Nos encontramos en un avión privado directo a la primera pelea de Escorpión y según lo que escuché por parte del equipo es una de las más importantes.
Después de firmar el contrato he ido a mi apartamento para hacer maletas con mi equipaje junto a las chicas, me han prácticamente obligado a marcarles todos los días a cada hora y sacarle fotos dormido a Escorpión, cosa que obviamente no voy hacer por el bien de mi trabajo.
Hoy Frank ha ido en la madrugada hasta mi apartamento para recogerme, ahora estoy recostada en el asiento del avión medio adormilada, el entrenador ya se ha presentado conmigo y la nutrióloga también su edad los hace lucir como una pareja, aunque no veo mucha cercanía en ellos, aún no hemos podido despegar porque falta Escorpión quien ya lleva media hora de retraso.
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No digo nada después de eso, ambos estamos en silencio el resto del camino. —Hemos llegado—salgo del coche rápidamente viendo a los demás sobre la acera esperando por nosotros antes de que Escorpión me vea avergonzada por su confesión. —Jo Ann tendrás habitación compartida con Daian, necesito que estés lista en el gimnasio del hotel en media hora para que tengas listo a mi chico—asiento ante las palabras del entrenador aún y cuando no he escuchado nada pues toda mi mente se mantiene en las palabras de Escorpión, despierta Jo, el chico solo te ha hecho un cumplido, nada de otro mundo, tomo la tarjeta de la habitación y el botones nos ayuda a Daian y a mí con las maletas. Todo el camino del ascensor es callado, el botone
Aún estamos en el gimnasio todos los del equipo y yo estoy recostada en la banca con mis audífonos puestos, Escorpión ha subido al ring hace un rato y le ha pateado el trasero al entrenador, derribándolo un par de veces con sus golpes rápidos, me he preocupado en la primera caída cuando he visto al hombre de canas contra el suelo, pero para la tercera he entendido que son movimiento controlados por ambos, algo así como un baile usual y ellos solo siguen pasos ya practicados con anterioridad. —Bien, siguen ustedes chicos —oigo al entrenador gritar mientras baja a paso lento y se sienta en un banco a la orilla pasando una toalla por su sudada frente, Frank y John aparecen cambiados con ropa deportiva desde la esquina del gimnasio y me sorprendo al verlos vestidos de diferente forma a la habitual —No sabía que ustedes boxearan co
Doy los últimos movimientos alrededor de su espalda cuando noto que su respiración se ha vuelto pesada y sé que se ha quedado dormido, no sé si despertarlo o dejar que se relaje, su día ha sido bastante pesado y más aún con ese entrenamiento, trato de moverlo un poco y ver si reacciona pero creo que su sueño es igual de profundo que el mío y entonces se me ocurre algo, voy a mi bolso y saco mi teléfono, pongo la cámara y saco una perfecta foto de él durmiendo plácidamente, se alcanza a ver un lado de su rostro junto a su perfecta y torneada espalda, sonrío como boba hacia la pantalla de mi teléfono, me recuerdo mentalmente que es una foto para mandarla a las chicas en navidad como regalo y no para mí, guardo rápidamente el teléfono en mi bolsillo cuando escucho un quejido por parte de Escorpión —Me has noqueado— dice somnoliento, verlo tan relajado es poco habitual tan p
—Puedes darme otro trago... No, espera, mejor deja la botella justo aquí—mis palabras salen atropelladas, no sé cuántas copas he tomado, pero definitivamente ya me han hecho efecto, no quiero levantarme de mi asiento porque sé que me caeré así que mantengo la mayor parte de mi peso en la barra, no suelo tomar demasiado cuando estoy con las chicas porque yo soy la responsable pero justo ahora estando sola puedo permitirme tener una súper borrachera. —Señorita creo que ya ha sido suficiente—la voz del barman deja de ser divertida y amable, el hombre trata de retirarme mi vaso y con la poca razón que queda en mi ebria mente me niego a soltarlo. —¿Cuántas de estas cosas se necesitan para olvidar a alguien? Olvídalo, ni siquiera vale la pena, lo averiguaré yo misma, maldito y ególatra hombre musculoso—grito estrellando de vaso sobre la barra y derramando el líquido, el barman parece tener cara de pocos amigos ante mis gritos escandalosos. —Ho Ricky, esta pobre niña debe tener un mal de
