Revista secretos de sociedad
Buenas tardes Londres, los grandes de los grandes se reúnen y quién diría que todo saldría bien, pero como dicen no puedes tapar un sol con un dedo, ¡y cuidado señoritas ustedes no sean las próximas!La fiesta en la casa de los padres de Susan era tranquila y calidad, habia pocas personas algo que muy pocos veces pasaba en aquel tipo de eventos, pero durante el rato que estuvo en la fiesta descubrió que el padre de su amiga había formado una nueva asociación, eso había alegrado a Rosalia a pesar de que aquellos monumentos las cosas no iban bien se había alegrado, había intentado hablar con su hermano que había visto cuando acudió a la casa de Anabel pero él solo actuaba nervioso y evadiendo el tema solo respondiendo que el habia tenido razón solo estaban hablando como amigos sobre la siguiente fiesta que la madre de Williams celebraría aunque él no tuviera ahora una buena relación con su madre. Aquella respuesta no había sacado esa s
Rosalia sentia su corazón palpitar fuertemente, cerro los ojos fuertemente implorando a Dios valentía; porque darle cara a Williams iba a ser devastador.—Nunca pense espantar a una mujer con una proposición de matrimonio— objeto el Duque molesto por la foma de actuar de su amada, jamás penso qud fuera huir de él de esa manera tan cobarde —. Porque si desde el principio ibas a largarte como una cobarde, tú solo hubieras dicho del principio que solo querias libertad y no herirme de esa cruel manera. Porque permitame decirle my lady que usted esta siendo egoísta. Estoy arto de siempre estar a la interperie con usted, de que siempre sea yo el que tenga que dar mas.Con cada palabra que salia de su boca el Duque se sinto liberado, más Rosalia sentia como si clavaran mil abujas en su Corazón, como no se habia dando cuenta cuanto lo habia herido, el daño que le habia hecho.Con el corazón de la boca se dio media vuelta encontrando la mirada triste y mel
Williams estaba ansioso en el pequeño saloncito de jane, habia llegado hace unos y sentía aquel lugar cada vez más pequeño cada minuto. Reposo las manos en sus piernas, se levantó al observar la puerta abrirse y aparecer la madre de Rosalia.—Señora Jane—dijo haciendo una pequeña reverencia a modo de saludo.Jane abrazo a Williams, lo conocía desde hace diez años cuando luicus y él haciendo tantas travesuras cómo les fuera posible.—¿Qué te trae por aquí?—dijo su madre—, espero que mi hija no te esta dando problemas.Williams nunca en su vida se había sonrojado como ahora, siempre había pensado que aquella mujer era una adivina siempre que luicuis y él hacían algo malo, ella siempre lo sabía mucho antes de que saliera de sus labios.—Creo que se me esta escapando de las manos—hizo una pausa—, creo que piensa que mi sentimientos por ella no son genuinos, piensa que no la amo cómo ella lo hace.Jane suspiro esa hija terca suya se parecía
Especial de San ValentínEl duque de Cambriage no podia apartar la mirada de su amada, su esposa, estos ultimos diez meses habían sido mágicos. Muchas veces se habia burlado de su buen amigo el conde de Manchester es si había apostado todo por Lady Susan, a pesar de no tener un buen dote para ofrecer su amigo quedó encantado con ella, pero entonces supo hace casi tres años atrás lo que sentía por su amada.Aunque lo últimos meses desde que supieron que Rosalía estaba en espera de su primer hijo, las cosas se habian tambalean su humor y la manera en que a dejado de comer, los últimos cuatro meses, ella parece no quererlo cerca cuando lo intenta ella parece huirle. Hace un mes llamamo a su madre, ahora sabia que habia sido un error, la pobre Rosalía habia sido ostigada con su madre sobre tener un heredero. Conocia lo suficiente para saber que eso la tenía afligida.Se notaba cansada, sus hermosos ojos verdes no brillaban como siempre se encont
Si su madre se enterara, iba hacer muy tormemtoso para ella. Unas suaves toques en la puerta la sacaron de sus enredados pensamientos, cuales conocia muy bien.–Pasa madre.–Buenas noche mi niña, cuentame cuál es el alboroto de los sirvientes–dijo la ex marqueza de Suffolk mirando a su hija preocupada.—Bueno madre, es que me voy de viaje—dijo rápidamente Rosalía.—¿ Y por qué parece que estas huyendo?—pregunto tantiando terreno, Rosalía suspiro, y se sento en el borde de su lecho.—Estar en Londres me ajetrea y quiero pensar. Necesito pensar, solo necesito paz.Su madre rió como si ya lo supiera todo.—Olvidar al pobre del Lord Williams, eso esta dificil hija mía. Pero si esa es tu desición la respeto.
