Confrontarlo—Mia, esa nota puede ser de cualquier persona. Hay muchas "M" por ahí. —Respondió, tratando de restarle importancia al asunto.Mia no estaba convencida. Se cruzó de brazos y lo miró con una mezcla de incredulidad e impotencia.—Malek, he conocido a Dalton lo suficiente para saber cuándo alguien está escondiendo algo. Si sabes algo, por favor, dímelo. Es importante para todos nosotros. —Insistió, su voz suave pero firme.Malek suspiró profundamente. Sabía que no podía seguir ocultando la verdad y que Mia merecía saber lo que estaba sucediendo.—Está bien, Mia. Lo confieso. La nota es mía. Dalton está vivo y se ha mantenido escondido para protegerlos a todos ustedes. —Dijo finalmente, su voz apenas un susurro.Los ojos de Mia se llenaron de lágrimas. Aunque lo había sospechado, escuchar la confirmación fue un choque.—¿Dalton está vivo? No puedo creerlo... —Murmuró, tratando de asimilar la información.Malek asintió.—Sí, está vivo. Ha cambiado su apariencia y se ha manteni
De altaPasada una semana de ser diagnosticada, el doctor decidió que Alice ya podía regresar a casa, considerando que estaba muy estable. Sin embargo, debía continuar con sus tratamientos. Mia se fue con el doctor a recibir los medicamentos recetados para Alice, mientras que Samuel se quedó allí ayudándola a recoger sus cosas para volver a casa.Samuel observaba atentamente cómo la mujer que había sido su madre, Alice, guardaba las últimas pertenencias en la bolsa de viaje. Aunque solo tenía 15 años, había madurado rápidamente en la última semana. Sentía una mezcla de alivio y preocupación; feliz de que su madre estuviera lo suficientemente bien como para regresar a casa, pero consciente de la larga batalla que aún tenían por delante.—Mamá, ¿necesitas ayuda con algo más? —Preguntó Samuel, tomando una manta y doblándola cuidadosamente. Aunque no solía llamarla así a menudo, Alice ya se había acostumbrado a esa sensación que le generaba el escucharlo llamarla así.Alice sonrió, sintien
Conforme caminaban hacia la cafetería, Samuel no podía evitar sentir un leve recelo. ¿Qué querían realmente Lara y Gabriel? La amabilidad repentina era inusual, especialmente en la gran ciudad. Sin embargo, la sensación de ser tratado como un adolescente normal, aunque fuera por un breve momento, lo reconfortaba.Llegaron a la cafetería, un pequeño lugar acogedor con luces cálidas y el aroma de café recién hecho en el aire. Se sentaron en una mesa junto a la ventana y pidieron algo de comer.—Entonces, Samuel. —Comenzó Gabriel mientras removía su café. —¿Qué te llevó a la biblioteca hoy?Samuel tomó un sorbo de su bebida antes de responder.—Necesitaba un lugar tranquilo, lejos de todo. Ha sido una semana complicada. —Dijo, sintiéndose algo aliviado al hablar de sus razones.Lara asintió comprensiva.—Todos necesitamos un refugio de vez en cuando. La biblioteca siempre ha sido uno de mis lugares favoritos también. —Comentó con una sonrisa.Mientras conversaban, Samuel se dio cuenta de
Dalton estaba en una vieja y ruinosa casa abandonada, a oscuras, iluminado apenas por los relámpagos que iluminaban el cielo cada tanto, mientras el cielo se caía en el exterior por la tormenta devastadora que azotaba las viejas paredes de madera de la casa. Caminó por el pasillo, bajó las escaleras al sótano y de pronto lo atacó un hombre. No podía identificar quién era por la oscuridad, pero lo mató antes de que este lo hiciera. Luego, otro hombre salió de la penumbra del sótano y Dalton también lo mató sin problema. Y así continuó, uno tras otro.De repente, el sótano se iluminó y entonces lo vio: todos los cuerpos de las personas que él había asesinado con La Garduña. Pero aún había unos más en pie. Se trataba de su familia: Alice, Samuel, Mia, Malek, los Colman, Moscú y Elizabeth, Nicholas e incluso Andrés. Todos parecían estar poseídos. Todos se abalanzaron sobre él y comenzaron a golpearlo, y él tuvo que matarlos a todos, terminando por su esposa Alice.Luego, se escuchó que alg
