— Lo siento Ramona, hice planes con los de mi grupo pata celebrar que terminaron los exámenes — la joven se disculpaba al teléfono, era la quinta vez que Ramona la invitaba a comer a su casa y esta se negaba.Rigo le aconsejo que, aunque retomara su amistada con ella, mantuviera cierta distancia, para evitar más encuentros desastrosos con Itzam y después de su visita en la oficina de este, realmente deseaba no volverlo a ver.— Lo siento, nos vemos otro día, te lo prometo, te prepararé ese pastel que tanto te gusta — prometió antes de terminar la llamada.Era la primera vez que salía con un grupo de amigos que no fueran Ramona y Miranda y además incluía hombres, no es que les tuviera miedo; pero estos con un poco de alcohol y mostraban su catálogo de absurdas estrategias para ligar y realmente a ella le causaba jaqueca estar escuchando sus patéticos intentos de conquista.No obstante, algún día iba a tener que salir de la burbuja en la que se había sumergido y salir al mundo y aceptar
CAPÍTULO XIICOSA VIEJAUn estilo de decoración clásico y acogedor en una mezcla de materiales naturales como son la madera y la piedra, conseguía crear un ambiente cálido y acogedor que daba la sensación de estar en casa, pese a ser un establecimiento comercial donde se servía bebidas alcohólicas de todo tipo.Junto a sus compañeros de clase, Milenka logró pasar unas horas muy agradables, descubrió que convivir con las personas no era tan exasperante como lo pensaba. Rememoraron los primeros meses de clases, recordaron a los que desertaron el primer mes y compartieron sus planes a futuro.Fue grato para ella escuchar que todos tenían sueños e ilusiones, así como también complicaciones; alguna vez creyó que era la única que sufría en el mundo y que todas las desgracias de este habían sido lanzadas solo a ella y no es que se jactara del sufrimiento de otros; pero le daba ánimos ver que, a pesar de sus dificultades, problemas y sufrimiento, ahí estaban de pie, emocionados por cumplir su
—Creí que lo odiabas — alegó Ramona, mientras miraba con detenimiento el menú en sus manos.— Y lo hago; pero no huiré de él — Respondió con firmeza, Milen, menos concentrada en el menú que su amiga.— El pescado aquí es delicioso — Ramona siguió absorta en la comida.— Tengo que buscar eso que me están ocultando; pero no sé por dónde empezar.— Por un queso fundido.— ¿Un qué fundido?, ¿de qué hablas?— De la comida, ¿tú de qué hablas?— De … Olvídalo, me la paso hablando de lo mismo todo el tiempo, es aburrido — Milenka se desparramó en su asiento frustrada.— Oye, oye, no aburres a nadie — le aseguró — y estoy de acuerdo contigo en que todo es muy extraño, nunca me pareció normal que Itzam te dejará y en lugar de seguir sus antiguas prácticas se hundiera en la depresión… perdón por lo que diré; pero él sigue amando, tal vez, antes tenía mis dudas; aun así, ahora, después de lo que me has contado, cómo se pareció la otra noche, sabe dónde vives y te mantiene vigilada, es muy obvio.
