Narra Jo Ann

Nos metemos todos en la habitación de hotel, mis hijos quienes me miran con sus caras fastidiadas y con sueño y los guardias quienes están en la entrada esperando instrucciones.

Saco un par de billetes que he tomado de la caja fuerte y se los entrego.

-Es su pago, de aquí a un mes- ellos solo asienten en silencio, sé que están lo bastante confundidos pero no puedo dar razones ahora, me encierro nuevamente en mi habitación, quiero estar sola.

El maldito mundo debe de estar buscandome ahora, todos creen que estoy derrumbada que estoy caida por su traición y lo estoy, él me acaba de noquear y yo ni siquiera sabia que me había subido a un ring.

Acuesto a mis bebés en la habitación con almohadas de cada lado y sus biberones, tengo que ser fuerte por ellos pero no sé como, no sé que ha cambiado en él, miro por un momento mis sortijas de matrimonio y lloro aun más, no se supone que tenia que terminar así, no se supone que debía terminar, maldita sea.

Salgo hacia el pequeño venta