Se que tarde una eternidad pero aquí está el gran final de esto, gracias a todas y cada una de ustedes por llegar hasta este punto, mi mas fuerte abrazo. Querido lector o lectora: Muchas, muchas gracias por tu apoyo, me despido en este libro esperando verte en alguna otras de mis lecturas. -A
TODO el cuerpo me duele, y aun así me encuentro vestida como habitualmente lo hago para una salida con las chicas, jeans y una camiseta con un estampado ridículo, lista para pasar una noche de chicas, desahogando el estrés de la semana, mis amigas son unas completas locas y no sé qué tengan preparado, sin embargo debido a mi poca vida social he aceptado por ésta vez sin ánimos de escuchar sus reproches nuevamente por ser la asocial del grupo, incluso estando totalmente devastada después de un largo día buscando un buen y bien pagado trabajo.He estudiado una carrera y he concluido mis estudios, pero las practicas se encargan mi tiempo y después de ello solo puedo pensar en enviar solicitudes.El timbre resuena por todo mi pequeño departamento informándome de su llegada. — ¿Qué es ese atuendo? —pregunta mientras grit
Mi respiración es irregular, no sé cómo controlar mi cuerpo en este momento, los nervios a la par de los gritos de las personas a mi alrededor provocan que mi mente caiga en un aturdimiento. —Ho Dios ¡Viene hacia acá! —escucho la voz de Nicole a lo lejos lo cual es raro porque está apenas a dos lugares de mí, la gente grita ante la presencia de su ídolo el cual está atravesando la mayoría de las gradas soportando los gritos de histeria y personas queriendo tocarlo. —Tu nombre—es la primera vez que escucho su voz, suena tan profunda y me pregunto si es la adrenalina fluyendo por su sistema, lo miro a los ojos, por poco tiempo sus palabras suenan graves y respira pesadamente, su demanda no es atendida por mí hasta que reacciono por un leve empujón por parte de Vi. —Yo, amm yo—me gol
Maquillo un poco mis ojeras tratando de disminuirlas que no he podido conciliar el sueño después de que los pensamientos inundarán mi mente, prácticamente tengo el tímpano roto después de haber llamado a las chicas para decirles la noticia y se han puesto a gritar histéricamente recreando escenarios poco probables entre él y yo. Leer tantas historias románticas definitivamente ha dejado huella en sus mentes.*** —¡No lo puedo creer! Entraremos al hotel más lujoso de la ciudad y veremos al chico más famoso del mundo entero— grita Vi mientras salimos del taxi y vemos el famoso hotel, suspiro pesadamente tratando de controlar mis nervios y tratando de recordarme nuevamente porqué traje a mi par de amigas gri
Nos encontramos en un avión privado directo a la primera pelea de Escorpión y según lo que escuché por parte del equipo es una de las más importantes. Después de firmar el contrato he ido a mi apartamento para hacer maletas con mi equipajejunto a las chicas, me han prácticamente obligado a marcarles todos los días a cada hora y sacarle fotos dormido a Escorpión, cosa que obviamente no voy hacer por el bien de mi trabajo. Hoy Frank ha ido en la madrugada hasta mi apartamento para recogerme, ahora estoy recostada en el asiento del avión medio adormilada, el entrenador ya se ha presentado conmigo y la nutrióloga también su edad los hace lucir como una pareja, aunque no veo mucha cercanía en ellos, aún no hemos podido despegar porque falta Escorpión quien ya lleva media hora de retraso. &m
No digo nada después de eso, ambos estamos en silencio el resto del camino. —Hemos llegado—salgo del coche rápidamente viendo a los demás sobre la acera esperando por nosotros antes de que Escorpión me vea avergonzada por su confesión. —Jo Ann tendrás habitación compartida con Daian, necesito que estés lista en el gimnasio del hotel en media hora para que tengas listo a mi chico—asiento ante las palabras del entrenador aún y cuando no he escuchado nada pues toda mi mente se mantiene en las palabras de Escorpión, despierta Jo, el chico solo te ha hecho un cumplido, nada de otro mundo, tomo la tarjeta de la habitación y el botones nos ayuda a Daian y a mí con las maletas. Todo el camino del ascensor es callado, el botone
Aún estamos en el gimnasio todos los del equipo y yo estoy recostada en la banca con mis audífonos puestos, Escorpión ha subido al ring hace un rato y le ha pateado el trasero al entrenador, derribándolo un par de veces con sus golpes rápidos, me he preocupado en la primera caída cuando he visto al hombre de canas contra el suelo, pero para la tercera he entendido que son movimiento controlados por ambos, algo así como un baile usual y ellos solo siguen pasos ya practicados con anterioridad. —Bien, siguen ustedes chicos —oigo al entrenador gritar mientras baja a paso lento y se sienta en un banco a la orilla pasando una toalla por su sudada frente, Frank y John aparecen cambiados con ropa deportiva desde la esquina del gimnasio y me sorprendo al verlos vestidos de diferente forma a la habitual —No sabía que ustedes boxearan co
Doy los últimos movimientos alrededor de su espalda cuando noto que su respiración se ha vuelto pesada y sé que se ha quedado dormido, no sé si despertarlo o dejar que se relaje, su día ha sido bastante pesado y más aún con ese entrenamiento, trato de moverlo un poco y ver si reacciona pero creo que su sueño es igual de profundo que el mío y entonces se me ocurre algo, voy a mi bolso y saco mi teléfono, pongo la cámara y saco una perfecta foto de él durmiendo plácidamente, se alcanza a ver un lado de su rostro junto a su perfecta y torneada espalda, sonrío como boba hacia la pantalla de mi teléfono, me recuerdo mentalmente que es una foto para mandarla a las chicas en navidad como regalo y no para mí, guardo rápidamente el teléfono en mi bolsillo cuando escucho un quejido por parte de Escorpión —Me has noqueado— dice somnoliento, verlo tan relajado es poco habitual tan p
—Puedes darme otro trago... No, espera, mejor deja la botella justo aquí—mis palabras salen atropelladas, no sé cuántas copas he tomado, pero definitivamente ya me han hecho efecto, no quiero levantarme de mi asiento porque sé que me caeré así que mantengo la mayor parte de mi peso en la barra, no suelo tomar demasiado cuando estoy con las chicas porque yo soy la responsable pero justo ahora estando sola puedo permitirme tener una súper borrachera. —Señorita creo que ya ha sido suficiente—la voz del barman deja de ser divertida y amable, el hombre trata de retirarme mi vaso y con la poca razón que queda en mi ebria mente me niego a soltarlo. —¿Cuántas de estas cosas se necesitan para olvidar a alguien? Olvídalo, ni siquiera vale la pena, lo averiguaré yo misma, maldito y ególatra hombre musculoso—grito estrellando de vaso sobre la barra y derramando el líquido, el barman parece tener cara de pocos amigos ante mis gritos escandalosos. —Ho Ricky, esta pobre niña debe tener un mal de