A mi padre le habían logrado lavar el cerebro este par de maniquíes ambulantes, y es que siempre, me reprochó mi físico, mi peso, solo le importan las apariencias.
—Debo irme papá, disfruta tu fiesta con estos… desconocidos—con premura me despedí de él y caminé con prisa hacia la salida.
—Te vas tan pronto—me interceptó Brendan.
—Sí, el ambiente está muy pesado por acá y debo trabajar mañana. Un gusto conocerte.
—¿Por qué no te quedas un rato más?—recuerdo su mirada nerviosa—no hace mucho vine a este país y aparte de tu hermana—su vista se desvió hasta dónde estaba mi hermanastra sonriendo rodeada de sus amigos lambiscones—, no conozco a nadie más. Al menos apiádate de esta pobre alma en desgracia.
—¿Tienes un cuarto rojo?
—Pues no, pero te puedo dar de nalgadas si lo pides.
Ambos volvemos a reír. Me quedé conversando con él, éramos como dos viejos conocidos que tenían mucho tiempo sin verse y se estaban poniendo al día, con la diferencia, que nos estábamos conociendo.
No veía mi ropa, mi cabello o mi peso, solo me miraba a mí como persona. Bailamos un poco y cuando me percaté de la hora ya era muy tarde, así que me llevó a casa. Fue amable y caballeroso.
‹‹Sería un excelente amigo››, pensé. Al final acepté salir con él a la semana siguiente. Tenía apenas una semana de conocerlo pero parecía que conectábamos.
El viernes estuvimos de ‹‹viernes de machos›› y recuerdo que después de ese día, el lunes para ser precisa, el señor Samuel Murphy llegó bailando el Oppan Gangnam style, mientras entraba a la oficina del todopoderoso llamado también mi jefecito.
Se emborracharon de tal manera, que bailaron esta canción solo con los calcetines, las corbatas y la ropa interior.
Lo que no sabían ellos era que yo estuve todo el tiempo grabándolos, es más, tengo creado un canal en YouTube “el Rincón de Sammy” recuerdo que lo tenía en ese tiempo desde hacía un año, como amo las uñas acrílicas por ahí empezó todo.
Tengo muchas reproducciones y suscriptores gracias a ese video de los jefes encuerados. Si el jefe se enteraba…me mataba.
Ahora “El rincón de Sammy” está abandonado, lleno de tela de arañas.
Después de un rato, el jefe me llama para que entre a su despacho
—Sammy—me llamó por la extensión—ven por favor
—Voy jefe.
Tomé mi tableta y entré dando saltitos de felicidad al confirmar la salida con Brendan.
—Olvidé agregar la cara de pendeja—eso lo dijo el señor Samuel, es un hombre muy lengua larga pero da, a su manera, buenos consejos.
—Este es mi rostro de ilusionada señor Samuel—dije señalando todo mi rostro como niña buena y me senté a su lado.
—Acabas de conocer al tipo y ¿ya estás ilusionada? Eso es demasiado rápido niña, te doy un consejo…
—No lo quiero gracias—lo corté de una buena vez, porque sabía que me diría alguna verdad en mi cara y la verdad no peca pero incomoda.
—No me importa así que ahí te va, —si, a él no le importaba nada—deja que él sea quien te demuestre interés, no le aceptes la salida a la primera o notara que estas desesperada por que te baje el calzón—aparté la mirada de mis notas imaginarias porque que estaba fingiendo escribir algo y lo observé, —no me digas que ya le aceptaste la salida—me reprocha negando
Pongo cara de gato con botas, porque soy demasiado predecible.
—Eres una pendeja
—Es solo que….bueno… ¡mierda! —susurro porque ahí sí que la embarré
—A los hombres buenos no nos gustan las mujeres desesperadas. ¿Hace cuánto dices que lo conociste?
—Oigan, llamamos a Sammy por mi asunto—nos interrumpió mi jefecito.
—Una semana—lo ignoramos
—Una semana…—niega—mal hecho, tienes cero.
Hice un puchero y patalee como si me hayan reprobado algún examen.
—Mi asunto—se queja el jefe de nuevo.
