El jueves por inercia había llegado. La conversación que había mantenido el día anterior con Valentina me mantenía a la expectativa, pero ahora estaba mas tranquilo sabiendo que le pude decir todo lo que quería en persona, y mejor aún, que ella había escuchado bien.
La salida parecía ser prometedora. Después de haber salido a comprar ropa y con el nuevo corte de cabello, ya parecía un chico potencialmente atractivo, sobre todo porque tenía buena altura y a pesar de ser delgado, la ropa de buena talla me hacían tener un estilo muy fresco y serio.
Ahora vestía unos Nike totalmente negros que me daba más altura, un jogger con estampado de un jean azul oscuro y una franela unicolor gris acompañado de la chaqueta de Frey.
La noche se acercaba y con ella la hora de salir al boliche. Tía E
Levantarse por la mañana, desayunar, bañarme, estar con el animo matutino, pero con algo poco común. En mi teléfono aparecían dos mensajes sin leer, uno era de Annie, quien me había respondido al mensaje de:hola, soy Elian, guarda mi númerocon un:Hoy en el parque a las 5 pm, los muchachos de la banda practicaran un pocoEse mensaje me llenó de emoción en el fondo del corazón, pero lo que mas me fascinaba era el par de mensajes que seguían después de ese. Luna envió:Hola, lo siento, anoche caí rápido, fue un día largo. ¿Cómo va tu ma&n
Una cosa llevó a la otra y en menos de lo que cantaba un gallo, me hallaba con Annie poniéndome al tanto de las cosas de este pueblo. Tengo de admitir que era interesante hablar con ella y muy útil para ir integrándome al grupo. -Christy es una chica muy sensata, no sigue las andanzas de su padre -djio Annie. -¿El mismo que es dueño de Queens? -pregunté curioso. -Si, el lagarto empresarial de estos lares. Su fortuna es tan grande que si el se propusiera, seria el dueño de toda extensión de tierra. La cosa es que se protege mucho de mafiosos externos que quieran joderlo. - ¿Se ha metido en algún problema? -Una vez fue a un trib
Frey me había hecho el favor de acercarme a la zona esperada de encuentro con Luna, y por inercia, este conversó de cosas triviales mientras andábamos en el carro. Me entregó otro preservativo, el cual cogí de mala gana. Sabía que solo lo hacía por fastidiar.Al ver a Luna, estoy seguro que me brillaron los ojos.La chica estaba vestida con una cazadora de cuero que le hacia juego con sus ojos color avellana. En esos días comenzaba a hacer frío en el exterior por lo que era común ver a personas con vestimentas similares.Una gran sonrisa se enmarcaba en la delicada cara de la chica, y esta fue correspondida por una torpe sonrisa de mi parte, haciéndome sentir más seguro.
Ya era el día 29 de ese mes, y eso que había llegado a Green Valley un dos de agosto. Mamá Elisa no tardó en llegar en la tarde, y el afectuoso encuentro madre e hijo tampoco se hizo esperar. Hubo una cálida bienvenida, la cual era ambientada por los deliciosos olores del restaurante del Tío Ernest y las inmensas hamburguesas de infarto. La hamburguesa de Frey era particularmente grande con casi medio kilo de peso, mientras la de mama Elisa no tenía casi aderezos y acompañaba todo con juguito de limón. -¿Enserio te comerás todo eso? -preguntó finalmente mamá Elisa un poco impresionada. -Tranquila, el no se va de aquí hasta que se coma todo. Si no, no le veo gracia pagar algo tan caro -repuso tía Eliana a mama Elisa, pero de la man
Valentina había propuesto una salida ostentosa a una zona ricachona de aquella pequeña ciudad, donde grandes edificios y centros comerciales se alzaban en unas pocas calles y avenidas. Pero simplemente lo rechacé. No necesitaba cosas ostentosas para poder divertirme. Tenía muchos lugares en ese pueblo a los que quería ir con la esperanza de terminar el collage de fotos de Green Valley.Había llevado a Luna a un lugar exclusivamente especial. Era el último punto del mapa, pero valía la pena poder matar dos pájaros de un tiro. De esa manera, sería el doble de especial.Estuvimos caminando un rato por el Boulevard a las orillas del río. A ambos lados del caminillo de grava, habían árboles que se coloraban de amarillo y dejaban sus hojas caer.
La casa de Annie era modesta con una cochera que había sido adaptada para soportar la reunión de la banda.Ahora me estaban integrando poco a poco para que mi voz se asociara con la de Annie, quien no iba a ser revocada como voz principal. Las inscripciones para el festival iban a ser en unos días así que era de suma importancia ensayar las canciones que habían escogido. Al parecer iban a tocar una canción propia en rock que prometía poner al público en ambiente.Por fortuna, esa canción le sentaba bien a mi voz profunda, que hacia un precioso adorno.La sesión había culminado cuando el baterista y la bajista comenzaron a discutir sobre algún ritmo que ni iba bien, entonces los demás optaro
Apenas era el mediodía y estamos sentados al pie de la puerta de entrada de la casa de Annie. A ella le interesaba bastante lo que tenía que decir una vieja difunta en sus memorias escritas en el diario. En cierta manera, ese pequeño libro era una evidencia de la crueldad del sistema que impera en la sociedad hacia las personas que no tienen mayores oportunidades y que son olvidadas como una mala canción. Solo alcancé a leer las tres primeras líneas para darme cuenta del carácter directo de esa mujer. Primera entrada. Después de todo, llevo cinco meses después que tuve mi último contacto con los mal nacidos del gobierno que me despojaron de todos mis bienes y mis amigos. ¿Así me agradecen? <
Frey intentó convénceme de hacer algo divertido como jugar a las cartas, ya que la tarde se hizo eterna y no teníamos ningún plan para salir. Para esa oportunidad, desistió de convencerme ya que tía Eliana y mamá Elisa se habían reunido juntas en la terraza, permitiéndome que improvisas más melodías. Intentaba buscar las notas perfectas para la melodía, pero todas me parecía incorrectas. Las emociones que transmitía eran erróneas y la música no me decía las frases que necesitaba. Tardé mucho rato en rebuscar una escala que se acoplara a la melodía, y ya para eso, habrían pasado cinco manos en el póker y Frey se levantaba exasperado al ver que mamá Elisa se llevaba todo el dinero, aunque no fuera mucho. Era una costumbre en la familia las apuestas a pequeñas dimensiones, pero nunca fui participe de eso. A mi me gustaba las cosas ambigu