Maquillo un poco mis ojeras tratando de disminuirlas que no he podido conciliar el sueño después de que los pensamientos inundarán mi mente, prácticamente tengo el tímpano roto después de haber llamado a las chicas para decirles la noticia y se han puesto a gritar histéricamente recreando escenarios poco probables entre él y yo.
Leer tantas historias románticas definitivamente ha dejado huella en sus mentes.
***
—¡No lo puedo creer! Entraremos al hotel más lujoso de la ciudad y veremos al chico más famoso del mundo entero— grita Vi mientras salimos del taxi y vemos el famoso hotel, suspiro pesadamente tratando de controlar mis nervios y tratando de recordarme nuevamente porqué traje a mi par de amigas gritonas y aficionadas conmigo.
Son amigas Jo, son tus muy buenas y mejores amigas, si ellas hubieran conocido a alguna celebridad coreana que te gustara mucho, ellas definitivamente hubieran hecho esto por ti.
—Señoritas— nos recibe un joven trajeado en la entrada de la puerta y no logro contener una mirada extrañada hacia él.
—Quién es usted? — suelo ser directa así que él no me detendrá
—Mi nombre es Frank guardaespaldas del boxeador Escorpión, el cual me ha mandado a recibirlas— las chicas lo saludan con una sonrisa nerviosa, es alto y apuesto, su traje negro lo hace lucir desafiante así que si, es el tipo de mis amigas.
—¿Cómo sabía nuestra hora de llegada? Jamás la dije— frunzo el ceño
—Bueno, nuestro jefe es muy insistente con lo que quiere y me mandó a este sitio para esperarle sea el tiempo que sea a lo que doy gracias que haya llegado temprano porque si no hubiera estado aquí más horas- lo miro de una manera rara, es la segunda vez que escucho sobre el raro temperamento del "jefe"
—Si nos permiten, ahora creo que será mejor no hacerlo esperar más, sus amigas se pueden esperar en el lobby mientras habla con el jefe- suspiro pesadamente y las chicas me dan señales de ánimo mientras el hombre y yo subimos en el elevador.
—Hasta aquí llego yo— habla Frank cuando el elevador se abre, pero yo solamente lo miro asustada
—¿Qué? ¿Por qué? — grito en un susurro, la planta donde hemos parado parece más un departamento dentro de un hotel, ni siquiera sé que esperaba de esto pero no parece haber nadie aquí.
—Él suele ser un poco especial, no te preocupes hay más gente dentro, es aquella puerta— Un leve empujón de su parte me saca del elevador y estoy sola, paseo temeroso hasta la puerta que me ha indicado y respiro profundamente antes de tocar un par de veces.
Espero un segundo al oír movimientos y rezo porque no sean escuchados y pueda salir de aquí.
—¡Hola! — dice una chica en ropa interior demasiado alegre, trago el nudo en mi garganta.
—Yo, creo que me he equivocado, disculpa— la chica esta divertida ante mi actitud, no doy ni dos pasos lejos de la puerta antes de ser detenida por una voz demandante.
—No te has equivocado— Su voz provoca que mi respiración se haga pesada, trago saliva ruidosamente y respiro para poder mirarlo de frente, ahora él ha tomado el lugar de la chica enfrente y me hace una señal con la cabeza para que pase a la habitación, sin dejar ver mis nervios ante su persona paso firmemente a la habitación donde hay tres chicas con muy poca ropa sobre su cama riendo alegremente, la habitación es más amplia que la de cualquier hotel, mucho más, es en definitiva como un pequeño departamento aquí, la cama está expuesta a la vista pero poco les importa a las alegres chicas, solo me paro quieta como si con eso nadie notara mi presencia o pudiera desaparecer de aquí.
—Ya pueden irse— demanda la voz severa y las chicas callan inmediatamente bajando su mirada, toman sus prendas para irse, pasan por mi lado mientras yo miro hacia la ventana y solo oigo como cierran la puerta para voltear a verlo, puedo ver hasta ahora como solo tiene alguna clase de pantalones deportivos en él dejando expuesto su torso.
—Yo amm pude venir en otro momento, no quería interrumpir— murmuro viendo su torso por segunda vez hasta que se pone una camisa
—No interrumpiste nada Jo Ann— su semblante es sumamente relajado y puedo escuchar sin todos los gritos o la personas a nuestro alrededor su voz, su gruesa y relajada voz.
—Sólo Jo— me atrevo a recordarle con un nudo en la garganta que intento quitar.
—Bien Solo Jo, me gusta tu puntualidad— asiento sin saber que más hacer, él se sirve un vaso de agua que toma rápidamente y me ofrece uno, pero me niego, no creo que nada pueda cruzar por mi estómago ahora.
El silencio llena la habitación, me desespero un poco y creo que mis nervios toman en algún momento la habilidad para convertirse en osadía y las palabras salen sin pensarlo de mi boca.
