Las piernas me tiemblan como gelatina recién salida de la nevera.Toco mis labios con la yema de los dedos, recordando el momento en que sus labios acariciaron los míos.—¡Estoy jodida! — Levanto el trasero del piso y corro hasta mi habitación, busco por todos lados a Sebastián, en vano, no está por ningún lado.Quizás mamá lo haya guardado.Antes de preguntarle por teléfono, marco el número de mi amado, ex jefe quien responde al segundo timbre.—¡Hola Sammy!—¡Hola jefe!, digo ex jefecito—Seguiré siendo tu jefe en la compañía, y tu amigo fuera de ella, digamos que estas de vacaciones, hasta nuevo aviso.—¿Puedo pensarlo?—No—espeta serio, mas, imagino su rostro con una sonrisa dibujada.—El caso es que no lo llamé para eso.—Sin rodeos Sammy—indica porque sabe perfectamente que me voy por las ramas.—Arturo y yo nos besamos—se instala un silencio tras la línea—en la boca—sigo con la aclaración—no quiero que lo mate.—Sammy, estas muy grandecita para diferenciar el bien del mal.—Si,
No es nada bueno permanecer en la ignorancia. Lástima… esa, es la sensación mas horrible que se te puede instalar en la cabeza y baja a la velocidad de la luz a tu corazón. Ahora si, estoy jodida, encerrada de nuevo, veo como el día transcurre por mi ventana deseando regresar el tiempo al momento exacto en que permití que esto pasara. Como tortura mental, tomo mi celular y entro a la galería de fotos, no solo estaba con una condición física sana, era feliz si, buscando al príncipe azul, que me rescatara de la sociedad, pero realmente feliz. Tengo mensajes y llamadas perdidas de Arturo, ¿Cómo fue capaz de besarme y acariciar en el estado en el que me encuentro? Lastima… esa es la única razón… Al fin, de tanto buscar, encuentro a mi Sebastian debajo de mi almohada, donde de verdad no recuerdo haberlo dejado. Querido Sebastian… escribo de nuevo, retomando una nueva conversación, lo había dejado después de contar la conclusión miserable en la que llegó mi historia con Brendan y mi m
El remordimiento es como un perro mordiendo una piedra: una estupidez Friedrich Nietzsche Cuando escucho decir al señor Samuel, nueve once, mi mente se dispara por completo, vienen a mi cabeza imágenes de un accidente… Luce, cambia por completo, la chica alegre y positiva desaparece por completo, maldice muchas veces mientras corre hasta el vehículo, la sigo de inmediato asiente cuando subo con ella. Su cajita de fósforos como ella le llama a su auto, va a una velocidad que jamás pensé que iría un auto, maldice en cada semáforo y no llegamos en cinco minutos, llegamos en diez, a pesar del tráfico. Según lo que escucho, el señor Samuel no tiene ningún accidente, sino, un ataque de pánico. ¿Cómo es eso posible? Samuel, el demonio engendrado por Satanás, ¿tiene un ataque de pánico? Samuel Murphy, es un hombre sin filtros, ni tabúes, está lleno de una sinceridad escalofriante. Tiene el don de dar justo en el clavo cuando le toca dar consejos, se toma muy enserio su trabajo y es ene
«¿Qué dosis de verdad puede soportar un hombre?».Friedrich NietzscheMuchas personas ven el suicido como una manera de huir, otras por su parte, lo ven como una cobardía, y hay muchos que lo toman como una forma de valentía. En mi caso, lo veo como algo doloroso tanto para el ejecutor como para su familia. ¿Qué tanto debes sufrir para llegar a ese extremo? No lo sé, sin embargo, Luce, al parecer, si lo sabe.—¿Qué? —una interrogante que sale como un susurro, que oprime mi pecho. —Sucedió hace tres años—continua—fue difícil para los que estábamos a su alrededor, primero queda en un torbellino dando vueltas y vueltas en tu cabeza, luego los interrogantes que…—Llegan los ¿Por qué? —interrumpe el señor Murphy, que entra en la cocina, con ayuda de su esposa, se sienta en la silla frente a mi— Y te atacan como cuando activan un bombardeo en plena guerra. Tomen el día libre, la generala se hará cargo, descansen.—Vamos a viajar, nos tomaremos una semana en familia—indica Antonella lo que
