Lluvia. Los demás lobos me desataron, pero no me permitieron acercarme a Ryan, al llevarme tomé al cachorro entre mis brazos y los seguí a donde me llevaban, recorrimos unos cuantos árboles hasta llegar a una amplia casa en medio del bosque, había un bonito lago cerca, los rayos del sol se reflejaban en el agua, había varios árboles y a la distancia se apreciaban montañas en donde estaba segura de que los atardeceres se verían preciosos. Entramos a la casa y el interior era pintoresco y agradable, solo que... un poco desordenado, me guiaron por un pasillo con varias habitaciones, llegamos a la última del pasillo, me abrieron la puerta y al yo entrar la cerraron con fuerza. No le presté importancia, me metí al baño para bañar al cachorro y darme una ducha yo también, ya que tenía tierra por todos lados a causa de mi ajetreada noche anterior. La habitación era sumamente hermosa, tenía unas bonitas cortinas rosadas, las paredes eran de un color crema y la cama... tenía unas sábanas br
Rexon Venía de regreso a la casa después de irme a correr un poco por el bosque, no tenía idea de que carajo me había pasado en la mañana, detestaba a los humanos, pero tenía a una en mi casa solo porque la idea de dejarla marcharse me parecía inaceptable, lo único que me hacía sentir que no había perdido completamente la cordura era que estaba en posición de prisionera prácticamente. Le dije a los lobos que la llevaran a la habitación vacía, que casualmente recordé después que se encontraba frente a la mía, en estos momentos ella debería de estar encerrada ahí y el hecho de pensar que probablemente estaba llorando en una esquina con miedo me hacía sentir mejor. Al irme acercando a la casa miré que Said salió corriendo, tenía una sonrisa de idiota en el rostro y bueno no había mucho que decir, él era idiota, al acercarse a mí pude notar el brillo lujurioso en sus ojos, me pareció extraño. — Ey, Rex... el uniforme que le diste a la sirvienta esta... - hizo una seña aprobatoria con
Lluvia. Al entrar a la habitación y cerrar la puerta tras de mí, el pequeño cachorro salió del baño moviendo su colita recortada con felicidad, sus orejas largas y puntiagudas se movían de una manera graciosa cuando me observaba, metí la mano en la pequeña bolsa que tenía en el diminuto uniforme de sirvienta y saqué un poco de carne que había tomado de la cocina para él. Lo dejé comiendo en el baño, ya que la habitación tenía una alfombra rojiza que no quería arruinar, me deshice del diminuto vestido dejándolo tirado en el suelo y abrí las puertas del ropero para tomar algo más, miraba cuáles eran mis prendas más deterioraras para usarlas en mis labores domésticas de este lugar, cuando de pronto la puerta de la habitación se abrió de repente, era Ryan quién había llegado. Abrí mucho los ojos y a pesar de que no me miraba de una manera sorprendida o lujuriosa tomé una manta que había en el ropero y la abracé contra mi pecho para cubrirme un poco. — ¡Oye! ¿No sabes tocar, Ryan? - le
Rexon... Después de dejar a Ali en la cocina me di la tarea de buscar al chistosito que le dio el uniforme de sirvienta a ricitos de oro, no tarde mucho en encontrarlo, Dan estaba arriba del cofre de uno de los autos tomando el sol cuando llegué a su lado, Dan era el Beta de esta manada, si yo llegaba a morir él estaría a cargo, pero eso jamás pasaría. — Dan ¿Sabes quién le dio el maldito uniforme de sirvienta a la humana? - él sonrió sin voltear a verme, mantuvo sus ojos cerrados. — Yo se lo mandé a Ryan para que se lo diera, ¿se le miraba bien no? - más de lo que me gustaría admitir, de pronto llegó el idiota de Said. — Se miraba más que bien, mis ojos y entre pierna te lo agradecen, empiezo a pensar que no es tan mala idea tenerla aquí, Rex, podría ser de ayuda para Ali en las temporadas de celo... - lo volteé a ver con una mirada asesina, me costaba procesar eso, después Dan habló. — Siendo sincero para ser humana no esta nada mal, tiene mejor cuerpo que Ali. — Creí que odiá
