Tengo una hora recostada en mi cama y no puedo dejar de pensar en esos ojos tan… clavados en mí. Ese tipo es enorme, debo aceptar que se veía verdaderamente atractivo con su uniforme de bombero… m****a Mila basta.
Reviso el móvil para encontrarme con que todas las noticias las ocupa el incendio del club de anoche… bloqueo la pantalla y lo dejo a un lado.
Al cabo de unos minutos llaman a mi puerta, es Kelly. Por un momento me había olvidado que había dormido aquí después de lo sucedido.
—¿Qué no piensas desayunar?— pregunta pero yo me arropo en los edredones—. Olivia nos preparará algo, ¿Estás bien?, ¿ya has ido a correr?
Asiento y me dispongo a contarle que me he encontrado con John y nos ha invitado a una fiesta, ella aplaude sin cesar. No puede ser que apoye esto.
—Perfecto, vamos— la miro con mala cara y bufo.
—¿Y Zac?
—Vamos Mila, no creo que puedas seguir escondiéndote de él— cierro los ojos y trato de si poder. De no tener que volver a cruzarlo en mi camino por Dios sabe cuánto tiempo.
—Sabes lo difícil que fue descubrir eso— recordar la escena de Zac teniendo sexo en el baño de aquel lugar, hace que mi estomago se revuelva.
El muy idiota salía conmigo, “con la nueva”, con tan solo un mes de haber llegado a NY y me gustaba, de verdad me agradaba estar con él, hacía que todos esos malos ratos se pasaran por un instante hasta… bueno, hasta ese instante.
—Es una zorra y ya nos encargamos de desprestigiarla bebé— me siento en el colchón—. Necesitamos relajarnos y que ningún incendio nos lo interrumpa, ¿Qué te parece si vamos a la fiestucha esa y después tomamos aquí?, solo tú y yo.
Me guiña el ojo y reconozco que es una oferta muy tentadora.
—Además, no quiero toparme con George—me olvidaba que ese tipo también era amigo de Zac…—. Vamos
Me invita a ponerme de pie y yo lo hago a regañadientes.
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La tarde ha sido bastante tranquila, no he querido contarle a mi amiga lo que ha pasado esta mañana en el café, la verdad es que no fue muy importante… o de eso quiero convencerme.
La noche ha llegado. Debido a que la fiesta es en un departamento y no planeamos quedarnos mucho tiempo, he seleccionado un pantalón negro y una blusa de tirantes y lentejuelas. He tomado una chamarra negra de cuero y unos botines negros de piso, algo cómodo. Kelly iba algo por el estilo.
—Nada formal— repetía cuando se maquillaba.
He decidido llevarme mi auto. Tomo el camino menos transitado. Miro hacia el asfalto sin poder concentrarme realmente en lo que hago. Me siento muy distraída y lejana de mis pensamientos y no puedo ni quiero aceptar que es por aquel chico de ojos verdes.
—Solo una hora o dos ¿está bien?— le digo mientras salimos.
Me repite que si y comienza a gritar cuando ve a uno de los chicos del equipo. Su amistad con el equipo de fútbol americano va en aumento ya que en algunas de las prácticas les requieren estar en los partidos de la universidad.
—Mila, te ves genial— dice uno de los chicos, sonrío falsamente y me adentro con mi amiga.
El lugar está a reventar y hecho un desastre, justo en la entrada me encuentro con ropa interior femenina en el suelo, chicos besándose y alguno que otro haciendo algo más…
—¡Mila!, Has venido— escucho la voz de James y me volteo a saludarlo. Huele a alcohol, parece que el evento ya tiene buen rato—. Pasen chicas.
Nos conduce a la barra instalada en su amplia sala.
—Margarita por favor— pido y mi amiga hace lo mismo
—Vaya… esto está a reventar— Kelly toma su trago y me dice que irá a saludar a sus amigos, no tengo ningún problema así que me limito a asentir. Tomo un trago, esta deliciosa, esparzo un poco de sal en mi lengua y eso me hace saborearla más. Todo iba bien hasta que escucho su voz.
—Hola linda— es Zac, cierro los ojos de golpe y bebo otro trago, me giro a mirarlo.
