Con la mirada fija en el techo, Milen e Itzam yacían acostados sobre la alfombra de aquel estudio, uno al lado del otro, sus brazos apenas y se rozaban, por alguna razón evitaban el contacto entre ellos, pese a que acababan de tener un reencuentro sexual demasiado intenso.Sus respiraciones seguían aceleradas en parte por la ajetreada faena; pero también por los nervios de no saber qué decir o cómo actuar. Se dejaron llevar por la necesidad del uno por el otro y cruzaron una línea para la cual ninguno estaba preparado.La relación entre ellos no estaba en lo absoluto cerca de ser por lo menos cordial y el sexo podía empeorarlo todo.Una revolución de sentimientos acompañada de miles de preguntas revoloteaba en el interior de Milen. ¿Qué pasaría ahora?, ¿volverían a estar juntos? ¿Siquiera eso era posible?, ¿lo había perdonado?, no por supuesto que no, de eso, estaba segura, existían aún muchas cosas sin aclarar y la punzada de dolor y resentimiento por su tracción, aún latía viva dent
—¿Dónde está mi amiga, desgraciado? — apenas e Itzam abrió la puerta, una avalancha llamada Ramona lo arrolló, exigiendo ver a su amiga.— ¿Qué hace ella aquí?— Gracias, amigo por salvarme el culo y traerme la cena — respondió con sarcasmo Noah — No pude detenerla, está preocupada por Milen — explico brevemente. Aunque en verdad Noah no podía negarle nada a Ramona.Noah y Ramona pasaron toda la tarde juntos y hubiera sido del todo maravillosa si no fuera porque esta última se la paso todo el tiempo, angustiada por su amiga.— ¿Dónde está? — preguntó de nuevo y con menos paciencia Ramona.— Arriba — respondió de mala gana Itzam. Su prima no esperó ni mucho menos pidió permiso para adentrarse en aquella enorme casa e ir en busca de Milen.— ¿Se han reconciliado?, ahí un aire aquí a sexo de reconciliación — señaló Noah con malicia.— Algo así — respondió Itzam.— ¿Algo así?, eso no es nada bueno.— Aceptó quedarse conmigo.— Le dijiste la verdad, ¿entonces? — supuso Noah.— Algo así — N
— ¿Cuál de los dos prefieres? — Milen alzaba dos bolsas de pan para sándwich frente a Itzam. Tal y como se lo advirtió, si de verdad quería que ella se quedara junto a él, tendría que cumplir con ciertos requerimientos, cosas simples; pero qué ojos de Milen tenían mucha importancia dentro de la convivencia de una pareja.Así que ahí estaba, el imponente y aterrador, Itzam Balcab, empujando un carrito de supermercados mientras hacían las compras.— Los dos son iguales, toma el que sea — respondió un poco aburrido.— No son iguales — rebatió ella con seguridad — Este es de linaza y este integral, hay mucha diferencia en ello.Itzam rodó los ojos cansados, llevaba una hora escuchando ese mismo argumento, La joven se detenía a revisar detalladamente la información nutricional de cada producto, no conforme con eso, comparaba precios, contenido, peso y hasta la imagen.— Gracias a dios, siempre has tenido quien cocine por ti, si no, ya habrías muerto hace tiempo por comer cosas que no debes
— Es, solo una lavadora, no te va a morder — exclamó Milen con tono divertido al ver a Itzam agachado frente a la lavadora. Miraba el aparato doméstico con el ceño fruncido, como si se tratase de un instrumento indescifrable. —Por favor, es pan comido — respondió con actitud altiva. Antes muerto que sencillo — solo tienes que apretar un par de botones y listo — la cuestión era ¿Cuáles botones? — ¿Necesitas ayuda? — ofreció Milen. — Por supuesto que no, ya te dije, lo tengo bajo control — Itzam no se dejaría vencer por una insignificante lavadora — Tu amiga, ¿sigue aquí? — No, se acaba de ir, tenía una cita o algo así. — Es un poco escandalosa — señaló Itzam. — La discreción no es su fuerte, pero es muy divertida, llena de alegría mis días. — oh, creí que era yo quien llenaba tus días de alegría — alegó Itzam con indignación. — ¿Sabes?, tienes que echar la ropa a la lavadora, así es como funciona — prefería no mencionar nada en torno a su relación, así que cambió el rumbo de la
