— Demian arrugo el papel que afirmaba que Nerón era padre de Milenka y lo arrojó lejos de él con todas sus fuerzas.Fuera de sí comenzó a lanzar todo lo que estuvo a su alcance contra el suelo. Jamás se había enamorado en su vida y cuando al fin creyó encontrar el amor, este resultaba ser prohibido para él.Nunca debió acercarse a ella, pero fue inevitable Milenka atrapo su corazón desde el primer momento en que la vio. Ojalá lo hubiera sabido.Se maldijo una y mil veces por cometer semejante aberración, por qué estaba mal, lo que sentía por ella era asqueroso. Y deseaba poder sacarse el corazón para dejar de sentir aquel amor maldito.Jamás podría llegar a verla como a una hermana, estaba muy seguro de ello, su corazón se lo decía.No le quedaba más remedio que poner distancia entre los dos; pero antes de hacerlo se aseguraría de que no hubiera más secretos.Sabía de primera mano que Milenka odiaba los secretos y él no faltaría a su palabra, prometió jamás ocultarle nada. Le revelarí
Dos semanas después, Milenka caminaba por el pasillo de la clínica rumbo a ver a su tía, la única razón por la que no se había vuelto loca tras escuchar la sarta de revelaciones que expuso Demian.Si no fuera por su tía que iba mejorando a pasos agigantados, Milenka jamás habría tenido la fuerza para salir de su habitación. El despertar de Zaira le brindo valentía para enfrentar su realidad y algo de paz mental.Aún por las noches, cuando se quedaba sola con sus pensamientos, estos la atacaban con dudas, traicionando la poca cordura que tenía.Aunque la capacidad de hablar de Zaira se veía un poco limitada, poco a poco consiguió contarle toda la historia de su origen a Milenka, ambas sucumbieron al llanto cuando se tocó por qué Nerón era su padre.La joven sostuvo la mano de su débil tía con fuerza, sintiendo que los pedazos que quedaban sé su despedazado corazón terminaban por desaparecer también, dando paso a un hueco infinito que reemplazaba su lugar en el pecho.— Tu origen no te
A pesar de atestiguar con sus propios ojos como Nerón recibía su castigo por todo el mal que le había causado a su familia, Milenka se sentía insatisfecha, el odio y repudio hacia ese hombre seguían hirviendo en su interior.> pensaba mientras transcurría el juicio de Nerón.La muerte sería lo mejor que le podía pasar y Milenka deseaba lo contrario, quería verlo sufrir, arrastrarse, suplicando su muerte.Mientras escuchaba todas las injurias cometidas por ese hombre, que no solo fueron contra su familia, incluso contra la familia de Luciana, a quien decía querer igual que una hermana y la madre de sus hijos, había sido víctimas de sus maldades. Milenka juró a sí misma que cada día de la vida de Nerón sería un infierno. Jamás llegaría la muerte para él.Un podo de lástima abordo a la joven cuando Demian subió al estrado a declarar como su propio padre aprovechándose de la moribunda de su madre la obligó a firmar documentos para quedarse con su dinero, d
—¿Estás segura de que quieres irte? — preguntó con preocupación Zaira a su sobrina —. ¿Qué pasará con tu escuela, tus amigos, el restaurante…? Itzam? —Pronunció aquel nombre con cautela.— Serán solo un par de meses, Necesito alejarme de este lugar, lo sabes — respondió con seriedad.— No me opongo a que nos vayamos; pero si a que lo hagas sin resolver tus pendientes, Milenka. No encontrarás paz en ningún sitio, si no lo haces.— No hablaré con él — dijo de forma tajante.— ¿A qué le tienes miedo? — Zaira atisbo el termo en los ojos de su sobrina.Milenka la miró con sorpresa. Al parecer su tía resulto ser muy perceptiva o ella demasiado obvia.¿Qué a qué le temía? A ese poder que Itzam ejercía en ella, al no poder odiarlo después, todo lo que le había hecho y seguir amándolo con cada respiración y latido de su corazón.— Debes ser valiente, una vez más, y enfrentar esos temores que te atormentan. Libera tu corazón, mi niña y encontrarás la libertad donde sea que vayas — le dijo con d
