Naiara no podía dejar de pensar en lo que sucedió aquella noche de la boda de su mejor amiga Valentina.Las piezas del rompecabezas estaban inconclusas en su mente, encima cada fragmento traía consigo más preguntas y dudas.¿Cómo demonios terminé embarazada?Es la pregunta de oro para Naiara. Un bebé no nace así por así necesita de un hombre que la ayude a engendrar a menos que ella sea la virgen María parte dos de la historia mundial, pero sabe que no es el caso, porque será virgen pero no santa.La imagen de Aziel, el hermano de Martín, se le apareció en la mente. Recordó vagamente lo que ocurrió en la fiesta y en el carro de regreso a su cabaña, pero todo lo demás estaba empañado por el alcohol que había ingerido esa noche.¿Fue un abuso? ¿O realmente estaba de acuerdo?Las preguntas claves la atormentaban. La verdad era que no recordaba mucho de la noche, solo fragmentos de sensaciones y de momentos borrosos. Recuerda que su bajo vientre le dolía un poco y que estaba en bata sin r
Tres semanas y media atrás...Aziel llegó a Atlanta con la mente inquieta, después de un largo vuelo desde la isla.La ciudad se extendía ante él, desconocida, llena de nuevas posibilidades y preguntas sin respuesta. Sabía lo que quería: respuestas sobre su cuerpo, sobre su vida, sobre lo que realmente sentía. No podía seguir viviendo con la incertidumbre, sobre todo después de los incidentes que lo habían marcado tanto en el último tiempo.Lo primero que hizo fue llamar a Renata. La italiana, su exnovia, había sido parte de su vida durante algunos años. Aunque sabía que su relación era superficial para ella y basada en intereses mutuos, algo dentro de él sentía que podía reconstruir una parte de sí mismo con ella. Se había curado, se sentía listo para demostrarlo, y pensó que ver a Renata sería un buen paso para retomar las riendas de su vida. Además, quería sentir que su hombría estaba de vuelta.Renata respondió al teléfono con su típica mezcla de entusiasmo fingido y cálculo.—Azi
—Esto no es lo que piensas...esto, sólo se despertó por ti...¿Cómo es eso de que seré padre?Aziel dio un paso atrás, sintiendo como si alguien lo hubiera golpeado.Las palabras de Naiara le golpearon con tal fuerza que, por un momento, no pudo reaccionar. No sabía cómo había llegado a ese punto. ¡No podía recordar lo que había hecho para terminar en esa situación! ¿Cómo que está embarazada?¿Cómo rayos?—Dios...me irritas de verdad...eres un hijo de la gran muralla. Te digo que me embarazaste.—No… no puede ser —murmura, mirando al vacío—. Yo… no entiendo ¿Me estás diciendo que estás embarazada y yo soy el padre?La confusión lo envolvía. La depresión lo había mantenido atrapado, pero no era excusa para lo que estaba pasando. Sabe que no debió irse asi, pero no entendía cómo ni por qué, le dejó una nota que tomara la pastilla del día despues. Entonces por eso ella está allí de frente a él.Naiara lo miró con los ojos llenos de enojo. La rabia que sentía en su interior era insoportable
Aziel toma aire profundamente antes de hablar. Sabía que lo que estaba a punto de decir podía cambiarlo todo, pero Naiara merecía saber la verdad. Él no se echaría la culpa de todo y mientras más claro esté el asunto, sabe que se llevarán mucho mejor en el futuro.— Independientemente de todo, quiero aclarar algunos puntos.—¿Que quieres aclarar?—Yo no empecé esto. Tú me acorralaste, Naiara, así que eres tan responsable como yo—dice, mirándola directamente a los ojos—. No sé si recuerdas algo, pero fuiste tú quien me tocó primero. Me rozaste, te paseaste desnuda por mi habitación, invadiste mi espacio sin dejarme opción. Llegaste desnuda y prácticamente me obligaste. Saltaste directo a mi pënë. Tu sacaste mi leche y...pensé que estabas consciente. Que te encargarías al día siguiente. Te lo digo para que sepas lo que sucedió. No quiero que aportes, pero mientras más claras sean las cosas mejor.Naiara se echa a reír, una risa sarcástica y llena de incredulidad.—¿Y aún así te acostast