Trago saliva duramente y él continua con los ojos sobre mí. —Yo salí, con un… amigo —susurro temerosa al verlo tan agresivo, su vena a lado de su cuello sobresalta y su respiración es agitada, hasta ahora solo lo había visto dirigir miradas así arriba del ring, con sus contrincantes específicamente, mis malestares por el alcohol de anoche parecen pasar a segundo plano después de esto. —Te he buscado toda la m*****a madrugada pensando lo peor y tú me dices que andabas enrollándote con alguien —exploto cuando lo escucho decir eso último y sin pensarlo le suelto una cachetada, sé que no le duele, pero trato de expresarle cuánto me duelen a mí sus palabras. —¡No tienes ningún derecho para hablarme así, soy tu trabajadora, pero eso no me hace de tu propiedad, no me puedes exigir nada después de mi horar
Escorpión apenas espera que suene la campana para atacar a su oponente, generalmente es todo lo contrario, espera para ver sus tácticas, los deja golpearlo un poco para que tomen confianza pero ésta vez no, simplemente ha atacado con todo y el pobre hombre ni siquiera lo veía venir, trata de poner la guardia arriba pero obviamente no le sirve de mucho estando contra el gran Escorpión, todos aplauden y se paran de sus asientos eufóricos cuando "El diablo" cae en el suelo sin poder mantenerse de pie pero Escorpión sigue sobre aquel pobre, dos hombres se encargan de separarlos y noto como los ojos oscurecidos de Escorpión me miran y me pregunto si será algún efecto de la adrenalina lo que ocasiona eso. Los dos hombres no pueden con él ni su gran musculatura pero Escorpión se retira por su propia cuenta hacia su esquina por su propio pie, el entrenador le dice unas palabras al oído que parecen molestarlo más
No debería estar haciendo esto, en mi cabeza una pequeña voz está gritando a todo pulmón que me aleje de él mientras pueda sin embargo no puedo escucharla bien porque los latidos de mi corazón son más fuertes, pierdo la noción del tiempo y espacio cuando siento sus manos tomar mis caderas, ésta vez yo paso mis manos por su nuca profundizando el beso, aún estoy débil por la crisis y la falta de aire no ayuda, él parece darse cuenta de ello y se separa lentamente de mí, aunque se mantiene lo suficientemente cerca. —No logro comprenderte- murmuro más para mí misma, pero él alcanza a oír y se ríe en mi cara —Nadie lo hace —confiesa rozando sus dedos con mi mejilla. —Necesito que me digas que esto es real, me siento como en un campo minado, tratando
Escorpión se sienta en una silla delante de mí y suspira pesadamente, nos quedamos unos momentos en silencio hasta que noto sus pocas ganas de hablar y decido empezar a preguntar. —¿Cómo es que no recuerdas haberte acostado con alguien? —sus ojos me miran como analizando la respuesta. —Supongo que oíste decir a Frank sobre mi estado de "oscuridad" me detectaron un trastorno parecido a la bipolaridad cuando entré a las competencias oficiales, éste consistía en tener algo así como una doble personalidad. Mis ojos tienden a tener un color claro normalmente sin embargo cuando estoy en mi otra "fase" estos se vuelven Oscuros, casi negros, no suelo recordar nada de lo que hice cuando me pongo así hasta que, por así decirlo regreso a mí mismo —trato de asimilar todo lo que me ha dicho, no es consciente de lo que hace, lo he visto en esa fase de la que habla y parece