Pd1: En los nuevos capítulos habrá nueva información, he corregido algunas incoherencias que tenía la historia y ahora nop.Pd2: Agregaré dos o tres capítulos más, no sabría decirles si al final o antes.Mi madre estaba encantada ante la idea de regresar a Londres, aunque Francia fuera su país natal, su madre adoraba Londres y como siempre contaba amorosa ahí había conocido al amor de su vida. Aunque ella pensaba que hay habían retomado su amor, su madre no había sido una dama de la alta sociedad francesa, sin embargo su padre de se enamoró de ella de su simpleza, su astucias y audacia, la ex marquesa tenía un espíritu inquebrantable había superado todos los obstáculos que su abuela había puesto sobre sus padres. Y sabía con certez
Tal y como había pensado su hermano estaba esperándolas, habían pasado mucho tiempo separado, más de que su madre y ella se esperaban. Apenas anclaron en el muelle, lo abrazaron dejándolo sin aliento, lo extrañaron al igual que él a ellas.Durante el camino a la posada, Rosalía se rió a costa de su hermano; su madre insistía que debía casarse y todo lo que se espera de un buen Márquez. Algo que a él le causó mucha gracia.Sin duda había extrañado a Luicis, hasta su mal humor.Por un momento pudo apartar la verdadera razón por la que volvía a Inglaterra, y eso la hacía sentir mal.Pero se concentró en su hermano, se veía más vivo, alegre y contento que la última vez que lo vieron; durante el trayecto en el carruaje nos las dejo hablar les contó todo lo que se habían perdido de la alta sociedad.Sin duda se había vuelto todo un chismoso, aunque Rosalía se sintió bien, él había avanzado.—¿Sabe alguien que hemos llegado?—preguntó cu
Rosalía todavía se sentía rara de estar de vuelta habían pasado dos días desde su llegada, extrañaba Francia, allí las cosas eran un poco diferente lo que más amaba era la libertad con que las mujeres vestían a diferente de Londres y sus enormes reglas de vestimenta, pero sin duda lo que más extrañaba eran las tardes cuando salían a dar una vuelta por Hayde park con sus amigas Susan y Alice. Desde que tenía memoria las conocía no había nada que no hicieran juntas.Otra cosa que había extrañado era la comida nunca encontraría nada igual en otra parte. Aunque sin duda su madre y ella pasaron un buen rato en el salón de té de la posada hablando, aunque Rosalía quería mantener un perfil bajo, no podría librar a su madre de salir, era una mujer muy inquieta incapaz de quedarse en un solo sitió.Durante todo el desayuno en que Lucius las acompaño pudo ocultar su ansiedad por volver, de sentir su mirada en ella; sabía que tenía cu
Tras diez minutos de charla, Rosalía se dio cuenta de dos cosas: la primera fue que su amiga estaba profundamente enamorada de su prometido, cosa que ya sabía. Lo que le sorprendió fue que él sintiera el amor con esa misma intensidad por ella, dado el carácter voluble de Henry que siempre había hecho gala; la segunda cosa que descubrió fue que el amor le sentaba estupendamente a Susan. Sin duda ahora, sentía un poco de envidia.Estaba radiante, por dentro y por fuera y, a pesar de sus propias circunstancias, debía de reconocer que ese optimismo era contagioso. Estaba totalmente ansiosa que llegara el día de sus nupcias con el Duque de Manchester.—Pero ya es suficiente de hablar de mí. ¡Cuéntame! ¿Por qué has regresado antes de tiempo? ¿Está tu mamá bien de salud? —preguntó,