Ya estábamos muy cerca de mi casa, cuando el teléfono comenzó a sonar, lo descolgué sin tan siquiera ver de quién se trataba.
Me bajé del auto y esperé impaciente a que aquel estúpido viniese a por mí. Estaba en la calle Magnolia, a altas horas de la noche con aquel vestido con un corte sensual, negro con flores naranjas, con el cabello alborotado, esperando a que aquel tipo llegase.
Me toqué los hombros, echando en falta una chaqueta, que había olvidado en el coche de mi amiga.
Cuando Kevin llegó le miré boquiabierta, no a él, en realidad, estaba perpleja por la moto en la que había llegado, era toda una belleza, y lo cierto es que entiendo de motos más de lo que imagináis.
Me lanzó el casco de media cabeza sin tan siquiera mirarme. Lo cogí al vuelo y lo acomodé sobre mi cabeza, para luego quitarme los tacones y agarrarlos en una mano.
Me subí a la moto, escuchando como él le metía las marchas, provocando un maravilloso sonido en ella. Aquello era como música para mis oídos, realmente amaba aquel sonido.
Agarré su chaqueta, con ambas manos, bastante separada de él, ya que no quería volver a tocarle, estaba demasiado enfadada con él para hacerlo. Él sonrío al notar lo que estaba haciendo, y aceleró aún más, haciendo que me aferrase a su espalda, con fuerza, temiendo caer de aquella motaza.
Cuando ya me había acostumbrado al sonido de la moto, al calor de su espalda sobre mi pecho, aminoró la marcha, frenando suavemente, frente a mi amiga Meryem.
Dejé de abrazarle tan pronto como sentí la mirada de mi amiga sobre la mía, y me dispuse a bajar de la moto.
Entré en la discoteca con mi amiga, era la que estaba justo en frente de la de Dante, cosa que me pareció bastante divertida, ahora entendía cómo es que Kevin y Meryem se habían encontrado tan rápidamente.
Llegué hasta la barra y pedí un Cosmopolitan, mientras mi amiga se pedía un Martini. Me agarré el pelo con dos dedos, y comencé a bailar junto a ella, de camino hacia la pista, mientras sentía la mirada de Kevin, que parecía hallarse allí, junto a Jonas, Paul, David, Marcus y Diego.
Sonreí divertida, al ver la cara de incredulidad de Kevin cuando nuestras miradas se cruzaron.
Enmudecí tan pronto como me percaté de que los chicos se acercaban hacia nosotras. Y casi me caigo del susto cuando Diego me agarró de la cintura y me dio un par de besos.
Miré hacia aquella mano y luego hacia su dueño, percatándome de que era Kevin, quien seguía aferrándose a mí de aquella manera.
Diego miró hacia nosotros, sin comprender que era lo que ocurría, sin entender por qué no quería bailar con él, pero tan pronto como vio la mano de Kevin sujetando la mía, comprendió que era lo que sucedía.
Kevin miró hacia mí, sorprendido por mis palabras, volviendo a coger mi mano, haciendo que le mirase sin entender, ya que nuestros amigos seguían mirándonos.
Tiró de mí, colocándome frente a él, agarrándome de la cintura para bailar aquella hermosa canción de Christina Aguilera, pegado a mí. Haciendo que nuestros amigos se separasen un poco para dejarnos un poco de intimidad, y espacio para bailar.
Apoyó su cabeza sobre mi frente, haciendo que nuestros amigos nos mirasen con interés, pero él no parecía preocupado por ello.