Lluvia… Me despierto con un fuerte dolor de cabeza, muy común después de tener una crisis de ansiedad intensa, mi mente aún estaba algo desorientada, extendí el brazo y sentí algo suave como la seda, mis instintos se pusieron en alerta, sentir esa tela me ponía los nervios de punta, me giré en la cama hasta caer en el suelo, mi respiración estaba agitada, mis brazos prisioneros entre unas toallas que envolvían mi cuerpo, lo único que escuchaba era el palpitar de mi corazón en mis oídos; después una cálida lengua comenzó a recorrer mis mejillas y fue ahí cuando me tranquilice un poco y pude ser consiente del sonido del ventilador que colgaba del techo y el chillido de un cachorro. Me tranquilicé poco a poco, los sonidos del cachorro al lamer mi mejilla me relajaron un poco, cuando había logrado controlar mi reparación y ritmo cardiaco agitados me senté en el suelo, estaba envuelta en unas toallas y podía sentir contra mi piel la humedad de la ropa interior empapada que llevaba de baj
Rexon... Después de dejar a ricitos de oro dormida en su habitación y de cerrarle la puerta en la cara a la enfadosa de Ali, me deshice de mi ropa mojada arrojándola a un cesto de ropa sucia que se encontraba en una esquina, me fui directo al baño y entré en la ducha dejando que el agua fresca recorriera cada músculo de mi cuerpo, recordé como hace poco tiempo estaba en la habitación de enfrente abrazando a Lluvia en un intento de acabar con sus tormentos. No era el mejor momento, ella estaba pasando por algo difícil, pero no pude evitar recordar el momento en que la tuve entre mis brazos, sus pechos presionados al mío, me hizo preguntarme que se hubiera sentido estar piel con piel, una gran curiosidad me empezó a invadir y como la mente era traicionera me regaló una bella imagen de ambos desnudos bajó el agua de la ducha, nuestros cuerpos húmedos emanando calor uno al otro. Una oleada de excitación recorrió todo mi cuerpo causando que mi miembro se pusiera firme, nunca me había re
Lluvia... Me marché sintiendo que el piso se tambaleaba bajo mis pies, me llevé la mano a la frente y sin duda sentía la temperatura de mi piel más elevada de lo normal, no al punto de hervir como lo dijo Dan, pero como era yo la que estaba enferma quizás no lo percibía de la misma manera. Entré a mi habitación y me deshice de mi ropa en el camino, entré a la ducha y abrí la llave de el agua fría que al principio mi piel no lo percibió como debería. Al estar en la ducha me llegaron recuerdos del día de ayer, Rexon abrazándome bajo el agua intentando controlar mi ansiedad del momento, yo pidiéndole que no dejara que me llevarán y él prometiéndolo... me sentí apenada y patética de repente, sin duda lo dijo para tranquilizarme porque dudaba mucho que ese hombre moviera un dedo por mí, me miraba de una manera molesta como si me odiara, quería creer que su reacción con Ryan ayer fue porque desobedeció alguna orden, Dan dejó claro que era la prisionera de él, no de los demás y como toda r
Ryan tenía la mirada fija en mí, esperando una respuesta, su respiración era irregular y me estaba poniendo los nervios de punta, las palabras estaban atoradas en mi garganta, había llegado a mi límite, no podía más, agache la mirada soltando un suspiro. — No puedo, lo lamento, Ryan. — Haz el intento, anda, piensa en que esos animales están haciéndole daño a más personas en este momento, si hablas, esta en tus manos evitarlo. Me quedé pensativa en eso, él tenía razón, una cara de la moneda que nunca había contemplado, él podría estar lastimando a más personas, es más, podía asegurar que así era, pero jamás dije nada porque sabía que nadie lo podría detener, me cuestionaba si unos lobos podrían hacerlo. — Ya basta, Ryan… Largo. Rexon apareció en la cocina entrando por el pasillo, llevaba una camiseta negra, su cabello oscuro estaba perfectamente peinado hacia arriba acomodado del lado izquierdo, sus ojos grises regalaban una mirada fría y apática, Ryan cerró los ojos con fuerza, m