Ana Isabel regresa a la mesa donde encuentra a su jefa sola, escanea el lujoso restaurant y no ve rastros de su James, suspira aliviada. Por poco y no se salva, piensa para ella. Las cosas se estaban comenzando a complicar y cada vez su mentira iba creciendo como una bola de nieve, temía que en cualquier momento le estallase en la cara. Resignada, decide hablar con James y contarle la verdad, confesarle que no es la persona que dijo ser en ese primer encuentro. Una sonrisa triste corre por su rostro, su jefa se da cuenta y pregunta: —¿Sucede algo, Ana Isabel? —la aludida niega—. Déjame decirte que tienes cara de tragedia querida —le dice su jefa; Ana está por responderle, pero Abril la interrumpe—. Mi amigo James te dejó saludos, si sabes lo que te conviene mantente alejada de él, Ana Isabel, no es un hombre para una chica como tú. Aquellas palabras dichas por su jefa, fueron una patada directo al estómago de la chica. Abril Rowling no era más que una pretenciosa y elitista muj
El móvil de Ana, suena. Ansiosa lo toma pensando que debe ser su James, pero queda desconcertada al ver que es Abril Rowling:“Nos vemos en la recepción en cinco minutos” “Lleva todos los documentos, el señor Jean Pierre mandó a su chofer por nosotras y nos estará esperando en su empresa “. Ana blanquea los ojos, su jefa ni estando a millas de su país, saluda con un buenos días. Se asegura de tener todo lo que va a necesitar y baja a su encuentro; desayunan mientras Abril comenta la emoción que la embarga al estar cerrando tratos con los franceses, porque una cosa es exportar sus productos y otra muy distinta es crear una sucursal de su empresa en Francia, en París. Ana la escucha atenta cada una de sus palabras, deleitándose con el delicioso desayuno parisino. Al terminar, se dirigen a la recepción nuevamente, donde está un hombre trajeado alto con un cartelito y el nombre de Abril. Ese día se le escurre entre las manos a Ana, la diferencia horaria también hace de las suyas,
Después de Abril Rowling concretar sus negocios con Jean Pierre, regresaron a New York, Ana Isabel estaba ansiosa por ver de nuevo a su James. Durante el vuelo, Abril estuvo conversando y aconsejando a Ana Isabel sobre cosas que ella había hecho desde que cumplió su mayoría de edad y que le habían dado todo el poder que tenía, eso y su inteligencia para seducir a grandes empresarios. Por segunda vez, Ana descubría una gesto de amabilidad en su jefa.—En la vida, Ana Isabel, es uno como mujer quien debe tomar las decisiones. Yo por ejemplo, tuve que abrirme paso en esto del mundo empresarial. Si bien mis padres eran personas adineradas, no menos cierto es que uno debe aprender a duplicar ese dinero o simplemente quedarás en la calle. Cuando mi padre me preguntó que deseaba de regalo de cumpleaños, aunque pude escoger venir a París y hacer un tour por Europa, preferí decirle que me diera el dinero y yo vería que hacer con él. Claro si le hubiese dicho que era para emprender
Los tragos demás cumplen como siempre su cometido y cuando Ana Isabel, se dispuso a levantarse para ir al tocador, sintió que todo le daba vueltas alrededor. Su móvil iba a reventar de tantos mensajes que Lauren le enviaba, aunque no quisiera debía alejarse de su James por unos minutos, ya que por poco comete un error y le confiesa la verdad. “No puedes decirle la verdad, Ana Isabel o todo estará perdido” pensó en silencio. De la misma forma que ella, Miguel también estaba un poco descontrolado en sus pensamientos, era mejor callar, ya había hablado más de la cuenta, y eso podía echar por tierra su tan adelantado plan. Ella fue hasta el tocador, se arregló un poco el cabello y retocó su labial, revisó su móvil y apenas pudo contestarle con un “todo ok” a su ansioso amigo. Regresó a la mesa, Miguel la esperaba de pie, dispuesto a salir de aquel restaurante y ver si la noche le tenía un mejor plan. Los últimos mensajes entre ellos, iban subiendo de tono por lo que al verla sonrió