¿qué has dicho? – Preguntó, mientras me agarraba del brazo y me traía hacía él – repite eso – me ordenó.Tu madre tenía razón – proseguía, ignorando su pregunta – todos tenían razón, eres un monstruo.¿por qué me quieres? – Preguntó, sin poder creerse lo que acababa de decirle sobre que estaba enamorada de él, parecía haberse quedado en shock después de eso.Porque soy una idiota – le dije, haciendo que él me mirase sin comprender – una idiota que cree en tus palabras, una idiota que piensa que hay algo bueno en ti, una idiota que …¡Maldita sea Ana! – me espetó, malhumorado, haciendo que le mirase sin comprender por qué actuaba de aquella manera – Te dije que era una mala persona, te dije que yo n
Aún con los ojos cerrados podía notar la luz que entraba en la habitación, pero aún quería permanecer un rato más en la cama, al fin y al cabo, no tenía que ir a trabajar, a causa de aquella nueva situación que Olivares quería investigar por su cuenta.Me levanté de la cama, cuando apenas eran las diez, y caminé por el pasillo hacia el salón, arrastrando los pies al andar, con desgana, percatándome de que la habitación de invitados estaba abierta y que se escuchaba la ducha del baño. Seguramente mi hermano se estaba dando una ducha.Me encaminé hacia la cocina, abrí el mueble de la despensa y agarré la caja de cereales, sacudiéndola un poco, dándome cuenta de que me quedaban pocos, debía ir a hacer la compra pronto.Llamaron a la puerta con insistencia, haciendo que
Acababa de salir de casa junto a mi hermano, pues le había prometido que lo llevaría al Palace, donde había quedado con su posible inversor.Cuando salimos a la calle y vio la moto aparcada en la puerta casi se echa las manos a la cabeza, preocupado, pues en ningún momento le dije que tenía un coche.Sube – le animé, mientras me acomodaba el casco y le cedía el suyo, haciendo que él me mirase desconfiado.Hace mucho que no monto en una de estas – aseguró, mientras se ponía el casco, divertido y se subía a la moto, justo detrás de mí.+++++El día pasó bastante deprisa. ¿habéis escuchado eso que dicen que el tiempo pasa más deprisa cuando lo estás pasando bien? Pues estoy totalmente de acuerdo.Estuvimos todo el día juntos, lo llevé a un par de
Cuando llegamos a casa todos estábamos demasiado borrachos, yo la primera, pues sin otra compañía que la botella de alcohol, me había liado a beber como una loca, mientras observaba como Juan y Kevin hablaban como cotorras sobre la importancia de importar y exportar en los negocios. No entendía en que momento Kevin se había vuelto un experto en todo aquello.Kevin abrió la puerta y entré sin pensármelo demasiado, mientras observaba como Juan y Kevin se dirigían hacia su cuarto.Tan sólo es un prototipo – aseguraba mi hermano, mientras le enseñaba la esterilla que era para ponerla sobre la cama antes de irte a dormir, la idea era usarla unos 10 minutos antes de irte a la cama, y luego retirarla para irte a dormir.Me llevaré esta – aseguraba – la probaré durante las cuatro semanas que me indicaste y te comentaré el resul
A la mañana siguiente, cuando desperté, el ya no se encontraba allí, supuse que se había marchado a casa, y me preocupó bastante lo que había pasado entre los dos de nuevo. No quería volver a caer en sus brazos y era justo lo que había hecho, tirarme de cabeza a ellos, y sabía que el coscorrón estaba cerca. Pues a pesar de habérselo prometido, yo no podía olvidarme de aquella noche como si nada, no después de que hubiese abierto su corazón de esa manera.¿ya te has despertado? – Preguntó mi hermano cuando hube llegado a la cocina, donde Kevin desayunaba un café y unas tostadas, junto a Juan. Me quedé mirando a ambos totalmente sorprendida – Kevin va a llevarme al centro – explicaba – así puedes disfrutar del resto del día.¿Kevin va a llevart
Había llegado el día, tras meses aplazándolo, el jefe había decidido que la cena de empresa sería esa noche. Estaba bastante nerviosa, puesto que yo ya no pertenecía a aquel equipo, pero, aun así, Olivares había decidido invitarme, pues solía decir que era muy buena en mi trabajo, aunque en aquel momento estuviese desaprovechando mis habilidades con Jonas.Llevaba un lujoso vestido en tono rojo, un poco más alto de la rodilla, de tirantes, y con poco escote, ya que no quería incitar a nadie con él, tenía demasiado miedo en aquellos días de provocar algún tipo de sentimiento en Kevin, y siempre que coincidíamos intentaba evitarle.La cena tenía lugar en uno de los sitios más emblemáticos de Nueva York, Rainbow Room.Esperaba al ascensor, con una enorme sonrisa en mi rostro, pues estaba algo nerviosa por volver a ver a
Meryem y yo nos levantamos, cuando ya íbamos por la quinta copa, Kevin parecía ir por la primera, aún, parecía que le estaba costando más de lo que debería beberse aquella copa.¡Vamos tío! – le azuzó Paul – ¡Alegra esa cara! – proseguía - ¡Pareces que vienes de un funeral! – bromeaba.Deberías venir a bailar con nosotras – comencé, intentando animarle, ya que me molestaba bastante verle en aquel estado, y más sin saber que era lo que le ocurría. Esto provocó que él mirara directamente hacia mí, levantándose del sillón y caminando hacia mí, bastante serio, lo que hizo que me arrepintiese de haber abierto la boca.Tengo que irme – informó, para luego caminar hacia la salida, dejándonos a todos totalmente sorprendidos por ello.Deber&
Cuando desperté, a la mañana siguiente, sobre mi cama, no tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí.Desayunaba en la cocina, cuando Marcos llegó, disculpándose por no haber venido a dormir, pero había pasado la noche en casa de Kevin, pues habían estado hasta tarde haciendo negocios y ya se había quedado a dormir allí. Ahora comprendía que las palabras de él, diciendo que tenía una cita eran ciertas, había quedado con mi hermano. No era una excusa para no quedarse a solas conmigo.Ana, ¿me estás escuchando? – preguntaba mi hermano, haciendo que su voz retumbase en mi cabeza.Habla más bajo – le rogué, mientras me tocaba la cabeza, dolorida.No deberías de beber tanto si sabes que tu cuerpo no lo tolera… - me reprochaba mi hermano, haciendo que le mirase con cara