Mi madre estaba encantada ante la idea de regresar a Londres, aunque Francia fuera su país natal, su madre adoraba Londres y como siempre contaba amorosa ahí había conocido al amor de su vida.
Aunque ella pensaba que hay habían retomado su amor, su madre no había sido una dama de la alta sociedad francesa, sin embargo su padre de se enamoró de ella de su simpleza, su astucias y audacia, la ex marquesa tenía un espíritu inquebrantable había superado todos los obstáculos que su abuela había puesto sobre sus padres.
Y sabía con certeza lo que aquella señora era capaz de hacer.En menos de lo que Rosalía hubiese esperado, dado lo mucho que se quejaba normalmente cada vez que tenía que encargarse de algún asunto había ordenado a los sirvientes que preparasen los baúles y recogieran todos y cada uno de sus libros.
Sin duda no se iría sin ninguno de ellos.
Había ido a Francia con una gran ilusión y durante esos dos años lo había logrado, conocer a su mayor inspiración.Pero ahora era tiempo de volver, aunque no de la manera que deseaba, con los sentimientos confusos y cada posible engaño de Williams la atormentaba.Incluso había escrito a Henry, el administrador designado por su difunto padre, para que reservara un camarote para ellas, en el barco que salía en una semana con destino a Inglaterra.Se encontraba ansiosa durante las últimas noches había estado en vela, pensando cómo actuar cuando lo volviera a ver.
Sabia que su corazón anhelaba verlo, besarlo, y su mente traicionera le recordaba las palabras de su buen amiga Susan.Ahora tendría que ser fuerte, ella había tomado una decisión al irse y dejarlo, pero él le había prometido que la esperaría; ese día que se arrodilló ante ella se sintió la mujer más dichosa del mundo no podía creerlo: pero cuando supo por su madre que gracias a ella podía lograr su sueño, ese que había atrasado cuando murió su padre, pero no perdería esa grande oportunidad.
Pero había algo que su madre le había ensañado era luchar por sus sueños y vivir los sin arrepentimientos. Eso hizo, se sintió bien lograr algo que durante un tiempo vio lejano.
Pero ahora como si el saber que volvían a casa le hubiese dado las fuerzas que necesitaba para reaccionar. Aun así, su compañía había sido una bendición.
Ambas se apoyaban. De no ser por ello,ella,en infinidad de ocasiones se hubiese visto arrastrada por la melancolía y el desánimo. Su madre era lo único de le daba fuerzas, ahora era su turno de cuidarla.De casarse.
Esa ahora era su prioridad.
Tras la muerte de su padre, en uno de sus viajes por esas extrañas tierras del oriente barco, Lucius había cambiado su forma de ser. Las responsabilidades que lo unían al título que acababa de heredar de manera repentinamente ,y el compromiso de hacerse cargo de su hermana menor y su madre, lo había hecho volverse una persona taciturno y huraña, se volvió serio y controlador.
Algo horrible a decir y pensar, lo extrañaba. Mucho a ambos, había sido un infortunio.
Se había encerrada en si mismo, sabia que le había dolido que nos fuéramos de esa manera repentina, pero tanto como su madre cómo ella sabían que era capaz de encerrarles solo para que no subieran al barco, durante un tiempo se mostró molesto y decepcionado y otra cerrándose en su dolor, sabía que él se sentía culpable.
Todo ello, unido al temor que le daban los viajarán en barco, hizo que se opusiera a que su hermana visitara cualquier cosa que implicará cruzar el mar o cualquier cosa que él considerase peligrosa para ella, y la lista era bastante extensa.Pero de un momento a otro se sintió abrumada, cansada, su único Consuelo era la gran biblioteca de su padre durante el primer año de su muerte, hay descubrió la pasión por escribir, amaba aquello escribir aquello que algunos les parecía imposible, soñar y imaginar más de lo racional.
Pero empezó a agotarse su paciencia, por momentos ella comprendía que tuviera miedo, que su única hermana tuviera el destino de su padre, a veces provocaba colocar sus ojos como platos, exageradamente, pero no entendía porque tanto martirio.Al pobre casi sufrió un infarto cuando supo que su madre y ella, habían viajado a Francia. En su decimoctavo cumpleaños, anhelaba conocer Francia y lo hizo, entonces Williams se había arrodillado ante ella, fue un día de completo regocijó, como hace tiempo no sentía. Sintió su alma llenarse de alegría, por que sabía que él la haría feliz; además, sería un buen partido.