Aziel camina de un lado a otro en su apartamento, todavía en toalla. No podía sacarse de la cabeza lo que había sucedido. Despidió a su ex dándole dinero para que resuelva lo que sea que necesite. Ella quedó de regresar y el asintió sin siquiera escuchar.Se pasa una mano por el cabello, respirando hondo antes de marcar el número de su hermano Martín.—Dime, hermano —responde Martín, con la voz relajada.—Hola hermano. Tengo que contarte algo. Pero prométeme que no vas a reírte ni a burlarte —le advierte Aziel, sentándose en el sofá.— A ver, suelta lo que sea.—Voy a ser padre —soltó Aziel de golpe.Del otro lado de la línea se escuchó un fuerte sonido de burbujas y un estruendo seco.—¡¿CÓMO QUE VAS A SER PADRE?! —grita Martín—. ¡Si decías que no se te paraba!Aziel se frota la cara con ambas manos, sintiendo una mezcla de vergüenza y desesperación.—Ese es el problema, Martín. No se me paraba con nadie… hasta que pasó algo con Naiara.—Espera, espera… —Martín trata de procesar la i
Naiara, se masajea las sienes, respira profundamente como si necesitara reunir paciencia de todos los dioses existentes. Luego lo mira fijamente.—Esto va a ser un infierno, en serio. ¿sueles adueñarte de los espacios ajenos?—Un infierno con vistas al mar —corrige él con una sonrisa encantadora.Ella niega con la cabeza, claramente riéndose ante lo inevitable.—Si vas a quedarte aquí, al menos haz algo útil.—¿Como qué? —pregunta Aziel con fingida inocencia.— Además de ayudarme con la limpieza de la casa y ayudarme con mi trabajo. Tengo que organizar unos eventos y… ¡No! ¡No me mires así! No es opcional. Necesito un fotógrafo responsable.Aziel la mira con su mejor cara de cachorro arrepentido.—¿Y si solo hago de fotógrafo guapo? Pero no será de gratis.—¿El único “fotógrafo guapo” que pierde su equipaje y decide venirse a vivir conmigo luego de embarazarme?Aziel puso cara de indignación, pero Naiara ya estaba demasiado ocupada sacando su laptop para planificar su siguiente evento
Aziel se aparta de repente, respirando con dificultad, sintiendo que el calor de la situación lo sobrepasa. Se mira y está lleno de arena.Naiara pone una cara de excitación que sólo hace que él quiera más—¡Vaya! —dice, sonriendo nervioso mientras se aparta un poco—. Creo que ya me pasé de la raya, pero tú no me evitas ni me apartas. ¿Extrañabas mis besos?Naiara, aún en el suelo, se queda mirándolo, sorprendida, pero con una sonrisa traviesa que no puede esconder. A Aziel no se le pasa una. Se toma un segundo para recuperar el aliento.—¿Te arrepientes ahora, Aziel? —bromea, levantándose lentamente. Lo hecha a un lado y se sacude un poco la arena.Él la mira, tratando de recobrar el control de su respiración, y luego se encoge de hombros.—No... solo necesito un momento para calmarme. Pero ese beso fue... —se ríe, intentando restarle tensión al asunto—. Digamos que fue como un buen vino... un poco intoxicante.Naiara se cruza de brazos, observándolo con picardía.—¿Solo un poco? Te
Después de cenar, el ambiente se llena de una calma peculiar. Naiara lava los platos mientras Aziel la ayuda a secarlos y a acomodarlos.La conversación ha sido fluida sin esfuerzo, y aunque ambos están conscientes de la tensión que existe, es como si algo entre ellos hubiera cambiado, o al menos, se hubiera suavizado. Naiara nota la sonrisa brillante que tiene Aziel y él nota el brillo hermoso en sus ojos. Aziel se recarga en la silla, terminando su copa de vino mientras observa a Naiara limpiando la mesa.Cuando ella termina, se despide y se dirige a su habitación, no sin antes tomarse de golpe otra copa de vino.—Ya voy a dormir...—Yo también...te acompaño —toma las dos copas sucias y la deja en el fregadero.Naiara se siente diferente esa noche. Aziel la sigue.—Bien, que duermas bien, Aziel. Gracias por ayudar.—Es lo menos que puedo hacer. La sopa estaba deliciosa.—Luego te enseño cómo prepararla.—De acuerdo.Hay algo que la hace quedarse un poco más de lo habitual en el marc