Después de la sesión de sexo en el baño, Miguel y Ana Isabel se bañaron juntos, borrando de sus cuerpos las huellas del encuentro. Una vez vestidos, Miguel la invita a desayunar en el restaurant de aquel Motel, bajan entre sonrisas coquetas y miradas furtivas. Al llegar al lobby visualizan la puerta que da con el restaurant. La chica, le indica a su magnate millonario que vaya pidiendo el desayuno, mientras ella realiza una llamada.Miguel se acerca a la barra y le ofrecen el menú de desayunos para ese día, abre los ojos como platos al ver los precios. “Joder, con lo que cuesta el jodido omelette, en la calle me compro diez”. Piensa para sus adentros. “Los ricos siempre queriendo humillar a los pobres, hasta con un jodido omelette”. Haciendo cálculos de lo que tiene en su tarjeta de débito, termina pagando el sustancioso desayuno.Omelette, rodajas de pan tostados, frutas y jugo de naranja.Miguel casi que se queda sin fondos pagando el desayuno, recibe su tarjeta y busca una mesa
James Hanks va con Lorena en el auto de ella, un Porsche Taycan de color gris. Van hablando de lo bien que la pasaron durante toda la noche y en la siguiente mañana. La seductora mujer le dice que no sabe, cuándo puede volver a escaparse con él, ya que su marido no tiene ningún viaje previsto durante las próximas tres semanas. El magnate millonario, asiente, pero un auto llama su atención. Se percata que justamente está parado en casa de su amiga de la universidad, Abril Rowling. Saca su móvil y le marca a Miguel, no puede distinguir bien si es su auto, debido al estado en el que se encuentra. Su chofer no le responde la llamada, y James vuelve a marcarle, visualiza una chica bajarse del auto, pero no llega a verle el rostro, porque ya han pasado. Al segundo llamado su chofer responde y James gruñendo pregunta: —¿Dónde estás? Silencio. Eso es lo que se escucha a través de la línea, el magnate millonario despega de su oído el móvil para verificar que la llamada no se halla co
Una vez terminado de lavar el auto, Miguel sale apresurado en dirección a la mansión de su jefe llegando justo a tiempo porque segundos después, James traspasa las puertas de su mansión. Miguel en la cocina saluda a Margaret, quién se encuentra haciendo el almuerzo de su jefe. El móvil de Miguel vibra, y comprueba que es James, al responder la llamada escucha la orden.—Ven a mi despacho. —Entendido, señor —murmura. Margaret lo mira levantado su ceja izquierda. —¿Ahora qué hiciste Miguel? El hombre se queda pensando, y ninguna idea acude a su cabeza. En el momento en que lo llamó cuando estaba dejando a su sugar mommy, pensó que lo había visto, pero luego su jefe le cortó y descartó esa idea. Sin responderle a Margaret, Miguel sale de la cocina en dirección al despacho del magnate millonario, James Hanks. Toca la puerta y espera que su jefe le de el acceso para entrar. Una vez adentro evalúa la expresión indescifrable de su jefe. «Vaya a saber qué le habrá picado a este r
Esa mañana Miguel está a primera hora en la Mansión Hanks, ese día le costó un poco levantarse debido a los mensajes que tuvo en la noche con su sugar mommy, se acostó tan feliz que soñó con la silueta y labios carnosos de esa diosa. Después antes de salir de casa le envío un mensaje para desearle un buen día y ahora se encuentra en la cocina de la casa de su jefe tomándose un café para terminar de despertarse. Margaret le lleva el desayuno a su jefe, y este le devuelve un gesto, que interpreta como sonrisa, le indica a Miguel, que vaya calentando el auto para salir, la mujer vuelve a la cocina y da el mensaje. Miguel termina su taza de café y sale en dirección a los coches. Luego de unos minutos, aparece James. —Llévame a la empresa, Miguel —ordena—. Necesito que pases buscando por Mp consulting unos documentos que te entregará la señora María Pierlucci, me traes esos documentos y puedes volver a casa hasta que le llame para que vengas a recogerme. —Entendido, jefe. —Ya lo