—Está bien, acabo de enviarte algunos lugares, escoge alguno que creas conveniente y prepara todo para una buena velada romántica para Valentino y Katherine, uno tan, pero tan impactante, que se gane una buena mamada.
—¡Samuel! —le reclamó mi jefe
—Señor, si señor—hice un saludo militar hacia el señor Samuel y este salió de la oficina.
—¿Crees poder hacerlo?
—Claro jefe soy experta en eso. Primero que todo seleccionaremos un lugar que sea del agrado de Katherine, y creo que tengo el lugar perfecto—le muestro la tableta cuando se sentó a mi lado.
—¡Woo!
—Puedo llamar y que acondicionen el lugar, note ahí, según la información tiene vista hacia el jardín, podemos poner velas aromáticas, rojas y rosas, su olor es exquisito al encenderlas.
—Eres experta, ¿también pondrán pétalos de rosa en la cama?
—Eso es muy cliché, nada de asesinar rosas y nada de peluches, ¡iug!, es mejor la cama limpia de todo eso, resaltaremos aquí—le señalo una mesa—una bandeja con uvas, queso, galletas y una que otra manzana en trozos con una botella del mejor vino y un par de copas ¿qué tal?
—¿Queso?
—Sí, el lugar ofrece el mejor queso de la región, es famoso por eso pero más que todo la sencillez, créame ella lo amará y así podrá proponerle matrimonio mientras admiran el hermoso jardín con miles de especies de flores y mariposas alrededor, que vuelan…
—Ok, ok ya entendí… ¿matrimonio?
—No en vano lleva cargando ese anillo hace ¿Cuánto? ¿Catorce días?
—¿Seguro no te engendró el diablo?—sonreí satisfecha porque soy muy observadora, bueno antes lo era o siempre lo he sido, pero en cierto punto de mi vida solo…me cegué.
—No, pero quiero que me folle si es igual a Tom Ellis.
Solo me imaginaba a Tom Ellis dándome bien duro, contra todo y con todo…que delicia.
Discúlpame querido Sebastián, pero es que ese hombre a cualquier mujer con buen gusto en hombres, le despierta ese instinto diabólico y sexualmente feroz.
En cuanto salí de la oficina, me dispuse a organizar el viaje de mi jefe y Kathy, suspiré al pensar en la velada que pasarían juntos, me imaginé en esa situación y anhelé encontrar un hombre que me amara de la misma forma que mi jefe ama a su Katherine.
La relación de confianza que tenía con mi jefe era única, desde el primer día en que llegué a esa empresa, recuerdo que me preguntó: ¿Por qué crees que estás capacitada para trabajar conmigo?
A la cual respondí: porque no quiero acostarme con usted.
Es la verdad más verdadera de todas las verdades, lo guapo siempre lo ha tenido, adinerado, tiene todo lo que una mujer normal puede desear, nunca vi a los hombres como una posible opción, me tomaba mi tiempo, todo debía ser en su momento, a su debido tiempo.
No me enamoré a la primera. Para mí el amor a primera vista nunca existió, no mal interpretaba las intenciones de los hombres que se acercaban.
Nunca me enamoré a la primera y nunca me había decepcionado a la primera.
Recuerdo a mi última relación, seria por mi parte, fue duro porque teníamos un buen tiempo viviendo juntos.
Me traicionó y embarazó a una chica, muy linda por cierto, piel de porcelana y…delgada.
Y es que los novios que he tenido siempre me terminaban dejando y en el caso de este último, buscando otra mujer mejor que yo.
Siempre pensé en positivo. Siempre quise que llegase un hombre como mi jefe o como el señor Fabrizio, no miran apariencias, no ven físico, ven el alma y ellos están dispuesto a hacer cualquier cosa por sus amadas.
Y eso, mi querido Sebastián, no está escrito para que me suceda a mí.