Pero su corazón se vio dividido, entre lo que amaba y el hombre del cual estaba enamorada, sin embargo, su afán por conocer Francia pudo más, alejándose de aquella tierra que la vio crecer y del amor de su vida. Pero Francia, ese hermoso país el cual estaba enamorada, de su bella, arte, cultura y sobretodo su literatura.¡Ay como lo amaba! Juraba que podía p***r toda su vida leyendo y nunca acabaría.
Porque quería sentir todo eso que su madre contaba en sus historias, quería conocer ese hermoso país del cual su madre hablaba con tanta melancolía y felicidad.
Williams acepto, lo comprendió.O eso pensó, pensó que la esperaría, pero no fue así. Tal vez por hacer y arriesgarse había perdido aquello que Más por él que por ella misma, se embarcaron los preparativos. Que Luicis hubiera decidiera algo bueno para él, parecía que se había liberado un poco de la carga emocional que había supuesto el accidente que acabó con la vida de su padre.Y Rosalía no estaba dispuesta a preocuparle con nada que pudiera empañar su animo.
Su hermano apreciaba enormemente a su prometido, de hecho, era uno de sus mejores amigos, pero eso podía cambiaren cuánto supiera cuales eran sus intenciones con su hermana pequeña, por muy nobles que estás fueran.Se había escritos cartas durante estos dos largos años, ahora sentí todos esos sentimientos escritos falsos, solo había sido algo efímero se su parte, solo fue divertido para él. Y las promesas, se habían ido a la b****a.
Se sintió engañada, pensando que durante el tiempo que ella estuvo en Francia esperando regresar él hubiera decidido romper su promesa, pensar que la besaba como lo hizo durante sus últimas semana en Inglaterra.
Rosalía estaba clara de su amor, tal vez solo estaba confundido, tal vez ella lo podría recuperar... pero todavía estaba a tiempo, o había perdido todo, por el sueño de ser una gran escritora.
De una escritora de sociedad.
Tal y como había pensado su hermano estaba esperándolas, habían pasado mucho tiempo separado, más de que su madre y ella se esperaban. Apenas anclaron en el muelle, lo abrazaron dejándolo sin aliento, lo extrañaron al igual que él a ellas.Durante el camino a la posada, Rosalía se rió a costa de su hermano; su madre insistía que debía casarse y todo lo que se espera de un buen Márquez. Algo que a él le causó mucha gracia.Sin duda había extrañado a Luicis, hasta su mal humor.Por un momento pudo apartar la verdadera razón por la que volvía a Inglaterra, y eso la hacía sentir mal.Pero se concentró en su hermano, se veía más vivo, alegre y contento que la última vez que lo vieron; durante el trayecto en el carruaje nos las dejo hablar les contó todo lo que se habían perdido de la alta sociedad.Sin duda se había vuelto todo un chismoso, aunque Rosalía se sintió bien, él había avanzado.—¿Sabe alguien que hemos llegado?—preguntó cu
Rosalía todavía se sentía rara de estar de vuelta habían pasado dos días desde su llegada, extrañaba Francia, allí las cosas eran un poco diferente lo que más amaba era la libertad con que las mujeres vestían a diferente de Londres y sus enormes reglas de vestimenta, pero sin duda lo que más extrañaba eran las tardes cuando salían a dar una vuelta por Hayde park con sus amigas Susan y Alice. Desde que tenía memoria las conocía no había nada que no hicieran juntas.Otra cosa que había extrañado era la comida nunca encontraría nada igual en otra parte. Aunque sin duda su madre y ella pasaron un buen rato en el salón de té de la posada hablando, aunque Rosalía quería mantener un perfil bajo, no podría librar a su madre de salir, era una mujer muy inquieta incapaz de quedarse en un solo sitió.Durante todo el desayuno en que Lucius las acompaño pudo ocultar su ansiedad por volver, de sentir su mirada en ella; sabía que tenía cu
Tras diez minutos de charla, Rosalía se dio cuenta de dos cosas: la primera fue que su amiga estaba profundamente enamorada de su prometido, cosa que ya sabía. Lo que le sorprendió fue que él sintiera el amor con esa misma intensidad por ella, dado el carácter voluble de Henry que siempre había hecho gala; la segunda cosa que descubrió fue que el amor le sentaba estupendamente a Susan. Sin duda ahora, sentía un poco de envidia.Estaba radiante, por dentro y por fuera y, a pesar de sus propias circunstancias, debía de reconocer que ese optimismo era contagioso. Estaba totalmente ansiosa que llegara el día de sus nupcias con el Duque de Manchester.—Pero ya es suficiente de hablar de mí. ¡Cuéntame! ¿Por qué has regresado antes de tiempo? ¿Está tu mamá bien de salud? —preguntó,
Revista secretos de sociedad Buenas tardes querido y atestado Londres, hoy les traemos una buena nueva como dicen por ahí.Nada menos que la hermana de Marqués de suffkol ha vuelto luego de dos largos años en Francia, pero adivinen que creemos que la joven tiene mucho más que esconder, ya que ha sido vista por los hotales en el centro de Londres, ahora mis interrogantes son los siguientes ¿Estara embarazada? ¿Se habrá casado y habra vuelto huyendo de su esposo? Sabes que a la joven le encanta hacer ese tipos de cosas. Aunque también se rumorea que puede estar comprometida con un honorable caballero aquí en Londres.¿Resulta ser que el LordW está comprometido con ella? Pero ahora, lo hemos visto cortejando a la hija del conde ¿Será esto un escándalo? Hasta podría apostar que sí. Asi que queridos solo nos toca esperar.
