Nicholas.
Cada día estoy metido en más problemas por culpa de esta estúpida mentira, mis padres y ahora Francesca adoran demasiado a Isabel y no entendía como esa mujer se los ganó tan rápido, empezaba a molestar que mi madre pregunte constantemente por ella a cada momento. Por suerte, mi hermano no opinaba sobre el tema a diferencia de mi mejor amigo Julián, que solo repetía que todo se iría al carajo si seguía con las mentiras y encima para completar el jodido abogado de mi difunto abuelo no dejaba de buscarme así que no tenía otra opción que ir a verlo.
Odio las impuntualidades.
—Bienvenido Nicholas — me saluda estrechando su mano con la mía.
— Aquí me tienes César, ¿A qué se debe su ferviente insistencia? — digo luego de saludarlo.
— Tengo noticias — lo miro desentendido — Cuándo tu abuelo murió dejó una cláusula en su testamento que debía ser leído en el momento de que uno de sus cuatro nietos decida casarse — no comprendía a dónde quería ir. — Tu primo Adriano — hago una mueca de desagrado, se me es imposible ocultar lo mal que me cae al tan solo escuchar su nombre, todo lo que venga de él o lo involucrara siempre traía consecuencias. —Se va a casar — agrega mirándome con seriedad.
—¿Y en qué me afecta eso? — inquiero sin entender su punto.
—Tu abuelo dejó una cláusula que la totalidad del control de la empresa se la quedaría su primer nieto que se casará, si Adriano es el primero en casarse como dice perderás la empresa — declara tomándome por sorpresa.
— ¡No! — exclamo. — Es mi empresa hace dos años, mi padre la puso en lo alto mientras ese viejo decrépito solo buscaba denigrar a mi madre y el otro idiota se la pasaba jugando con la mafia. Nadie va a quitarme lo que me pertenece porque todo lo que es hoy Salvatore Construcciones es gracias a mi padre y a mí — digo completamente cabreado.
— Por eso te estoy comunicando primero, sé que la empresa tiene el renombre que tiene gracias a Alfonso y ahora por ti. Se que no tuviste la suerte de conocer a tu abuela, pero ella hubiera estado muy orgullosa de los logros que hicieron comandando el legado del apellido con mucha dedicación — asegura sonriendo.
—¿Entonces que debo hacer? — pregunto encabronado por esta mala jugada que hizo mi abuelo, sé que nunca fui de su agrado porque supuestamente piensa que no soy hijo de mi padre, hasta el más tonto se daría cuenta que si lo soy, somos parecidos hasta en el carácter, pero ese viejo nunca me aceptó tampoco me importaba hasta ahora que quiere joderme la vida con esa maldita cláusula.
— La única opción factible es algo complicado ... —
—Dime — exijo saber.
— Creo que deberías casarte — responde sin titubear.
Al escucharlo quedó completamente estático, ¿casarme? Siento que estoy a nada de desmayarme, esto tiene que ser broma o un mal sueño.
— No ... debe haber otra opción — murmuro en shock.
— Trato de buscarla, tu padre tiene la totalidad de las acciones, pero el directorio de la empresa solo lo ocupará el primer nieto que se case así lo dejó estipulado antes de morir tu abuelo — me lee ese jodido documento.
Ni muerto ese viejo deja de jodernos la vida.
— Lo dices tan fácil — me río sin una pizca de gracia. — ¿Cómo si fuera tan fácil casarse? — reclamo irónicamente.
—Es eso o pierdes todo — acota sin un poco de compasión. —¿Es consciente de lo que me pide? —
— Lo estoy y también vi en los periódicos que sales hace meses con una hermosa mujer ¿qué hay de ella? Nunca la viste como tú esposa, la madre de tus hijos ... —
¡Mierda!
Este hombre me estaba hablando de mi secretaria, está maldita mentira cada día se complicaba más y más
— César — lo detengo abrumado.
— Piénsalo Nicholas, creo que la empresa vale el sacrificio — asegura sonriendo.
¿Este hombre entendía lo que me estaba pidiendo?
Disculpándome me retiro porque en verdad comenzaba a faltarme el aire, es demasiado para mí día.
Cuando desperté está mañana no imaginaba que ahora supuestamente debía buscar una esposa para salvar la empresa que tanto sacrificio hizo mi padre. No tenía opciones, si esa es la solución lo iba hacer, ahora debía buscar una esposa y creo que en mente ya sabía quién es perfecta para ese papel, Isabel es la única mujer en la que confío ciegamente, nunca me engañaría, pero como carajos voy y le digo que nos vamos a casar.
¿Cómo si fuera tan fácil?
Se que me mandará a la m****a y conociendo ese carácter que carga no tomaría para nada bien mi idea del casamiento.
Estaba tan abrumado que por primera vez había desistido de ir a trabajar, necesitaba tiempo a solas y sobre todo pensar con calma cada uno de mis pasos antes que Adriano se me adelante en la jugada, está vez no dejaría que se quede con lo que me pertenece.
