Después de cenar, el ambiente se llena de una calma peculiar. Naiara lava los platos mientras Aziel la ayuda a secarlos y a acomodarlos.La conversación ha sido fluida sin esfuerzo, y aunque ambos están conscientes de la tensión que existe, es como si algo entre ellos hubiera cambiado, o al menos, se hubiera suavizado. Naiara nota la sonrisa brillante que tiene Aziel y él nota el brillo hermoso en sus ojos. Aziel se recarga en la silla, terminando su copa de vino mientras observa a Naiara limpiando la mesa.Cuando ella termina, se despide y se dirige a su habitación, no sin antes tomarse de golpe otra copa de vino.—Ya voy a dormir...—Yo también...te acompaño —toma las dos copas sucias y la deja en el fregadero.Naiara se siente diferente esa noche. Aziel la sigue.—Bien, que duermas bien, Aziel. Gracias por ayudar.—Es lo menos que puedo hacer. La sopa estaba deliciosa.—Luego te enseño cómo prepararla.—De acuerdo.Hay algo que la hace quedarse un poco más de lo habitual en el marc
Ambos se acomodaron en la cama, y aunque el tono de la conversación había sido liviano y cómico, había una extraña paz entre ellos.Aziel, con una sonrisa traviesa, la ayuda a acomodarse en la cama, asegurándose de que Naiara estuviera cómoda antes de meterse bajo las sábanas. Se acomodaron uno al lado del otro, y Naiara apaga la luz, dejándolos en la penumbra de la habitación.Unos minutos después, Naiara, nerviosa, decide darle la espalda. Pero al hacerlo, siente algo extraño… algo firme. Aziel, con su clásica calma, intenta hacerse el dormido, pero Naiara no tarda en darse cuenta.—Aziel… ¿por qué estás aún duro? —pregunta, sin poder evitar un tono de incredulidad.Aziel respira hondo, como si estuviera a punto de dar una respuesta filosófica.—Naiara, no es algo que pueda controlar. No hagas caso de mis… sentimientos.Naiara frunce el ceño, sintiendo la incomodidad de su cercanía.—Siento que me harás un agujero en la espalda. —responde, entre broma y desespero.Aziel soltó una ri
La noche había pasado en una extraña tormenta de emociones.Aziel dejó que sea Naiara quién tomara el control, ambos cuerpos se funcionaron por completo hasta llegar por segunda vez al clímax.—Siento que voy a morir —murmura Naiara con la respiración entre cortada. Carajos los fluidos corren por mi entrepierna.—No vas a morir por ahí. Además lo bueno es que no te puedes quedar embarazada porque ya lo estás.—Eres un ridículo. Cállate y ayudame a limpiar este desastre. Pasa las toallitas que si me levanto esto será un desastre.—De acuerdo.Luego de limpiarse, ese momento estuvo lleno de risas y conversaciones sobre cosas que ninguno de los dos esperaba compartir.Luego de un buen rato, ambos se habían quedado dormidos abrazados, sin darse cuenta y sin necesidad de palabras. Para Aziel, ese momento era suficiente. La sensación de estar cerca de Naiara era algo que nunca había imaginado, pero definitivamente quería que durara más.Al despertar, Aziel se estira perezosamente, disfrutan
Naiara y Aziel están en el hotel, trabajando a toda velocidad en la organización de dos grandes eventos.Se pasaba los días en lo que más le agradaba, ayudar a la gente a cumplir sus sueños y hacerlos realidad en cuanto a sus fiestas y eventos. Un día ordenó algo para una despedida de solteros por internet y venía con un regalo adicional promocional. No hizo mucho caso a esa cajita extra, así que la tiró en su clóset para luego ver qué le habían mandado. Con el pasar de los días y el ajetreo se olvidó por completo de la caja sorpresa.La tensión entre Aziel y Naiara, seguía aumentando con cada día que pasaba, pero en lugar de sentirse incómodos, ambos disfrutaban de la compañía del otro. La energía era un torbellino entre trabajo y bromas, aunque había momentos en que los ojos de Aziel se desviaban hacia Naiara de una manera que no podía disimular.En pocos días Aziel aprendió a preparar platillos sencillos, pero deliciosos. Una tarde en la cabaña mientras preparaban algunas cosas par
