Los invitados

A la mañana siguiente fueron arribando los invitados quienes eran maestros de música. Por lo que pude observar, los participantes no teníamos idea de quienes eran ellos, pero algo estaba claro, ellos nos ayudarían a montar nuestras canciones y nos instruirían en aprendernos la coreografía para la presentación.

Aquellos sujetos arribaron de un barco que amarraron al muelle. Un hermoso navío de ciento veinte pies que destacaba en ostentosidades.

En la popa y a los costados tenía una inscripción en cursiva: Vidali.

Luna nos dejó hablando con ellos en el salón de ensayos, en donde cada quien tenía horas designadas para practicar con los maestros, además de las horas libres que estuviera disponible el salón.

El lugar de ensayos era un lugar amplio con muchos instrumentos y paredes de corcho para insonorizarlas. Ahí podríamos montar un concierto y las personas en el caney de afuera no estarían al tanto del ruido que había en la sala.

Un suj

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