Dalton salió del hotel con la mente en cualquier lado, subió a su limusina y le ordenó al chofer que lo llevara de vuelta a su hotel, con la respiración acelerada y su corazón en la garganta, miró por la ventana trasera del vehículo para asegurarse de que nadie los estuviera siguiendo.La limusina avanzó rápidamente por las calles desiertas, mientras Dalton trataba de calmarse. Sabía que había cometido un error al huir, pero el miedo había sido abrumador. Debía regresar, enfrentar lo que había sucedido y asegurarse de que Alice estuviera bien. No podía dejarla sola en ese estado.—Chofer, deténgase aquí. —Dijo de repente, su voz temblando con la urgencia de su decisión.El chofer, sorprendido, obedeció y detuvo el vehículo. Dalton salió apresuradamente de la limusina y comenzó a correr de vuelta al hotel, su mente un torbellino de preocupaciones y arrepentimientos.Pero al llegar al hotel ya era demasiado tarde, se habían llevado a Alice en una ambulancia y seguido llegó la policía,
Retornos y RevelacionesDalton, se había sometido a un cambio de imagen, comenzando a usar lentes de contacto grises y se había teñido el cabello de blanco para pasar inadvertido. Esta mañana se encontraba en una pequeña cafetería, frente al hospital, observando las noticias en la televisión mientras tomaba un café. Las últimas semanas habían sido un torbellino de eventos y emociones. Se mantenía oculto, sin dejar rastro, pero no podía evitar estar cerca de Alice y Samuel, vigilándolos desde la distancia.Una noticia en particular llamó su atención. El reportero hablaba sobre un hombre que había sido declarado muerto hace años, pero que, según nuevos informes, podría estar vivo. Dalton apagó rápidamente la televisión, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que debía actuar con cautela, pero el tiempo se estaba agotando.Mientras tanto, en el hospital, Alice y Mia trabajaban en ajustar su vida a las nuevas circunstancias. Samuel estaba siempre cerca, apoyando a su madre en todo lo pos
Confrontarlo—Mia, esa nota puede ser de cualquier persona. Hay muchas "M" por ahí. —Respondió, tratando de restarle importancia al asunto.Mia no estaba convencida. Se cruzó de brazos y lo miró con una mezcla de incredulidad e impotencia.—Malek, he conocido a Dalton lo suficiente para saber cuándo alguien está escondiendo algo. Si sabes algo, por favor, dímelo. Es importante para todos nosotros. —Insistió, su voz suave pero firme.Malek suspiró profundamente. Sabía que no podía seguir ocultando la verdad y que Mia merecía saber lo que estaba sucediendo.—Está bien, Mia. Lo confieso. La nota es mía. Dalton está vivo y se ha mantenido escondido para protegerlos a todos ustedes. —Dijo finalmente, su voz apenas un susurro.Los ojos de Mia se llenaron de lágrimas. Aunque lo había sospechado, escuchar la confirmación fue un choque.—¿Dalton está vivo? No puedo creerlo... —Murmuró, tratando de asimilar la información.Malek asintió.—Sí, está vivo. Ha cambiado su apariencia y se ha manteni
De altaPasada una semana de ser diagnosticada, el doctor decidió que Alice ya podía regresar a casa, considerando que estaba muy estable. Sin embargo, debía continuar con sus tratamientos. Mia se fue con el doctor a recibir los medicamentos recetados para Alice, mientras que Samuel se quedó allí ayudándola a recoger sus cosas para volver a casa.Samuel observaba atentamente cómo la mujer que había sido su madre, Alice, guardaba las últimas pertenencias en la bolsa de viaje. Aunque solo tenía 15 años, había madurado rápidamente en la última semana. Sentía una mezcla de alivio y preocupación; feliz de que su madre estuviera lo suficientemente bien como para regresar a casa, pero consciente de la larga batalla que aún tenían por delante.—Mamá, ¿necesitas ayuda con algo más? —Preguntó Samuel, tomando una manta y doblándola cuidadosamente. Aunque no solía llamarla así a menudo, Alice ya se había acostumbrado a esa sensación que le generaba el escucharlo llamarla así.Alice sonrió, sintien
