—Mamá por favor —digo tratando de acomodar mi vestido. Han pasado 3 meses desde el incendio. Las secuelas físicas están completamente sanadas y he mejorado psicológicamente, mis hijos se han desarrollado sanamente y no han presentado ningún problema.
—Mi amor te ves hermosa lo juro —La boda al fin ha llegado, estoy muy nerviosa porque en unos minutos saldré a ese hermoso salón y me encontraré con Alex.
—Tienes que salir ya Mila —dice Kelly, mi madre me besa la frente y sale ocultando las lágrimas.
Estoy frente al espejo mirándome, mi vestido es corte sirena, unas pequeñas mangas sobresalen por mis hombros y el color es precioso, como una perla, tiene detalles en la falda y un velo largo
Esto representa una batalla constante contra ella misma. Mila salta con las piernas abiertas y cae de forma silenciosa y elegante, alza su barbilla mirando su reflejo en aquel enorme espejo que hay en su salón de prácticas. Da un paso a la derecha, otro más a la izquierda, se inclina y su delgado pero fuerte cuerpo la hace ver una perfecta bailarina de ballet. Cierra los ojos y aguarda unos minutos. Siente su latir acelerado y como su mente se nubla. No por favor, hoy no. Pero esa sombra oscura vuelve a llenar cada rincón de su mente. Abre los ojos y al mirarse de nuevo una lágrima cae por su mejilla. Camina a pasos elegantes hasta la puerta del salón. Toma su toalla y un vaso de cristal lleno de agua. Apaga la luz
Despierto exhausta y lo peor es que no es nada nuevo, no después de una noche luchando conmigo misma.Estiro mis pies y piernas, están endurecidas al igual que mi espalda. Lo único que puede hacerme sentir bien es que es viernes, al fin la semana ha acabado.Giro mi cabeza y mi visión se enfoca en el reloj, 5:10 am. Me siento a la orilla de la cama. Necesito ir a correr. Al instante me pongo de pie para recorrer mi habitación amplia y solitaria. No hay luz salvo la que entra por la gran ventana.Llego en automático hasta el cuarto de baño y enciendo la luz. Tomo de la repisa el jabón y comienzo a asear mi rostro. Tomo el cepillo de dientes y hago lo mismo. M
Las clases se han pasado rápido, la verdad es que no tengo demasiadas ganas de estar aquí. Tal vez sea mi ansiedad, mi cuerpo está exhausto. Mis piernas duelen y solo quiero reposar un poco. Pero la llamada de Kelly y ese nuevo club interrumpen mis ideas sobre descanso.—Vamos, he conseguido los boletos —repite Kelly, la única amiga que he hecho desde que pisé suelo americano.—Está bien, ¿irás a mi departamento? —mi amiga dice que sí y termina la llamada. Es una chica muy agradable, no suelo tener muchas amigas, de hecho Kelly ha sido la primera. Mi niñez fue básicamente regida bajo competencia entre mis compañeras de baile, así que no podía entablar una amistad con ninguna chica. Y luego está Kelly, estudia enfermer&iacu
Él.Mis colegas siguen entretenidos en la plática cuando yo solo miro la puerta para esperar a que ella llegue. Y como si la hubiera invocado la campanilla suena. Camina contorneando su atlético cuerpo hasta el mostrador.—Ah pero mira quien ha llegado —dice John. Al instante lo fulmino con la mirada.—Cállate —todos ríen—¿Por qué no hablas con ella?, llevas meses solo mirándola entrar y pedir su capuchino…—De vainilla, sin azúcar y sin poder decirle una palabra, lo entiendo John —el resto del equipo se ríe y es cuando Fabio habla.—Te digo que este es un buen dí
—Mierda Mila apresúrate— dice Kelly—Que ya voy, solo un cambio más—ruego y me vuelvo a meter al vestidor. Me he probado 3 o 4 vestidos pero ninguno termina por convencerme.—Tu madre ya te hubiera dejado.—Es por eso que ya no vivo con ella— contesto de mala gana.Me miro una y otra vez al espejo, me veo bien. Me he maquillado tratando de resaltar mis ojos azules.—¿Te parece que este vestido está bien?— pregunto de nuevo para desesperar aun mas a mi amiga.—Por dios, juro que se te ven hermosos todos los vestidos que te has probado, ¿Por qué no me crees?&
Me despierto de a poco, miro el reloj son las 5 de la mañana. Tengo que ir a correr. Comienzo a estirar mi cuello y muevo de arriba a abajo las puntas de mis pies, duelen.Me deshago del cobertor y puedo observar los moretones que tengo en las piernas, son normales, las prácticas son más duras ahora.Siento pulsaciones en la cabeza, así que tomo el medicamento que me ha dado la doctora pestañas falsas y un sorbo de agua.Me pongo de pie y sigo estirándome, los huesos truenan y tengo dolores musculares, nada que no haya experimentado antes. Me dirijo hacia el vestidor y busco entre mi ropa deportiva un top, pantalones deportivos, sudadera gruesa y de más.Salgo del edificio no sin antes hidratarme y
Tengo una hora recostada en mi cama y no puedo dejar de pensar en esos ojos tan… clavados en mí. Ese tipo es enorme, debo aceptar que se veía verdaderamente atractivo con su uniforme de bombero… mierda Mila basta.Reviso el móvil para encontrarme con que todas las noticias las ocupa el incendio del club de anoche… bloqueo la pantalla y lo dejo a un lado.Al cabo de unos minutos llaman a mi puerta, es Kelly. Por un momento me había olvidado que había dormido aquí después de lo sucedido.—¿Qué no piensas desayunar?— pregunta pero yo me arropo en los edredones—. Olivia nos preparará algo, ¿Estás bien?, ¿ya has ido a correr?Asiento y me dis
Me he despintado y cambiado con ropa deportiva, Kelly esta desayunando en el comedor.—Lo siento y gracias— dice mirándome con culpa. Ruedo los ojos y busco en la estantería las medicinas, una aspirina me vendría bien—No vuelvas a hacerlo, por favor —ella asiente—. Me refiero a que no quiero que vuelvas a dirigirle la palabra.—Sí, mamá Mila.—No quiero sonar como tu madre, quiero que estés bien— estiro mi cuello y me despido para iniciar mi rutina.Son las 10:15 de la mañana. Casi nunca troto a esta hora, hay demasiada gente en cualquier lado.Estiro mis piernas, cu