Capítulo 82 Soy tu hermano mayor— ¡Lo voy a matar! Me tiene confundida, primero se porta mal, después se porta bien, casi podría decir que es el rey de la amabilidad, más tarde me sale incumpliendo sus promesas a los niños— murmuró con frustración, expresando la confusión que la envolvíaDaniela sentía que si pudiera golpearse a sí misma lo haría. Eso llamaría mucho la atención ¿no es así?Sentada en una silla frente al mar, el entorno natural no podía disipar la tormenta interna que la consumía… No quiso reconocerlo, lo negaría hasta el fin, pero cuando Felipe propuso esta salida se había ilusionado.«¿Cómo pudo hacerme eso a los niños?»«¿Cómo pudo hacerme eso a mí? », pensó— ¿Cómo se hace para dejar de ser una mujer idiota? — se preguntó en un susurro cargado de autorreflexión. La presencia y la ausencia de Felipe, despertaba una lucha interna en ella.La búsqueda de respuestas en internet le parecía en este momento tentador, como si en la pantalla pudiera encontrar la solución a
Capítulo 83 Un hombre con un traje a la medida en una playa— ¿Hermano mayor?— Sí, somos hijos del mismo padre.El niño lo miró confuso.— ¿Otro hermano mayor? ¿Eres hijo de mi padre?— Sí, contándote a ti, somos tres hermanos.— ¿Cómo se llama tu padre?, —la voz del pequeño niño se alzó con desconfianza.Javier siguió sonriendo, esta conversación le parecía divertida. Así que sin responder a su pregunta, él preguntó a su vez. — Dime tu nombre.— Dime primero cómo se llama tu padre — insistió el niño alejándose unos pasos, en posición de alerta. Javier sonrió algo irritado. Aunque en su mente, lo felicito. El niño era feroz. Su hermanito sin duda alguna era un Ortiz.—Bien hecho, hermano pequeño. Desconfiado como todos los Ortiz. Mi padre era Federico Ortiz, y el tuyo, pequeño niño, creo que era el mismo.— ¿Cómo sé que eres mi hermano?—Solo tienes que mirarme. Somos parecidos. Dime, ¿ella es tu mamá? — señaló con el dedo a Daniela.—Ya tengo un hermano mayor. —agregó con desagra
Capítulo 84 Conociendo a mi familia— ¿Es que acaso ese convenio no estaba casi concluido? Creí que solo yo había podido ofertar y mi oferta había sido aceptado. Solo faltaba la firma de los documentos.—Eso creímos todos. Hoy hubo una demora para la transferencia. Los abogados de la otra parte han demorado la firma. Al final averiguamos que es porque están estudiando la otra oferta.— ¿Cómo pudieron conocer las condiciones de mi oferta?— No lo sabemos, nosotros nos manejamos con estricta confidencialidad.— ¿Averigua de quién es la otra oferta? Aunque tengo mis sospechas. Avísame sobre cualquier cosa que sepas. Llevaré a Belinda al hotel temporalmente. Anda gestionando lo de la casa de reposo.Felipe terminó la conversación con Ernesto y entró en la habitación de Belinda.— Ya tenemos el alta médica, Belinda, pero eso no quiere decir que estés del todo bien. Tienes que asistir a una consulta psicológica durante algún tiempo y tomar tus medicamentos.—De verdad estoy bien, Felipe. Me
Capítulo 85 ¡Yo lo invité!No hubo forma de deshacerse de Javier Ortiz. Después de que lo salvo, Fabián lo miraba como a su superhéroe. Javier se mostraba divertido con la admiración del pequeño niño.Daniela se sentía incómoda y algo cansada. Cuando llegó la hora de marcharse, el hombre ya se había cambiado su traje mojado por otro igual de elegante y se acercó para ayudar a recoger las cosas e incluso se ofreció a hacerles el transporte.Alfonso lo rechazó amablemente mientras se miraron como dos adversarios:— No se preocupe, todo está planeado. No necesitamos su ayuda —le confesó en voz baja.— Insisto—agrego Javier. Se sintió molesto. Desde que tuvo éxito en los negocios se acostumbró, a dar órdenes y a que lo obedecieran. No dejaría que este tonto enamorado lo alejara.— A mí me gustaría seguir negándome —respondió Alfonso con firmeza. Se preguntó si es que este tipo no sabía que estaba de más.Javier sabía escoger sus batallas. No siguió con la discusión. Ignoró al entrometido
