Estaba ansiosa por llegar, aunque las personas a las que les llegaba a comentar mi próximo paradero hacían una cara extraña, entre preocupación y miedo, me trataron de convencer de que había lugares turísticos mucho más atractivos que el pueblo 'Fog', un asentamiento tranquilo alejado de los disturbios y problemas de una gran ciudad y aún que me dijeron que era un lugar bellísimo de día, me advirtieron que bajo ningún motivo saliera de noche ni dejara las ventanas abiertas del lugar en donde me quedaría. Me preguntaba por qué dijeron eso, sinceramente ese detalle me impulsó a querer visitarlo, mi gran curiosidad por ver con mis propios ojos que es lo que pasaba en ese lugar durante las noches fue demasiado, así que allá iba, en un taxi que me llevaría a esa mini cuidad mágica tan enigmática. Me permito deleitarme con el hermoso paisaje, los árboles están con sus hojas verdes radiantes mientras bailan al compás del viento, estábamos en pleno verano así que este lugar alejado de la ci
Ya era de día y estaba más que emocionada por salir a explorar el lugar, me puse un pantalón de mezclilla oscura y una camisa de manga larga delgada de color blanco, dejé mi cabello rubio suelto poniendo un poco de crema en él para definir mis rizos rebeldes. Llena de entusiasmo y emoción salí a la calle, me sorprendió encontrarme con el mismo paisaje del día de ayer que llegué, personas caminando de un lado a otro, niños jugando en la calle, no me explicaba como este lugar terminó desolado en la noche. Me apetecía algo dulce para desayunar así que fui a la panadería local, en verdad todo se veía delicioso, llevé varias piezas para degustarlos en la soledad de mi habitación en la noche, al llegar al mostrador para pagar una sonriente mujer me atendió. — Buenos días... bienvenida ¿Eres nueva no? No te había visto por aquí – Así es, estoy de paso por unas cuantas semanas.– le respondí con una gran sonrisa. – Ya veo... – en cuánto miré el total en la caja registradora le tendí un bi
Después de comer otros dos vasitos de helados de diferente sabor por fin me marché del agradable lugar y me dirigí hasta el siguiente local que llamó mi atención. Tenía un aspecto rústico por fuera, los vidrios se encontraban ligeramente polarizados, me acerqué y puse mi mano sobre el frío cristal para ver al interior, era una librería, dado que no podía salir de noche (aún desconocía la razón) estaría bien tener algo de entretenimiento que no sea la televisión así que, que mejor que un libro. Empujé la puerta de la entrada, el sonido de una delicada campanilla de metal anunció mi llegada, había una persona en un escritorio que levantó su vista al escucharme entrar, me dio la bienvenida con una gran sonrisa y regresó a su lectura, un libro de pasta dura y color oscuro; Me adentre en la librería, entre los estantes repletos de historias por descubrir... me detuve en el área de romance, a quién no le gustaba el fantasear con un relato de amor digno de una película, imaginar el ser trat
Una vez logrando poner mi mente en blanco comencé a leer con atención y adentrándome a un mundo de fantasía y como lo predije, el amor imposible entre una plebeya y un príncipe, no era consiente del pasar del tiempo, estaba arrasando página tras página hasta que una punzada de dolor en mi espalda y cuello por mi posición me obligaron a detenerme y regresar al presente; me estiré tratando de darle un poco de alivio a mi cuerpo adolorido, miré que el interior de mi departamento era más oscuro, ya no había ni un rastro de luz, miré la hora de mi celular, dentro de poco serían las 10:00 pm, mi estómago de pronto comenzó a rugir demandando alimento, solo había comido unas piezas de pan y helado en todo el día, eso me hizo recordar que había comprado pan extra, miré la bolsa de papel café sobre la barra y me levanté por ella. Al llegar saqué un moffin de chispas de chocolate se me hizo agua la boca y mi estómago rugió nuevamente exigiendo que se le diera ese pan, le di una mordida, el sabo