Rosalia había decidido dar una vuelta por Londres ayer su madre se había encargado de mandar hacer unos hermosos vestidos para la boda de su amiga la cual se celebraría en unos días, la verdad estaba muy nerviosa y entusiasmada sería su primera aparición en la sociedad londinense luego de haberse marchado, la verdad ahora estando aquí no sabía cuanto había extrañado aquellas abarrotadas calles por las mañanas, la llego yendo y viniendo sin prestar ninguna atención a su paso, Londres era maravilloso cuando lo veías así desde esta perspectiva no cuando tenías que ser recta, vestir un casi asfixiante vestido, amaba Francia por eso y sus exquisitos vestidos un tanto menos apretados, casi había saltado de alegría cuando su buena amiga le había confeccionado uno sin aquella horrible cosa, esperaba alguna reprimenda por parte de su madre ya que aquello no era visto de buen gusto y ni elegancia, su madre había quedado encanta que luego había mandado hacer otro más. Ahora iba a unas de
Rosalia se había puesto de mal humor cuando Susan le informó que había invitado a Anabel a su casa para conservar, casi había puesto el grito en el cielo, esta apunto de jurar y decir impropios, Susan era la persona más inocente si no hubiera notado que la joven quería a Williams para ella más de lo que demostraba, porque si él tampoco hubiera estado hablando de esa manera tan íntima eso la hacía enfurecer, ese pijo, cuando lo viera. Todavía recordar cuando los habia visto tan íntimos en la plaza, le hacía hervir la sangre de celos.—Vamos, Rosa—suplicó—, te prometo que no es mala persona, dale una oportunidad y además hasta donde yo sepa nos personas pueden conversar no veas cosas donde no las hay, por favor.Rosalia resolplo separándose de su amiga que parecía un chicle pegado a ella. Escuchar a Susan defenderla era lo peor, a
El duque de Cambridge se encontraba en aquella vieja casa de campos esa mañana se había despedido de sus amigos y al mediodía habia partido, estaba furioso aunque lo escondía de un gran manera, su madre se había metido donde no tenía nariz ni hueso. Se encontraba silencioso en aque viejo salón viendo el fuego hacer ceniza la leña, todavía no podía creer que su madre haya manipulado a su secretaria para que cualquier carta de Rosalia no fuera entregada a él, esta colérico, casi lo había golpeado hasta que estuviera inconsciente si no fuera porque esta su buen amigo Enrique con él. Ese día había decidido llegar temprano porque necesitaba unos papeles cuando vieron a George sacar unas sobres de su escritorio que había sacado selectivamente, cuando se las arrebató se había dado cuenta que era de Rosalia, pidiéndole una explicación porque no había contestado sus últimas cartas y porque no le había escrito más.—Williams, hijo— su voz era apenas audible, la ex duquesa no se se
La boda del duque de Manchester con la hermosa Lady Susan collingwood llegó con tanta rapidez que hasta lady Borgues se encontraba tan nerviosa como la novia. Por fin se iba a encontrar con el amor de su vida, solo ese pensamiento hacia que su cuerpo temblará ligeramente en pensar en todas las posibles reacciones del duque ante su reacción, Rosalia no estaba del todo segura de que él aceptara las nuevas reglas de su compromiso.Pero tenía que ser fuerte, sabía que sus sentimientos por el seguían siendo los mismo, eso le decía su corazón. Porque ya no era una chiquita de aquel entonces, había crecido y conocido, quería la firmeza que el sentía lo mismo, que seguí siendo igual que hace dos años. Tenía que asegurase que su proposición no fue solo por decirla. Habia pensado mucho en este momento hasta en las cartas que ambos se mandaban constantemente, a pesar de la distancia cada una de las palabras que leía era tan fuerte que podía sentirse bien, que esta