Mi respiración es irregular, no sé cómo controlar mi cuerpo en este momento, los nervios a la par de los gritos de las personas a mi alrededor provocan que mi mente caiga en un aturdimiento.
—Ho Dios ¡Viene hacia acá! —escucho la voz de Nicole a lo lejos lo cual es raro porque está apenas a dos lugares de mí, la gente grita ante la presencia de su ídolo el cual está atravesando la mayoría de las gradas soportando los gritos de histeria y personas queriendo tocarlo.
—Tu nombre —es la primera vez que escucho su voz, suena tan profunda y me pregunto si es la adrenalina fluyendo por su sistema, lo miro a los ojos, por poco tiempo sus palabras suenan graves y respira pesadamente, su demanda no es atendida por mí hasta que reacciono por un leve empujón por parte de Vi.
—Yo, amm yo —me golpeo mentalmente por la manera tan tonta en la que respondo, pero es que simplemente no puedo formular palabra.
—Su nombre es Jo Ann —dice Nicole bastante emocionada
—Jo Ann- prueba mi nombre en sus labios, obligo a mi mente a reaccionar incluso con sus presencias tan cercanas, me pongo firme y digo que no voy a dejarme ver cómo sus más grandes fanáticas.
—Dime Jo, así lo hacen todos —casi logro ver una orilla de sus labios subir para formar lo que casi logra verse como una sonrisa, antes de que pueda hacer otro movimiento la seguridad de la arena llega hasta él e intercambian algunas palabras para después salir de las gradas.
La pelea ha terminado y en cuento la figura del boxeador ganador desparece de la vista de la gente todos empiezan a salir, el vencedor es el esperado y no parece haber sorpresa en el público.
Las chicas y yo salimos en medio de la multitud con algunas miradas del público sobre nosotras, ni siquiera hablo hasta que paramos sobre la calle para tomar un taxi que los lleve a casa.
—Te traigo aquí una noche, y tú sales con mi chico en ¡Tus manos! —grita Nicole cuando estamos sobre la calle, una acción típica de ella es gritar en la calle sin importarle los espectadores que atraiga.
—Te lo regalo, no me interesa en lo absoluto —un taxi logra llegar frente a nosotras y suspiro agradecida.
—¿Acaso te estás escuchando? El boxeador más sexy y guapo de todo el maldito mundo te señala en medio de la pelea y después pasa por toda la multitud para conocer tu nombre y tú m*****a me dices que ''No te importa''. El hombre tiene millones de seguidores, el tipo es más famoso que Las Kardashian — exagera Vi mientras el taxi empieza el camino por las transitadas calles.
—Así es — digo frente a su rostro con una sonrisa dando por terminada la plática.
*****
Cuando llego a mi apartamento lo primero que hago es aventar los tacones a la esquina de mi habitación y sacar el incómodo atuendo que traigo puesto de mi cuerpo, me pongo mi pijama y cepillo mi cabello para poder tirarme a la cama a dormir, las chicas se han quedado en su casa así que hoy estoy sola, aunque no me importa mucho, cuando mi cabeza toca la almohada caigo rendida en un profundo sueño ya que hoy fue un día largo.
***
Abro asustada los ojos cuando escucho sonar el timbre de mi celular, estoy tan desorientada que no me importa que un número no registrado me llame de madrugada pues puede ser una emergencia
—¿Hola? —me obligo a levantar mi cuerpo por la oscuridad de mi habitación hasta prender la luz principal.
—Señorita Jo Ann Tomson —escucho una voz cordial pero desconocida al otro lado de la línea
—Sí, soy yo —miro la pantalla, pero no reconozco el número.
—Lamento la hora de mi llamada, pero he recibido órdenes específicas de hacerlo inmediatamente, queremos hacerle una cordial invitación al hotel central —es lo único que sale de su boca, la voz suena como la de un joven, aunque su madurez lo hace resaltar.
—¿Quién habla y como consiguió mi número? —pregunto al instante recordando que no lo he dado a desconocido
—Disculpe mi falta de modales, mi nombre es Jhon representante del señor Damon Ivannovic el cual me ha pedido muy insistentemente arreglar una cita con usted para específicamente el día de mañana a primera hora —trato de recordar a alguien con ese apellido, pero no puedo hacerlo.
