Capítulo 65 – A oscuras.
Estaba en el salón de aquella enorme casa, en su casa, pensando en la propuesta que aquel narcotraficante acababa de hacerme. Era una locura lo sabía, pero era la única forma de salvar a Kevin, lo sabía muy bien, pues aún recordaba la conversación que había tenido con el jefe, minutos antes de llegar allí, cuando me había llamado por teléfono para contarme las novedades. Os lo resumo: No habían podido conseguir la orden de registro, al parecer había alguien mucho más influyente protegiendo a aquel maleante. Al menos eso era lo que creía Olivares. Parecía que no había forma alguna de meterle en la cárcel, no había forma alguna de proteger a Kevin.
Ya casi eran las diez, sabía que Ivanov no demoraría en llegar, pues habíamos quedado a las diez y media.Estaba a punto de hacerlo, estaba a punto de marcharme de aquel lugar para siempre, ya ni siquiera podría volver a ver a nadie del trabajo, pues Ivanov me había asegurado que fingiría mi muerte para que la gente dejase de buscarme.Él jamás sabría que le había abandonado, jamás podría venir a salvarme…Me levanté de la mesa de la cocina y caminé hacia el salón, limpiándome las lágrimas que se habían derramado por mis mejillas, escuchando el timbre de la puerta.Ivanov había llegado antes de lo que esperaba. Abrí la puerta, sin esperar demasiado, pues quería acabar con todo aquello de una vez por todas. Pero aquel no era Ivanov.Miré hacia Kevin totalmente perpleja de verle
Había pasado una semana desde aquello, pero aún me despertaba en mitad de la noche, pensando en que Ivanov estaba allí e intentaba forzarme a acostarme con él.Todo parecía haber salido bien, Kevin aseguró que Ivanov me había chantajeado para que me casase con él y que cuando él llegó a mi casa, estaba intentando abusar de mí, y que él me cogió de rehén, para salvarse a sí mismo. Así que la única forma de salvarme fue matándole a él.Ninguno de nuestros amigos puso impedimentos aquella historia, ya que confiaban en mi lo suficiente como para saber que yo no mentiría sobre algo así.El tiempo había pasado realmente rápido, y ni siquiera nos habíamos percatado de que se estaba acercando el día de navidad, hasta que la señora Chang nos
Cuando desperté a la mañana siguiente, Kevin también estaba allí, se había quedado a dormir en su habitación, y ahora me preparaba el desayuno, pues el resto de los residentes aún estaban acostados, al mismo tiempo que me contaba sobre lo que le había dicho a su madre sobre mí, aunque sin admitir aún que su novia era yo.Me reí a carcajadas al escucharle hablar sobre ello, admirando como él lo hacía también.Cambiando de tema completamente – comenzando, haciendo que le prestase atención, mientras me echaba un poco de jugo de naranja en un vaso – Paul me ha invitado a su casa de la playa este fin de semana – me informaba, mientras alzaba una ceja, sin comprender que era lo que quería decirme con aquello – Meryem también viene…Yo ya no formo parte del equipo ¿recuerdas? &nd
Estábamos sentados en el borde de la piscina, mientras seguíamos bebiendo una copa tras otra, mientras los chicos jugaban a las cartas, Meryem, Monic y yo nos aburríamos bastante.¿por qué no cambiamos de juego? – Propuso Kevin al echarme una mirada y percatarse de que me aburría – algo a lo que las chicas también puedan jugar.¿Jugamos a la botella conversa? – Preguntó David, con malicia, provocando que todos le mirásemos sin comprender a lo que se refería, pues nunca había escuchado aquel juego – Hacemos rodar la botella, y cuando se detenga la persona que se encuentre más próxima a la boquilla deberá hacer una pregunta comprometida a la persona que tenga delante, justo en frente de la parte de atrás de la botella.¿qué tipo de pregunta? – quiso saber PaulAlgo
Seguíamos allí, jugando a aquel estúpido juego. Meryem se acababa de quedar sin su vestido y ahora se tapaba los pechos con las manos, Kevin estaba en calzoncillos, David estaba vestido y con la ropa de casi todos en su poder, Monic también estaba vestida y tenía mucha ropa de todos nosotros, Paul tenía los zapatos puestos, la camisa y los calzoncillos. Y yo seguía con falda, aunque me había quitado la chaqueta de Key.Key turno tuyo – le aseguraba Monic, justo después de que la botella se detuviese apuntándole a él – Atrevimiento.¿qué quieres que haga, Monic? – Preguntó, cansado de aquel estúpido juego.Agarra los pechos de Meryem y no te detengas hasta darle placer – alegó, divertida, con malicia, provocando que él se quitase los pantalones y se los lanzase a la cara – que ag
Me levanté con desgana, y caminé hacia la parte de arriba de la casa, pues necesitaba ponerme la ropa y alejarme de aquellos degenerados.David es un cerdo – comenzaba Meryem junto a mí, parecía que ella también se dirigía hacia la parte de arriba – pero… Monic no se queda atrás. Jamás habría pensado que Kevin se quedaría en bolas delante de todos, la verdad es que… está muy bien dotado.Reí ante sus palabras, mientras llegábamos a la puerta de mi habitación.Te veo luego.Meryem entró en su habitación, y comenzó a desnudarse, pues necesitaba darse una ducha caliente, había pasado mucho frío ahí abajo, y necesitaba entrar en calor. Aún podía imaginar las manos de Paul acariciando sus pechos cuando David le había obliga
Caminé hacia la piscina, en albornoz, me serví una copa de wiski, pero al final terminé por coger la botella y llevármela junto a la piscina. Me senté sobre una de las hamacas y comencé a beber como si no me importase nada en el mundo, tan sólo yo y la bebida. Aún no podía quitarme de la cabeza lo que me había hecho, lo vulnerable que me había sentido a causa del alcohol y de mi deseo de ser saciada.Mis lágrimas comenzaron a salir en ese justo instante, me sentía sucia, estúpida, por haber permitido que de nuevo otro hombre que no era Kevin tocase mi cuerpo, como ya había tenido que hacer con Ivanov, cuando aquel rufián me hizo suya a traición. En aquel momento David lo había hecho también.Mi rostro se tiño de negro, al deshacerse el rímel con las l&a
El resto del trayecto fue un infierno para mí, no podía dejar de pensar en lo que había pasado, lloré hasta que mis lágrimas dejaron de salir, y entonces me quedé dormida sobre el regazo de mi amiga, mientras esta seguía acariciándome la cabeza, intentando transmitirme paz.Cuando Paul se detuvo frente a mi casa, Meryem le indicó que debía llevarme arriba él mismo, pues yo no estaba con fuerzas de hacerlo sola.No – le dije, cuando intentó tocarme, asustada de sentir el tacto de su piel con la mía.Sólo voy a subirte a casa – me comunicó, intentando calmarme, pero yo parecía fuera de mí.No – repetí, mientras Meryem me abrazaba con fuerza – él me encontrará si me dejas aquí – dije, totalmente horrorizada, mientras la abrazaba de nuevo.