Ahora sí, FINAL FINAL, NO VA MÁS. Nuevamente gracias a todxs y cada unx de ustedes, por la paciencia, los bonos, las monedas y el tiempo que se han tomado para leer mis libros, espero que me puedan seguir acompañando en los próximos y nunca paren de leer. Un abrazo desde Colombia como siempre.
MARTÍN.Hoy es el bautizo de mi linda sobrina Isabella, la hija de mi hermanastro Cristobal, él y sus padres me recibieron cuando perdí a mi familia. Estamos en una pequeña habitación terminando de alistar nuestras ropas como la norma lo dicta, pues nuestra madre, Mariana, no permitiría por nada del mundo que la celebración fuese sencilla.Miro a mi hermano, tan elegante como siempre y me lanzo sobre él para jugar un rato, porque gracias a ese hombre y su esposa Katerina es que hoy estoy vivo.—Ella va a venir Martín. —Lo miro con un poco de sorpresa, pues hace casi un año que no se nada de Ana.—¿Cómo lo sabes?. —Mi garganta se siente se
ANA.FLASHBACKSalgo de mi entrenamiento de esgrima, tengo exactamente 15 minutos para llegar a mi entrenamiento de natación. Mientras voy camino a las piscinas, coloco en mis oídos los audífonos de última tecnología, cortesía de mi padre, para contestar la llamada de mi atractivo hermano mayor.—¿Dónde estás?—Voy a natación. ¿Qué quieres?. —Doy un resoplido, porque Wilson solo me llama cuando necesita algo de mi.—Si sabes que no es necesario que te esfuerces tanto.—Bueno, querido hermano, si quiero lograr mi objetivo, no se puede ir por la vida
MARTÍN.FLASHBACK.—¡Responde carajo!. —El sonido de la voz de mi hermano Cristobal es casi un susurro.Estoy en mi habitación dentro de la facultad de medicina, anoche me fui de fiesta y me pase de copas, aunque creo que de otras cosas también.Estoy metido en este espiral de drogas, sexo y rock and roll, desde hace varios años. Empecé solo bebiendo y luego probando cosas, para no llegar tan ebrio a la casa de mis padres adoptivos.—Carajo Martín, no tenías que hacer esto, no precisamente hoy, que tengo un examen tan importante. —Cristóbal está realmente molesto. Me sacude con furia, para llevarme al baño. MARTÍN.No me podía creer que de verdad este frente a mi, justo ahora su olor invade mi alma y me llena de felicidad, sus ojos reflejan una confusión total, pero no me importaba, se que esto que estoy haciendo no es sano para ninguno de los dos, sobre todo porque nuestro pasado sigue sin ser aclarado y mi pasado sigue persiguiéndome, aunque en realidad es Xiomara.Finalmente me decido a tomarla por las caderas con fuerza y la alzó para poder sentarla en el lavabo y me olvido de todo, mis besos ruedan por su rostro, mis labios se mueven hasta su cuello, mientras mis dedos aprietan sus caderas y sutilmente mis manos empiezan a subir el vestido azul y vaporoso que lleva puesto, sus manos ya no están en puños a lado y lado de su cuerpo, ahora están sobre mi cuello y siento como una de ella se desliza por mi cabellera para apretar.Nos detenemos por un segund4. EL BAÑO.
ANA.Cada beso y cada caricia que Martín me acaba de dar en ese baño, arde y duele. También me recordó lo mucho que lo amo y lo infinitamente tatuado que lo tengo dentro de mi alma. Puedo parecer la más masoquista de todo el mundo, porque pude detenerlo cuando yo quisiera, pero no quería. Lo quería conmigo. Una última vez.Salir del baño y encontrarme con la mirada escrutadora de Julián, fue un golpe duro que me aterrizó en la realidad que ahora vivo, de nada vale haber llorado noches enteras, de nada vale haber huido como una criminal y haberme escondido.Ya no soy de Martín, porque además él nunca fue mío.&
MARTÍN.No sabía en qué momento de mi vida me iba a enamorar, tampoco sabía si me iba a enamorar, no tenía idea de que se trataba el amor. Particularmente de esa clase, y de alguna manera me ha sido muy difícil sentirme amado.Sé que es extraño que diga algo como esto, cuando tuve el amor de mis padres y el amor de mis padres adoptivos y el de mi hermano. Pero al mismo tiempo se siente un amor tan lejano, que se que puedo ser realmente desagradecido, pero siempre sentí que algo me falto.Pero cuando la vi entrar, cuando me fije en sus ojos negros, su rostro, esa firmeza en su mirada. Sentí que el mundo se abrió en dos y me enamoré. No ten&i
Estaba listo para esperarla a la salida, para invitarla a terminar su día conmigo.Pasar el día se me hizo eterno, tenía muchas ganas de verla y cuando por fin llegó la hora, yo era un ser de nervios, más que de carne y hueso. La veo salir y mi corazón se acelera, muevo mi mano en dirección a ella y me siento estúpido, no volví a ingresar a las oficinas, porque debía obedecer a mi hermano, que no estaba de buen genio y me había llamado a maldecirme por haber hecho caso omiso a su orden.—Hola. ¿Por qué trajiste flores?…otra vez. —Su voz es extraña.—¿No te gustan?. —Le pregunto tímido.—Las gardenias si, las otras no.
ANA.Dirigí mi vista al frente, justo en la entrada del elegante edificio veo a mi elegante padre, está molesto, lo veo en su mirada. Estiro mi pequeña mano y tomó la de Martín, entrelazó nuestros dedos y soy consciente de que se acaba de dar cuenta que estoy tensionada.—Ana.—Padre. —Dijo sin un ápice de sentimientos en su voz, es como si hubiese pasado de estar viva a muerta en un segundo.—Nos quedamos esperando por ti.—Bueno, tenía planes, lamento no avisar. —su voz era demasiado fría. Y mi mano comenzaba a doler, pues cada vez que hablaba, yo apretaba con más y más fuerza la de Mart&iacut