‹‹Yes, my lord››—es lo que escucho decir al mayordomo de la casa Phantomhive, estoy fascinada con este anime de fantasía oscura Kuroshitsuji o Black Butler. Aunque he tenido pesadillas con que él, se lleva mi alma en vez de la de Ciel Phantomhive. Estoy tan fascinada, que no me doy cuenta que me he acabado una bolsa de palomitas completa llena de mantequilla y para ser sincera, había olvidado lo bueno que se siente comer sin preocupaciones y tener así de llena la barriga. 04 Julio 2019 Querido Sebastián, quiero seguir con mi charla porque estoy de muy buen humor después de ver el final de Kuroshitsuji y de quedarme con la curiosidad de como Sebastián que irónicamente así se llama el mayordomo del infierno, se lleva el alma del chico que con todo gusto la cedió. Aunque necesito ver las posibles 6 ovas que según leí están por ahí y aun no las he buscado. Y las dos temporadas que descubrí que existen, luego te cuento que tal están. Después de que mi jefe se fuese de viaje el viern
Mi querido Sebastián, me divertía en compañía de él ¿sabes por qué? Por qué no me juzgó por ser quién soy.Después de salir de los bolos, me llevó a una heladería, para mi sorpresa, pidió uno de chocolate con vainilla y yo una de menta, solo pensarlo ya siento un gran antojo.Hablar con él era una maravilla, sentía que era como yo, sentía que era…normal.Sin que llevara sobre sus hombros un pesado apellido, sin las presiones de guiar una gran empresa, me sentía a gusto con él a pesar de que lo estaba empezando a conocer.Éramos dos simples mortales.***—Te dije que no aceptaras a la primera y ya vez, te largaste con él apenas te lo ofreció.El señor Samuel Murphy es de esos hombres sin pelos en la lengua, me regañó el lunes que llegué a mi trabajo, ese catorce de enero, no más puse un pie fuera del elevador y ahí estaba dándome regaños.—Pero ni mi madre me regaña tanto.—Es porque no se da cuenta de lo que su hijita anda haciendo, mucho cuidado Benson, eres una buena chica no quiero
05 de JulioUn mes después, el gusano de la curiosidad me llevó a hacer algo que no debía, y es que el dicho llega muy bien cuando dice que la curiosidad mató al gato.Fue tanto lo hondo que cabo mi curiosidad, que decidí recurrir a la única persona en el mundo que en mis cinco sentidos jamás recurriría, a mi hermanastra.—Hermanita—dijo en cuanto contestó el celular—que alegría que me llamaras, es la primera vez que lo haces ¿en qué te puedo ayudar?Recuerdo sacar todo el aire contenido para luego morder mis uñas acrílicas.—Bueno, solo necesitaba saber ¿cómo estás?y si has sabido de tu amigo Brendan.—¡Claro!—Chilla con la emoción de siempre—me dijo que han estado saliendo por ahí ¡pillín!—Solo un poco—a decir verdad él lleva un mes aquí y yo he salido con él entre semana dos veces y los fines de semana, pero eso no se lo diría.—Ya veraz que él no es como los imbéciles que te he presentado, es todo un caballero.—Lo sé, lo que he podido ver en este tiempo, solo no quiero…tu sabes
Salgo de casa a regañadientes, bajo ante la atenta mirada de satanás, sigue tras de mí, y cuando al fin llegamos al auto, abre la y puerta y la cierra cuando me acomodo. Le doy una mala mirada antes de saludar—Buenos días Luce —Buenos días Sammy ¿Cómo te sientes hoy? —Igual que ayer odiando mas a ese hombre—ella ríe mientras niega. —Samuel solo quiere ayudar—lo defiende. —¿Cómo cuánto vamos a tardar? Ella sonríe antes de responder—no hemos acabado de llegar chica, deberías tranquilizarte, verás que será muy divertido. —¿Divertido? Comprar globos de colores, cintas y pastelitos con leche descremada, para un anciano—bufo cruzando de brazos, ella no quita la sonrisa de su rostro. —Todos los cumpleaños que celebramos a los ancianos son muy especiales y divertidos, a pesar de ser un hombre serio y tosco, Samuel, suele tener buenas ideas. —¿Samuel? Lo tuteas ¿Cómo es que pasó eso? —Es lo que sucede cuando conoces a una persona por mucho tiempo —¿Hace cuánto? —interrogo con curiosi
