Mis instintos se encendieron, y volví a cubrirla con la manta.Pero Naiara, decidida a desafiarme, se la quita nuevamente. En este tira y afloja, nuestras emociones se enredaban, hasta que perdí el equilibrio y ambos caímos sobre el mueble.Nos quedamos quietos por un momento, aturdidos. Ella se burla.—Me dijeron que no se te para, pero parece que está bien despierto.—Me hiciste una brujería —le respondo, tratando de sonar serio, aunque la situación era todo menos normal.—Entonces tendré que hacerme responsable y hacerte exorcismo—dice, acercándose un poco más, con una sonrisa provocativa, me atrapa por el pantalón —. Y creo que te lo voy a bajar así.El aire se vuelve denso entre nosotros, y en su mirada había un desafío que no podía ignorar.¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿se volvió loca?Atrapados en esta extraña dinámica, mi mente luchaba por mantener el control. Sabía que no debería dejarme llevar, pero había algo hipnótico en ella, algo que hacía que me olvidara de todo lo
Naiara y Aziel pasaron horas entregados el uno al otro, perdidos en la intensidad de su conexión.La noche fue una danza de pasiones y risas, cada caricia y beso creando recuerdos que solo Naiara no podría recordar al despertar por todo el alcohol en su sangre.Aziel respira hondo, con su corazón aún palpitante con la intensidad de lo que había sucedido. La noche había comenzado como una fiesta casual, pero había terminado en una explosión de emociones y sensaciones que nunca había anticipado. En su mente, los ecos de las risas y la música de la fiesta en donde su hermano se había casado se había desvanecido horas atras, reemplazados por los suaves gemidos de Naiara, el sonido del mar, de los cucuyos y la inconfundible conexión que habían compartido.—Ya basta no puedo más eres demasiado. Tengo sueño, voy a mi habitacion—murmura adormilada, adolorida y borracha. Se sostenía el estómago, adolorida por la intensidad de lo que había experimentado mientras siente los jugos de Aziel desliz
Naiara se arregla rápidamente para regresar al hotel.Aún tenía un evento más pequeño que organizar antes de poder relajarse por completo. El sol brillaba con intensidad cuando salió de su cabaña, y la brisa marina le despejaba un poco la mente. Antes de salir se preparo un te infusión para la resaca, nunca antes había tomado tan desmedidamente, todo debió ser culpa de ese Aziel maldito.Camina hasta su coche y sale de su terreno, en pocos minutos llega hasta el resort, verifica algunas cosas y luego baja a la playa para verificar el lugar de la próxima ceremonia, ella siente cómo la arena se mete entre sus sandalias, recordándole por qué había elegido vivir en una isla lejos de la realeza y sus exigencias.El evento de la tarde era una renovación de votos íntima, con apenas veinte invitados. Naiara supervisó cada detalle, asegurándose de que las flores estuvieran perfectas, que la música ambiental no fuera demasiado alta y que los meseros siguieran el ritmo adecuado. Se movía entre l
Naiara no podía dejar de pensar en lo que sucedió aquella noche de la boda de su mejor amiga Valentina.Las piezas del rompecabezas estaban inconclusas en su mente, encima cada fragmento traía consigo más preguntas y dudas.¿Cómo demonios terminé embarazada?Es la pregunta de oro para Naiara. Un bebé no nace así por así necesita de un hombre que la ayude a engendrar a menos que ella sea la virgen María parte dos de la historia mundial, pero sabe que no es el caso, porque será virgen pero no santa.La imagen de Aziel, el hermano de Martín, se le apareció en la mente. Recordó vagamente lo que ocurrió en la fiesta y en el carro de regreso a su cabaña, pero todo lo demás estaba empañado por el alcohol que había ingerido esa noche.¿Fue un abuso? ¿O realmente estaba de acuerdo?Las preguntas claves la atormentaban. La verdad era que no recordaba mucho de la noche, solo fragmentos de sensaciones y de momentos borrosos. Recuerda que su bajo vientre le dolía un poco y que estaba en bata sin r
