamente nada así que suspirando lo sigo hasta su auto.
Es una tortura compartir un vehículo con una persona que no te habla y solo demuestra indiferencia.
— Apúrese, llegamos tarde — me regaña mientras le entrega la llave al chico del aparcamiento.
— Idiota —mascullo cuando la puerta del restaurante se cierra en mi cara
¿Dónde están sus modales?
Se que puedo abrir la puerta sola, pero un poco de caballerosidad no vendría mal, soy una persona no un objeto.
Comiendo mis palabras llegó a la mesa donde ya se encuentra mi jefe estrechando su mano con el idiota de Jacob Park que al verme sentí su mirada cargada de lujuria recorriendo mi cuerpo y encima para mí mala suerte me abraza generando un gran asco de mí misma, pensando internamente que cuando llegue a casa tendré que desinfectarme con cloro.
— Tan bella como siempre, Izzy — me saluda volviendo a recorrer mi cuerpo con su mirada.
— Señor Park, un placer verlo — miento acompañada de una sonrisa falsa.
— Deje de coquetear con mi secretaria y hablemos de lo que nos incumbe — soltó mi jefe enojado. En verdad no podía estar más agradecida a su intervención y sobre todo al cuidarme de esa forma que lo hizo al sentarse entre el asqueroso Jacob Park y yo.
La reunión fue demasiada tensa, mi jefe no llegó a ningún acuerdo que lo beneficie porque no le cerraba algunas cuestiones y terminó cualquier charla con Park dejando en claro que no quería nada que lo involucrara a él. Para mí suerte ya estábamos afuera esperando que nos traigan su auto cuando una corriente de aire frío pasó haciendo que me auto abrace y maldiga internamente por no haber traído mi abrigo, pero ver a mi jefe sacarse el suyo para colocarlo sobre mis hombros provoca una gran sorpresa.
¿Esto es real?
— Tiene frío — acota encogiendo sus hombros. — No quiero que se enferme y me quede sin secretaria — agrega mostrando su lado egoísta.
Cuando trajeron su auto nos subimos en sumo silencio, estaba cansada y quería llegar a la comodidad de mi departamento para solo tirarme en el sillón a descansar.
—¿De dónde se conocen? — lo miro confundida. — ¿De dónde conoce a Jacob Park? — pregunta.
— Es el novio de mi mejor amiga — contesto suspirando
— No me gustó para nada la forma en que la miró — comenta.
— Ese un idiota, no me cae bien y quiere que sea una de sus tantas amantes — contesto chasqueando la lengua, con solo nombrarlo me da asco y no entiendo como mi amiga está con alguien como él.
— Hijo de puta — lo escucho maldecir.
*****
Después de una intensa semana laboral al fin era viernes y eso significaba que luego me iría de fiesta con mis amigos para olvidar todo por unas simples horas.
Cuando ingresé a la constructora sentí la mirada de todos sobre mí, algunos hablaban entre ellos y otros me dedicaban miradas re probativas.
— Juli — digo al acercarme a la recepción donde estaba mi amiga trabajando. — ¿Tengo algo en la cara? — consulto confundida.
— ¿Izzy no viste los periódicos de hoy? — pregunta.
— No, ¿qué sucede? — inquiero frunciendo el ceño.
Mi amiga me acerca el periódico y quedó completamente helada abre ese tremendo titular acompañado de esa maldita foto fuera de contexto.
— Nicholas Salvatore enamorado — murmuro en shock. — ¡Es mentira! — exclamo alterada.
— Debes hablar con él — me aconseja Juliana marcando que justo nuestro jefe entraba muy concentrado con su teléfono ignorando los murmuros de su alrededor.
— Espero que no me despida — murmuro tomando el periódico para interceptarlo en el ascensor. — Señor Salvatore — lo detengo ganando una mala mirada de su parte.
—¿Qué sucede? — pregunta.
— ¿No vio los periódicos? — consulto al entregarle el maldito papel.
