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CH - 3. Pensativa y sentimental

En casa de Luisa me sentí extraña, el sonido de las niñas riéndose y correteando por toda la casa jugando entre ellas, Luisa entrando la pizza en el horno en compañía de su esposo mientras él le daba un beso en la frente. La copa de vino que nos servía a mí y a otras compañeras de trabajo una señora que trabaja con ellos que ayuda en la limpieza del hogar. En unos minutos acompañe a las otras chicas afuera sentándonos en unos muebles alrededor de una fogata, la vista es el cielo estrellado y el sereno de la noche junto a los sonidos de la naturaleza.

Una casa espectacular sin duda, una familia que parece perfecta. Mientras la pareja se divide los gastos, las niñas son atendidas por una nana mientras las dos parejas trabajan y proveen juntos la comida y la seguridad de su hogar, sin duda algo hermoso que me hace sentir rara porque es algo de lo que no gozo y nunca antes viví.

La pizza quedó muy rica y jugosa con mucho queso y pepperoni, el vino de seguro es el más caro que he bebido hasta ahora, intenté no excederme ya que Luisa me trajo pero no quería abusar de su confianza, y sé lo agotador que es ya estar en tu casa, disfrutando de tu familia y tener que volver a la ciudad a llevarme. Por lo que segundos después me despedí de todos, y empecé mi camino a casa.

¿Me hubiera gustado una vida así? Una vida llena de lujos a las afuera de la ciudad.

Creo que sí pero no estoy muy convencida de si eso es lo que quiero o si es lo que me hubiera gustado vivir, pero me gusta, me gusta como ellos se ven y lo que trasmiten; unidad, respeto y armonía.

Llegué a la parada de autobús, me subí en el último de la noche y por suerte justo iba a la ciudad, Luisa vive a treinta minutos por lo que no sería un viaje tan largo, excepto por mi cansancio y el tener que volver mañana nuevamente al trabajo.

Andrés: Disculpa la tardanza en responder casi no utilizo la aplicación.

Rebecca: No te preocupes, no pasa nada.

Honestamente le respondí sin esperanzas, creo fielmente que una persona interesada rompe los limites. No importa que no tengas tiempo, lo creas. Pero está bien, solo espero tener una buena conversación aunque sea momentánea.

Andrés: ¿Cómo va tu noche?

Rebecca: Mi noche va bien, ahora mismo voy devuelta a la ciudad.

Andrés: ¿Día interesante?

Rebecca: Si interesante significa estar todo el día trabajando sin descanso, entonces sí.

Andrés: Lo siento mucho.

Rebecca: Descuida, no es tan malo como se lee.

En un momento quise decirle que lo busqué toda la mañana, pero eso de seguro sería inútil o vergonzoso.

Minutos de esperar su mensaje, me doy cuenta de que su icono, donde va la foto aparece vacío y ahora este es un usuario ¨no disponible¨, entonces me pregunto si ¨había alguien más¨, si hubo una conversación mejor, me imagino que alguien más guapa o guapo.

Tratando de no sobre pensar solo dejé el celular, apagué la pantalla y lo coloqué en mi bolso.

Quiero llorar pero me obligo a creer que llorar no tendría sentido, estaría llorando por un desconocido al que no le importé.

Hace un poco de frio, mi chaqueta no me es suficiente, he pensado en cerrar la aplicación pero supongo que estaré ahí un poco más esperando conocer a alguien con quien mantener una buena conversación.

Al llegar a casa dejé mi bolso en el mueble, quité mi chaqueta, pantalones y camisa y sin pensarlo ni analizarlo me adentré en las sabanas y allí me quedé rendida.

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