Traté de alejarme de la empresa, pero por inercia me encontraba estacionando mi auto en la constructora y suspirando frustrado mientras subía a mi oficina pensando como demonios saldría de todo esto.
Todo en mi vida es un caos.
Volví a suspirar cansado cuando llegué a mi piso de trabajo y me detuve involuntariamente al verla tirada en el suelo que no dudé en correr para socorrerla, respiraba tan lentamente, en su cuello tenía unas marcas.
¡La estrangularon!
¿Quién carajos la tocó?
Al no ver signos de respuestas de su parte, la cargué en mis brazos y sin importar nada salí con ella entre mis brazos porque debía llevarla a qué la atiendan.
— Nicholas, no estoy de humor … — contesta mi hermano al responder mi llamada.
— Giovanni, necesito tu ayuda voy de camino al central — le informo mientras me metía en las calles de Chicago desesperado.
— ¿Qué sucede Nick? — consulta preocupado.
— Es Isabel, mi novia. Creo que alguien trató de matarla — digo apretando con fuerza mi quijada y el volante del auto. Tenía mucho enojo por no cuidarla, saber que podría haberla perdido me afectaba bastante y mataría al malnacido que le hizo esto.
— Ya te estoy esperando con un equipo — dice mi hermano del medio.
Solo en siete minutos me encontraba aparcando en la entrada del hospital central de Chicago dónde ya Giovanni me esperaba junto a cuatro personas más y ante mis ojos la sacaron del auto, la pusieron en una camilla para ingresarla dejándome sola detrás de esas puertas que decían cuidados intensivos.
¿Quién demonios te hizo esto?
*****
Llevaba casi dos horas esperando que me informen algo, nadie decía nada y literalmente caminaba por las paredes debido a mis jodidos nervios hasta que divisé a mi hermano acercándose a dónde estaba, su cara no me gustaba para nada.
—¿Cómo está? — pregunto impaciente.
— Nicholas por suerte llegaste a tiempo porque pudimos estabilizarla, los medicamentos que le suministraron la harán descansar por unas horas para que las cuerdas vocales se desinflamen y podamos evaluar alguna secuela. No presenta ningún signo de un ataque sexual de igual forma la policía fue informada — suspiro. —Necesito explicaciones — agrega cruzando sus brazos.
— Cuando llegué a la constructora la encontré así — le cuento furioso conmigo mismo.
— Intentaron matarla Nick, las marcas son obvias, ¿tienes idea de quién pudo ser? — niego frustrado. — Es tu novia algo debes saber de ella — comenta frunciendo su ceño.
—Ojalá tuviera respuestas, estoy a nada de romper la pared, quiero que despierte y me diga todo porque meteré preso al hijo de puta que se atrevió a lastimarla — sentencia.
Mi hermano esboza una sonrisa. — Así que ella — hace una pausa mirándome — la que descongeló tu frío corazón, la famosa Isabel y déjame decirte que es muy hermosa — acota divertido.
— No estoy para tus estupideces — mascullo.
— Lo siento no es el momento, pero te recomiendo que hables con sus padres por ahí tienen las respuestas que a ti te faltan — sugiere.
— No se hable con sus padres — comento recordando lo que le había dicho a mi madre esa tarde.
— Algún amigo o algo parecido, necesitamos respuestas —
— Gracias Giovanni — digo abrazándolo cosa que nos toma sorpresa a ambos.
—Ella estará bien — afirma palmeando mi hombro.
Mi hermano se retira porque debía ver a otros pacientes y me siento en la sala de espera sin saber a quién llamar porque no tenía idea de nada sobre la vida de Isabel hasta que en mi cabeza se me vino la cara de su amiga, la que conocí esa noche y que casualmente también trabajaba en mi empresa.
Todavía no me dejaban verla, caminaba por el pasillo como animal enjaulado hasta que la voz de una mujer de pelo rojizo apareció por el pasillo y al verme caminó directo a mi encuentro.
— ¿Eres Nicholas Salvatore? — asiento extrañado. — ¿jefe de Isabel? — agrega achinando sus ojos.
— Soy un novio — respondo de manera posesiva.
Empezaba a creer que me estaba creyendo mis propias mentiras.
La mujer me mira sorprendido. — No sabía de eso, soy Catalina Durán, su mejor amiga — se presenta estrechando su mano. — Juliana me comentó algo, pero quiero saber lo que sucedió — agrega.
— No lo sé — suspiro. — Trataron de matarla mientras no estaba está mañana en la constructora — le cuento apretando nuevamente la quijada.
— ¡Qué! — chilla. — ¿Sabe quién fue? — niego. — Dígame que su empresa tiene cámaras —
— Si — respondo confundido.
—Por favor necesito ver las grabaciones tengo una intuición de quién es el responsable — dice con odio.
— ¡Cómo! — grito. — Quiero saber — exijo encabronado.
— Creo que el ex novio de Izzy — declara.
Mi sangre hierve de la furia y tengo ganas de matar a ese hijo de puta.
