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Tácticas de seducción

Miguel llegó a su apartamento decidido a ponerle fin a su pobreza, decidido a no dejarse pisotear por una mujer al ser de escasos recursos. Por eso tomó su móvil colocó, colocó en su buscador un tutorial sobre “Trucos para conquistar a una mujer millonaria”. Al ojo clínico de las personas, tal vez parecerá un gigoló, pero el rubio se cansó de que Mariah lo pisoteara, y decidió llevar las riendas de su destino y convertirse en alguien en la vida, no un simple chofer y mecánico.

Un par de minutos después, comprendió varias cosas, la primera la imagen es esencial en todo momento, segundo el conocimiento es importante para cautivar a una mujer y tercero, el ingenio.

Miguel se colocó frente al espejo y se detalló, le dio play al sexto vídeo que veía sobre “¿Cómo conquistar una mujer millonaria?”.

—Bienvenidos, unas vez más a mi canal, Enamórate, —dice sonriente el hombre a la audiencia—. Hoy, tenemos un tema bien interesante, y que muchos de ustedes me han preguntado —hizo silencio y se escuchó el redoble de tambores —,y es ¿cómo conquistar a una mujer millonaria siendo pobre?

Miguel sonrió al ver que había dado en el clavo, esa era lo que buscaba.

—Lo primero que debemos tener en cuenta para que una mujer se fije en nosotros, es nuestra apariencia, la imagen que proyectamos al mundo —acotó—. Si usted, proyecta seguridad y es bendecido con buenos genes, créame que ninguna mujer podrá resistirte.

El pelirrubio, fue hasta la cocina, tomó se sirvió una copa de vino y regresó al sofá.

—Escuchenme allá en casa, hombres de todo el mundo, de donde me estén viendo, lo primero que va a hacer es mirarse al espejo y detallar su imagen, ¿Qué les trasmite? Buscar sus atributos en su físico y utilizarlo a su favor —Miguel se detalló por primera vez en su vida, lo cierto es que no se consideraba un hombre feo a pesar de no usar ropa y perfumes caros—. Lo segundo, tener una mirada penetrante, una mirada que las cautive y las haga sentir el centro de nuestro universo. Tercero, ser educado y respetuoso. Este es un punto muy importante, siempre debemos tener en cuenta el respeto, y para que una mujer nos admire debemos demostrarlo y hacer uso de los valores que no han inculcado de pequeños.

—¿Valores? —se preguntó.— Este hombre, la lleva claro con los valores, en la actualidad lo menos que las personas tienen son valores. —Refunfuñó recordando por todo lo que ha tenido que pasar.

—Cuarto, el conocimiento es poder, y créame que una mujer no puede resistirse a un hombre —el hombre del vídeo enumeró con sus dedos—, atractivo, que huela bien, seguro de sí mismo, respetuoso y sobre todo culto. El pack completo de lo que todas desean. Hoy en día contamos con las redes sociales en las cuales se pueden investigar diversos temas como: economía, política, finanza” entre otros temas de gran relevancia en nuestra sociedad.

—Joder… —maldijo molesto, para Miguel las finanzas era terreno fangoso. Hizo una nota mental para más adelante buscar noticias de finanzas y economía y sus interpretaciones.

—Quinto paso. Jamás se les ocurra decirle, “ no tengo dinero para…” Esa frase eliminenla de su cerebro. Solo usted conoce la situación de su billetera, y va a seguir hasta donde ella se lo permite. Por eso, sea ingenioso, invítala a un picnic, prepara una cena romántica, velas y buen vino en el departamento de ella.

Miguel dejó de verse en el espejo y rebuscó en su habitación, una libreta para hacer las anotaciones de lo que debe reforzar. Le dio continuar el vídeo y siguió escuchando lo que aquel hombre estaba diciendo de cómo conquistar a una mujer. En su libreta anotó:

*Sorprenderla, sacándola de su zona de confort.

