Una semana antes de que Malek fuera encontrado, él y Dalton habían logrado salir ilesos del accidente. Sin embargo, la suerte no estaba de su lado. Habían caído en una playa privada, propiedad de “La Garduña” Mafia española. Dalton fue reconocido de inmediato por los guardias que patrullaban la zona, quienes los interceptaron y llevaron ante su líder.En un oscuro y lúgubre almacén cerca de la playa, Dalton y Malek fueron sometidos a torturas e interrogatorios. Los guardias no mostraron misericordia, querían obtener toda la información posible. Dalton, a pesar del dolor, intentaba proteger a Malek y mantener su compostura.Finalmente, el líder de la mafia, un hombre de mirada fría y calculadora, se acercó a Dalton.—Tenemos una propuesta para ti. Liberaremos a tu amigo y le permitiremos regresar a salvo, pero a cambio, tú te quedarás trabajando para nosotros.Dalton levantó la cabeza, con sus ojos llenos de determinación.—¿Y qué pasa si me niego?El líder de la mafia sonrió sin humor.
Deuda saldada Dalton no sabía lo que había aceptado al cumplir el trato con el jefe de La Garduña, si antes tenía un lado oscuro, ahora ya no existía ese lado porque la oscuridad estaba hecha de él y él estaba hecho de la oscuridad. Al inicio le costaba cumplir con sus trabajos en el crimen organizado y los asesinatos limpios, sin ningún rastro, pero ya después se convirtió en una leyenda de las masacres, asesinando a más de trescientas personas en diez años. A medida que la lluvia golpeaba las ventanas del viejo apartamento, Dalton se miró en el espejo. Los ojos que lo devolvían la mirada eran fríos y vacíos, un reflejo de las incontables vidas que había arrebatado. El teléfono sobre la mesa vibró, rompiendo el silencio ensordecedor. Al otro lado de la línea, la voz áspera de su contacto resonó con una mezcla de urgencia y temor. —Tenemos un nuevo encargo. El jefe quiere que lo manejes personalmente. Dalton no respondió de inmediato. Cerró los ojos por un instante, tratando de re
RenacerDiez años más tarde.Dalton respiró profundamente y cerró los ojos, tratando de calmar el torbellino de pensamientos y emociones que lo asaltaban. Mientras la limusina avanzaba por las calles de la ciudad, su mente regresaba una y otra vez a los rostros de Samuel y Alice.Samuel, su hijo, debía haber crecido mucho en su ausencia. Dalton se preguntaba si el niño habría heredado su determinación y su fuerza. Si lo recordaría como el padre que lo abandonó o como el hombre que luchó para protegerlos a todos.Alice, la mujer que alguna vez fue el centro de su universo, ahora se sentía como un sueño distante. Había pasado tanto tiempo, y la incertidumbre de no saber si ella había encontrado a alguien más lo carcomía por dentro.El traqueteo del vehículo sobre los baches de la carretera lo sacó de sus pensamientos. Abrió los ojos y miró por la ventana, observando cómo las luces de la ciudad parpadeaban como un recordatorio de la vida que había dejado atrás. Finalmente, se permitió un
Dalton salió del hotel con la mente en cualquier lado, subió a su limusina y le ordenó al chofer que lo llevara de vuelta a su hotel, con la respiración acelerada y su corazón en la garganta, miró por la ventana trasera del vehículo para asegurarse de que nadie los estuviera siguiendo.La limusina avanzó rápidamente por las calles desiertas, mientras Dalton trataba de calmarse. Sabía que había cometido un error al huir, pero el miedo había sido abrumador. Debía regresar, enfrentar lo que había sucedido y asegurarse de que Alice estuviera bien. No podía dejarla sola en ese estado.—Chofer, deténgase aquí. —Dijo de repente, su voz temblando con la urgencia de su decisión.El chofer, sorprendido, obedeció y detuvo el vehículo. Dalton salió apresuradamente de la limusina y comenzó a correr de vuelta al hotel, su mente un torbellino de preocupaciones y arrepentimientos.Pero al llegar al hotel ya era demasiado tarde, se habían llevado a Alice en una ambulancia y seguido llegó la policía,
