Una vez logrando poner mi mente en blanco comencé a leer con atención y adentrándome a un mundo de fantasía y como lo predije, el amor imposible entre una plebeya y un príncipe, no era consiente del pasar del tiempo, estaba arrasando página tras página hasta que una punzada de dolor en mi espalda y cuello por mi posición me obligaron a detenerme y regresar al presente; me estiré tratando de darle un poco de alivio a mi cuerpo adolorido, miré que el interior de mi departamento era más oscuro, ya no había ni un rastro de luz, miré la hora de mi celular, dentro de poco serían las 10:00 pm, mi estómago de pronto comenzó a rugir demandando alimento, solo había comido unas piezas de pan y helado en todo el día, eso me hizo recordar que había comprado pan extra, miré la bolsa de papel café sobre la barra y me levanté por ella.
Al llegar saqué un moffin de chispas de chocolate se me hizo agua la boca y mi estómago rugió nuevamente exigiendo que se le diera ese pan, le di una mordida, el sabor ligero a vainilla del pan en combinación con las chispas de chocolate y leche era una completa delicia, eso me recordó que necesitaba una buena taza de leche para acompañar el pan.Abrí el pequeño refrigerador y solo me quedaba un poco de leche... entré mis provisiones tenía un cartón de leche que tomé casi la mitad la noche anterior de las veces que me levantaba con sed y terminaba dándole un trago a la leche. Me dirigí a la alacena rezando por que de pura casualidad pudiera tener un cartón de reserva, pero nada... no podía comer mi pan sin leche más que una costumbre era una necesidad para mí, recordé que cuando estaba por el pueblo había un mini market que tenía un letrero de 24 horas, no me había asegurado si cerró, pero valía la pena ir a echar un vistazo.Me puse mis tenis negros y me encaminé a la puerta, pero al llegar a ella mi mano se quedó a escasos centímetros del pomo de esta, ya que recordé el curioso rumor de los pueblerinos que era peligroso salir de noche. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, me hizo experimentar un creciente frío, una parte de mí no quería salir pensaba que no valía la pena arriesgarse y que podíamos comer el pan con un vaso de agua hoy, pero mi otra parte se preguntaba que era lo peor que podía pasar, ansiaba adentrarse en las calles y descubrir a que era lo que se debía tanto alboroto y sobre todo poder encontrar una tienda abierta porque comer pan sin leche era imperdonable.Sin darle más vueltas al asunto, llevé mi mano al frío y desgastado metal del pomo y abrí la puerta, todo estaba sumido en un completo silencio, el chirrido de mi puerta de madera al ser abierta chocaba contra las paredes e hizo eco en los desolados pasillos, en cuánto puse un pie fuera mi piel se erizó, por alguna extraña razón me sentía en peligro, pero mi parte que quería su pan acompañado de leche me convencía de que solo estaba exagerando, bajé las escaleras con total cuidado, ya que el más mínimo movimiento causaba un escándalo.Al llegar a la puerta principal del hotel y salir a la calle una suave niebla se acumulaba en las calles haciendo que tuviera que forzar mi visión un poco más de lo normal, comencé a caminar mientras me abrazaba a mi misma, corría un viento fresco, al sentir su suave soplido sobre mi piel, ésta se erizó completamente de nuevo, las ráfagas de viento eran tan heladas, que hasta daba la impresión de estar en la época del año equivocada.La soledad y el silencio inundaban las calles, esos aspectos acompañados de la leve iluminación de las calles, daba la impresión de estar en un pueblo completamente abandonado, me parecía difícil de creer como era éste el lugar cálido y agradable que recorrí con tranquilidad en la mañana, ahora tenía una extraña sensación de inseguridad, como si me encontrara en peligro, debí hacerle caso a mis instintos y haberme quedado en mi habitación.Llegué al bonito puente de piedra, el que daba acceso a la parte del pueblo en donde estaban la mayoría de tiendas grandes, pero como lo empecé a pensar a medio camino se encontraba cerrado como todos los lugares, aun así mis pies tercos y mi necedad avanzaron un poco más, ya que me costaba creerlo, hice una mueca de disgusto y solté un lastimero quejido.