Luego de descubrirse toda la verdad de Ana y Miguel, Abril está un poco recelosa, su trato hacia Ana Isabel es estrictamente profesional, simplemente no terminó despidiéndola porque Miguel se lo suplicó y realmente necesitaba de ella. Era una excelente asistente y eso era innegable. Es viernes y Abril quiere un poco de diversión, aunque le encanta el pelirrubio, pudo notar que está perdidamente enamorado de su asistente. Aunque no piensa rendirse en conquistarlo, esa noche prefiere llamar a James y pasar una noche exquisita con su amante. Por momentos, Abril piensa que James es el hombre perfecto para ella, claro si por un momento dejara de ser tan ególatra y mujeriego. De lo demás no tiene quejas, es un excelente empresario, por lo que no estará con ella por su dinero, es el más apasionado de los amantes cuando tienen sexo y es indiscutiblemente apuesto. Toma su móvil y le marca:—Hello, dear. —Hola, que milagro es ese que la mujer más exquisita del mundo osa llamarme. —No
—Abril, Estefanía se niega a grabar el comercial para la nueva campaña —dice el jefe de producción audiovisual a la impetuosa mujer. Ana Isabel está en la sala de juntas a la izquierda de su jefa. La asistente tiene la mirada en su iPad anotando todos los puntos que se están concretando en esa reunión. —¿Qué quiere Estefanía? —pregunta Abril, guardando las apariencias, nadie de su equipo sabía lo sucedido el fin de semana. Ana Isabel levanta la mirada y frunce el ceño al escuchar el nombre de la esposa del amigo de su jefa. Esa semana para ella fue muy reveladora, descubrió que la esposa de James trabajaba para Abril, en su cabeza no podía procesar como siendo amigas, su jefa se metió con James. Es como si de pronto uno de los amigos especiales de Lauren, le comience a gustar y esté con él. Aquella idea era tan … Descabellado para ella. —Me llamó el manager de Estefanía, quiere cerrar contrato con Redline —vuelve hablar el jefe de Producción audiovisual—. Estefanía no quiere
La vida a Miguel lo volvía a golpear, le tocaba empezar de cero otra vez. El pelirrubio decaído por los últimos acontecimientos en su vida, ingresa a su antiguo taller, ese que le alimentó el hambre durante muchos meses y el que costeó los caprichos de Mariah. Miguel mira aquel polvo que tapiza todo el lugar por el tiempo que estuvo sin ir a darle una limpiada, a pesar de no quedar lejos de su casa, al cerrarlo se olvidó de su existencia. Al estar de nuevo desempleado tuvo que recurrir al lugar donde fue feliz haciendo lo mejor sabia hacer, reparando autos. Ese día Miguel se dedica a la limpieza de su taller, para abrirlo nuevamente en cuanto tuviese todo en perfecto estado. James, le reconoció los últimos días de su trabajo y le realizó el pago, con lo que llenó la despensa y compró materiales para aquel taller. En la noche su móvil se ilumina con una llamada de Mariah, la cual desvía. No quiere saber nada de ella, de la única mujer que desea saber algo, no quiere verlo ni en p
Un golpe de suerte llega a la vida de Miguel, la oportunidad deseada es servida para él en bandeja de plata. Finalmente, su sueño de ser millonario se había tornado en una realidad, de manera inesperada. “Es que siempre de lo inesperado llega lo esperado,” eso dicen. El nuevo local que Miguel alquiló para su taller estaba perfectamente ubicado, cerca del barrio donde viven sus padres, pero también colindaba con la ciudad; siendo el pelirrubio un hombre bondadoso, no quería olvidar de donde provenía y hasta donde había llegado. Aunque no tenía el amor de su vida a su lado, confiaba que en algún momento, volverían a encontrarse y quizás, sólo quizás comenzarían de nuevo. Ver como Ana Isabel estaba triunfando en el mundo del modelaje, lo hace sentir feliz por ella, aunque también le genera ansiedad, ahora que era reconocida y estaba ganando buen dinero, los pretendientes multimillonarios le lloverían, no había duda de ello. Mariah, quien había estado detrás de él desde hace unos me