Retornos y RevelacionesDalton, se había sometido a un cambio de imagen, comenzando a usar lentes de contacto grises y se había teñido el cabello de blanco para pasar inadvertido. Esta mañana se encontraba en una pequeña cafetería, frente al hospital, observando las noticias en la televisión mientras tomaba un café. Las últimas semanas habían sido un torbellino de eventos y emociones. Se mantenía oculto, sin dejar rastro, pero no podía evitar estar cerca de Alice y Samuel, vigilándolos desde la distancia.Una noticia en particular llamó su atención. El reportero hablaba sobre un hombre que había sido declarado muerto hace años, pero que, según nuevos informes, podría estar vivo. Dalton apagó rápidamente la televisión, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que debía actuar con cautela, pero el tiempo se estaba agotando.Mientras tanto, en el hospital, Alice y Mia trabajaban en ajustar su vida a las nuevas circunstancias. Samuel estaba siempre cerca, apoyando a su madre en todo lo pos
Confrontarlo—Mia, esa nota puede ser de cualquier persona. Hay muchas "M" por ahí. —Respondió, tratando de restarle importancia al asunto.Mia no estaba convencida. Se cruzó de brazos y lo miró con una mezcla de incredulidad e impotencia.—Malek, he conocido a Dalton lo suficiente para saber cuándo alguien está escondiendo algo. Si sabes algo, por favor, dímelo. Es importante para todos nosotros. —Insistió, su voz suave pero firme.Malek suspiró profundamente. Sabía que no podía seguir ocultando la verdad y que Mia merecía saber lo que estaba sucediendo.—Está bien, Mia. Lo confieso. La nota es mía. Dalton está vivo y se ha mantenido escondido para protegerlos a todos ustedes. —Dijo finalmente, su voz apenas un susurro.Los ojos de Mia se llenaron de lágrimas. Aunque lo había sospechado, escuchar la confirmación fue un choque.—¿Dalton está vivo? No puedo creerlo... —Murmuró, tratando de asimilar la información.Malek asintió.—Sí, está vivo. Ha cambiado su apariencia y se ha manteni
De altaPasada una semana de ser diagnosticada, el doctor decidió que Alice ya podía regresar a casa, considerando que estaba muy estable. Sin embargo, debía continuar con sus tratamientos. Mia se fue con el doctor a recibir los medicamentos recetados para Alice, mientras que Samuel se quedó allí ayudándola a recoger sus cosas para volver a casa.Samuel observaba atentamente cómo la mujer que había sido su madre, Alice, guardaba las últimas pertenencias en la bolsa de viaje. Aunque solo tenía 15 años, había madurado rápidamente en la última semana. Sentía una mezcla de alivio y preocupación; feliz de que su madre estuviera lo suficientemente bien como para regresar a casa, pero consciente de la larga batalla que aún tenían por delante.—Mamá, ¿necesitas ayuda con algo más? —Preguntó Samuel, tomando una manta y doblándola cuidadosamente. Aunque no solía llamarla así a menudo, Alice ya se había acostumbrado a esa sensación que le generaba el escucharlo llamarla así.Alice sonrió, sintien
Conforme caminaban hacia la cafetería, Samuel no podía evitar sentir un leve recelo. ¿Qué querían realmente Lara y Gabriel? La amabilidad repentina era inusual, especialmente en la gran ciudad. Sin embargo, la sensación de ser tratado como un adolescente normal, aunque fuera por un breve momento, lo reconfortaba.Llegaron a la cafetería, un pequeño lugar acogedor con luces cálidas y el aroma de café recién hecho en el aire. Se sentaron en una mesa junto a la ventana y pidieron algo de comer.—Entonces, Samuel. —Comenzó Gabriel mientras removía su café. —¿Qué te llevó a la biblioteca hoy?Samuel tomó un sorbo de su bebida antes de responder.—Necesitaba un lugar tranquilo, lejos de todo. Ha sido una semana complicada. —Dijo, sintiéndose algo aliviado al hablar de sus razones.Lara asintió comprensiva.—Todos necesitamos un refugio de vez en cuando. La biblioteca siempre ha sido uno de mis lugares favoritos también. —Comentó con una sonrisa.Mientras conversaban, Samuel se dio cuenta de