Capítulo 88 ¡A donde ustedes vayan iré yo!Belinda estaba molesta. Había llamado por teléfono móvil a Felipe innumerables veces y el teléfono sonaba apagado. Ella estúpidamente pensó que él se mantendría a su lado.Escucho unos toques en la puerta y pensó que era Felipe. Se arregló el cabello, y se recostó en la cama con una expresión lastimosa.—Adelante.—Señora Belinda. ¿Se le ofrece algo?—Ernesto…—le respondió Belinda despreciativa — ¿Dónde está Felipe? ¡Necesito hablar con él!—El Señor está en unas gestiones de suma importancia para sus negocios, no puede responder el teléfono. Me dejo a mi pendiente de sus necesidades. Dígame lo que desea— ¡Llámalo!, —le ordeno. ¡Me siento mal! ¡Quiero hablar con él!—Si se siente mal con gusto, la llevaré al médico, o llamó a las enfermeras, pero no puedo molestar al señor— ¿De qué hablas? ¿Sabes lo importante que soy yo para Felipe? Nada o nadie es más relevante para el que yo. ¿Quieres poner tu cargo en riesgo?—Solo sigo órdenes de mi j
Capítulo 89 ¡Eres mi único apoyo!Daniela entró a la habitación de los niños. Escuchó un llanto muy bajo. Se sentó a un lado de la cama donde reposaban los tres niños. Las gemelas parecían dormidas, las arropó y centró su atención en Fabián.—Sé que estás despierto, hermanito.—No quiero hablar ahorita.—Me puedes contar qué te pasa.—No quiero.—Por favor, siempre hemos hablado. ¿Qué haces despierto a esta hora?— ¡Sofía y Renato se van! Su papá irá a trabajar a otro sitio.—Lo lamento, hermanito.— ¿Tú lo sabías?,— le pregunto el niño de mal humor—Él me lo dijo.— ¿Por qué se van todas las personas que queremos? No los veremos más, al igual que a mamá y papá.—No será igual que mami y Federico, pero si se irán un poco lejos, lo lamento mucho, Fabián. Escucha, no es un consuelo, pero muchas personas pasarán por tu vida, unas se quedarán, otras se irán, así es la vida.— ¿Por qué se tienen que ir? Son mis amigos, son los únicos amigos que tenemos en la escuela. Renato es mi amigo y S
Capítulo 90 Necesito dinero.Felipe no sabía qué pensar. Una oleada de rabia lo sacudió. Agarró los brazos de Belinda y la alejó de él. En el sillón observó un abrigo que presumió era de ella. Esto le molestó. Le pareció premeditado el hecho de que haya venido hasta su habitación y se quitara el abrigo para tratar de seducirlo. Por supuesto, no pudo haber llegado allí semidesnuda. Conocía esa estrategia. Era una medida desesperada que otras mujeres habían utilizado! Dio unos pasos lejos de ella. Tomó el abrigo. Fue y se lo colocó encima, Sacó el teléfono de su bolsillo y llamó a Ernesto.—Ernesto, averigua quién dejó entrar a mi habitación a Belinda. Esto es una falta a mi seguridad personal.Belinda lo miró con la boca abierta.— ¡Felipe! ¡No soy cualquier persona!… además la puerta estaba abierta. Pensé que estabas dentro de la habitación. Me pareció extraño que no estuvieras. Revisé y no vi nada anormal, pero me sorprendió lo de la puerta.Felipe, con el teléfono aún en mano, obse
Capítulo 91 ¿Crees que puedes huir de mí?Ese domingo Daniela se despertó con un horrible dolor de cabeza, para colmo una de las compañeras se reportó enferma. Por esa razón, Daniela tuvo que acudir al hotel muy temprano en la mañana.La llegada de un grupo de turistas norteamericanos la distrajo momentáneamente. Eran un grupo ruidoso, llenos de energía, que irrumpió en el hotel con su entusiasmo.Los hombres y mujeres se acercaron a la recepción con sonrisas brillantes y el deseo evidente de disfrutar de sus vacaciones.—Buenas tardes, señores. Bienvenido a nuestro hotel.Daniela se mostró profesional, saludándolos con amabilidad y ayudándolos a registrarse. Había aprendido el inglés en su tiempo libre, lo hablaba en un modo fluido y lo practicaba con los turistas que llegaban, al principio le costó, pero fue familiarizándose… Sabía que eso la ayudaría a superarse profesionalmente.Entre las preguntas sobre los servicios del hotel y los detalles de sus reservas, Daniela no pudo evita
