Valentina había propuesto una salida ostentosa a una zona ricachona de aquella pequeña ciudad, donde grandes edificios y centros comerciales se alzaban en unas pocas calles y avenidas. Pero simplemente lo rechacé. No necesitaba cosas ostentosas para poder divertirme. Tenía muchos lugares en ese pueblo a los que quería ir con la esperanza de terminar el collage de fotos de Green Valley.
Había llevado a Luna a un lugar exclusivamente especial. Era el último punto del mapa, pero valía la pena poder matar dos pájaros de un tiro. De esa manera, sería el doble de especial.
Estuvimos caminando un rato por el Boulevard a las orillas del río. A ambos lados del caminillo de grava, habían árboles que se coloraban de amarillo y dejaban sus hojas caer.
Queridos lectores. Me complace que hayan llegado hasta esta altura de la historia. En teoría, desde aquí, ningún capítulo es aburrido. Agradecería que dejaran su comentario en este capítulo acerca de su expectativa. ¿A poco Luna no es un amor?
La casa de Annie era modesta con una cochera que había sido adaptada para soportar la reunión de la banda.Ahora me estaban integrando poco a poco para que mi voz se asociara con la de Annie, quien no iba a ser revocada como voz principal. Las inscripciones para el festival iban a ser en unos días así que era de suma importancia ensayar las canciones que habían escogido. Al parecer iban a tocar una canción propia en rock que prometía poner al público en ambiente.Por fortuna, esa canción le sentaba bien a mi voz profunda, que hacia un precioso adorno.La sesión había culminado cuando el baterista y la bajista comenzaron a discutir sobre algún ritmo que ni iba bien, entonces los demás optaro
Apenas era el mediodía y estamos sentados al pie de la puerta de entrada de la casa de Annie. A ella le interesaba bastante lo que tenía que decir una vieja difunta en sus memorias escritas en el diario. En cierta manera, ese pequeño libro era una evidencia de la crueldad del sistema que impera en la sociedad hacia las personas que no tienen mayores oportunidades y que son olvidadas como una mala canción. Solo alcancé a leer las tres primeras líneas para darme cuenta del carácter directo de esa mujer. Primera entrada. Después de todo, llevo cinco meses después que tuve mi último contacto con los mal nacidos del gobierno que me despojaron de todos mis bienes y mis amigos. ¿Así me agradecen? <
Frey intentó convénceme de hacer algo divertido como jugar a las cartas, ya que la tarde se hizo eterna y no teníamos ningún plan para salir. Para esa oportunidad, desistió de convencerme ya que tía Eliana y mamá Elisa se habían reunido juntas en la terraza, permitiéndome que improvisas más melodías. Intentaba buscar las notas perfectas para la melodía, pero todas me parecía incorrectas. Las emociones que transmitía eran erróneas y la música no me decía las frases que necesitaba. Tardé mucho rato en rebuscar una escala que se acoplara a la melodía, y ya para eso, habrían pasado cinco manos en el póker y Frey se levantaba exasperado al ver que mamá Elisa se llevaba todo el dinero, aunque no fuera mucho. Era una costumbre en la familia las apuestas a pequeñas dimensiones, pero nunca fui participe de eso. A mi me gustaba las cosas ambigu
No era de esperarse que tarde o temprano visitara a la chica Vidali, con quien suponía tener algún vínculo amoroso.Al llegar, todo estaba en orden. Pude observar una cierta cantidad de sirvientas sacudiendo al polvo de las repisas.Al principio quería ocultar todo mi malestar para que no pasara algo similar como lo que pasó con Valentina, pero esta chica, Luna, era totalmente distinta a la chica que vivía al lado de casa de tía Eliana.Era como una moneda de cara y cruz, donde una parte fría, ambigua y misteriosa ocupaba la cara de Valentina mientras que la parte simpática, carismática y cariñosa estaba Luna.Me sentía cómodo donde estaba, en la parte cálida, donde la chica que estaba a mi lado transmitía luz que me ayudaba sopesar mi oscuridad.Luna no preguntaba nada, solo estaba ahí a mi lado mientras veíamos algo en el TV.
Antes de la hora que estipulaba aquel mensaje anónimo que afirmaba la culpabilidad de Luna de un crimen atroz, me decidí en ponerle punto y final al asunto. Ver a aquella persona que atentaba contra el mejor momento de mi vida merecía un poco de mi atención.En la noche anterior no pude dormir, solo me quedé viendo las estrellas a través de la ventana de mi alcoba mientras mamá se acomodaba en la otra cama.En minutos, entré en el café Shuffle y todo estaba vacío y apagado. Era de esos lugares muy coloridos, aunque la palabra perfecta sería "psicodélico" donde irían los hipsters.Parecía que la actividad en gran medida era en la noche, como sitio de encuentro para los adolescentes de
-¿Desde cuándo te gustan los tipos? -no sabía si la cara de Frey era de consternación o de intriga.-¿Qué tipos?, no vengas a joderme, ya estoy bastante mal por lo que me hizo Luna.-¿Luna?, ¿Luna Vidali? -dijo incrédulo.-La princesa terminó siendo una zorra -sentencié.-¿Qué pasó con ella?, explícame.Frey conducía hasta la casa.-¿Qué es esto que tengo...? -saqué algo del cojín y descubrí un sujetador de mujer-. Vaya...-Deja eso -Fre
La canción que iba destinada a Luna, resultó ser todo un tema. Tenía una trama bastante sólida y las subidas de amor y desamor eran muy llamativas:"Vienes como estrella fugaz,cumples mis deseos y luego te vas,he visto tantos secretos, y ahora llamas,¿acaso intentas volverme a engañar?Ya no hay más misterios, y te digo lo que siento,que pudimos crear el cielo, pero perdiste un intento.Oh, aún te veo en la luna,
Cuando estuve desayunando, recibí un mensaje de Luna. Era una imagen de un pie de limón con un sorbete clavado en el medio, sin pie de imagen ni descripción. Esos lindos momentos que vívidos yacían en mi memoria, estaban apareciendo como imágenes de carrusel, reproduciéndose una tras otra y sintiendo esas cosquillas que en aquel momento habría sentido. Algo en mi se ablandó. Sabía que era tonto pensar que esa chica iría a cambiar por mí, pero quería ser un tonto con esperanzas al menos. Quise hacer esos pensamientos a un lado. Improvisando algunas rimas en la terraza, recordé lo que había dicho Frey hacía un par de días. Mis rimas tristes y mis gritos decían más de lo que hablaba, así que un poco avergonzado procuré ponerle un poco de color a mis rimas. No tenía mucho ánimo, pero estuve ahí media hora dándole vueltas al teléfono como si estuviera en trance. La voz potente de Frey del otro lado de la puerta llamó mi atención. Al