—Hola— es un chico bastante atractivo, alto, rubio, ojos azules, el sueño de toda universitaria… menos yo.
—¿Cómo estás?, no creí que vinieras, no eres de estas fiestas…— me guiña un ojo y al mismo tiempo asiento tomando otro sorbo.
—Lo sé no soy de estas fiestas, tampoco creí que vendría pero… heme aquí— sonríe torpemente y yo desvió la mirada hacia un par de chicos hablando y bailando de manera estúpida.
—¿Y qué tal van tus clases?— considerando que el semestre va comenzando no tengo mucho que decir
—Bueno, el semestre apenas comienza— finjo una sonrisa, esto ya se me está haciendo costumbre.
—Pero, ¿te ha gustado?— asiento mientras pido una margarita más. Necesitaré algo más fuerte que esto.
—¿Estas saliendo con alguien?— bufo
—¿Enserio?— rio pero él se mantiene serio, parece interesado—. Creo que eso no es de tu incumbencia Zac.
Tomo el trago y me dispongo a buscar a mi amiga, pero me detiene del brazo
—Quisiera que nosotros…— ruedo los ojos
—Olvídalo, eso ya paso— comienzo a alejarme y encuentro a chicos del equipo, hablo un rato con ellos. Saben que yo no soy la clase de mujer que pueden ligarse pero lo intentan.
—¿Enserio Roger?— rio para no ser muy brusca al cortar sus alas.
—Tenía que intentarlo Mila, te ves hermosa —. La música está muy fuerte, John me toma del brazo
—Hay que bailar Linda— giña un ojo y decido seguirle, el sonido de los bajos comienza a inundar mi oídos y al cabo de unos minutos necesito otra margarita y voy directo a la barra.
Es genial que se haya podido traer su propio bar portátil pero, ¿Qué tan mal la estarán pasando sus vecinos?
Rio imaginándomelos probablemente molestos y con la almohada cubriendo sus cabezas, ¿Qué m****a estoy pensando?, esta vez pido un shot de tequila y limón. 1, 2, 3.
Ya estoy comenzando a marearme, tengo que encontrar a Kelly antes de emborracharme aquí. Visualizo a mi amiga con un chico y bastante cerca… m****a es George el alcohol se me baja hasta los tobillos.
—¡KELLY!— grito abriéndome paso y la tomo del brazo—. Creo acabo de ver a alguien herido… deberías ir a echar un vistazo.
No se me ocurrió otra mentira mejor
—En un momento…—m****a, m****a, ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?, miro mi Rolex e indican la 1 de la mañana. Trato de tomarla del brazo
—Ven— quiero llevármela pero él lo impide.
—Que no quiere ir Mila—entorno los ojos
—Nadie te está hablando a ti, estúpido— mi amiga esta desubicada… algo le pasa
—¿Kelly?, ¿estás bien?— m****a… se desmayo—. ¿Kelly?, ¡¿Qué has hecho idiota?!
Le grito a George pero el solo ríe y comienza a tropezar tratando de alejarse. Paso sus brazos por mi cuello y la alejo del alboroto. Al salir del departamento la ayudo a sentarse en el suelo.
—¿Kelly?, ¿amiga? Despierta m****a, ¿qué te han dado?— reviso su bolsillo, todo está ahí, cartera, celular, tampones, todo…—. ¡Quería cogerte, te lo dije Kelly, no me escuchas nunca!
Estoy refunfuñando con ella inconsciente mientras llamo al ascensor para ir al estacionamiento. No representa mucho esfuerzo para mi, pero tardo un momento en llegar hasta mi auto en el estacionamiento.
Conduzco hasta el hospital aún más asustada porque no está respondiendo a nada. Salgo corriendo del asiento del piloto y ya dos enfermeras están ayudándome a bajarla
—No sé lo que paso, estábamos en una fiesta y…— me doy cuenta que mi pulso está subiendo—. Estaba con su ex, estoy segura que le dio algo, simplemente se desmayo…
Mi cara refleja toda la preocupación que siento. La mujer trata de tranquilizarme pero es imposible. Pide que estacione mi auto en otro lugar ya que es la entrada de emergencias y hago lo que dice. Que molesta.
