Aziel toma aire profundamente antes de hablar. Sabía que lo que estaba a punto de decir podía cambiarlo todo, pero Naiara merecía saber la verdad. Él no se echaría la culpa de todo y mientras más claro esté el asunto, sabe que se llevarán mucho mejor en el futuro.— Independientemente de todo, quiero aclarar algunos puntos.—¿Que quieres aclarar?—Yo no empecé esto. Tú me acorralaste, Naiara, así que eres tan responsable como yo—dice, mirándola directamente a los ojos—. No sé si recuerdas algo, pero fuiste tú quien me tocó primero. Me rozaste, te paseaste desnuda por mi habitación, invadiste mi espacio sin dejarme opción. Llegaste desnuda y prácticamente me obligaste. Saltaste directo a mi pënë. Tu sacaste mi leche y...pensé que estabas consciente. Que te encargarías al día siguiente. Te lo digo para que sepas lo que sucedió. No quiero que aportes, pero mientras más claras sean las cosas mejor.Naiara se echa a reír, una risa sarcástica y llena de incredulidad.—¿Y aún así te acostast
Aziel camina de un lado a otro en su apartamento, todavía en toalla. No podía sacarse de la cabeza lo que había sucedido. Despidió a su ex dándole dinero para que resuelva lo que sea que necesite. Ella quedó de regresar y el asintió sin siquiera escuchar.Se pasa una mano por el cabello, respirando hondo antes de marcar el número de su hermano Martín.—Dime, hermano —responde Martín, con la voz relajada.—Hola hermano. Tengo que contarte algo. Pero prométeme que no vas a reírte ni a burlarte —le advierte Aziel, sentándose en el sofá.— A ver, suelta lo que sea.—Voy a ser padre —soltó Aziel de golpe.Del otro lado de la línea se escuchó un fuerte sonido de burbujas y un estruendo seco.—¡¿CÓMO QUE VAS A SER PADRE?! —grita Martín—. ¡Si decías que no se te paraba!Aziel se frota la cara con ambas manos, sintiendo una mezcla de vergüenza y desesperación.—Ese es el problema, Martín. No se me paraba con nadie… hasta que pasó algo con Naiara.—Espera, espera… —Martín trata de procesar la i
Naiara, se masajea las sienes, respira profundamente como si necesitara reunir paciencia de todos los dioses existentes. Luego lo mira fijamente.—Esto va a ser un infierno, en serio. ¿sueles adueñarte de los espacios ajenos?—Un infierno con vistas al mar —corrige él con una sonrisa encantadora.Ella niega con la cabeza, claramente riéndose ante lo inevitable.—Si vas a quedarte aquí, al menos haz algo útil.—¿Como qué? —pregunta Aziel con fingida inocencia.— Además de ayudarme con la limpieza de la casa y ayudarme con mi trabajo. Tengo que organizar unos eventos y… ¡No! ¡No me mires así! No es opcional. Necesito un fotógrafo responsable.Aziel la mira con su mejor cara de cachorro arrepentido.—¿Y si solo hago de fotógrafo guapo? Pero no será de gratis.—¿El único “fotógrafo guapo” que pierde su equipaje y decide venirse a vivir conmigo luego de embarazarme?Aziel puso cara de indignación, pero Naiara ya estaba demasiado ocupada sacando su laptop para planificar su siguiente evento
Aziel se aparta de repente, respirando con dificultad, sintiendo que el calor de la situación lo sobrepasa. Se mira y está lleno de arena.Naiara pone una cara de excitación que sólo hace que él quiera más—¡Vaya! —dice, sonriendo nervioso mientras se aparta un poco—. Creo que ya me pasé de la raya, pero tú no me evitas ni me apartas. ¿Extrañabas mis besos?Naiara, aún en el suelo, se queda mirándolo, sorprendida, pero con una sonrisa traviesa que no puede esconder. A Aziel no se le pasa una. Se toma un segundo para recuperar el aliento.—¿Te arrepientes ahora, Aziel? —bromea, levantándose lentamente. Lo hecha a un lado y se sacude un poco la arena.Él la mira, tratando de recobrar el control de su respiración, y luego se encoge de hombros.—No... solo necesito un momento para calmarme. Pero ese beso fue... —se ríe, intentando restarle tensión al asunto—. Digamos que fue como un buen vino... un poco intoxicante.Naiara se cruza de brazos, observándolo con picardía.—¿Solo un poco? Te