— ¡Mierda! — exclama cuando lee el titular. — Ahora lo entiendo — agrega al mirarme a los ojos — Hablemos arriba — me ordena mientras subimos al piso donde trabajamos.
Como una tonta lo sigo hasta su oficina mientras él sigue leyendo las calumnias de ese periódico de como tenemos una relación secreta hace más de dos años y que nos amamos profundamente.
— ¿Qué haremos? —
—Deje que me ocupe de esto señorita Clayton, retírese de mi oficina — pide de mala manera provocando que mi nivel de ansiedad crezca notablemente.
Tenía la sensación de que iba a despedirme.
Para una persona que no sabe manejar la ansiedad como es mi caso se me estaba haciendo demasiado complicado concentrarme en el trabajo, estoy a nada de desmayarme o de un ataque de pánico, sé que exagero en mis reacciones, pero mi cuerpo es una montaña rusa de emociones en este momento.
— Venga conmigo, señorita Clayton — su voz me sobresalta.
— ¿A dónde vamos? — consulto tomando mis cosas.
— Sígame y no hable — ordena tecleando en su celular.
Siguiendo sus órdenes lo sigo, bajo mi cabeza mirando mis pies cuando salimos por la recepción de la constructora, todos nos observan, pero no entendía como los sacaríamos del error que entre nosotros no pasaba absolutamente nada solo una relación laboral.
Mientas íbamos en su auto ninguno es capaz de decir algo, mi jefe está enojado mientras que mi estado de nerviosismo reflejaba que estoy a nada de colapsar, encima ver qué nos alejábamos de la ciudad no ayudaba mucho.
¿A caso me está secuestrando?
¿Dónde dominios estamos?
Sin decir absolutamente nada se detiene en los portones de una gran mansión que se abrieron ante nosotros y el señor Salvatore se detuvo cerca de la entrada principal de la casa.
— Sígame la corriente — dice nervioso.
— ¿Qué debo hacer? — consulto desconcertada.
— Sígame la corriente y solo confirmé cada palabra que diga — agrega bajando de su auto.
Completamente confundida y con miles de preguntas bajo de su auto para seguirlo mientras las grandes puertas se abren y un hombre mayor nos recibe con una gran sonrisa.
— Bienvenido Nick — me mira. — Señorita. Sus padres están en el salón principal — le cuenta mientas nos va guiando por el interior de este majestuoso lugar.
— Gracias Peter — responde y no puedo evitar mirarlo anonadada porque era una de las primeras veces que lo observaba siendo cortés con alguien.
Sin quitar mis ojos de su paso lo sigo incómoda hasta que nos debemos en un gran salón donde hay una pareja riendo con mucha complicidad.
— Mamá, papá — capta su atención haciendo que dos pares de ojos que conocía hace años me observen con una gran sonrisa. — Como pidieron, les presento a Isabel Clayton, mi novia — declara muy seguro de sus palabras.
¿Su novia?
¿Qué demonios le sucedía a este hombre?
