Nicholas
Una maldita foto me metió en un gran problema con mi madre, no dejó que le expliqué absolutamente nada y ahora estaba metido en demasiadas mentiras que incluía a mi secretaria en todo esto. Ella no estaba contenta fingiendo ser mi novia, soy el hombre que todo mujer desea no sé porque no le gusto, es una afortunada y no se da cuenta, pero volviendo al gran caos que hay en mi vida no tenía idea de cómo salir de todo sin que mi mamá me odié en el intento.
¿Cómo saldría de este problema?
Para una persona que tiene toda controlado esto que se estaba saliendo de mis manos me estaba volviendo loco.
— Nicholas Salvatore enamorado — escucho la voz de mi hermana mientras entra a mi departamento con una jodida llave que ella sola se mandó hacer.
— Cierra la boca — gruño.
— Ni el amor lo vuelve más educado — dice Julián, mi mejor amigo.
Maldigo estos momentos donde invaden mi espacio personal.
— ¿Cómo es eso que estás enamorado, hermanito? — inquiere Francesca al sentarse a mi lado con una sonrisa divertida.
— No te importa — contesto molesto.
— ¡Oh, m****a! — exclama mi mejor amigo. — Ella es tu sexy secretaria — agrega anonadado mientas ve la foto que estaba en el periódico.
— No le digas sexy — digo cabreado. Juro que si volvía a escuchar algo así de su boca le rompería la cara.
— Celos, interesante — acota Fran enarcando una de sus cejas.
— ¡Váyanse de mi departamento! — grito furioso.
— Me voy porque debo seguir organizando el aniversario de nuestros padres — manifiesta mi hermana tomando su casa para irse de una buena vez de mi departamento.
Uno menos ahora debía deshacerme del otro.
— No me iré Nick — asegura Julián al ver mis intenciones.
— ¿No tienes una vida? — inquiero recibiendo un vaso de whisky que me sirve.
— Lo tengo, pero ahora quiero saber ciertas cosas que no me cierran — habla clavando su mirada inquisidora. — ¿Por qué le mentiste de esa forma a tus padres? Ellos no se merecen esto — agrega con seriedad.
— Esa maldita foto arruinó todo — mascullo irritado.
— Podrías haberles dicho la verdad y no subirte al tren de las mentiras — acota rodando sus ojos.
— ¿Sabes quién es mi madre? — Julián asiente. — Giulia Salvatore no me dio chances de sacarla de su error — agrego bufando.
Mi madre es muy peculiar y cuando algo tenía en la cabeza era imposible sacarla de su error.
— Tu secretaria es bellísima, la verdad que podrías intentar algo — sugiere.
— No quiero nada con ella, solo poder acabar rápido con toda esta farsa — aseguro mientras le doy un sorbo a mi vaso de whisky.
— Ella es una buena chica ... —
— Te dije que no, no me interesan las relaciones serías — digo molesto.
— Cierto, había olvidado que mi mejor amigo nació sin corazón — comenta divertido.
— Tanto dices de relaciones, pero no veo que tú tengas algo serio — contraataco mirándolo.
— Todavía no llegó la indicada — se encoge de hombros. — Así que hasta que aparezca la indicada seguiré follando con la equivocada — se justifica racionalmente.
La verdad que su lógica es irrefutable tenía buenos puntos.
Mi amigo me arrastró a salir esa noche, no quería, pero el muy bastardo me amenazó diciendo que si no iba le dirá a mi madre que le estoy mintiendo y nadie quiere ver a esa mujer enojada porque estoy seguro de que mi vida correría peligro con ella en ese estado.
— Odio este lugar — me quejo cuando entramos al Soul Night.
— Está moda y es sumamente exclusivo con la privacidad — me recuerda mientras subimos al acceso VIP.
No quiero estar acá y mi cara lo refleja.
— Un Whisky doble — pido justo recorriendo con mi mirada el lugar. Había un grupo de tres personas que hacían más barullo de lo normal y observo como la rubia enfundada en un sexy vestido rojo que estaba de espaldas se sube a la pequeña mesa donde estaban y empezó a bailar mientras los que la acompañaban alentaban a qué siga dándonos ese espectáculo.