*Hablar de temas de su interés.

*Seguridad al momento de expresarte.

*No demostrarle que te interesa el mismo día, dejarla con ganas de conocer más de ti.

*No comprometerse inmediatamente, esperar un par de minutos y luego aceptar.

*Mirada cómplice.

*Piropearla con frases jocosas.

—Creo que tu móvil va mal, porque mi número no lo tienes —dijo la frase más frecuente y sin poder evitarlo se echó a reír de lo ridículo que sonaba—. A ver, veamos una sonrisita —se mira en la cámara frontal del teléfono y gruñe al no darle el resultado que espera—. Hasta una hiena sonríe mejor que yo.

En su libreta anotó:

*Reforzar la sonrisa.

*Reforzar Finanzas y políticas.

Luego de varios apuntes, Miguel colocó en una mmúsica para preparar lo que cenaría. Mientras la hacía, iba ideando un plan para conocer mujeres, pero sobre todo poner en práctica esos consejos que vio minutos atrás.

Ya es entrada la noche, su jefe no lo necesitó para noche así que decidió probar suerte. Se arregló para ir a un bar cerca y conocer mujeres, antes de salir se miró al espejo polo azul marino, pantalón color beige y zapatos blancos. No sabía si era la ropa o era su actitud, pero se sentía diferente, no como en la mañana y el día anterior cuando Mariah hirió sus sentimientos y ego.

Caminó varias manzanas hasta llegar al bar, en lo que entró la música Latina le inundó los oídos. Sonaba por los altavoces Daddy Yankee y Nicky Jam, se acercó a la barra y pidió una cerveza, mientras esperaba por ella, observó su entorno, parejas por aquí, grupos de amigos por allá. Un olor cítrico inundó su nariz en cuanto le sirvieron su cerveza, de manera disimulada volteó a su derecha y vio a dos morenas pedir cócteles.

Las detalló a cada uno, y la verdad es que nada mal estaban, Miguel sonrió y con un leve toque al “simular tropezarse” con una de las mujeres, se disculpó. La chica lo miró, el hombre rubio con su barba oscura llamó su atención, su amiga al lado de ella le volteó los ojos.

El hombre leyó las señales y dijo:

—¿Sabes lo justo que pesa un oso polar?

La chica lo miró sonriendo.

—Lo justo para romper el hielo —añadió ella haciéndole reír.

Miguel llevó la cerveza a sus labios, para no responderle enseguida, la chica morena siguió el movimiento de sus labios y su manzana de Adán al bajar. La miró fijo, sin desviar sus ojos un solo segundo de los de ella.

—¿Puedo saber tu nombre?

—No lo sé, déjame pensarlo—respondió haciéndose la interesante. Batió sus pestañas para cautivarlo—. Un gusto Chloe —le extendió la mano, Miguel se la recibió, un agarre fuerte, pero la vez excitante.

—Miguel, un gusto conocerte.

Bastaron un par de minutos más, para que el hombre supiera como terminaría su noche, y no estaba en sus planes cuando salió de su departamento. Lo importante es que había comprobado que todo funcionó. Se escabulló entre la gente y regresó a su apartamento ufano de su éxito como conquistador.

En tanto, Ana Isabel regresó al pequeño Loft, se quitó los zapatos, no dejaba de pensar en las palabras de la cartomante. Se recostó sobre su cama y tomó su libro de autoayuda. Nunca había sido mujer de esperar que las cosas llegaran a su vida por sí solas. Por el contrario, era de ir en busca de ellas, de sus sueños, del dinero, de su estabilidad. Así conoció a Fernando, justo en aquel concierto de Rock en el bar.

Era apenas una chica que acababa de cumplir sus veinte años, era poco sociable e introvertida. Rina, su amiga de la universidad la invitó a aquel concierto y aunque no deseaba ir, terminó accediendo.