—Hola, Benson—saluda el señor Samuel, todo casual y fresco como de costumbre, en su rostro como siempre no refleja emoción alguna. — ¿Qué hace aquí? —pregunto con la molestia empezando a embargar mi pecho, me levanto dejando a un lado a Sebastián y lo enfrento. —No fuiste a la cita, así que aquí estoy para que comencemos la sesión. Entrecierro los ojos y me desconcierto—la cita es con Ernesto Simmons, no Samuel Murphy, ¡señor! —¡Oh, sí! eso, ¿no te lo dijo Ernesto? —pregunta con fingida inocencia —Decirme… ¿qué?—me está sacando de mis casillas. —Él ya no será tu terapeuta, seré yo… —¿Usted qué?—grito al escuchar semejante estupidez.—usted no es un psicólogo, es economista y el enviado de Lucifer. Peina con sus dedos su cabello rubio y me observa con severidad —La sesión será afuera. —Debe estar bromeando, no, no iré a ningún lado con usted. —¿No? ¿Segura?—camina hacia mí y se inclina para enfrentarme. Trago grueso y no digo nada, esa es su respuesta. Toma una chaqueta de mi
“El penal”, así le llama el señor engendro del diablo Murphy, al asilo de ancianos que su padre fundó hace unos años.Grace Murphy, me mostró las instalaciones y el edificio es muy grande, tienen un departamento de enfermería y me puso a ayudar a la chica, otra joven enfermera, a ordenar los nuevos medicamentos que llegaron, y que por falta de tiempo no pudo ordenarlos antes.Su nombre es Luce Monzat, es de Venezuela, cuando tomamos un descanso, sacó de su lonchera algo que me dijo se llama Cachapa.Me incomodó negarle el pedazo que me extendió, le sonreí a boca cerrada y le di el mordisco. Sentí tanto temor, pero ¿por qué?, cuando empecé a morderlo una sensación de satisfacción llegó a mí, estaba delicioso. Me escribió la receta y me envió un enlace donde hay un video de como se prepara.La mayoría de los que ahí trabajan son jóvenes, que aún están en su último año para terminar su carrera.La única mujer mayor ahí es Grace, “la generala”, como la apodó su hijo.—Mi abuelo murió aquí
Cuando el aparato se detuvo, salí directo al baño, los nervios, la sensación de desesperación me consumía, abrí el cubículo y vacié lo que no había comido…me alarme al ver salir de mis entrañas un líquido verdoso y la acidez y amargura en mi boca. Me alarmé en sobre manera, mi cuerpo temblada, enjuagué mi boca y quedé observando en el pequeño espejo, esta no soy yo, mis ojos azules estaban apagados, la palidez de mi rostro parecía que estaba luchando contra alguna grave enfermedad…y sin querer ser consciente de ello, así era, yo estaba enferma. Dije que lo tendría bajo control, que en cuanto bajara al peso deseado lo dejaría, pero no fue así, nunca vi mi peso ideal, perdí el control total de ello y todo empeoró ese día. Tenía una cita con Brendan, nos llevábamos muy bien, me sentía cómoda con él, notó mí bajo peso y mi estado físico, le decía que eran ideas suyas que era solo cansancio debido al trabajo. No sé si me creyó en ese momento, solo me importaba que yo le gustase. Llevab
Buscamos el auto, lo abre y me extiende un folder amarillo abultado por su contenido.—Cinthya, me encargó darte esto, al parecer Valentino no es de fiar —tomo el folder algo pesado, mis ojos brillan por que se que es lo que contiene.Doy saltitos de felicidad al comprobar que es el borrador de su nuevo y último libro de la serie Oscuridad. Cinthya Becker al fin ha dado cierre a su obra y no solo estoy emocionada por ello, es por que al parecer ha podido salir de su infierno. Estoy tan emotiva que salto a los brazos de Arturo a quien tomo por sorpresa y casi caemos de bruces al suelo de no ser por que queda recostado sobre el auto conmigo colgada de su cuello.—Pareces niña en dulcería—ríe mientras trata de sostenerme de la cintura, me doy cuenta de lo que estoy haciendo y avergonzada suelto mi agarre.—Lo lamento es que, no tengo palabras para expresar la emoción que siento en estos momento—Sea lo que contenga ese paquete, me alegra tu reacción—aun estamos cerca el uno del otro—debo