Conforme caminaban hacia la cafetería, Samuel no podía evitar sentir un leve recelo. ¿Qué querían realmente Lara y Gabriel? La amabilidad repentina era inusual, especialmente en la gran ciudad. Sin embargo, la sensación de ser tratado como un adolescente normal, aunque fuera por un breve momento, lo reconfortaba.Llegaron a la cafetería, un pequeño lugar acogedor con luces cálidas y el aroma de café recién hecho en el aire. Se sentaron en una mesa junto a la ventana y pidieron algo de comer.—Entonces, Samuel. —Comenzó Gabriel mientras removía su café. —¿Qué te llevó a la biblioteca hoy?Samuel tomó un sorbo de su bebida antes de responder.—Necesitaba un lugar tranquilo, lejos de todo. Ha sido una semana complicada. —Dijo, sintiéndose algo aliviado al hablar de sus razones.Lara asintió comprensiva.—Todos necesitamos un refugio de vez en cuando. La biblioteca siempre ha sido uno de mis lugares favoritos también. —Comentó con una sonrisa.Mientras conversaban, Samuel se dio cuenta de
Dalton estaba en una vieja y ruinosa casa abandonada, a oscuras, iluminado apenas por los relámpagos que iluminaban el cielo cada tanto, mientras el cielo se caía en el exterior por la tormenta devastadora que azotaba las viejas paredes de madera de la casa. Caminó por el pasillo, bajó las escaleras al sótano y de pronto lo atacó un hombre. No podía identificar quién era por la oscuridad, pero lo mató antes de que este lo hiciera. Luego, otro hombre salió de la penumbra del sótano y Dalton también lo mató sin problema. Y así continuó, uno tras otro.De repente, el sótano se iluminó y entonces lo vio: todos los cuerpos de las personas que él había asesinado con La Garduña. Pero aún había unos más en pie. Se trataba de su familia: Alice, Samuel, Mia, Malek, los Colman, Moscú y Elizabeth, Nicholas e incluso Andrés. Todos parecían estar poseídos. Todos se abalanzaron sobre él y comenzaron a golpearlo, y él tuvo que matarlos a todos, terminando por su esposa Alice.Luego, se escuchó que alg
Mientras Dalton cuestionaba su regreso, al otro lado de la ciudad, en los suburbios, la mansión Monroe se erguía majestuosa contra el cielo matutino. La mansión, reconstruida por Alice después de tantos desafíos, representaba un símbolo de su fortaleza y determinación. Los primeros rayos de sol se filtraban a través de las ventanas, llenando la casa de una luz cálida y dorada.Alice despertó con la claridad del nuevo día. Aunque su cuerpo estaba cansado, su mente estaba decidida. Después de una ducha rápida, se arregló con cuidado, eligiendo un atuendo que combinaba profesionalismo y comodidad. Se dirigió a su escritorio, donde una pila de documentos, unas videoconferencias prontas y una computadora portátil la esperaban.El escritorio de su habitación era un espacio organizado, pero lleno de vida. Fotografías familiares, notas adhesivas con recordatorios y algunos adornos personales daban un toque cálido al lugar. Alice se sentó, sintiendo el peso del trabajo atrasado que había acumul
Samuel se tensó al escuchar las palabras de la subdirectora. Miró a su alrededor, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.—¿Jennifer? —Preguntó, intentando ocultar su sorpresa.La subdirectora asintió con firmeza.—Sí, Samuel. Por favor, acompáñame a mi oficina.Samuel siguió a la subdirectora por los pasillos de la escuela, sintiendo una creciente sensación de inquietud. Llegaron a la oficina y, al entrar, vio a Jennifer sentada en una silla, con una expresión de impaciencia. Al ver a Samuel, esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos.—Samuel, querido, qué bueno verte. —Dijo Jennifer con una voz aparentemente amable.Samuel no pudo evitar sentirse incómodo. Desde que recordaba, su relación con Jennifer había sido tensa y distante.—¿Qué haces aquí, Jennifer? —Preguntó Samuel, tratando de mantener la calma.Jennifer se levantó y se acercó a él, colocando una mano en su hombro de manera posesiva.—Solo quería verte y hablar contigo. Han pasado tantas cosas desde que... bueno,