— Ramona, vámonos, por favor — le suplicaba Noah; pero era en vano, la joven no entendía razones.— No voy a irme y dejarla aquí sola con ese animal, ¿has visto cómo se ha portado? Por Dios, sabía que estaba mal; pero no a ese nivel, realmente está trastornado. Lo mejor sería llamarle a mi tía y a un psiquiatra — exclamó.—Estás exagerando — Noah se dejó caer junto a ella en el sofá. Mientras tanto, Milen e Itzam discutían dentro del estudio.— Es tu mejor amigo; pero no te ciegues, por favor, se ha desquiciado.— Hay cosas que no sabes, Ramona, pasan muchas cosas entre ellos y tienes que resolverlas, no es fácil.La joven rubia suspiro pesadamente al mismo tiempo que descansaba su cabeza sobre el hombro de Noah.— Solo dime, ¿la sigue amando? — quiso saber.— Como no te imaginas — Noah, respondió sin vacilar.— Entonces, ¿por qué la ha dañado tanto?, ella no se lo merece.— Ya te dije, suceden cosas — odiaba cuando Noah se volvió tan reservado.— ¿Qué cosas? — alzó su rostro y dejó u
Con la mirada fija en el techo, Milen e Itzam yacían acostados sobre la alfombra de aquel estudio, uno al lado del otro, sus brazos apenas y se rozaban, por alguna razón evitaban el contacto entre ellos, pese a que acababan de tener un reencuentro sexual demasiado intenso.Sus respiraciones seguían aceleradas en parte por la ajetreada faena; pero también por los nervios de no saber qué decir o cómo actuar. Se dejaron llevar por la necesidad del uno por el otro y cruzaron una línea para la cual ninguno estaba preparado.La relación entre ellos no estaba en lo absoluto cerca de ser por lo menos cordial y el sexo podía empeorarlo todo.Una revolución de sentimientos acompañada de miles de preguntas revoloteaba en el interior de Milen. ¿Qué pasaría ahora?, ¿volverían a estar juntos? ¿Siquiera eso era posible?, ¿lo había perdonado?, no por supuesto que no, de eso, estaba segura, existían aún muchas cosas sin aclarar y la punzada de dolor y resentimiento por su tracción, aún latía viva dent
—¿Dónde está mi amiga, desgraciado? — apenas e Itzam abrió la puerta, una avalancha llamada Ramona lo arrolló, exigiendo ver a su amiga.— ¿Qué hace ella aquí?— Gracias, amigo por salvarme el culo y traerme la cena — respondió con sarcasmo Noah — No pude detenerla, está preocupada por Milen — explico brevemente. Aunque en verdad Noah no podía negarle nada a Ramona.Noah y Ramona pasaron toda la tarde juntos y hubiera sido del todo maravillosa si no fuera porque esta última se la paso todo el tiempo, angustiada por su amiga.— ¿Dónde está? — preguntó de nuevo y con menos paciencia Ramona.— Arriba — respondió de mala gana Itzam. Su prima no esperó ni mucho menos pidió permiso para adentrarse en aquella enorme casa e ir en busca de Milen.— ¿Se han reconciliado?, ahí un aire aquí a sexo de reconciliación — señaló Noah con malicia.— Algo así — respondió Itzam.— ¿Algo así?, eso no es nada bueno.— Aceptó quedarse conmigo.— Le dijiste la verdad, ¿entonces? — supuso Noah.— Algo así — N
— ¿Cuál de los dos prefieres? — Milen alzaba dos bolsas de pan para sándwich frente a Itzam. Tal y como se lo advirtió, si de verdad quería que ella se quedara junto a él, tendría que cumplir con ciertos requerimientos, cosas simples; pero qué ojos de Milen tenían mucha importancia dentro de la convivencia de una pareja.Así que ahí estaba, el imponente y aterrador, Itzam Balcab, empujando un carrito de supermercados mientras hacían las compras.— Los dos son iguales, toma el que sea — respondió un poco aburrido.— No son iguales — rebatió ella con seguridad — Este es de linaza y este integral, hay mucha diferencia en ello.Itzam rodó los ojos cansados, llevaba una hora escuchando ese mismo argumento, La joven se detenía a revisar detalladamente la información nutricional de cada producto, no conforme con eso, comparaba precios, contenido, peso y hasta la imagen.— Gracias a dios, siempre has tenido quien cocine por ti, si no, ya habrías muerto hace tiempo por comer cosas que no debes
— Es, solo una lavadora, no te va a morder — exclamó Milen con tono divertido al ver a Itzam agachado frente a la lavadora. Miraba el aparato doméstico con el ceño fruncido, como si se tratase de un instrumento indescifrable. —Por favor, es pan comido — respondió con actitud altiva. Antes muerto que sencillo — solo tienes que apretar un par de botones y listo — la cuestión era ¿Cuáles botones? — ¿Necesitas ayuda? — ofreció Milen. — Por supuesto que no, ya te dije, lo tengo bajo control — Itzam no se dejaría vencer por una insignificante lavadora — Tu amiga, ¿sigue aquí? — No, se acaba de ir, tenía una cita o algo así. — Es un poco escandalosa — señaló Itzam. — La discreción no es su fuerte, pero es muy divertida, llena de alegría mis días. — oh, creí que era yo quien llenaba tus días de alegría — alegó Itzam con indignación. — ¿Sabes?, tienes que echar la ropa a la lavadora, así es como funciona — prefería no mencionar nada en torno a su relación, así que cambió el rumbo de la