Terminamos de limpiar a las onde de la noche, no tenía idea de que celebrar a el cumpleaños de un anciano fuese tan agotador. Mis baterías estaban al cien por ciento y hoy estoy por debajo del uno. Cuando al fin son las seis de la mañana, Luce me lleva a casa, subimos a su auto, admiro que tenga tantas energías. —Tienen mucha energía —me deslizo en el asiento como chocolate derretido—Como mínimo están entre los cien y doscientos años—sonríe ante mi absurdo comentario, esta fresca como una lechuga—¿Cómo haces para no cansarte? —La costumbre e intento dormir cuando no tengo el turno nocturno —Desde que estoy trabajando con ustedes, tenemos ese turno—me quejo haciendo un puchero. —Es parte de tu terapia—mira la carretera tras darme un vistazo fugas— como sufres de insomnio, Samuel aprovecha eso para mantenerte activa. Pienso en sus palabras, sí, tengo noches de insomnio, al menos las tenías, ahora que estoy en esta extraña “terapia” mis fuerzas son acabadas por completo. Llegamos a
Separo nuestro contacto, miro hacia al piso mientras Arturo, no deja de apretarme contra su cuerpo.—Deberías irte—tomo el valor de levantar la cabeza y ver de nuevo a sus ojos, me aprieta más a el—Un minuto más—se encorva para matar su rostro en mi clavícula y aspira, lo que hace que mi cuerpo reaccione ante eso.—No, no deberíamos—tartamudeo porque no tengo control de nada en este momento, se aparta sin soltarme, se acerca de nuevo y rosa mis labios con los suyos, queriendo besarme de nuevo, no lo dejo—¿Por qué? —pregunto en un susurro.—La pregunta es ¿Por qué no? —rosa su nariz con la mía, mientras acaricio sus brazos que no han dejado de sostenerme.—¿Por qué tú?—dejo la pregunta sin saber que decir, la verdad es que en este momento no tengo nada en la cabeza más que este momento.—Yo, ¿Qué Sammy? Por que soy un desgraciado, que nunca ha tomado en serio a ninguna mujer, que tengo sexo con alguna que otra que me encuentre y me llame la atención—afirma, y siendo sincera no había p
Las piernas me tiemblan como gelatina recién salida de la nevera.Toco mis labios con la yema de los dedos, recordando el momento en que sus labios acariciaron los míos.—¡Estoy jodida! — Levanto el trasero del piso y corro hasta mi habitación, busco por todos lados a Sebastián, en vano, no está por ningún lado.Quizás mamá lo haya guardado.Antes de preguntarle por teléfono, marco el número de mi amado, ex jefe quien responde al segundo timbre.—¡Hola Sammy!—¡Hola jefe!, digo ex jefecito—Seguiré siendo tu jefe en la compañía, y tu amigo fuera de ella, digamos que estas de vacaciones, hasta nuevo aviso.—¿Puedo pensarlo?—No—espeta serio, mas, imagino su rostro con una sonrisa dibujada.—El caso es que no lo llamé para eso.—Sin rodeos Sammy—indica porque sabe perfectamente que me voy por las ramas.—Arturo y yo nos besamos—se instala un silencio tras la línea—en la boca—sigo con la aclaración—no quiero que lo mate.—Sammy, estas muy grandecita para diferenciar el bien del mal.—Si,
Las piernas me tiemblan como gelatina recién salida de la nevera.Toco mis labios con la yema de los dedos, recordando el momento en que sus labios acariciaron los míos.—¡Estoy jodida! — Levanto el trasero del piso y corro hasta mi habitación, busco por todos lados a Sebastián, en vano, no está por ningún lado.Quizás mamá lo haya guardado.Antes de preguntarle por teléfono, marco el número de mi amado, ex jefe quien responde al segundo timbre.—¡Hola Sammy!—¡Hola jefe!, digo ex jefecito—Seguiré siendo tu jefe en la compañía, y tu amigo fuera de ella, digamos que estas de vacaciones, hasta nuevo aviso.—¿Puedo pensarlo?—No—espeta serio, mas, imagino su rostro con una sonrisa dibujada.—El caso es que no lo llamé para eso.—Sin rodeos Sammy—indica porque sabe perfectamente que me voy por las ramas.—Arturo y yo nos besamos—se instala un silencio tras la línea—en la boca—sigo con la aclaración—no quiero que lo mate.—Sammy, estas muy grandecita para diferenciar el bien del mal.—Si,