Al cabo de unos minutos vuelvo entrar en la sala y busco a la mujer que me atendió pero ya no está…
—Espere aquí señorita, en un momento la vendrán a buscar y le darán noticias de su amiga— bufo.
Gente incompetente, dos días seguidos en un hospital de m****a. Espero que no le haya pasado nada grave a Kelly porque lo mataré, le sacaré los ojos en cuanto pueda.
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Las horas pasan y comienzo a quedarme dormida… tomo asiento en el incomodo lugar y me hago un ovillo. Kelly, Kelly, espero estés bien. Un leve tacto me despierta y no puedo evitar espantarme.
—¿QUE?, ¿QUE PASA?— es un doctor. Tengo un dolor de cabeza escandaloso y demasiada sed.
—¿Es usted familiar de la señorita Brooks?— asiento poniéndome de pie.
—Sí, soy yo… ¿Qué pasa?, ¿está bien?—el hombre me explica que tuvo una sobredosis de algún tranquilizante.
—Esa droga es muy utilizada ahora… para las violaciones, ella esta integra, no ha sufrido nada de eso.
—¿Me está diciendo que él la sedó?— el hombre se encoje de hombros.
—Se puede suministrar en bebidas muy discretamente, los análisis revelan que era una cantidad escandalosa para su pequeña complexión— lo voy a matar, lo voy a matar… El doctor se aleja y por primera vez doy gracias por que haya hecho un buen trabajo.
Una de las enfermeras me conduce hacia el cuarto de mi amiga, tengo que pasar por varios pasillos repletos de gente en horrorosas condiciones.
—Kelly, estoy aquí— ella abre los ojos muy a la fuerza.
—Mierda Mila… ¿Qué ha pasado?— la miro de mala gana mientras tomo su mano.
—Ese estúpido te drogo ¿sabes?, espero que con esto estés convencida de no hablarle nunca— sus ojos se han abierto por completo.
—¿Qué?, pero si yo no recuerdo haber hablado con George…— bufo
—Fui yo quien te saco de sus asquerosos brazos, antes de que te desmayaras— mi amiga comienza a llorar y a reprocharse lo que haya hecho.
Tardo un momento en tranquilizarla y al cabo de una media hora nos avisan de que ya está dada de alta y puede ir a casa.
Conduzco lentamente por las avenidas. Miro de reojo a mi amiga y después a mi reflejo en el espejo retrovisor. El golpe en la cabeza está un poco mejor pero sigue viéndose un tanto hinchado.
—¿No vas a correr hoy?— pregunta mi copiloto. Ya es domingo, prácticamente las 6 de la mañana. Hay poco tráfico y el dolor de cabeza no ha cesado ni un poco.
—Sí, lo necesito, pero tengo que dejarte en casa primero y que Olivia te de algo de comer— ella tira un beso al aire.
—Te quiero Mila— ruedo los ojos
—Y yo a ti.
Me he despintado y cambiado con ropa deportiva, Kelly esta desayunando en el comedor.—Lo siento y gracias— dice mirándome con culpa. Ruedo los ojos y busco en la estantería las medicinas, una aspirina me vendría bien—No vuelvas a hacerlo, por favor —ella asiente—. Me refiero a que no quiero que vuelvas a dirigirle la palabra.—Sí, mamá Mila.—No quiero sonar como tu madre, quiero que estés bien— estiro mi cuello y me despido para iniciar mi rutina.Son las 10:15 de la mañana. Casi nunca troto a esta hora, hay demasiada gente en cualquier lado.Estiro mis piernas, cu
Miro como Mila trota por la acera. Paso saliva por mi garganta y no puedo evitar desearla. Me siento culpable por ello, creo que ella jamás podría sentir algo parecido por mí. Siendo tan despreciable.—Dime que por fin las has invitado a salir —la voz de John me saca de mi trance.—Por supuesto —una sonrisa aparece en su rostro y el resto de mi equipo comienzan a darme palmadas en la espalda.—Es excelente jefe —los miro detenidamente hasta que se hace el silencio.—De verdad que no me explico su felicidad —ellos comienzan a mover sus cabezas.—Bueno es que, ¿Quién ha conocido a una novia del jefe? —todos niegan y dan respuestas neg