Me sentía en una especie de trance espiritual, mi mirada estaba enfocada en los rostros de los señores Salvatore que tenían una gran sonrisa por la absurda mentira que su hijo está diciendo. Si esto es su manera de resolver los problemas está absolutamente equivocado porque ahora me sentía más nerviosa por esta situación.¡Esperen un momento!¿Dónde están las cámaras?Empezaba a pensar que todo esto es una especie de broma porque no le encuentro lógica a todo, parece irreal.¿Su novia? ¿Sus padres?¿Dónde demonios me estoy metiendo?— Bienvenida a nuestra casa, Isabel — me saluda mi exjefe.No, definitivamente esto no es una broma porque el sutil codazo que me acaba de dar mi jefe hizo darme cuenta de que todo es absolutamente real.— Hola — digo avergonzada.&
NicholasUna maldita foto me metió en un gran problema con mi madre, no dejó que le expliqué absolutamente nada y ahora estaba metido en demasiadas mentiras que incluía a mi secretaria en todo esto. Ella no estaba contenta fingiendo ser mi novia, soy el hombre que todo mujer desea no sé porque no le gusto, es una afortunada y no se da cuenta, pero volviendo al gran caos que hay en mi vida no tenía idea de cómo salir de todo sin que mi mamá me odié en el intento.¿Cómo saldría de este problema?Para una persona que tiene toda controlado esto que se estaba saliendo de mis manos me estaba volviendo loco.— Nicholas Salvatore enamorado — escucho la voz de mi hermana mientras entra a mi departamento con una jodida llave que ella sola se mandó hacer.— Cierra la boca — gruño.— Ni el amor lo vuel
Una fuerte luz filtraba por la ventana, el jodido sol no dejaba que siga durmiendo y el maldito dolor de cabeza también tienta mis planes de solo dormir hasta desaparecer mi resaca. Había superado todos mis límites notablemente mis límites, pero ver a mi jodido jefe en el Soul involucrando a mis amigos también en sus absurdas mentiras. A ese hombre no le bastaba con hacer mi vida completamente miserable que ahora teníamos a más personas involucradas en el caos.&
Saber que era lunes y debía volver a trabajar conlleva tener que enfrentar a mi odioso jefe nuevamente, después del caótico finde semana que solamente quería borrar de la cabeza me hacía recapacitar para tratar de comportarme de la mejor manera profesional ante él y contener todo mi odio ante ese hombre.&n
Nicholas.Cada día estoy metido en más problemas por culpa de esta estúpida mentira, mis padres y ahora Francesca adoran demasiado a Isabel y no entendía como esa mujer se los ganó tan rápido, empezaba a molestar que mi madre pregunte constantemente por ella a cada momento. Por suerte, mi hermano no opinaba sobre el tema a diferencia de mi mejor amigo Julián, que solo repetía que todo se iría al carajo si seguía con las mentiras y encima para completar el jodido abogado de mi difunto abuelo no dejaba de buscarme así que no tenía otra opción que ir a verlo.Odio las impuntualidades.—Bienvenido Nicholas — me saluda estrechando su mano con la mía.— Aquí me tienes César, ¿A qué se debe su ferviente insistencia? — digo luego de saludarlo.— Tengo noticias — lo miro d
El intenso ruido en mi oído me hizo abrir con miedo mis ojos, recordaba todo lo sucedido y temía que Antonio haya cumplido su cometido viviendo en Los Ángeles ese calvario del que había huido, todo se esfumó al darme cuenta de que estaba en la habitación de un hospital y a mi lado se encontraba mi jefe durmiendo muy incómodo en una silla. No quería despertarlo, se notaba el cansancio en su rostro.&
Casi un mes me llevó mi recuperación, estar al cuidado de mis mejores amigos fue una tortura porque no dejaban que salga de la cama todas estas semanas, pero al fin era momento de volver a trabajar y debía reconocer que había extrañado a mi jefe, aunque me llamaba cada noche preguntando cómo estaba no era lo mismo que tenerlo enfrente mío soportando su odioso humor.&nbs
Nicholas.Todas estas semanas no verla, me había hecho sentir su falta más con lo eficiente que es cuando se trata de manejar mi vida laboral de la mejor manera que ella solo sabe hacerlo.Nadie tenía comparación con Isabel.Tenerla nuevamente cerca mío tuve ganas de abrazarla porque en verdad la extrañaba y contuve todo eso porque sabía que no era correcto.Saber que la tendría de nuevo a unos pasos mío, por unas horas solo para mí y sin tener que compartirla con nadie me perturba bastante. Ella es mi salvación y sé que no es justo lo que haría, pero no tengo opción, será mi esposa como de a lugar. Ese beso que nos dimos solo terminó de confirmar que teníamos una buena química que no podía desaprovechar.Isabel Clayton será mi esposa.Después de besarla hui como un cobar