No es nada bueno permanecer en la ignorancia. Lástima… esa, es la sensación mas horrible que se te puede instalar en la cabeza y baja a la velocidad de la luz a tu corazón. Ahora si, estoy jodida, encerrada de nuevo, veo como el día transcurre por mi ventana deseando regresar el tiempo al momento exacto en que permití que esto pasara. Como tortura mental, tomo mi celular y entro a la galería de fotos, no solo estaba con una condición física sana, era feliz si, buscando al príncipe azul, que me rescatara de la sociedad, pero realmente feliz. Tengo mensajes y llamadas perdidas de Arturo, ¿Cómo fue capaz de besarme y acariciar en el estado en el que me encuentro? Lastima… esa es la única razón… Al fin, de tanto buscar, encuentro a mi Sebastian debajo de mi almohada, donde de verdad no recuerdo haberlo dejado. Querido Sebastian… escribo de nuevo, retomando una nueva conversación, lo había dejado después de contar la conclusión miserable en la que llegó mi historia con Brendan y mi m
El remordimiento es como un perro mordiendo una piedra: una estupidez Friedrich Nietzsche Cuando escucho decir al señor Samuel, nueve once, mi mente se dispara por completo, vienen a mi cabeza imágenes de un accidente… Luce, cambia por completo, la chica alegre y positiva desaparece por completo, maldice muchas veces mientras corre hasta el vehículo, la sigo de inmediato asiente cuando subo con ella. Su cajita de fósforos como ella le llama a su auto, va a una velocidad que jamás pensé que iría un auto, maldice en cada semáforo y no llegamos en cinco minutos, llegamos en diez, a pesar del tráfico. Según lo que escucho, el señor Samuel no tiene ningún accidente, sino, un ataque de pánico. ¿Cómo es eso posible? Samuel, el demonio engendrado por Satanás, ¿tiene un ataque de pánico? Samuel Murphy, es un hombre sin filtros, ni tabúes, está lleno de una sinceridad escalofriante. Tiene el don de dar justo en el clavo cuando le toca dar consejos, se toma muy enserio su trabajo y es ene
«¿Qué dosis de verdad puede soportar un hombre?».Friedrich NietzscheMuchas personas ven el suicido como una manera de huir, otras por su parte, lo ven como una cobardía, y hay muchos que lo toman como una forma de valentía. En mi caso, lo veo como algo doloroso tanto para el ejecutor como para su familia. ¿Qué tanto debes sufrir para llegar a ese extremo? No lo sé, sin embargo, Luce, al parecer, si lo sabe.—¿Qué? —una interrogante que sale como un susurro, que oprime mi pecho. —Sucedió hace tres años—continua—fue difícil para los que estábamos a su alrededor, primero queda en un torbellino dando vueltas y vueltas en tu cabeza, luego los interrogantes que…—Llegan los ¿Por qué? —interrumpe el señor Murphy, que entra en la cocina, con ayuda de su esposa, se sienta en la silla frente a mi— Y te atacan como cuando activan un bombardeo en plena guerra. Tomen el día libre, la generala se hará cargo, descansen.—Vamos a viajar, nos tomaremos una semana en familia—indica Antonella lo que
«La vida se encoge o se expande en proporción a tu coraje»Anaïs NinLa expresión de “trágame tierra” es ideal en esta situación en la que me encuentro.Su seriedad es el vivo reflejo de que estoy en serios problemas, me siento como una adolescente que se tatuó sin el permiso de sus padres y que ahora mismo esta apunto de ser reprendida por ello.—¿No soy bienvenido? —trago sintiendo mi pecho arder y el corazón galopando como un caballo alocado. —Cla, claro—me aparto para darle paso, se detiene junto frente a mí, se inclina para darme un beso en la sien.—No voy a morder Sammy, solo que—camina hasta el sillón, si sienta entonces se cruza de brazos—no me has respondido las llamadas, ni los mensajes.—Je, jefecito, digo ex jefecito—digo en tono de súplica— es que las cosas se complicaron un poquitín—Siéntate Sammy—ordena mi ex jefecito Valentino Fontaine y como niña buena y obediente, hago lo que dice.—Tengo una explicación para ello—me excuso, mas, no tengo ninguna excusa en mente,