— Va a tocar comer pan sin leche, rayos, que pesadilla...Me di la vuelta con toda la intención de regresar a casa, de solo imaginar el mal sabor que tendría el pan y que no podría disfrutarlo como me gustaba me puse triste, en cuanto mi cuerpo giró y me disponía a regresar a casa choque con algo duro y firme, pero a la vez se sintió muy cálido comparado con el frío que hacía, al llevarme la mano a la frente y levantar el rostro me llevé con la sorpresa que se trataba de Ryan, me observaba perplejo sus cejas casi se juntan al inspeccionarme a detalle, como si no se la creyera que se trataba de mí.— ¿¡Lluvia?! ¿Pero qué haces aquí afuera? Es peligroso - su voz salió con algo de molestia y desesperación, instintivamente le alejé unos pasos de él, solo me observó extrañado ante mi reacción.— Bueno, yo... me quedé sin leche, no puedo comer mi pan así, por eso pensé en salir a buscar un poco a la tienda...— Las tiendas y todo lo demás está cerrado, no pueden salir de noche, no deben hacerlo...— Lo lamento, todos dicen eso, pero yo no he visto nada raro por aquí para que digan esas cosas, no sé por qué...De pronto un sonido comenzó a llenar el ambiente, era bajo, pero de pronto se comenzó a hacer más fuerte, como si dicha criatura que lo emitía se acercaba lentamente a donde estábamos, era una especie de ronroneo, como el que producía un gato, pero este era un tanto más agudo y escalofriante, Ryan movía la cabeza con rapidez, ya que sonido parecía provenir de una dirección y de pronto se escuchaba de otra, de pronto tomó mi mano y comenzó a caminar.— Vamos, rápido, tenemos que llegar a tu hotel.Nuestros pasos apresurados hicieron eco entre él abismal silencio, llegamos a la mitad del puente de piedra cuando Ryan se detuvo de pronto ocasionando que ahora chocara contra su espalda, me hice a un lado con toda la intención de quejarme, su ancha espalda impedía mi visión así que cuando me moví me di cuenta de que miraba al frente, había una mirada peligrosa en sus ojos y tomó una posición más rígida, seguí la dirección de su vista solo para darme cuanta de la tercera presencia al final del puente.Era un hombre, con una piel exageradamente pálida, tenía su mirada sobre mí, era la mirada de un animal hambriento, se pasó la lengua por los labios y en ese momento pude apreciar mejor sus colmillos, largos, delgados y filosos, un escalofrío me recorrió el cuerpo y el pánico me invadió ocasionando que mi cuerpo comenzara a temblar ligeramente.— Corre, Lluvia... ve a casa y no mires atrás - El hombre comenzó a caminar hacia nosotros y a mí casi se me detiene el corazón ante su primer movimiento, para después acelerarse más con cada paso que daba. — ¡Ahora!Ryan soltó mi mano y corrió hacia él, al ver tal movimiento repentino el hombre comenzó a correr también, el detalle, fue a una velocidad increíble, al principio los separaba una considerable brecha y en un parpadeo ya estaban bastante cerca. Lo siguiente que pude notar fue el sonido de la tela rasgarse y de pronto Ryan ya no corría a 2 piernas, sino a 4... se había transformado en un enorme lobo de pelaje castaño.Me quedé en shock por unos segundos, le costaba a mi cerebro procesar lo que mis ojos estaban observando, de pronto se escuchaban los gruñidos de dos bestias pelear, la voz de Ryan llegó a mi mente por encima de todo lo demás, (Corre Lluvia)... recordando sus anteriores palabras por fin mis acciones se pudieron coordinar y mis piernas comenzaron a correr lo más rápido que podían, ignorando la pelea a la que le pasé a un lado por un par de metros, corrí sintiendo mi corazón latir en mi garganta y el miedo a morir soplándome la nuca.No estaba acostumbrada a correr por lo tanto no tardé