2 años después …— Por favor, Itzam, ya dinos, ¿quién es esa chica misteriosa con la que estás saliendo? — insistía Noah.Tanto a sus amigos como a su madre les intrigaba la identidad de aquella mujer que había logrado sacar a Itzam de la tristeza después de que Milenka se fue. Itzam sufrió una transformación completa, ya monera el patán desvergonzado que solo buscaba llevárselas a cal acama para desecharlas luego.Lucía más alegre, su carácter se suavizó y en acciones se mostraba empatía con los que estaban a su alrededor.La oscuridad de su mirada resaltaba con los brillos del amor, del amor en ella. Bien dicen que ni el amor ni el dinero se pueden ocultar.Y se podía notar que a kilómetros que Itzam Balcab estaba perdidamente enamorado y era inmensamente feliz.— Ni siquiera a mí que soy su madre me lo ha querido decir — rezongo Luciana.— Todo a su tiempo — Itzam torció los labios en una pícara sonrisa.— A este paso me voy a morir sin conocerla — replicó su madre.— ¿Por qué tan
— Ya dímelo — le pidió Milenka a Itzam mientras este arrullaba en brazos a su primogénito recién nacido.— No puedo creer que sea padre — respondió sin despegar la vista de su pequeño.— Itzam — lo llamó Milenka usando ese tono peculiar que le indicaba que hablaba muy en serio.— Algún día descubriré como le haces para leerme tan bien — señaló él.— Es sexto sentido — aseguró ella, observándolo desde la cama en la que descansaba.— Tienes razón, me pasan muchas cosas — admitió ante la mirada atenta de su esposa — Soy padre — sonrió al ver al bebé — tengo a mi lado a la mujer que amo … Y … El hombre que más odio en la vida … Murió — Milenka arrugó el gesto de inmediato.— Nerón, ¿ha muerto? — quiso saber.— Tantos años de intentar quitarse la vida y fue un infarto lo que acabó con él — reveló el pelinegro.Milenka apretó los dientes y todo su cuerpo se tensó por la ira. Si no estuviera tan adolorida por el parto, habría destruido por completo la habitación.— Sé que querías que sufrier
La luz del día comenzaba a ceder, dando paso a la oscuridad. Otro día más en que Milen o, mejor dicho, Estefanía, como ahora todos la llamaban, no encontraba esa pieza que le faltaba a su vida, una que encajara con su nuevo nombre, su nueva vida, su nuevo yo.Una chica universitaria que anhelaba comerse al mundo de un bocado mientras se abría paso a la madurez, disfrutando de esa felicidad sin responsabilidades y siendo inmensamente feliz.A ella le faltaba precisamente esa felicidad. Intentó recuperarla, dios sabe que lo hizo, cada día, cada segundo… y nada, su esfuerzo la llevaba siempre a lo mismo, a la desesperación y la locura.Se forzó tantas veces a fingir que estaba bien, que después de tantos meses lo había conseguido, ya le salía natural. Se volvió como un reflejo predestinado que su cuerpo activaba cada vez que tenía a alguien frente a ella.Como ahora que conversaba con Rigo, mientras caminaba por uno de los jardines que rodeaban los dormitorios de la universidad.— Estás
El abogado subió al vehículo tal y como Itzam se lo había pedido, lamentándose por haber sido descubierto, mientras tanto Itzam clavó su mirada en Milen, quien caminaba de regreso a su dormitorio, ajena a lo que sucedía.Una oleada de dolor cubrió su ya adolorido corazón como miles de aguas filosas clavándose en él. Solo lograba ver su espalda, sin embargo, de inmediato notó cambios en ella, su cabello era más largo, un poco más abajo de la cintura, se notaba más delgada, y no pudo evitar culpase de eso también.La impotencia aumentaba en él.Estaba tan cerca de ella, unos pasos y podría envolverla en sus brazos para no dejarla ir nunca más, sin embargo, un inmenso mar de traiciones y verdades dolorosas se interponía entre los dos.Itzam no podía olvidar ese detalle, no debía dejar de lado la razón de porque sacrificó su amor por el bienestar y felicidad de ella. Luchaba contra su propio egoísmo, cada segundo.Aunque significaba la agonía eterna para él, deseaba que ella siguiera con