—¿Escucha no te conozco y debo suponer que usted tampoco lo hace, entonces porque me han llamado a media noche para que viniera aquí? — me incómoda el hecho de que un completo extraño esté frente a mi analizándome con su profunda mirada como si pudiera ver dentro de mis ser y solo ahora después de hablar me siento un poco más valiente ante su intimidante presencia.
—Una mujer con carácter. Bueno escucha Jo, sabrás que soy boxeador y digamos que me hace falta una masajista, investigué tu currículum y te quiero conmigo, éste es tu contrato por tres meses, si aceptas quedarte conmigo te pagaré un sueldo fijo aparte de darte viaje y transporte durante la gira, el contrato es irrevocable, lo firmas, te quedas, no hay otra opción— sus palabras son concretas y cortantes, pone sobre una pequeña mesas los papeles y una pluma frente a mí, dudo al principio de tomar el sobre pero lo hago, leo las cosas más importantes y la verdad es que sus puntos son muy buenos y favorables para mi trabajo, está dándome una oportunidad dorada justo ahora.
—Cuando termine puedo promocionar mi trabajo contigo para futuros acuerdos? — pregunto.
Eso le daría una buena imagen a mi currículum y prácticamente tendré una lluvia de ofertas por todos lados por el simple hecho de haber trabajado para el mayor boxeador del momento.
—Supongo que si— él se sienta cómodamente sobre su cama y prende un cigarro, esa pose lo hace lucir tan sereno y relajado, pero provoca todo lo contrario en mí.
—¿Puedo pensarlo? — expulsa el humo por la nariz y es entonces cuando empiezo a sentir cosquillas en mi garganta, casi nadie sabe esto, pero soy asmática y el humo hace que mis pulmones se contraigan hasta el punto de asfixiarme lentamente.
—Necesito una respuesta ahora— la cabeza me duele y no quiero que él me vea dentro de uno de mis ataques así que saco el inhalador de mi bolso y doy una fuerte inalada, su mirada se queda fija en mi por un momento y maldice por debajo cuando se da cuenta que el humo de su cigarro ha sido el causante de mi pequeña crisis, me dejó caer en lo que parece un pequeño sillón en la esquina y veo como apaga por completo el cigarro dentro de su cenicero para después venir frente a mí.
—¿Estás bien? necesitas un médico o algún medicamento— lo veo preocupado, su rostro está demasiado cerca del mío, pero él no parece notarlo, ha puesto sus rodillas sobre el suelo para quedar a mi altura.
—No, estoy bien, espero que eso no afecte en mi solicitud, soy asmática— guardó mi aparato en mi bolsa y él mantiene su intensa mirada en mis ojos hasta que me muevo un poco incomoda en mi lugar y él entiende que está dentro de mi burbuja de espacio personal pues se aleja lentamente.
—No tiene que afectar, la decisión es completamente tuya, ¿Quieres o no trabajar para mí? —
Nos encontramos en un avión privado directo a la primera pelea de Escorpión y según lo que escuché por parte del equipo es una de las más importantes. Después de firmar el contrato he ido a mi apartamento para hacer maletas con mi equipajejunto a las chicas, me han prácticamente obligado a marcarles todos los días a cada hora y sacarle fotos dormido a Escorpión, cosa que obviamente no voy hacer por el bien de mi trabajo. Hoy Frank ha ido en la madrugada hasta mi apartamento para recogerme, ahora estoy recostada en el asiento del avión medio adormilada, el entrenador ya se ha presentado conmigo y la nutrióloga también su edad los hace lucir como una pareja, aunque no veo mucha cercanía en ellos, aún no hemos podido despegar porque falta Escorpión quien ya lleva media hora de retraso. &m
No digo nada después de eso, ambos estamos en silencio el resto del camino. —Hemos llegado—salgo del coche rápidamente viendo a los demás sobre la acera esperando por nosotros antes de que Escorpión me vea avergonzada por su confesión. —Jo Ann tendrás habitación compartida con Daian, necesito que estés lista en el gimnasio del hotel en media hora para que tengas listo a mi chico—asiento ante las palabras del entrenador aún y cuando no he escuchado nada pues toda mi mente se mantiene en las palabras de Escorpión, despierta Jo, el chico solo te ha hecho un cumplido, nada de otro mundo, tomo la tarjeta de la habitación y el botones nos ayuda a Daian y a mí con las maletas. Todo el camino del ascensor es callado, el botone
Aún estamos en el gimnasio todos los del equipo y yo estoy recostada en la banca con mis audífonos puestos, Escorpión ha subido al ring hace un rato y le ha pateado el trasero al entrenador, derribándolo un par de veces con sus golpes rápidos, me he preocupado en la primera caída cuando he visto al hombre de canas contra el suelo, pero para la tercera he entendido que son movimiento controlados por ambos, algo así como un baile usual y ellos solo siguen pasos ya practicados con anterioridad. —Bien, siguen ustedes chicos —oigo al entrenador gritar mientras baja a paso lento y se sienta en un banco a la orilla pasando una toalla por su sudada frente, Frank y John aparecen cambiados con ropa deportiva desde la esquina del gimnasio y me sorprendo al verlos vestidos de diferente forma a la habitual —No sabía que ustedes boxearan co