en sentir que mis pulmones y garganta ardían mientras tomaba aire, mis pasos se tornaron un poco más lentos y débiles, no pude continuar más, necesitaba un descanso, me detuve a tomar aire mientras apoyaba mis manos en las rodillas, los sonidos de las dos bestias peleando a muerte ya era muy bajo, pero me relaje antes de tiempo, ya que ese ronroneo escalofriante comenzó a escucharse muy cerca de mí. Levanté el rostro sintiendo nuevamente esa sensación a peligro, aquel sonido se acercaba a mí, pero no podía identificar de dónde, me disponía avanzar cuando otro hombre apareció frente a mí, su rostro estaba tan cerca del mío que sin duda pude notar esos ojos completamente negros con tan solo un ligero punto rojo en el centro, abrió la boca mostrando esos peligrosos colmillos y emitió un sonido que me llenó de terror. Acercó ambas manos a mí intentando tomar mi cabeza, pero en cuanto su fría piel entró en contacto con la mía el sonid
Cuando recobre la conciencia comencé abrir poco a poco mis ojos, tenía una sensación de haber dormido durante mucho tiempo, aunque al ver los rayos débiles del amanecer me quedaba claro el que solo habían pasado quizás un par de horas; poniéndole más atención a mi ambiente parecía estar dentro de una bodega, la iluminación era tan débil, solo podía ver sombras distorsionadas, las únicas dos ventanas que había se encontraban cubiertas con telas oscuras. Me encontraba acostada sobre el frío y polvoso piso de concreto, al intentar levantarme me di cuenta de que mis manos se encontraban atadas, a como pude y retorciéndome como un gusano logré ponerme de lado para después apoyarme en mis rodillas, Solté un quejido al apoyar mi peso en esa piel lastimada. — ¿Lluvia? ¿Ya has despertado? - esa era la voz de Ryan, se escuchaba débil y apagada. Mi cabeza voló en la dirección que apareció su voz, y entre las sombras extrañas noté que una se movió, parecía estar de rodillas así que me arrastre
Rexon. Las noches eran dentro de lo que cabe aburridas en este pueblo, fui enviado por mi padre, el rey de los licántropos de esta zona para cuidar de este lugar algo alejado de la civilización, empezaron a ocurrir desapariciones sospechosas de los habitantes y gran parte de los turistas, los humanos como método de precaución no salían en las noches cuando se llevaban a cabo la mayoría de los ataques, pero aun así no era suficiente, una puerta de madera y frágiles cristales no eran gran obstáculo para lo que los acechaba. Como los humanos son una raza débil e inútil que necesita protección, mi querido padre tuvo la brillante idea de mandarme a mí a cuidarlos, era un tipo de castigo, lo sabía bien, no era un secreto mi repudio hacia los humanos, los licántropos que se mezclaban con ellos solo tenían de resultado débiles cachorros Omega, nuestra raza era superior en más de un aspecto y era un insulto compartir nuestros genes con ellos, no era el único que lo pensaba, mi padre me envió
Lo primero que hice fue ir por mi ropa, mi camisa había quedado hecha trizas, solo logré salvar mi ropa interior, pantalón y zapatos, los humanos perecían tener algún problema con la desnudez ajena así que tenía que cambiarme antes de ir por ella, no quería matarla... de un infarto. Su ventana tenía un borde en el cual me subí y la observé por un extremo de la cortina, parecía un cervatillo asustado, estaba metiendo todas sus pertenencias en unas malatas que tenía sobre la cama, quería huir, ¡oh no, linda! Sin duda despertaría mi instinto de cazador, ella ahora era mi presa y sin duda la seguiría hasta el fin del mundo de ser necesario para atraparla. Cuando se sentó en la cama y cubrió su rostro aproveché para entrar en sigilo y desenchufar la televisión, seguido de eso me fui a esconder en el baño en espera de que notara la anomalía del silencio en el ambiente, claramente era más fácil tocar la maldita puerta y llevármela en cuanto abriera, si no abría podría tirar la puerta, pero