— Estoy exhausta— Miranda se desparramó sobre una silla con ayuda de sus propios pies, se retiró los zapatos, dando alivio a sus dedos y talones. —Te doy la razón, estuvo muy pesado — la secundo Milen. Ambas jóvenes junto a un grupo de sus compañeros fueron elegidos para preparar los platillos qué se servirían en la gala de la universidad como recompensa por obtener las mejores notas del curso. Aunque a esas alturas ya no estaban muy seguras de que en verdad se tratase de un premio o un castigo. Fue toda una odisea, pese a que eran casi 10 personas las que participarían. Como gallinas deshuesadas corrían de un lado a otro de la enorme cocina dispuesta para ellos. Milenka sentía que los pies se le caerían a pedazos y tal vez al siguiente día necesitaría una silla de ruedas, ya que el dolor de espalda la estaba matando. — Después de esto, estoy segura, nos lloverá el trabajo— exclamó con la mirada llena de esperanza Miranda — podré abrir mi propio negocio antes de que termine la un
— Lo siento, me quedé dormida — se excusó Milenka al llegar a la casa de Ramona.— Creí que ya no vendrías. Imagine que estarías cansada por el trabajo de ayer — Ramona la saludo con un abrazo y un beso en la mejilla.— Sí, fue una noche ajetreada — el recuerdo del rostro de Itzam entre sus piernas devorando su intimidad provocaron un ligero enrojecimiento en sus mejillas, agradeció que Ramona no la estaba mirando.Su amiga era demasiado intuitiva y más, cuando se trataba de temas sexuales, la habría descubierto enseguida. Según Ramona, el sexo delata. — Milen, querida, ha venido alguien que tiene muchas ganas de verte, espero no te moleste — le explicó Ramona un poco nerviosa.— ¿Verme?, ¿quién? — Ramona no tuvo tiempo de responder las preguntas de Milenka, cuando Luciana, la madre de Itzam entró a la estancia donde se encontraban.— Luciana — susurró la joven sorprendida. La madre de Itzam era una mujer muy dulce y amable. Durante su relación con Itzam ambas se llevaron muy bien y
De regreso a casa, Milenka continuaba dándole vueltas a lo que Nerón le había dicho. Ese hombre realmente sabía cómo manipular y causar intriga en todos a su alrededor.Lo más importante para la joven era su familia, aunque sus padres ya habían muerto, atesoraba su recuerdo. Obviamente, tenía muchas dudas sobre ellos; sin embargo, no había nadie quien pudiera resolverla o al menos eso creía.Analizo cada detalle y para ella todo tenía mucho sentido, Nerón, era muy cercano a Luciana y por ende a su padrino, eso significaba que también lo fue de sus padres, ya que, eran mejores amigos del padre de Itzam.Para ella significó un tipo de señal divina; los cielos se apiadaron de su inmenso deseo por conocer más sobre sus padres que puso en su camino a tal vez la única persona que tenía información sobre ellos.Además, estaba la cuestión de aquellos que querían dañarla, tal vez Nerón también podía hablarle sobre y eso y aunque Itzam la mantenía al margen sobre el tema, ella podría intervenir
Durante los días siguientes a su candente reencuentro, Milenka e Itzam se dedicaron a recuperar el tiempo perdido en la cama. Su necesidad por esa conexión íntima no parecía saciarse.Los rayos del sol entraban con fuerza en la habitación, la fina tela de las cortinas no tenía la suficiente fuerza para detenerlos.Con un ritmo acompasado, Milenka movía sus caderas sobre Itzam, este la abrazaba con fuerza por la cintura a la vez que sus labios devoraban los de ella. Sus cuerpos sudorosos, mientras se frotaban entre sí, no parecían incomodarles en lo absoluto.El mundo afuera de aquel idilio dejó de existir, solo existía ese padre, cuerpo ardiente, las caricias, los besos. En ese nuevo universo en que solo estaban ellos dos, el único sonido que se podía escuchar era el de los gemidos de placer que proferían a través de sus gargantas.Una que otra palabra de amor logro colarse. El que no se mencionan a menudo no significaba que no existiera ese sentimiento, no hacía falta decirlas en voz