—Tienes que levantar la cabeza, uno, dos y…— estos son mis días en la escuela, alzando las piernas, enderezando mi espalda, levantando la barbilla las Indicaciones de siempre.—Salta Mila— me indica la profesora y lo hago perfectamente, un giro más e inclinación—. Perfecto.Su voz es un susurro. Esos cumplidos no se hacen muy a menudo. Sin hacer ningún gesto me enderezo y camino levantando los pies. Mis compañeras están un poco asustadas por el carácter de la profesora Berezutski. Yo la verdad me siento bastante tranquila, relajada.Ella fue mi primera profesora de ballet, se puede decir que tengo la ventaja de ya conocer su trato exigente.—Tu turno Jan— camino
Son las 5 de la mañana, he dormido apenas 5 horas. Me pongo de pie y comienzo a estirarme. Necesito ir a correr. Visto mi atuendo deportivo, tomo mi reproductor y salgo a correr.Las calles aun están oscuras. Mi ansiedad está al límite, tanto que siento miedo. ¿Miedo de que Mila?Respiro, siento miedo a la oscuridad a la falta de mi abuela, la extraño, necesito verla. Corro más rápido por, ¿20 minutos?, quizás 40 sin parar.Al llegar al parque que habitualmente visito para hacer estiramiento miro el reloj y son las 6:15 a.m., generalmente a esta hora voy saliendo de casa. Continúo corriendo. Estoy exigiendo demasiado a mi cuerpo, lo sé y aun faltan las clases de hoy. Él.Me siento como el hombre más estúpido del mundo en este momento. Miro de nuevo hacia la puerta del recibidor del edificio donde está el departamento de Mila.Niego varias veces sin poder creer como fui tan estúpido como para pensar que ella entendería que había surgido una emergencia y… he ido. No estaba de guardia pero acudí al llamado.No lo pude evitar. Ser bombero es mi vida y al escuchar a alerta, bueno… solo acudí. Pero ¿Cómo no pensaste en Mila?, en esa cita que tanto te tomo pedir.Si que eres estúpido Alexander. Golpeo de nuevo poste cercano al lugar donde estoy. Me quedaré aquí, hasta que ella salga y me escuche. Al cabo de unas horas subo de nuevo y tomo el celular. La pantalla me dice que tengo un mensaje más:(Número desconocido) (6:00 p.m.)Mila, por favor ¿podemos vernos?Bufo, si él piensa que le contestaré, está muy equivocado. Me meto a la ducha. Tengo que ir a la cena con mi padre.Escojo un vestido azul marino de cuello en V y mangas largas, cae al cuerpo. Unas zapatillas negras y discretas le irán bien con una bolsa del mismo color. Me maquillo ligeramente y salgo de mi habitación, Kelly ya está aquí.—Te ves muy hermosa— me dice con una amplia sonrisa pero yo la ignoro cruzando la sala.Tomo las llaves del reciCapítulo 11
Capítulo 12
A la mañana siguiente como es costumbre me empujo a trotar por 1 hora y vuelvo a casa. Tomo una ducha y me preparo para ir a la escuela, no sin antes desayunar.Olivia me mira un tanto recelosa, no sé si por lo sucedido ayer. Es absurdo. Eso no es su asunto y esas flores son… solo las quiero fuera.Conduzco al campus y ahí el día se pasa volando. Ni siquiera me he dado tiempo de revisar mi móvil. Trato de concentrarme en las clases y olvidar los problemas.Voy caminando con Yumi a mi lado en dirección al auto.—Nos vemos mañana Mila— se despide y entra en su auto. Se ve mucho mejor que hace unos días. Camino hacia el mío y pienso en ir a comprar el vestido para esta noche
—Mila… espera— toma de nuevo mi brazo pero ya he salido de la pista, no estoy más tranquila, siento el corazón en mi cuello—. Espera…Me detiene por el brazo y se posa justo frente a mí. Acaricia mi rostro pero yo no puedo mirarle a los ojos.—Yo… no quería incomodarte— digo alejándome de él, veo como niega varias veces y trata de seguir cerca. Mi corazón está desbocado.—Perdón, fue por inercia, no me has incomodado— me encojo de hombros y desvío la mirada tratando de buscar a mi padre.—No importa, iré a buscar a… mi padre.Estoy bastante confundida, no pu