Tres semanas y media atrás...Aziel llegó a Atlanta con la mente inquieta, después de un largo vuelo desde la isla.La ciudad se extendía ante él, desconocida, llena de nuevas posibilidades y preguntas sin respuesta. Sabía lo que quería: respuestas sobre su cuerpo, sobre su vida, sobre lo que realmente sentía. No podía seguir viviendo con la incertidumbre, sobre todo después de los incidentes que lo habían marcado tanto en el último tiempo.Lo primero que hizo fue llamar a Renata. La italiana, su exnovia, había sido parte de su vida durante algunos años. Aunque sabía que su relación era superficial para ella y basada en intereses mutuos, algo dentro de él sentía que podía reconstruir una parte de sí mismo con ella. Se había curado, se sentía listo para demostrarlo, y pensó que ver a Renata sería un buen paso para retomar las riendas de su vida. Además, quería sentir que su hombría estaba de vuelta.Renata respondió al teléfono con su típica mezcla de entusiasmo fingido y cálculo.—Azi
—Esto no es lo que piensas...esto, sólo se despertó por ti...¿Cómo es eso de que seré padre?Aziel dio un paso atrás, sintiendo como si alguien lo hubiera golpeado.Las palabras de Naiara le golpearon con tal fuerza que, por un momento, no pudo reaccionar. No sabía cómo había llegado a ese punto. ¡No podía recordar lo que había hecho para terminar en esa situación! ¿Cómo que está embarazada?¿Cómo rayos?—Dios...me irritas de verdad...eres un hijo de la gran muralla. Te digo que me embarazaste.—No… no puede ser —murmura, mirando al vacío—. Yo… no entiendo ¿Me estás diciendo que estás embarazada y yo soy el padre?La confusión lo envolvía. La depresión lo había mantenido atrapado, pero no era excusa para lo que estaba pasando. Sabe que no debió irse asi, pero no entendía cómo ni por qué, le dejó una nota que tomara la pastilla del día despues. Entonces por eso ella está allí de frente a él.Naiara lo miró con los ojos llenos de enojo. La rabia que sentía en su interior era insoportable
Aziel toma aire profundamente antes de hablar. Sabía que lo que estaba a punto de decir podía cambiarlo todo, pero Naiara merecía saber la verdad. Él no se echaría la culpa de todo y mientras más claro esté el asunto, sabe que se llevarán mucho mejor en el futuro.— Independientemente de todo, quiero aclarar algunos puntos.—¿Que quieres aclarar?—Yo no empecé esto. Tú me acorralaste, Naiara, así que eres tan responsable como yo—dice, mirándola directamente a los ojos—. No sé si recuerdas algo, pero fuiste tú quien me tocó primero. Me rozaste, te paseaste desnuda por mi habitación, invadiste mi espacio sin dejarme opción. Llegaste desnuda y prácticamente me obligaste. Saltaste directo a mi pënë. Tu sacaste mi leche y...pensé que estabas consciente. Que te encargarías al día siguiente. Te lo digo para que sepas lo que sucedió. No quiero que aportes, pero mientras más claras sean las cosas mejor.Naiara se echa a reír, una risa sarcástica y llena de incredulidad.—¿Y aún así te acostast
Aziel camina de un lado a otro en su apartamento, todavía en toalla. No podía sacarse de la cabeza lo que había sucedido. Despidió a su ex dándole dinero para que resuelva lo que sea que necesite. Ella quedó de regresar y el asintió sin siquiera escuchar.Se pasa una mano por el cabello, respirando hondo antes de marcar el número de su hermano Martín.—Dime, hermano —responde Martín, con la voz relajada.—Hola hermano. Tengo que contarte algo. Pero prométeme que no vas a reírte ni a burlarte —le advierte Aziel, sentándose en el sofá.— A ver, suelta lo que sea.—Voy a ser padre —soltó Aziel de golpe.Del otro lado de la línea se escuchó un fuerte sonido de burbujas y un estruendo seco.—¡¿CÓMO QUE VAS A SER PADRE?! —grita Martín—. ¡Si decías que no se te paraba!Aziel se frota la cara con ambas manos, sintiendo una mezcla de vergüenza y desesperación.—Ese es el problema, Martín. No se me paraba con nadie… hasta que pasó algo con Naiara.—Espera, espera… —Martín trata de procesar la i