«La vida se encoge o se expande en proporción a tu coraje»Anaïs NinLa expresión de “trágame tierra” es ideal en esta situación en la que me encuentro.Su seriedad es el vivo reflejo de que estoy en serios problemas, me siento como una adolescente que se tatuó sin el permiso de sus padres y que ahora mismo esta apunto de ser reprendida por ello.—¿No soy bienvenido? —trago sintiendo mi pecho arder y el corazón galopando como un caballo alocado. —Cla, claro—me aparto para darle paso, se detiene junto frente a mí, se inclina para darme un beso en la sien.—No voy a morder Sammy, solo que—camina hasta el sillón, si sienta entonces se cruza de brazos—no me has respondido las llamadas, ni los mensajes.—Je, jefecito, digo ex jefecito—digo en tono de súplica— es que las cosas se complicaron un poquitín—Siéntate Sammy—ordena mi ex jefecito Valentino Fontaine y como niña buena y obediente, hago lo que dice.—Tengo una explicación para ello—me excuso, mas, no tengo ninguna excusa en mente,
«Aunque tu mente esté confundida, tu corazón siempre sabe la respuesta»AnónimoYa era tarde para bajar del vehículo, además que los asientos son cómodos y huele a nuevo.—Buenos días Sammy—sus ojos azules me escudriñan mientras yo sigo mi investigación científica de como se respira. —Bu, bu, bu—aclaro mi garganta en el vano intento de corresponder al saludo.—Buenos días Arturo, repite después de mi—se burla cuando intenta hacer que repita entre risas, entonces, me doy por vencida.—Te iba a llamar—una excusa barata es la que sale0—lo siento— junto a una simple disculpa.—No te disculpes, no es necesario, simplemente fue una tortura para mí.—No era mi intención—inquiero apenada y nerviosa.—Debía darte tiempo, pero me estaba matando la incertidumbre, no sabía que ignorabas, tú sabes…Se refiere a mi aspecto físico—no es tu culpa, es mía.Eso no es cierto—se levanta para sentarse a mi lado, toma mi mano y la acuna entre las suyas—nada de esto es tu culpa, fuiste víctima de las circu
"No podemos estar en modo de supervivencia. Tenemos que estar en modo de crecimiento". Jeff Bezos.Actualizar tanta información en el trabajo me tiene con dolor de cabeza, ¿Cómo es posible que haya cambiado tanto en casi ocho meses?Mi tableta de trabajo que estaba en manos de la tal Pene-lope, está vacía, sin ninguna información como si la hubiesen reseteado de fábrica.Ni siquiera tiene instalado el sistema que se utiliza para la agenda del jefe, en donde está la información detallada de cada uno de los clientes de Fontaine.—¿Qué le hiciste Sammy? —interroga Julio, el chico de informática—perdiste información importante.—¿Que le hice? Llevo media hora aquí y me la acaban de entregar, así tal y como la estás viendo.—¿Fue Penélope?—¿Otro que la odia? —pregunto sorprendida.—Yo no odio a las personas, ellas no es más que un usuario para mí, sin embargo, tengo entendido que ella si me detesta, cosa que no me quita el sueño ni la tranquilidad, si ella te la dio así quiere decir que f
Se mide la inteligencia de un individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportarImmanuel KantSamuel MurphyVeo tras la ventana del automóvil intentado deshacer los nudos emocionales que están enmarañados en mi cerebro, cierro los ojos y lucho con pensar en cosas positivas.Voy en la parte trasera del auto, por recomendaciones de Ernesto, no debo conducir en un tiempo. El celular vibra dentro del bolsillo de mi saco y veo quien es.—No te escuché irte—su voz tiene un poco de pesar.—Lo siento, quería que durmieras más tiempo.—¿Lograste dormir algo?—Si, no te preocupes, tengo noches buenas.—Querido, por favor cualquier cosa, sabes que estoy aquí.—Lo sé—susurro—nos vemos más tarde, te amo.—Yo también te amo.Mi esposa cuelga la llamada. No estuvimos en buenos términos, pero, logramos regresar a estar juntos y eso, me reconforta.No quería perderla ni a ella ni a mi hija, así que me esforcé por mejorar, sin embargo… Después de pasar dos semanas con mis ahijadas, S