— Ella es mía — sentencia Julián.
— Tuya — digo sin importancia
Mis ojos se negaban a dejarla de observarla, ese color de vestido, el movimiento de sus caderas, su trasero y su cabello ondulado rubio la hacía un imán de miradas hasta que se giró dejando a mi vista quién era.
— ¿Esa no es ... —
— Mi novia — mascullo enojado.
— Iba a decir tu secretaria y m****a Nick que ella es caliente — comenta sin dejar de mirarla.
— ¡No mires a mi novia! — siseo mirándolo de la peor forma.
Estoy que explota del enojo, le había advertido que debía comportarse porque de mí los malditos periodistas podían decir cualquier cosa, pero no dejaría jamás que digan de ella cosas que no son ciertas.
— ¡Espera Nick! — trata de detenerme.
— Creo que teníamos un acuerdo — digo levantando la voz sobre la música y provocando que ella se gire, trastabille y caiga a mis brazos para que nuestras miradas se encuentren.
— Señor Salvatore — dice sorprendida.
— Lugar público, no me llames de esa forma — gruño ayudándola a ponerse de pie.
— ¿Y tú eres? — consulta el hombre que se encontraba a lado de la mujer de pelo negro que me miraba asustada.
— Nicholas Salvatore, su novio — digo con firmeza.
— Espera — me detiene abriendo bien gran sus ojos.
— ¿No vas a presentarnos, cariño? — pregunto con ironía.
— No me hagas esto — suplica.
— Tarde — acoto sonriendo falsamente.
— Nicholas — aparece Julián llegando a dónde estábamos.
— Amigo, ella es Isabel, mi novia — declaro de manera posesiva.
¿Desde cuándo era posesivo?
— Señor De Luca — dice Isabel mirando a mi amigo.
— Nicholas Salvatore — me presento a sus amigos.
— Esto si es una sorpresa — habla el hombre que las acompaña. — Jackson Soul, amigo de Izzy — agrega estrechando su mano con la mía.
— ¿Soul? — pregunta Julián.
Sonríe. — Soy el dueño de este lugar — afirma.
— ¿Podemos hablar un minuto? — me pide mi secretaria.
Asiento a su pedido, nos alejamos por el largo pasillo hasta que entramos a una oficina donde se podía ver casi todo el lugar y cuando la miro nuevamente su mano impacta en mi mejilla tomándome por sorpresa.
— Cada vez mete a más personas en su mentira — dice molesta.
— Le recuerdo que los dos estamos en vueltos en esto — digo sobando mi mejilla.
— No tuve opción enfrente de sus padres y no quería que mis amigos estén involucrados, pero como usted siempre hace lo que quiere ahora vea lo que causó — exclama ofendida.
— Demasiado tarde, le dije que debía comportarse y vea cómo está — comento marcando su vestido extremadamente sexy que evitó mirar porque estaba ocasionando un efecto que no quería.
Isabel me mira indignada. — Escuche bien señor cavernícola, mi vida, mi cuerpo y me visto como se me da la puta gana — declara con una fulminante mirada.
— No me hable de esa forma — siseo encabronado con esta mujer.
— Le hablo como quiero porque aquí no es nada — me desafía.
La señorita Clayton me empuja saliendo de la oficina para volver con sus amigos, Julián me observa intrigado y juro que estoy sumamente furioso con ella. Está claro que no dejaré que ningún hombre se acerque y muchos menos que cometa una locura, voy a impedir cualquier cosa, si me tengo que pegar a ella como un chicle no iba a dudar en hacerlo.