Al ver al chico alto, cabello ondulado, que caía sobre sus hombros, de barba incipiente y mirada pícara, quedó deslumbrada. Mientras Fernando cantaba, miraba a ambas chicas, inclusive Ana Isabel creyó que sería a su amiga y no a ella, a quien le dedicaba las canciones.

Luego de terminar de su primera presentación musical, él bajó de la tarima y se acercó a ellas.

—Bienvenidas. —dijo sonriendo y colocando sus manos en los hombros de ambas chicas. Rina quién era más extrovertida, coqueteó con él; mientras Ana, se ruborizó por completo.— Es la primera vez que las veo por aquí —le dio un guiño a Ana, y ella sintió que su corazón latía a mil por horas.

—Sí, es la primera vez que venimos —se anticipó Rina a contestar.

Durante unos minutos, y antes de regresar a la tarima, Rina y él conversaron amenamente. Ana en tanto, miraba su móvil queriendo parecer ocupada. Había asumido que el apuesto chico, ya había hecho su elección. Él regresó a cantar y Rina le comentó:

—Le encantaste al cantante.

—¿Yo? —preguntó sorprendida.

—Sí, tú. No hizo sino preguntarme cosas sobre ti. Así que antes de irnos, le entregas tu número para que te llame.

Así comenzó la relación entre ellos, Ana se enamoró de inmediato de Fernando y un mes después, habían decidido vivir juntos. Él fue su primer amor y su primer hombre. Ahora lo había perdido de la misma manera en que lo conoció, sin esperarlo.

Tomó el libro, se ubicó en el capítulo que había dejado marcado la noche anterior. Aquellos consejos no parecían servir de mucho. Llenarse de amor propio no era tan sencillo como decían los autores de los grandes Best Seller.

Pensó entonces que debía enfocarse en las recomendaciones de Lauren “buscar un proveedor financiero”. Tomó su móvil y buscó información sobre “Cómo seducir a un hombre rico”

Ana Isabel comienza a leer el fragmento en voz alta, mientras imita cada una de las técnicas:

—Para lograr conquistar a un hombre, no hay nada que funcione más que la mirada. El contacto visual es una herramienta muy poderosa para seducir, por ello debes asegurarte de que tus ojos estén relajados y no tensos. Mantén una mirada suave y cálida, y evita mirar fijamente o parpadear demasiado. —Ana Isabel se pone de pie y se mira al espejo tratando de mirar algunos segundos fijamente— Ahora debes añadir una sonrisa amistosa y genuina, haciendo que tu objetivo se sienta atraído. Luego parpadea de forma lenta y suave, levanta el rostro, mantener los hombros hacia atrás y el pecho hacia afuera.

Ana Isabel sigue cada una de las pautas que refiere el artículo, pero nada le regresa la tranquilidad ni la seguridad que necesita en sí misma. Continúa leyendo el texto, tratando se hacer foco en lo que debe hacer y no en lo que siente. Las líneas siguientes terminan dejándola aún más ansiosa. ¿Cómo era eso que debía manejar sobre el lenguaje corporal masculino?

—Aprender a leer las señales que el hombre emite con su cuerpo te permitirá saber si muestra o no interés en ti. —Piensa, de qué le servía saber aquello, cuando realmente lo que buscaba era seducir a un hombre rico—. Si tu objetivo, se inclina hacia ti mientras habla, es probable que esté interesado y que quiera acercarse más a ti. Si, por otro lado, evita el contacto visual o se aleja de ti, es posible que no esté interesado o que se sienta incómodo en tu presencia.

Cierra y deja a un lado el libro, se levanta para preparar algo. Abre el refrigerador y ve la caja de pizza precocida que solía comer junto a Fernando, cae en un estado profundo de tristeza. Todo lo que había hecho, terminaba derrumbándose con sólo recordar a su ex.

Definitivamente no era fácil olvidar aquel par de años junto a él. No lo era, en lo absoluto…

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