Capítulo 92 ¡Mujer testaruda! Daniela brincó del susto. ¡Qué manía la de este hombre de acercarse silenciosamente detrás de la gente! Vio hacia todos lados. No quería dar más espectáculos. Siguió caminando rápidamente hasta un pasillo que conducía al restaurante y al bar del hotel. Él la siguió. El hecho de que pareciera tan divertido cuando ella se sentía tan dolida, la hizo experimentar una repentina ola de infelicidad como jamás había sentido. Eso la incitó a hablar despectivamente. — Te debe encantar que esa mujer te persiga, hasta el punto de que monte estratagemas ¿Quieres dejarme en paz? Estoy trabajando. Dentro de un momento tengo que ir a la recepción. No puedo estar atendiéndote cuando quieras. ¡Debo cuidar mi empleo! — ¿Apuesto a que creíste todo lo que escuchaste? —le dijo él con amargura. — ¿Sabes cuál es tu problema? Siempre estás dispuesta a creer todo lo malo de mí. No tienes confianza en mí. Eres capaz de pensar que puedo salir de tus brazos y meterme en los d
Capítulo 93 Sé lo que tramas — ¡Sigue ese automóvil! — ordeno Felipe al guardaespaldas que conducía. Al llegar a la casa. Él casi no aguardó a que el automóvil se detuviera por completo. Felipe se bajó del vehículo y camino hacia donde Javier estaba ayudando a bajar a Daniela. Al llegar allí. Agarro las manos de Javier que sostenían a Daniela y las arranco, luego se ubicó a su lado. — ¡Déjala! Luego puso sus ojos encendidos en Daniela y no pudo evitar preguntarle mientras la ayudaba a bajar: — ¿Qué haces con él? Dije que te buscaría cuando salieras de tu empleo ¿No pudiste esperarme? ¿Por qué te viniste con Javier?—preguntó Felipe con un tono que traicionaba su enojo contenido. Daniela, sin percatarse de la tormenta que se avecinaba, respondió con despreocupación: — Resbale a la salida del hotel y Javier estaba cerca y me ayudo. Eso fue todo. Luego se ofreció a traerme. ¿Qué es lo que te pasa? Felipe no respondió. Con los labios tensos y los ojos fijos en Javier, se plantó an
Capítulo 94 Eres única para mí.— ¡Explícate, Felipe! ¿Qué fue todo eso? —dijo Daniela, su voz temblorosa mientras le lanzaba una fugaz mirada que aceleró los latidos de su corazón y la llenó de aprensión.Él la miró con los ojos entrecerrados, sintiéndose avergonzado— De verdad lo lamento —respondió, su voz cargada de frustración—. Perdí el control. ¡Él la mayoría de las veces me exaspera! Tú no lo sabes, pero… hubo un tiempo en que me gustó Belinda. Cuando él lo sospechó, comenzó a conquistarla y lo logró.El recuerdo lo atormentaba, y su tono se volvió melancólico.— Con el tiempo, cuando observó que yo no sentía nada por ella… le planteó fríamente el divorcio. No había buena relación durante el matrimonio. Él era despreciativo. Sé que había otras razones para que ella se casara con él… mis negocios no marchaban bien en esa época, me concentre en eso. No tenía tiempo para romances. Quizás se cansó de esperar, pero yo… nunca estuve seguro de querer casarme con ella. Y por momentos
Capítulo 95 Algo mágico entre los dosDaniela entró a la casa seguida de cerca por Felipe. Cuando él vio a Javier rodeado de los niños, una ola de rabia lo invadió.— Por allí queda el baño —señaló Daniela, intentando mantener la calma—. Ve y lávate un poco, traeré un antiséptico para colocártelo.— ¿Y a mí, Daniela? —preguntó Javier, con un tono que intentaba sonar inocente—. Me colocarás el antiséptico, también estoy herido.— Ni se te ocurra acercarte a ella—respondió él, con firmeza.— ¡Deténganse los dos! Aún no los he disculpado por el espectáculo que montaron allí afuera —se apresuró a decirles, consciente de que no podía dejar que todo quedara en el olvido.Daniela estaba agotada. La emoción y la actividad del día le estaban pasando factura, y el cansancio la envolvía como una manta pesada.Las niñas, sintiendo la tensión, dejaron lo que estaban haciendo y se acercaron.— Dani —sugirió Ángela—, déjalos que se queden a cenar. Ellos no pelearán más, ¿verdad, hermanos?— ¡Está bi