—¿Está usted seguro que soy yo? Digo, ese es mi nombre, pero temo que no conozco a ninguna persona con ese nombre —lo oigo reír levemente y pienso que se ha burlado de mí en una mala broma
—Tal vez pueda reconocerlo mejor por su apodo, todo el mundo lo llama Escorpión —y cuando pronuncia su nombre una extraña sensación me recorre
—¿El boxeador? —pregunto sabiendo que nadie más se haría llamar así.
—Efectivamente, ¿así que podemos contar con su presencia mañana? —me quedo muda tratando de responderme preguntas ilógicas como por qué me quiere ahí y porqué tan pronto?
—Puede decirme ¿Qué asunto nos incumbe a él y a mí? Una llamada a estas horas no es lo más apropiado —
—Pido disculpas de nuevo por el horario, mi jefe es algo... obsesivo en cuanto quiere algo y sobre el asunto es algo únicamente laboral —se ríe ante mi seriedad casi al último.
Acaso ha dicho ¿laboral? El afamado hombre busca alguien inexperta como ¿Yo? Para una rama tan famosa con el boxeo, conozco personas que han trabajado como terapeutas para jugadores olímpicos, su salario no se comparar con lo de un famoso en gira, menos con un boxeador experto como Escorpión.
—Señorita, ¿sigue ahí? —preguntan al otro lado de la línea, dejo los pensamientos de lado y vuelvo a la llamada, piensa racionalmente, las chicas no me perdonarán si les cuento esto... así que elimino la pena de mis pensamientos y me atrevo a preguntar.
—¿Puedo llevar compañía? —la mejor amiga de la historia, ya puedo ganarme esa medalla, ni siquiera tengo que comprar más regalos para sus cumpleaños después de esto, conocer a su celebridad favorita definitivamente es su sueño cumplido.
—Por supuesto —Esas chicas me deben un bolso costoso de regalo, o al menos una malteada.
—Estaré ahí mañana —Y sin más que decir cuelgo él teléfono.
Quiero llamara a las chicas para darles la noticia, pero entonces pienso lo que acaba de pasar... Un afamado boxeador, de gira por el mundo, m*****a sea.
Maquillo un poco mis ojeras tratando de disminuirlas que no he podido conciliar el sueño después de que los pensamientos inundarán mi mente, prácticamente tengo el tímpano roto después de haber llamado a las chicas para decirles la noticia y se han puesto a gritar histéricamente recreando escenarios poco probables entre él y yo. Leer tantas historias románticas definitivamente ha dejado huella en sus mentes.*** —¡No lo puedo creer! Entraremos al hotel más lujoso de la ciudad y veremos al chico más famoso del mundo entero— grita Vi mientras salimos del taxi y vemos el famoso hotel, suspiro pesadamente tratando de controlar mis nervios y tratando de recordarme nuevamente porqué traje a mi par de amigas gri
Nos encontramos en un avión privado directo a la primera pelea de Escorpión y según lo que escuché por parte del equipo es una de las más importantes. Después de firmar el contrato he ido a mi apartamento para hacer maletas con mi equipajejunto a las chicas, me han prácticamente obligado a marcarles todos los días a cada hora y sacarle fotos dormido a Escorpión, cosa que obviamente no voy hacer por el bien de mi trabajo. Hoy Frank ha ido en la madrugada hasta mi apartamento para recogerme, ahora estoy recostada en el asiento del avión medio adormilada, el entrenador ya se ha presentado conmigo y la nutrióloga también su edad los hace lucir como una pareja, aunque no veo mucha cercanía en ellos, aún no hemos podido despegar porque falta Escorpión quien ya lleva media hora de retraso. &m
No digo nada después de eso, ambos estamos en silencio el resto del camino. —Hemos llegado—salgo del coche rápidamente viendo a los demás sobre la acera esperando por nosotros antes de que Escorpión me vea avergonzada por su confesión. —Jo Ann tendrás habitación compartida con Daian, necesito que estés lista en el gimnasio del hotel en media hora para que tengas listo a mi chico—asiento ante las palabras del entrenador aún y cuando no he escuchado nada pues toda mi mente se mantiene en las palabras de Escorpión, despierta Jo, el chico solo te ha hecho un cumplido, nada de otro mundo, tomo la tarjeta de la habitación y el botones nos ayuda a Daian y a mí con las maletas. Todo el camino del ascensor es callado, el botone