Era una mañana cálida, como solo las mañanas en la hermosa isla podían ser. El sol, la playa el olor a salitre, el vaivén de las olas y las palmeras.Naiara despierta entre sábanas que aún olían a lavanda, a esa mezcla de paz y agotamiento que solo se siente cuando te entregas a un descanso profundo, sin preocupaciones.—Ummm...que hora será —murmura entre dientes sin abrir los ojos.El sol entraba con fuerza por la ventana, cada vez que el viento mueve las cortinas, inundando el cuarto con una luz dorada que parece acariciar cada rincón. Se estira, y el peso de su cuerpo sobre la cama le recuerda que ya no estaba sola en ella. Algo había cambiado en su vida, y ese algo, aunque aún era una incógnita, se sentía tan tangible como la calidez del sol sobre su piel. Ese algo debía estar en algún rincón de su cabaña.El embarazo avanza, aunque apenas se nota en su figura. Pero ella podía sentirlo, ese pequeño ser dentro de ella que la conectaba con una parte del futuro que aún no lograba en
—¿Entonces vienen tus primas?—le pregunta Aziel acostado en una hamaca mientras disfruta de la mañana.—Si, Sofía y Mónica. No quiero que sepan de mi situación...no todavia. Son capaces con irles con el chisme a mis tíos. No quiero más invasión en mi dulce morada.—Dejame ver si entendí. No quieres que ellas sepan que estás embarazada ni que estamos juntos ¿Cierto?—Exacto.—¿Cómo vas a explicarles que un hombre vive contigo?—Eres el hermano del esposo de mi mejor amiga. Y podemos decirles que te quedas temporalmente porque trabajamos juntos hasta segunda orden.—No serán inteligentes si se comen ese cuento.—No te preocupes por eso, déjame lo demás a mi. No puedes venir a mi habitación, ni abrazarme, ni besarme, ni tratarme con delicadeza.—Mejor dime que no respire y desaparezca.—Deja el drama, solo estarán una semana aquí.—Mierda...eso es una eternidad. Mejor pídeme que case un unicornio o que te baje una estrella.—Aziel ponte serio.—¡Estoy serio! ¿Una semana de celibato?Cuan
—Mierda...ya deben ser ellas.Naiara acelera los movimientos de su boca contra su virilidäd y Aziel acabo en su boca.—¡Agrhhh!—gruñe al dejar salir todo.Naiara traga todo, mientras jadea por el esfuerzo que acababa de hacer.—Wao, eso fue mucho.El sonido del claxon del automóvil fuera rompió el momento de tranquilidad. Naiara se acomoda y Aziel cierra el ziper de su pantalón con rapidez. Ana sale a recibirlas.— Mónica, Sofía. Bienvenidas—la saluda Naiara.—¡Naiara, prima! ¡No puedo creer que finalmente estés tan lejos de todo! Aunque, no puedo mentir, este lugar no está nada mal para descansar. ¡Me encanta la decoración!—Hola Nai—Sofia sonríe.—Pasen adelante—les dice luego de unos besos y unos abrazos.Mónica entró al salón, arrastrando una maleta más grande que ella, mientras Sofía, más tranquila y observadora, seguía detrás. Las dos se miraron con sorpresa al ver a Aziel en la cocina. Él se volvió hacia ellas, sonriendo con esa calma que siempre lo caracterizaba, y Mónica no p
A medida que los dias avanzaban, las dinámicas de la casa cambiaban lentamente. Un amigo de Naiara apareció de paracaídas...Carlos, pero se hacía llamar Carla, porque era un chico que se sentía ser una chica.Carla, Mónica y Sofía, parecían disfrutar de la tranquilidad que ofrecía la isla, y aunque Aziel seguía siendo el hombre de pocos gestos, no pudo evitar notar la química entre las dos primas de Naiara y su amigo. Había algo en esa amistad de cuatro que lo hacía sentirse extraño, pero al mismo tiempo lo comprendía. Aziel dormía en el sofá y Carla dormía en una cama de aire junto a Aziel, mientras que las primas dormía. en la habitación de Aziel y Naiara en su habitación.La presencia de ellas en la casa no solo trajo diversión, sino también una sensación de normalidad que Naiara parecía haber perdido desde que él se mudó a vivir con ella. A pesar de que las complicaciones seguían presentes en sus vidas, tener a alguien como Carla cerca le recordaba a Naiara que, a pesar de todo, a