La fiesta continúa tranquilamente, contemplo a las personas bailar de un lado a otro. Alexander no ha parado de hablar con hombres, sinceramente me han aburrido sus pláticas así que solo me concentro en beber jugo de frutas.
Miro mi móvil y me encuentro con un mensaje de Kelly:
De: Kelly babe (4:32 p.m.)
Amiga, me he enterado que te han realizado una súper fiesta en Montana, ¡es genial!, muero por tenerte aquí… y John me lo ha notificado, ¡SERE DOBLEMENTE TIA!, estoy un poco indignada porque no me lo has dicho tú… en fin, te extraño.
Tecleo una disculpa, no recordaba que no había notificado a Kelly del hallazgo… en fin, yo también tengo muchas ganas de volverla a ver. Noto que en el buzón
Una semana ha pasado desde que llegamos a NY me siento al fin en casa, no puedo negar que extraño profundamente los hermosos paisajes de Montana pero… creo que la ciudad es lo mío.La buena noticia es que puedo caminar lento y pocas distancias pero he vuelto a caminar y sin terapias, solo las propias y algunos ejercicios que he visto en internet.Tomo un sorbo de jugo de naranja mientras contesto a mi madre el ya habitual mensaje escrito por las mañanas. Escucho como Alexander sale del vestidor con su uniforme puesto.—Quiero una dona de chocolate —hago un puchero y este sonríe—Por supuesto hermosa —besa mis labios y me ayuda a ponerme de pie. Le informo a Olivia que volveré en un momento y ahora no
5 meses despuésCamino recorriendo la sala, mis pies están mucho mejor pero hinchados debido al embarazo. Mi barriga es muy notoria y más debido a mi gran apetito.Olivia no ha llegado a casa y me parece bastante raro. Son las 7 de la mañana y Alexander hace unos minutos acaba de salir rumbo a la estación.Me dispongo a servirme jugo de naranja e ir a ver un poco de televisión cuando mi móvil suena.—Hola—Hija, ¿Cómo estás? —pregunta mi madre—Bien mamá ¿y tú?, ¿Cómo está mi padre? —ha tenido constantes problemas con su pr
—¡POR FAVOR DÉJEME VERLA!, ¡POR FAVOR! —escucho sus gritos—Alexander, quédate aquí.—¡SALVELOX POR FAVOR! —grita y no puedo escuchar más, no sé donde estoy, tengo un fuerte dolor en la barriga.—Su presión está aumentando, está en trabajo de parto —la dificultad para respirar se hace presente, no puedo dejar de toser.—Necesito un tanque de oxígeno, sus pulmones están a punto de colapsar… —mi mente queda en blanco.◈◈◈◈◈◈◈◈◈Mi cabeza va a estallar, el dolor es muy fuerte. Siento como si un tráiler me hubiera pasado por arriba
—Mamá por favor —digo tratando de acomodar mi vestido. Han pasado 3 meses desde el incendio. Las secuelas físicas están completamente sanadas y he mejorado psicológicamente, mis hijos se han desarrollado sanamente y no han presentado ningún problema.—Mi amor te ves hermosa lo juro —La boda al fin ha llegado, estoy muy nerviosa porque en unos minutos saldré a ese hermoso salón y me encontraré con Alex.—Tienes que salir ya Mila —dice Kelly, mi madre me besa la frente y sale ocultando las lágrimas.Estoy frente al espejo mirándome, mi vestido es corte sirena, unas pequeñas mangas sobresalen por mis hombros y el color es precioso, como una perla, tiene detalles en la falda y un velo largo
Esto representa una batalla constante contra ella misma. Mila salta con las piernas abiertas y cae de forma silenciosa y elegante, alza su barbilla mirando su reflejo en aquel enorme espejo que hay en su salón de prácticas. Da un paso a la derecha, otro más a la izquierda, se inclina y su delgado pero fuerte cuerpo la hace ver una perfecta bailarina de ballet. Cierra los ojos y aguarda unos minutos. Siente su latir acelerado y como su mente se nubla. No por favor, hoy no. Pero esa sombra oscura vuelve a llenar cada rincón de su mente. Abre los ojos y al mirarse de nuevo una lágrima cae por su mejilla. Camina a pasos elegantes hasta la puerta del salón. Toma su toalla y un vaso de cristal lleno de agua. Apaga la luz
Despierto exhausta y lo peor es que no es nada nuevo, no después de una noche luchando conmigo misma.Estiro mis pies y piernas, están endurecidas al igual que mi espalda. Lo único que puede hacerme sentir bien es que es viernes, al fin la semana ha acabado.Giro mi cabeza y mi visión se enfoca en el reloj, 5:10 am. Me siento a la orilla de la cama. Necesito ir a correr. Al instante me pongo de pie para recorrer mi habitación amplia y solitaria. No hay luz salvo la que entra por la gran ventana.Llego en automático hasta el cuarto de baño y enciendo la luz. Tomo de la repisa el jabón y comienzo a asear mi rostro. Tomo el cepillo de dientes y hago lo mismo. M
Las clases se han pasado rápido, la verdad es que no tengo demasiadas ganas de estar aquí. Tal vez sea mi ansiedad, mi cuerpo está exhausto. Mis piernas duelen y solo quiero reposar un poco. Pero la llamada de Kelly y ese nuevo club interrumpen mis ideas sobre descanso.—Vamos, he conseguido los boletos —repite Kelly, la única amiga que he hecho desde que pisé suelo americano.—Está bien, ¿irás a mi departamento? —mi amiga dice que sí y termina la llamada. Es una chica muy agradable, no suelo tener muchas amigas, de hecho Kelly ha sido la primera. Mi niñez fue básicamente regida bajo competencia entre mis compañeras de baile, así que no podía entablar una amistad con ninguna chica. Y luego está Kelly, estudia enfermer&iacu
Él.Mis colegas siguen entretenidos en la plática cuando yo solo miro la puerta para esperar a que ella llegue. Y como si la hubiera invocado la campanilla suena. Camina contorneando su atlético cuerpo hasta el mostrador.—Ah pero mira quien ha llegado —dice John. Al instante lo fulmino con la mirada.—Cállate —todos ríen—¿Por qué no hablas con ella?, llevas meses solo mirándola entrar y pedir su capuchino…—De vainilla, sin azúcar y sin poder decirle una palabra, lo entiendo John —el resto del equipo se ríe y es cuando Fabio habla.—Te digo que este es un buen dí