Mientras Dalton cuestionaba su regreso, al otro lado de la ciudad, en los suburbios, la mansión Monroe se erguía majestuosa contra el cielo matutino. La mansión, reconstruida por Alice después de tantos desafíos, representaba un símbolo de su fortaleza y determinación. Los primeros rayos de sol se filtraban a través de las ventanas, llenando la casa de una luz cálida y dorada.Alice despertó con la claridad del nuevo día. Aunque su cuerpo estaba cansado, su mente estaba decidida. Después de una ducha rápida, se arregló con cuidado, eligiendo un atuendo que combinaba profesionalismo y comodidad. Se dirigió a su escritorio, donde una pila de documentos, unas videoconferencias prontas y una computadora portátil la esperaban.El escritorio de su habitación era un espacio organizado, pero lleno de vida. Fotografías familiares, notas adhesivas con recordatorios y algunos adornos personales daban un toque cálido al lugar. Alice se sentó, sintiendo el peso del trabajo atrasado que había acumul
Samuel se tensó al escuchar las palabras de la subdirectora. Miró a su alrededor, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.—¿Jennifer? —Preguntó, intentando ocultar su sorpresa.La subdirectora asintió con firmeza.—Sí, Samuel. Por favor, acompáñame a mi oficina.Samuel siguió a la subdirectora por los pasillos de la escuela, sintiendo una creciente sensación de inquietud. Llegaron a la oficina y, al entrar, vio a Jennifer sentada en una silla, con una expresión de impaciencia. Al ver a Samuel, esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos.—Samuel, querido, qué bueno verte. —Dijo Jennifer con una voz aparentemente amable.Samuel no pudo evitar sentirse incómodo. Desde que recordaba, su relación con Jennifer había sido tensa y distante.—¿Qué haces aquí, Jennifer? —Preguntó Samuel, tratando de mantener la calma.Jennifer se levantó y se acercó a él, colocando una mano en su hombro de manera posesiva.—Solo quería verte y hablar contigo. Han pasado tantas cosas desde que... bueno,
Malek dejó escapar un suspiro, mirando a Mia con preocupación.—Entonces debemos ser más cuidadosos. No podemos darle ninguna razón para sospechar. Debemos vigilar cada uno de sus movimientos y asegurarnos de que no intente investigar más sobre Dalton. Sabes lo persistente que puede ser. Digno hijo de su padre, sin duda… —Dijo Malek, cruzándose de brazos.Mia asintió, aunque la preocupación no abandonaba su rostro.—Sé que esto es difícil, pero lo estamos haciendo por su seguridad y la de Alice. No podemos arriesgarnos a que Jennifer descubra que Dalton está vivo y use esa información para manipularnos o hacerle daño a alguien —Respondió Mia, con su voz temblando ligeramente.—Confío en que podremos manejar esto, pero necesitamos ser un equipo y estar siempre alerta. Si notamos algo fuera de lo normal, debemos actuar de inmediato. —Dictó Malek, tratando de infundir confianza en ambos.Mia tomó una respiración profunda, tratando de calmar sus nervios.—Tienes razón. No podemos dejar que
—Busquemos cualquier cosa que pueda ser una pista. No podemos despertarla —Respondió Samuel a media voz, comenzando a revisar la habitación en silencio.Mientras buscaban, encontraron una maleta abierta con documentos y papeles esparcidos por el suelo. Samuel recogió uno de los documentos y lo leyó rápidamente.—Mira esto. Es un informe de seguimiento. Parece que Jennifer ha estado vigilando a alguien. —Dijo Samuel, mostrándole el documento a Gabriel.—¿A quién? —Preguntó Gabriel, mirando el informe con interés.—No lo sé, pero debemos llevarnos esto y revisarlo con calma. No podemos quedarnos aquí mucho tiempo. —Respondió Samuel, guardando el documento en su mochila.De repente, la figura en la cama se movió y emitió un gemido. Samuel y Gabriel se quedaron inmóviles, conteniendo la respiración. Jennifer se giró en la cama, pero no se despertó. Los dos jóvenes aprovecharon la oportunidad para salir de la habitación en silencio.Al llegar al pasillo, cerraron la puerta con cuidado y se