Frey intentó convénceme de hacer algo divertido como jugar a las cartas, ya que la tarde se hizo eterna y no teníamos ningún plan para salir. Para esa oportunidad, desistió de convencerme ya que tía Eliana y mamá Elisa se habían reunido juntas en la terraza, permitiéndome que improvisas más melodías.
Intentaba buscar las notas perfectas para la melodía, pero todas me parecía incorrectas. Las emociones que transmitía eran erróneas y la música no me decía las frases que necesitaba. Tardé mucho rato en rebuscar una escala que se acoplara a la melodía, y ya para eso, habrían pasado cinco manos en el póker y Frey se levantaba exasperado al ver que mamá Elisa se llevaba todo el dinero, aunque no fuera mucho.
Era una costumbre en la familia las apuestas a pequeñas dimensiones, pero nunca fui participe de eso. A mi me gustaba las cosas ambigu
¿Quién tiene la razón en esta discusión?
No era de esperarse que tarde o temprano visitara a la chica Vidali, con quien suponía tener algún vínculo amoroso.Al llegar, todo estaba en orden. Pude observar una cierta cantidad de sirvientas sacudiendo al polvo de las repisas.Al principio quería ocultar todo mi malestar para que no pasara algo similar como lo que pasó con Valentina, pero esta chica, Luna, era totalmente distinta a la chica que vivía al lado de casa de tía Eliana.Era como una moneda de cara y cruz, donde una parte fría, ambigua y misteriosa ocupaba la cara de Valentina mientras que la parte simpática, carismática y cariñosa estaba Luna.Me sentía cómodo donde estaba, en la parte cálida, donde la chica que estaba a mi lado transmitía luz que me ayudaba sopesar mi oscuridad.Luna no preguntaba nada, solo estaba ahí a mi lado mientras veíamos algo en el TV.
Antes de la hora que estipulaba aquel mensaje anónimo que afirmaba la culpabilidad de Luna de un crimen atroz, me decidí en ponerle punto y final al asunto. Ver a aquella persona que atentaba contra el mejor momento de mi vida merecía un poco de mi atención.En la noche anterior no pude dormir, solo me quedé viendo las estrellas a través de la ventana de mi alcoba mientras mamá se acomodaba en la otra cama.En minutos, entré en el café Shuffle y todo estaba vacío y apagado. Era de esos lugares muy coloridos, aunque la palabra perfecta sería "psicodélico" donde irían los hipsters.Parecía que la actividad en gran medida era en la noche, como sitio de encuentro para los adolescentes de
-¿Desde cuándo te gustan los tipos? -no sabía si la cara de Frey era de consternación o de intriga.-¿Qué tipos?, no vengas a joderme, ya estoy bastante mal por lo que me hizo Luna.-¿Luna?, ¿Luna Vidali? -dijo incrédulo.-La princesa terminó siendo una zorra -sentencié.-¿Qué pasó con ella?, explícame.Frey conducía hasta la casa.-¿Qué es esto que tengo...? -saqué algo del cojín y descubrí un sujetador de mujer-. Vaya...-Deja eso -Fre
La canción que iba destinada a Luna, resultó ser todo un tema. Tenía una trama bastante sólida y las subidas de amor y desamor eran muy llamativas:"Vienes como estrella fugaz,cumples mis deseos y luego te vas,he visto tantos secretos, y ahora llamas,¿acaso intentas volverme a engañar?Ya no hay más misterios, y te digo lo que siento,que pudimos crear el cielo, pero perdiste un intento.Oh, aún te veo en la luna,
Cuando estuve desayunando, recibí un mensaje de Luna. Era una imagen de un pie de limón con un sorbete clavado en el medio, sin pie de imagen ni descripción. Esos lindos momentos que vívidos yacían en mi memoria, estaban apareciendo como imágenes de carrusel, reproduciéndose una tras otra y sintiendo esas cosquillas que en aquel momento habría sentido. Algo en mi se ablandó. Sabía que era tonto pensar que esa chica iría a cambiar por mí, pero quería ser un tonto con esperanzas al menos. Quise hacer esos pensamientos a un lado. Improvisando algunas rimas en la terraza, recordé lo que había dicho Frey hacía un par de días. Mis rimas tristes y mis gritos decían más de lo que hablaba, así que un poco avergonzado procuré ponerle un poco de color a mis rimas. No tenía mucho ánimo, pero estuve ahí media hora dándole vueltas al teléfono como si estuviera en trance. La voz potente de Frey del otro lado de la puerta llamó mi atención. Al
Enseguida otro mensaje llegó que me dejó un vacío en el estómago. -No suenas como siempre. Al ver hacia arriba, vi a la chica asomada en la ventana con medio cuerpo dentro de su habitación. A su lado, las cortinas hacían una delicada danza. Escribí: -Gracias, gracias por todo de verdad. -No había entendido tus intenciones hasta que me estrelle con la vida. Siempre has dicho la verdad, ¿me equivoco? Al instante, la chica iluminó su cara al ver su teléfono y sonriendo por la silenciosa comunicación que estaban teniendo me respondió: -Aún te falta una carrera para entenderme, pero quizás ya diste un paso. -¿Puedes bajar? Quisiera contarte algunas locuras que me han pasado -le respondí. -¿No me detestabas? -me escribió. -No te detesto. -Entonces en realidad entendiste. -No completamente, pero ya no creo que sea necesa
- Si te preguntas el por qué accedí a contar cosas de mi pasado, es porque considero que te lo mereces. Que no se te suba a la cabeza -un comentario digno de Valentina, pensé.En ese entonces, una hermosa niña con el cabello que reflejaba los colores del cobre y unos profundos ojos verdes encantaban a cualquier persona que se le atravesara, así fuera chico o chica. Las personas se sentían atraídos o sentían envidia.Esto la llevó a no poder conocer a personas genuinas y en poco tiempo estaba rodeada de muchas personas que la invitaban a salir, pretendientes locos por su belleza que profesaban su amor eterno y decían centenares de frases lindas para que ella les diera el dulce elixir de sus labios, y mientras iba creciendo, era más renombrada en todo el colegio.La única pasión de valentina eran los videojuegos desde toda su vida, pero cuando se comenzó a rodear de p
El día llegó y tenía todo pensado para mi citación con Valentina, aunque no sabía muy bien como iba a salir todo. Si ella pudo dar el paso fundamental de cambiar su forma de ser por unos segundos, en el que me contó su historia, puedo decirle la mía. Entonces, estaba hablando con Frey en la sala, ya que afuera comenzaba a hacer bastante fría, posiblemente porque se acercaba el otoño. Ahora, estaba más dispuesto a hablar con cualquier persona, menos con Gabriel, quien diciendo la verdad me engañó. Le había respondido a Luna que me tomaría unos días para ensayar para el festival, pero le pedí expresamente que no me ayudara. Precisamente en ese día no me insistió ni me escribió mensajes ni nada. Un completo lío. -¿Qué debería de hacer con ella, tío? -le pregunté a un Frey que lev