Lluvia. Los demás lobos me desataron, pero no me permitieron acercarme a Ryan, al llevarme tomé al cachorro entre mis brazos y los seguí a donde me llevaban, recorrimos unos cuantos árboles hasta llegar a una amplia casa en medio del bosque, había un bonito lago cerca, los rayos del sol se reflejaban en el agua, había varios árboles y a la distancia se apreciaban montañas en donde estaba segura de que los atardeceres se verían preciosos. Entramos a la casa y el interior era pintoresco y agradable, solo que... un poco desordenado, me guiaron por un pasillo con varias habitaciones, llegamos a la última del pasillo, me abrieron la puerta y al yo entrar la cerraron con fuerza. No le presté importancia, me metí al baño para bañar al cachorro y darme una ducha yo también, ya que tenía tierra por todos lados a causa de mi ajetreada noche anterior. La habitación era sumamente hermosa, tenía unas bonitas cortinas rosadas, las paredes eran de un color crema y la cama... tenía unas sábanas br
Rexon Venía de regreso a la casa después de irme a correr un poco por el bosque, no tenía idea de que carajo me había pasado en la mañana, detestaba a los humanos, pero tenía a una en mi casa solo porque la idea de dejarla marcharse me parecía inaceptable, lo único que me hacía sentir que no había perdido completamente la cordura era que estaba en posición de prisionera prácticamente. Le dije a los lobos que la llevaran a la habitación vacía, que casualmente recordé después que se encontraba frente a la mía, en estos momentos ella debería de estar encerrada ahí y el hecho de pensar que probablemente estaba llorando en una esquina con miedo me hacía sentir mejor. Al irme acercando a la casa miré que Said salió corriendo, tenía una sonrisa de idiota en el rostro y bueno no había mucho que decir, él era idiota, al acercarse a mí pude notar el brillo lujurioso en sus ojos, me pareció extraño. — Ey, Rex... el uniforme que le diste a la sirvienta esta... - hizo una seña aprobatoria con
Lluvia. Al entrar a la habitación y cerrar la puerta tras de mí, el pequeño cachorro salió del baño moviendo su colita recortada con felicidad, sus orejas largas y puntiagudas se movían de una manera graciosa cuando me observaba, metí la mano en la pequeña bolsa que tenía en el diminuto uniforme de sirvienta y saqué un poco de carne que había tomado de la cocina para él. Lo dejé comiendo en el baño, ya que la habitación tenía una alfombra rojiza que no quería arruinar, me deshice del diminuto vestido dejándolo tirado en el suelo y abrí las puertas del ropero para tomar algo más, miraba cuáles eran mis prendas más deterioraras para usarlas en mis labores domésticas de este lugar, cuando de pronto la puerta de la habitación se abrió de repente, era Ryan quién había llegado. Abrí mucho los ojos y a pesar de que no me miraba de una manera sorprendida o lujuriosa tomé una manta que había en el ropero y la abracé contra mi pecho para cubrirme un poco. — ¡Oye! ¿No sabes tocar, Ryan? - le
Rexon... Después de dejar a Ali en la cocina me di la tarea de buscar al chistosito que le dio el uniforme de sirvienta a ricitos de oro, no tarde mucho en encontrarlo, Dan estaba arriba del cofre de uno de los autos tomando el sol cuando llegué a su lado, Dan era el Beta de esta manada, si yo llegaba a morir él estaría a cargo, pero eso jamás pasaría. — Dan ¿Sabes quién le dio el maldito uniforme de sirvienta a la humana? - él sonrió sin voltear a verme, mantuvo sus ojos cerrados. — Yo se lo mandé a Ryan para que se lo diera, ¿se le miraba bien no? - más de lo que me gustaría admitir, de pronto llegó el idiota de Said. — Se miraba más que bien, mis ojos y entre pierna te lo agradecen, empiezo a pensar que no es tan mala idea tenerla aquí, Rex, podría ser de ayuda para Ali en las temporadas de celo... - lo volteé a ver con una mirada asesina, me costaba procesar eso, después Dan habló. — Siendo sincero para ser humana no esta nada mal, tiene mejor cuerpo que Ali. — Creí que odiá