Ana Isabel continúa con su monólogo, dando explicaciones a Miguel, pidiéndole que reaccione, que la perdone y acepte su amor, viendo que él no reacciona, cabizbaja y con el corazón destrozado, se gira para retirarse del campo de batalla, había perdido al único hombre que realmente amaba, repentinamente sintió una mano tirando con fuerza de su blusa, pensó que tal vez se había quedado enganchada en algún lado, pero al girarse, se encontró con la sonrisa de Miguel.—No te vayas, preciosa, por favor —Ana Isabel sintió un nudo en la garganta y ganas inmensas de llorar, mas no de dolor, sino de alegría.—¿Me estabas oyendo y te hiciste rogar? —Miguel eleva sus hombros y ella lo golpea en el pecho, pero él se queja— ¡Eres un mentiroso!—¡Auch, auuch! Me lastimas —Ana reacciona y se disculpa con él, pero Miguel vuelve a reír, sujetando su abdomen para no lastimarse.— Tú también eres una mentirosa, dijiste que no me amabas y no querías volver a verme. Ella sonríe, hace pucheros, termina
Cuando Ana Isabel recibió esa mañana, la noticia de que se convertiría en la asistente personal de la gran empresaria Abril Rowling, sintió que la vida le estaba devolviendo las cosas que desde hace tiempo esperaba.—A partir de mañana, estará trabajando directamente con la Sra Rowling. Ella despidió a su antigua asistente, así que te encargarás de suplir a Janeth. Espero que tengas suerte —le comentó la jefa de departamento de Recursos Humanos. —No se va a arrepentir, haré que la Sra Rowling esté conforme con todo mi trabajo. —Eso espero Ana Isabel. Aprovecha esa oportunidad. Por ahora, recoge las cosas y ponlas en la que será desde hoy, tu nueva oficina.—Ahora mismo. —dijo visiblemente emocionada, salió de la oficina de Raquel y fue por sus cosas. Colocó la caja sobre la mesa, metió sus libros preferidos de empoderamiento femenino y mindfullnes, la libreta de anotaciones, su laptop y el portaretrato donde aparecía junto a su amado Fernando. Lo sujetó entre sus manos y le ha
—¿Mi amor? —ronronea Mariah, como suele hacerlo luego de darle buen sexo a Miguel, cuando desea que le cumpla alguno de sus caprichos. —Dime mi reina —se voltea a verla, mientras se coloca los pantalones, apurado por la hora. —¡Quiero ir a la peluquería! ¿Será que me transfieres money?—Mi amor, sabes que aún no cobro. Todo lo que ne queda es para pagar el alquiler de la casa. —la respuesta de negativa de él, la exaspera a tal punto, que como si lo tuviese ya pensado, se levanta abruptamente de la cama, cubriéndose con la sábana aún húmeda del sudor que su cuerpo y el de su marido habían destilado recientemente.—No puedo creer de verdad, te la pasas trabajando día y noche, no paras en casa y nunca tienes una maldita moneda encima. —Miguel baja el rostro, cada vez es más difícil mantener los gustos y caprichos de su mujer.—¿Cómo quieres que haga? Todo lo que gano prácticamente te lo doy y aún así, siempre me pides más Mariah.—¿Sabes qué? Para que no tengas que trabajar tanto
Lo más triste para un despechado, es cuando llega el fin de semana, aunque Ana Isabel acostumbraba levantarse tarde los sábados, ese día despertó más temprano que para ir al trabajo. No lograba sacarse de la mente la nefasta escena. Miró su móvil un par de veces, tal vez Fernando le habría escrito para rogarle que volvieran, y así ella aunque lo haría sufrir, terminaría luego accediendo y haciéndole prometer que nunca más lo haría.—¿De verdad piensas eso, Ana? —se increpó a sí misma.— Eres una tonta y falta de dignidad, Fernando te engañó. Su ego gritaba desde adentro para hacerla entender que no debía ir tras él. Mas, para ella era difícil asumir que todo estaba terminado. Siempre creer que las cosas llegan a su fin, es doloroso. Buscó su libro de autoayuda y leyó el ensayo de “Cómo superar a su ex” escribió la carta que luego debía quemar aunque al hacerlo, deseaba quemarlo vivo a él y a la rubia peliteñida. Luego se sentó a meditar para calmar la rabia que le provocó revivi