Capítulo 86 Somos siete hermanosDespués de la exclamación desafiante de Fabián, la tensión en la habitación era palpable. Los ojos furiosos de Felipe se clavaron en Javier, quien mantuvo su compostura con una sonrisa enigmática.— ¿Tú lo invitaste? —preguntó Felipe a Fabián, su voz llena de incredulidad. No pudo evitar agregar con ironía — ¡Es como invitar a un vampiro!—Javier, sin perder la calma, respondió:— ¡Lo hizo!, ¡Me invito a cenar! ¡Nosotros ya somos amigos!, ¡No es extraordinario! ¿Acaso no te gusta que sea bienvenido?—respondió Javier encantado, pasando una mano por el cabello del niño.Teresa decidió actuar conciliatoria.— Todos están aquí ahora. Creo que es mejor que disfrutemos de la cena juntos —propuso, tratando de calmar los ánimos.Daniela se quedó en silencio, observó la escena con Renata sentada en sus piernas.—¿De cuándo acá nuestra vida se alteró tanto?—Es mejor que se vayan los dos.—¡Que se vaya Felipe, yo invite a Javier, mi hermano!— ¡Felipe! ¡Adivina q
Capítulo 87 ¡Es tan irresistible! Daniela observó las pupilas de aquellos ojos oscuros que se habían dilatado tanto que parecían totalmente negras. La oscura mirada de él se apartó ahora de los ojos de ella y se desvió hacia la suavidad de sus labios entreabiertos.A Daniela le pareció que trascurrió solo un segundo en que la cabeza de él descendió y su boca reclamo la suya con una imperiosa necesidad, sus brazos la rodearan como pinzas de acero estrechándola contra la dureza de su pecho.Felipe tocó sus labios besándola apasionadamente hasta que perdieron la noción del tiempo. La llama que se encendió con ese toque de sus labios ardía intensamente. Ella abrió sus labios al sentir Ía lengua de él, tratando de abrirse paso en busca de la suya.—Te deseo, Daniela —murmuró él haciendo una mini pausa mientras respiraban—. Te deseo con toda mi alma.—Yo también —dijo ella anhelante, sintiendo que le temblaban las piernas.Felipe la apretó contra él. La parte trasera del automóvil resulto
Capítulo 88 ¡A donde ustedes vayan iré yo!Belinda estaba molesta. Había llamado por teléfono móvil a Felipe innumerables veces y el teléfono sonaba apagado. Ella estúpidamente pensó que él se mantendría a su lado.Escucho unos toques en la puerta y pensó que era Felipe. Se arregló el cabello, y se recostó en la cama con una expresión lastimosa.—Adelante.—Señora Belinda. ¿Se le ofrece algo?—Ernesto…—le respondió Belinda despreciativa — ¿Dónde está Felipe? ¡Necesito hablar con él!—El Señor está en unas gestiones de suma importancia para sus negocios, no puede responder el teléfono. Me dejo a mi pendiente de sus necesidades. Dígame lo que desea— ¡Llámalo!, —le ordeno. ¡Me siento mal! ¡Quiero hablar con él!—Si se siente mal con gusto, la llevaré al médico, o llamó a las enfermeras, pero no puedo molestar al señor— ¿De qué hablas? ¿Sabes lo importante que soy yo para Felipe? Nada o nadie es más relevante para el que yo. ¿Quieres poner tu cargo en riesgo?—Solo sigo órdenes de mi j
Capítulo 89 ¡Eres mi único apoyo!Daniela entró a la habitación de los niños. Escuchó un llanto muy bajo. Se sentó a un lado de la cama donde reposaban los tres niños. Las gemelas parecían dormidas, las arropó y centró su atención en Fabián.—Sé que estás despierto, hermanito.—No quiero hablar ahorita.—Me puedes contar qué te pasa.—No quiero.—Por favor, siempre hemos hablado. ¿Qué haces despierto a esta hora?— ¡Sofía y Renato se van! Su papá irá a trabajar a otro sitio.—Lo lamento, hermanito.— ¿Tú lo sabías?,— le pregunto el niño de mal humor—Él me lo dijo.— ¿Por qué se van todas las personas que queremos? No los veremos más, al igual que a mamá y papá.—No será igual que mami y Federico, pero si se irán un poco lejos, lo lamento mucho, Fabián. Escucha, no es un consuelo, pero muchas personas pasarán por tu vida, unas se quedarán, otras se irán, así es la vida.— ¿Por qué se tienen que ir? Son mis amigos, son los únicos amigos que tenemos en la escuela. Renato es mi amigo y S