No estaba acostumbrada a correr por lo tanto no tardé en sentir que mis pulmones y garganta ardían mientras tomaba aire, mis pasos se tornaron un poco más lentos y débiles, no pude continuar más, necesitaba un descanso, me detuve a tomar aire mientras apoyaba mis manos en las rodillas, los sonidos de las dos bestias peleando a muerte ya era muy bajo, pero me relaje antes de tiempo, ya que ese ronroneo escalofriante comenzó a escucharse muy cerca de mí. Levanté el rostro sintiendo nuevamente esa sensación a peligro, aquel sonido se acercaba a mí, pero no podía identificar de dónde, me disponía avanzar cuando otro hombre apareció frente a mí, su rostro estaba tan cerca del mío que sin duda pude notar esos ojos completamente negros con tan solo un ligero punto rojo en el centro, abrió la boca mostrando esos peligrosos colmillos y emitió un sonido que me llenó de terror. Acercó ambas manos a mí intentando tomar mi cabeza, pero en cuanto su fría piel entró en contacto con la mía el sonid
Cuando recobre la conciencia comencé abrir poco a poco mis ojos, tenía una sensación de haber dormido durante mucho tiempo, aunque al ver los rayos débiles del amanecer me quedaba claro el que solo habían pasado quizás un par de horas; poniéndole más atención a mi ambiente parecía estar dentro de una bodega, la iluminación era tan débil, solo podía ver sombras distorsionadas, las únicas dos ventanas que había se encontraban cubiertas con telas oscuras. Me encontraba acostada sobre el frío y polvoso piso de concreto, al intentar levantarme me di cuenta de que mis manos se encontraban atadas, a como pude y retorciéndome como un gusano logré ponerme de lado para después apoyarme en mis rodillas, Solté un quejido al apoyar mi peso en esa piel lastimada. — ¿Lluvia? ¿Ya has despertado? - esa era la voz de Ryan, se escuchaba débil y apagada. Mi cabeza voló en la dirección que apareció su voz, y entre las sombras extrañas noté que una se movió, parecía estar de rodillas así que me arrastre
Rexon. Las noches eran dentro de lo que cabe aburridas en este pueblo, fui enviado por mi padre, el rey de los licántropos de esta zona para cuidar de este lugar algo alejado de la civilización, empezaron a ocurrir desapariciones sospechosas de los habitantes y gran parte de los turistas, los humanos como método de precaución no salían en las noches cuando se llevaban a cabo la mayoría de los ataques, pero aun así no era suficiente, una puerta de madera y frágiles cristales no eran gran obstáculo para lo que los acechaba. Como los humanos son una raza débil e inútil que necesita protección, mi querido padre tuvo la brillante idea de mandarme a mí a cuidarlos, era un tipo de castigo, lo sabía bien, no era un secreto mi repudio hacia los humanos, los licántropos que se mezclaban con ellos solo tenían de resultado débiles cachorros Omega, nuestra raza era superior en más de un aspecto y era un insulto compartir nuestros genes con ellos, no era el único que lo pensaba, mi padre me envió
Lo primero que hice fue ir por mi ropa, mi camisa había quedado hecha trizas, solo logré salvar mi ropa interior, pantalón y zapatos, los humanos perecían tener algún problema con la desnudez ajena así que tenía que cambiarme antes de ir por ella, no quería matarla... de un infarto. Su ventana tenía un borde en el cual me subí y la observé por un extremo de la cortina, parecía un cervatillo asustado, estaba metiendo todas sus pertenencias en unas malatas que tenía sobre la cama, quería huir, ¡oh no, linda! Sin duda despertaría mi instinto de cazador, ella ahora era mi presa y sin duda la seguiría hasta el fin del mundo de ser necesario para atraparla. Cuando se sentó en la cama y cubrió su rostro aproveché para entrar en sigilo y desenchufar la televisión, seguido de eso me fui a esconder en el baño en espera de que notara la anomalía del silencio en el ambiente, claramente era más fácil tocar la maldita puerta y llevármela en cuanto abriera, si no abría podría tirar la puerta, pero