Una fuerte luz filtraba por la ventana, el jodido sol no dejaba que siga durmiendo y el maldito dolor de cabeza también tienta mis planes de solo dormir hasta desaparecer mi resaca. Había superado todos mis límites notablemente mis límites, pero ver a mi jodido jefe en el Soul involucrando a mis amigos también en sus absurdas mentiras. A ese hombre no le bastaba con hacer mi vida completamente miserable que ahora teníamos a más personas involucradas en el caos.&
Saber que era lunes y debía volver a trabajar conlleva tener que enfrentar a mi odioso jefe nuevamente, después del caótico finde semana que solamente quería borrar de la cabeza me hacía recapacitar para tratar de comportarme de la mejor manera profesional ante él y contener todo mi odio ante ese hombre.&n
Nicholas.Cada día estoy metido en más problemas por culpa de esta estúpida mentira, mis padres y ahora Francesca adoran demasiado a Isabel y no entendía como esa mujer se los ganó tan rápido, empezaba a molestar que mi madre pregunte constantemente por ella a cada momento. Por suerte, mi hermano no opinaba sobre el tema a diferencia de mi mejor amigo Julián, que solo repetía que todo se iría al carajo si seguía con las mentiras y encima para completar el jodido abogado de mi difunto abuelo no dejaba de buscarme así que no tenía otra opción que ir a verlo.Odio las impuntualidades.—Bienvenido Nicholas — me saluda estrechando su mano con la mía.— Aquí me tienes César, ¿A qué se debe su ferviente insistencia? — digo luego de saludarlo.— Tengo noticias — lo miro d
El intenso ruido en mi oído me hizo abrir con miedo mis ojos, recordaba todo lo sucedido y temía que Antonio haya cumplido su cometido viviendo en Los Ángeles ese calvario del que había huido, todo se esfumó al darme cuenta de que estaba en la habitación de un hospital y a mi lado se encontraba mi jefe durmiendo muy incómodo en una silla. No quería despertarlo, se notaba el cansancio en su rostro.&
Casi un mes me llevó mi recuperación, estar al cuidado de mis mejores amigos fue una tortura porque no dejaban que salga de la cama todas estas semanas, pero al fin era momento de volver a trabajar y debía reconocer que había extrañado a mi jefe, aunque me llamaba cada noche preguntando cómo estaba no era lo mismo que tenerlo enfrente mío soportando su odioso humor.&nbs
Nicholas.Todas estas semanas no verla, me había hecho sentir su falta más con lo eficiente que es cuando se trata de manejar mi vida laboral de la mejor manera que ella solo sabe hacerlo.Nadie tenía comparación con Isabel.Tenerla nuevamente cerca mío tuve ganas de abrazarla porque en verdad la extrañaba y contuve todo eso porque sabía que no era correcto.Saber que la tendría de nuevo a unos pasos mío, por unas horas solo para mí y sin tener que compartirla con nadie me perturba bastante. Ella es mi salvación y sé que no es justo lo que haría, pero no tengo opción, será mi esposa como de a lugar. Ese beso que nos dimos solo terminó de confirmar que teníamos una buena química que no podía desaprovechar.Isabel Clayton será mi esposa.Después de besarla hui como un cobar
NoNoNoEsto no puede ser real, me pellizco pensando que solo era un sueño, para mí mala suerte no lo era y por eso volví a mirar a mi jefe que tenía su ceño fruncido esperando una respuesta de mi parteNunca me casaría con él.— ¡Está loco! — exclamo alterada tomando todas mis cosas para huir en ese preciso momento.— No grite — me detiene. — No estoy loco señorita Clayton, se casará conmigo le gusta o no — ordena.Lo miro anonadada. — ¿Casarnos? — río sin una pizca de gracia. — Es un demente, no puedo obligar a una persona a casarse si no quiere — digo cabreada.Bufo molesto. — No tiene nada malo que nos casemos, tenemos demasiada química ente nosotros y ese beso lo dejó todo claro. Te deseo y tú a mí ¿Qué hay de malo? — se
Aunque no quería, no tuve opción que dejarlo pasar a mi departamento, ninguno dijo nada mientras subíamos por el ascensor, de hecho, lo notaba molesto y ya de verdad estaba cansada de él.¿Cuántos años de condenan me darían por matarlo?Mi lado más sensato era el que impedía que todo eso suceda.Nicholas Salvatore saca lo peor de mí.¿Hasta cuánto más tendría que soportar a este loco hombre?Suspiré frustrada dejando que ingrese a mi dulce hogar, mientas él observaba todo aprovecho a quitarme los tacones porque mis pies pedían a gritos que lo haga.— ¿Cuántos novios más aparecerán? — pregunta de repente.Lo miro mal mientas el idiota tiene su ceño fruncido esperando mi respuesta, estaba tan cabreada que no dudé en lanzarle el tacón que sostenía