Doy los últimos movimientos alrededor de su espalda cuando noto que su respiración se ha vuelto pesada y sé que se ha quedado dormido, no sé si despertarlo o dejar que se relaje, su día ha sido bastante pesado y más aún con ese entrenamiento, trato de moverlo un poco y ver si reacciona pero creo que su sueño es igual de profundo que el mío y entonces se me ocurre algo, voy a mi bolso y saco mi teléfono, pongo la cámara y saco una perfecta foto de él durmiendo plácidamente, se alcanza a ver un lado de su rostro junto a su perfecta y torneada espalda, sonrío como boba hacia la pantalla de mi teléfono, me recuerdo mentalmente que es una foto para mandarla a las chicas en navidad como regalo y no para mí, guardo rápidamente el teléfono en mi bolsillo cuando escucho un quejido por parte de Escorpión —Me has noqueado— dice somnoliento, verlo tan relajado es poco habitual tan p
—Puedes darme otro trago... No, espera, mejor deja la botella justo aquí—mis palabras salen atropelladas, no sé cuántas copas he tomado, pero definitivamente ya me han hecho efecto, no quiero levantarme de mi asiento porque sé que me caeré así que mantengo la mayor parte de mi peso en la barra, no suelo tomar demasiado cuando estoy con las chicas porque yo soy la responsable pero justo ahora estando sola puedo permitirme tener una súper borrachera. —Señorita creo que ya ha sido suficiente—la voz del barman deja de ser divertida y amable, el hombre trata de retirarme mi vaso y con la poca razón que queda en mi ebria mente me niego a soltarlo. —¿Cuántas de estas cosas se necesitan para olvidar a alguien? Olvídalo, ni siquiera vale la pena, lo averiguaré yo misma, maldito y ególatra hombre musculoso—grito estrellando de vaso sobre la barra y derramando el líquido, el barman parece tener cara de pocos amigos ante mis gritos escandalosos. —Ho Ricky, esta pobre niña debe tener un mal de
Trago saliva duramente y él continua con los ojos sobre mí. —Yo salí, con un… amigo —susurro temerosa al verlo tan agresivo, su vena a lado de su cuello sobresalta y su respiración es agitada, hasta ahora solo lo había visto dirigir miradas así arriba del ring, con sus contrincantes específicamente, mis malestares por el alcohol de anoche parecen pasar a segundo plano después de esto. —Te he buscado toda la m*****a madrugada pensando lo peor y tú me dices que andabas enrollándote con alguien —exploto cuando lo escucho decir eso último y sin pensarlo le suelto una cachetada, sé que no le duele, pero trato de expresarle cuánto me duelen a mí sus palabras. —¡No tienes ningún derecho para hablarme así, soy tu trabajadora, pero eso no me hace de tu propiedad, no me puedes exigir nada después de mi horar
Escorpión apenas espera que suene la campana para atacar a su oponente, generalmente es todo lo contrario, espera para ver sus tácticas, los deja golpearlo un poco para que tomen confianza pero ésta vez no, simplemente ha atacado con todo y el pobre hombre ni siquiera lo veía venir, trata de poner la guardia arriba pero obviamente no le sirve de mucho estando contra el gran Escorpión, todos aplauden y se paran de sus asientos eufóricos cuando "El diablo" cae en el suelo sin poder mantenerse de pie pero Escorpión sigue sobre aquel pobre, dos hombres se encargan de separarlos y noto como los ojos oscurecidos de Escorpión me miran y me pregunto si será algún efecto de la adrenalina lo que ocasiona eso. Los dos hombres no pueden con él ni su gran musculatura pero Escorpión se retira por su propia cuenta hacia su esquina por su propio pie, el entrenador le dice unas palabras al oído que parecen molestarlo más
No debería estar haciendo esto, en mi cabeza una pequeña voz está gritando a todo pulmón que me aleje de él mientras pueda sin embargo no puedo escucharla bien porque los latidos de mi corazón son más fuertes, pierdo la noción del tiempo y espacio cuando siento sus manos tomar mis caderas, ésta vez yo paso mis manos por su nuca profundizando el beso, aún estoy débil por la crisis y la falta de aire no ayuda, él parece darse cuenta de ello y se separa lentamente de mí, aunque se mantiene lo suficientemente cerca. —No logro comprenderte- murmuro más para mí misma, pero él alcanza a oír y se ríe en mi cara —Nadie lo hace —confiesa rozando sus dedos con mi mejilla. —Necesito que me digas que esto es real, me siento como en un campo minado, tratando