Aún estamos en el gimnasio todos los del equipo y yo estoy recostada en la banca con mis audífonos puestos, Escorpión ha subido al ring hace un rato y le ha pateado el trasero al entrenador, derribándolo un par de veces con sus golpes rápidos, me he preocupado en la primera caída cuando he visto al hombre de canas contra el suelo, pero para la tercera he entendido que son movimiento controlados por ambos, algo así como un baile usual y ellos solo siguen pasos ya practicados con anterioridad. —Bien, siguen ustedes chicos —oigo al entrenador gritar mientras baja a paso lento y se sienta en un banco a la orilla pasando una toalla por su sudada frente, Frank y John aparecen cambiados con ropa deportiva desde la esquina del gimnasio y me sorprendo al verlos vestidos de diferente forma a la habitual —No sabía que ustedes boxearan co
Doy los últimos movimientos alrededor de su espalda cuando noto que su respiración se ha vuelto pesada y sé que se ha quedado dormido, no sé si despertarlo o dejar que se relaje, su día ha sido bastante pesado y más aún con ese entrenamiento, trato de moverlo un poco y ver si reacciona pero creo que su sueño es igual de profundo que el mío y entonces se me ocurre algo, voy a mi bolso y saco mi teléfono, pongo la cámara y saco una perfecta foto de él durmiendo plácidamente, se alcanza a ver un lado de su rostro junto a su perfecta y torneada espalda, sonrío como boba hacia la pantalla de mi teléfono, me recuerdo mentalmente que es una foto para mandarla a las chicas en navidad como regalo y no para mí, guardo rápidamente el teléfono en mi bolsillo cuando escucho un quejido por parte de Escorpión —Me has noqueado— dice somnoliento, verlo tan relajado es poco habitual tan p
—Puedes darme otro trago... No, espera, mejor deja la botella justo aquí—mis palabras salen atropelladas, no sé cuántas copas he tomado, pero definitivamente ya me han hecho efecto, no quiero levantarme de mi asiento porque sé que me caeré así que mantengo la mayor parte de mi peso en la barra, no suelo tomar demasiado cuando estoy con las chicas porque yo soy la responsable pero justo ahora estando sola puedo permitirme tener una súper borrachera. —Señorita creo que ya ha sido suficiente—la voz del barman deja de ser divertida y amable, el hombre trata de retirarme mi vaso y con la poca razón que queda en mi ebria mente me niego a soltarlo. —¿Cuántas de estas cosas se necesitan para olvidar a alguien? Olvídalo, ni siquiera vale la pena, lo averiguaré yo misma, maldito y ególatra hombre musculoso—grito estrellando de vaso sobre la barra y derramando el líquido, el barman parece tener cara de pocos amigos ante mis gritos escandalosos. —Ho Ricky, esta pobre niña debe tener un mal de
Trago saliva duramente y él continua con los ojos sobre mí. —Yo salí, con un… amigo —susurro temerosa al verlo tan agresivo, su vena a lado de su cuello sobresalta y su respiración es agitada, hasta ahora solo lo había visto dirigir miradas así arriba del ring, con sus contrincantes específicamente, mis malestares por el alcohol de anoche parecen pasar a segundo plano después de esto. —Te he buscado toda la m*****a madrugada pensando lo peor y tú me dices que andabas enrollándote con alguien —exploto cuando lo escucho decir eso último y sin pensarlo le suelto una cachetada, sé que no le duele, pero trato de expresarle cuánto me duelen a mí sus palabras. —¡No tienes ningún derecho para hablarme así, soy tu trabajadora, pero eso no me hace de tu propiedad, no me puedes exigir nada después de mi horar
Escorpión apenas espera que suene la campana para atacar a su oponente, generalmente es todo lo contrario, espera para ver sus tácticas, los deja golpearlo un poco para que tomen confianza pero ésta vez no, simplemente ha atacado con todo y el pobre hombre ni siquiera lo veía venir, trata de poner la guardia arriba pero obviamente no le sirve de mucho estando contra el gran Escorpión, todos aplauden y se paran de sus asientos eufóricos cuando "El diablo" cae en el suelo sin poder mantenerse de pie pero Escorpión sigue sobre aquel pobre, dos hombres se encargan de separarlos y noto como los ojos oscurecidos de Escorpión me miran y me pregunto si será algún efecto de la adrenalina lo que ocasiona eso. Los dos hombres no pueden con él ni su gran musculatura pero Escorpión se retira por su propia cuenta hacia su esquina por su propio pie, el entrenador le dice unas palabras al oído que parecen molestarlo más