Después de cenar, el ambiente se llena de una calma peculiar. Naiara lava los platos mientras Aziel la ayuda a secarlos y a acomodarlos.La conversación ha sido fluida sin esfuerzo, y aunque ambos están conscientes de la tensión que existe, es como si algo entre ellos hubiera cambiado, o al menos, se hubiera suavizado. Naiara nota la sonrisa brillante que tiene Aziel y él nota el brillo hermoso en sus ojos. Aziel se recarga en la silla, terminando su copa de vino mientras observa a Naiara limpiando la mesa.Cuando ella termina, se despide y se dirige a su habitación, no sin antes tomarse de golpe otra copa de vino.—Ya voy a dormir...—Yo también...te acompaño —toma las dos copas sucias y la deja en el fregadero.Naiara se siente diferente esa noche. Aziel la sigue.—Bien, que duermas bien, Aziel. Gracias por ayudar.—Es lo menos que puedo hacer. La sopa estaba deliciosa.—Luego te enseño cómo prepararla.—De acuerdo.Hay algo que la hace quedarse un poco más de lo habitual en el marc
Ambos se acomodaron en la cama, y aunque el tono de la conversación había sido liviano y cómico, había una extraña paz entre ellos.Aziel, con una sonrisa traviesa, la ayuda a acomodarse en la cama, asegurándose de que Naiara estuviera cómoda antes de meterse bajo las sábanas. Se acomodaron uno al lado del otro, y Naiara apaga la luz, dejándolos en la penumbra de la habitación.Unos minutos después, Naiara, nerviosa, decide darle la espalda. Pero al hacerlo, siente algo extraño… algo firme. Aziel, con su clásica calma, intenta hacerse el dormido, pero Naiara no tarda en darse cuenta.—Aziel… ¿por qué estás aún duro? —pregunta, sin poder evitar un tono de incredulidad.Aziel respira hondo, como si estuviera a punto de dar una respuesta filosófica.—Naiara, no es algo que pueda controlar. No hagas caso de mis… sentimientos.Naiara frunce el ceño, sintiendo la incomodidad de su cercanía.—Siento que me harás un agujero en la espalda. —responde, entre broma y desespero.Aziel soltó una ri
La noche había pasado en una extraña tormenta de emociones.Aziel dejó que sea Naiara quién tomara el control, ambos cuerpos se funcionaron por completo hasta llegar por segunda vez al clímax.—Siento que voy a morir —murmura Naiara con la respiración entre cortada. Carajos los fluidos corren por mi entrepierna.—No vas a morir por ahí. Además lo bueno es que no te puedes quedar embarazada porque ya lo estás.—Eres un ridículo. Cállate y ayudame a limpiar este desastre. Pasa las toallitas que si me levanto esto será un desastre.—De acuerdo.Luego de limpiarse, ese momento estuvo lleno de risas y conversaciones sobre cosas que ninguno de los dos esperaba compartir.Luego de un buen rato, ambos se habían quedado dormidos abrazados, sin darse cuenta y sin necesidad de palabras. Para Aziel, ese momento era suficiente. La sensación de estar cerca de Naiara era algo que nunca había imaginado, pero definitivamente quería que durara más.Al despertar, Aziel se estira perezosamente, disfrutan
Naiara y Aziel están en el hotel, trabajando a toda velocidad en la organización de dos grandes eventos.Se pasaba los días en lo que más le agradaba, ayudar a la gente a cumplir sus sueños y hacerlos realidad en cuanto a sus fiestas y eventos. Un día ordenó algo para una despedida de solteros por internet y venía con un regalo adicional promocional. No hizo mucho caso a esa cajita extra, así que la tiró en su clóset para luego ver qué le habían mandado. Con el pasar de los días y el ajetreo se olvidó por completo de la caja sorpresa.La tensión entre Aziel y Naiara, seguía aumentando con cada día que pasaba, pero en lugar de sentirse incómodos, ambos disfrutaban de la compañía del otro. La energía era un torbellino entre trabajo y bromas, aunque había momentos en que los ojos de Aziel se desviaban hacia Naiara de una manera que no podía disimular.En pocos días Aziel aprendió a preparar platillos sencillos, pero deliciosos. Una tarde en la cabaña mientras preparaban algunas cosas par