— Señorita Durán, mi amigo vendrá para acompañarla y si sus sospechas son ciertas hoy mismo pondré a ese bastardo tras las rejas — sentencio con firmeza.
Si ese tipo es el responsable pagaría por todo, soy capaz de matarlo con mis propias manos y sé que suena loca mi reacción, pero dentro mío tenía la necesidad de cuidarla de ahora en adelante. No pienso dejarla sola, la voy a proteger de todo y todos, mientras esté a mi lado nadie volverá a lastimarla, es una promesa y cumplo siempre lo que digo.
El intenso ruido en mi oído me hizo abrir con miedo mis ojos, recordaba todo lo sucedido y temía que Antonio haya cumplido su cometido viviendo en Los Ángeles ese calvario del que había huido, todo se esfumó al darme cuenta de que estaba en la habitación de un hospital y a mi lado se encontraba mi jefe durmiendo muy incómodo en una silla. No quería despertarlo, se notaba el cansancio en su rostro.&
Casi un mes me llevó mi recuperación, estar al cuidado de mis mejores amigos fue una tortura porque no dejaban que salga de la cama todas estas semanas, pero al fin era momento de volver a trabajar y debía reconocer que había extrañado a mi jefe, aunque me llamaba cada noche preguntando cómo estaba no era lo mismo que tenerlo enfrente mío soportando su odioso humor.&nbs
Nicholas.Todas estas semanas no verla, me había hecho sentir su falta más con lo eficiente que es cuando se trata de manejar mi vida laboral de la mejor manera que ella solo sabe hacerlo.Nadie tenía comparación con Isabel.Tenerla nuevamente cerca mío tuve ganas de abrazarla porque en verdad la extrañaba y contuve todo eso porque sabía que no era correcto.Saber que la tendría de nuevo a unos pasos mío, por unas horas solo para mí y sin tener que compartirla con nadie me perturba bastante. Ella es mi salvación y sé que no es justo lo que haría, pero no tengo opción, será mi esposa como de a lugar. Ese beso que nos dimos solo terminó de confirmar que teníamos una buena química que no podía desaprovechar.Isabel Clayton será mi esposa.Después de besarla hui como un cobar
NoNoNoEsto no puede ser real, me pellizco pensando que solo era un sueño, para mí mala suerte no lo era y por eso volví a mirar a mi jefe que tenía su ceño fruncido esperando una respuesta de mi parteNunca me casaría con él.— ¡Está loco! — exclamo alterada tomando todas mis cosas para huir en ese preciso momento.— No grite — me detiene. — No estoy loco señorita Clayton, se casará conmigo le gusta o no — ordena.Lo miro anonadada. — ¿Casarnos? — río sin una pizca de gracia. — Es un demente, no puedo obligar a una persona a casarse si no quiere — digo cabreada.Bufo molesto. — No tiene nada malo que nos casemos, tenemos demasiada química ente nosotros y ese beso lo dejó todo claro. Te deseo y tú a mí ¿Qué hay de malo? — se
Aunque no quería, no tuve opción que dejarlo pasar a mi departamento, ninguno dijo nada mientras subíamos por el ascensor, de hecho, lo notaba molesto y ya de verdad estaba cansada de él.¿Cuántos años de condenan me darían por matarlo?Mi lado más sensato era el que impedía que todo eso suceda.Nicholas Salvatore saca lo peor de mí.¿Hasta cuánto más tendría que soportar a este loco hombre?Suspiré frustrada dejando que ingrese a mi dulce hogar, mientas él observaba todo aprovecho a quitarme los tacones porque mis pies pedían a gritos que lo haga.— ¿Cuántos novios más aparecerán? — pregunta de repente.Lo miro mal mientas el idiota tiene su ceño fruncido esperando mi respuesta, estaba tan cabreada que no dudé en lanzarle el tacón que sostenía
Nicholas.Lo reconozco, soy el peor ser humano de este mundo por aprovecharme de la vulnerabilidad de una mujer, pero la necesitaba y ella a mí. Esto es un gran intercambio de favores, Isabel será mi esposa, ambos nos ayudaríamos, lo que significaba que mantendría mi empresa y la protegería de su nefasta familia porque no iba a permitir que su padre vuelva a intentar a ponerle una mano encima. Recordar eso generaba una furia incontrolable en todo mi cuerpo porque no quiero imaginar que hubiera sucedido si no la seguía, por eso quería matarlo por haberla asustado como lo hizo, ese hombre no me conocía y no tiene idea de lo que soy capaz de hacer cuando se meten con uno de los míos.&n
¿En qué momento dejé que mi vida cambie de forma tan drástica? Como no recordar ese momento, si todo se volvió un caos el día que precisamente seguí cada una de las malditas mentiras de mi amado jefe, noten el sarcasmo. A partir de ahí todo cambió, ahora debía andar por la vida con dos roperos, Phil y Frank, mi guardaespaldas sumamente innecesario, pero la terquedad de Nicholas había ganado anoche. Luego del reencuentro co
¿Mis días nunca volverán a ser normales?¿Solo ruego un lunes tranquilo? ¿Es mucho pedir?&n