¿Qué harías si tu hermano mayor le roba a la familia equivocada?¿Si la única manera de que esa familia adinerada lo perdone, es sacrificando tu vida común y corriente?Marcelle por desgracia se verá en medio de un torbellino donde deberá sacrificarse para que el cabezota de su hermano no vaya a prisión y su madre muera del corazón.Por culpa de su hermano deberá renunciar a sus sueños y libertad para pagar la deuda que ella aceptó Quería ser la mejor repostera de su barrio pero ahora tiene que enamorar a un hombre con mucho dinero y poco corazón.
—Aquí es donde vive el ladroncillo de Fabián —dice una señora de unos 50 años, muy bien vestida y peinada. Luce fina y estirada.—¿Ustedes quienes son? —preguntaba los señores de la humilde casa que acaba de ser invadida por la señora y dos policías.La señora mira el lugar con asco, no disimula su cara de disgusto y se acerca más a los señores y le hace seña a uno de los policías quien carraspea y empieza hablar.—Buscamos a Fabian, le ha robado a la señora aquí presente un bolso de medio millón de dólares con algunas cosas dentro —dice el policía con un papel en mano.—¿Qué? mi hermano no pudo hacer hecho eso, debe hacer una confusión —dice Marcell saliendo de la cocina mientras sacude sus manos sucias de harina.–Se ha equivocado señora —dice la madre de Fabián horrorizada.—¡Oh! —la señora levanta la mano y de un bolso saca si celular —Aquí tengo el video. Me gusta hablar con pruebas —dice reproducción un video de la cá
Narrador Omnisciente Un día estás haciendo lo que mas te gusta, preparar pasteles para vender y al otro estás empacando para irte a la ciudad para pagar una deuda ajena. Si fuese a trabajar no habría ningún problema, pero no; es a enamorar a quien sabe quien.Frustrada y alterada se sentía Marcelle mientras empacaba algunas cosas. ¿Se preguntaba a qué hora despertaría de la pesadilla? Porque para ella eso era lo que parecía, una maldita pesadilla. ¿Como habría aceptado enamorar a alguien que ni conocía? ¿Como habría renunciado a su vida normal y su sueño de ser la mejor pastelera de su barrio o quizás de la ciudad entera?Pero todo lo había hecho por su familia, en especial su madre. Tenia claro que en cuanto viera a su hermano le rompería la cabeza hasta sacarle la sangre mala y hacerlo usar un poco más el cerebro. Sus travesuras eran cosas mínimas, como bromas, pero esta vez había rebasado los
Marcelle suelta su hermoso cabello canela que cae en la parte baja de su espalda. No le gusta como se ve y decide recogerlo todo en un moño alto sin dejar ni un mechón suelto. Suspira frente al espejo, ya se dió por vencida y tomará el riesgo de ser una buena novia.Se coloca un poco de labial y máscara de pestañas, que es lo único del maquillaje que sabe aplicarse.Toma su celular y mira la hora. Suspira cansada, lo vuelve a dejar en el tocador y sale para bajar a la cena. Luce un peinado con el pelo recogido,un vestido blanco hasta las rodillas, ajustado solo hasta la cintura, unos tacones negros y una pulsera que le regaló su amigaLlega al comedor y la chica que la confundió con la nueva empleada está sentada a la mesa con el celular y auriculares en mano. Segundos después aparece Carmen "su nuera"y un señor un poco más mayor que ella.—Toma asiento querida —dice la señora señalándole una de las sillas
Marcelle se pone un vestido floreado hasta abajo de las rodillas y recoge su pelo luego de la larga ducha que tomó. La noche de anoche fue intensa e incómoda. No sabe que le espera para hoy, quizás la señora la oriente o simplemente la deje en su habitación.Ya arregló la cama y abrió las cortinas para que la claridad entrase en su hermosa y enorme habitación.Los cristales están empañados por el frío. Marcelle se queda viendo parte del jardín y la alberca que se ve fría pero tentadora.La puerta de su habitación se abre dejando ver a un Hugo recién duchado, con traje bien planchado y entallado a su cuerpo.—¿A qué hora te largas? —pregunta acercándose a grandes zancadas.—¿A dónde? —pregunta Marcelle haciéndose la desentendida.—No me veas la cara de estúpido, muerta de hambre —dice tomándola del brazo.—En primero lugar a mi me hablas en buen tono, en segundo no me toques y en tercero soy tu novia y no me iré
Narrador OmniscienteMarcelle se tira en la cama con la respiración agitada, Dominic la hizo caminar con tacones de un lado a otro, subir y bajar escalones, la hizo probarse más de 10 vestidos, trotar por media hora y aún no ha comido más que una manzana verde.—Irás a la cena, supongo —dice Hanna entrando a la habitación sin tocar.—No me queda de otra —dice Marcelle sin mirarla.—Así es. ¿Qué usarás? —pregunta Hanna mirando el closet.—Dominic eligió un vestido negro que me saca hasta las tripas, según él me queda fenomenal —dice levantándose y sosteniéndose de los hombros.—Dominic tiene buen gusto.—Anja.—Bueno, ya es hora de meternos a bañar. Mi hermano se va adelantar y el chófer nos llevará —dice caminando hacia la puerta —Ah, y si necesitas ayuda con el maquillaje me avisas, el rímel que te pusiste te quedó fatal —dice dándole una sonrisa burlona.Marcelle suspira y se levanta de la cama. Pensó que Dominic po
La cena acabó hace unos minutos, Marcelle ya está desesperada por irse, pero a su "hermosa cuñada" se le ocurrió proponer que se fuera con Hugo. Le sonríe a una mujer que se acerca a ella.—Hey hola, Soy Catalina —dice la chica sonriendo.—Marcelle, un gusto —dice devolviéndole la sonrisa.—Soy la esposa de Marcos, uno de los amigos de tu novio —dice señalando al grupo de tres hombres.—Oh que bien. ¿Tienen mucho tiempo?—Dos años y medio de casados, y una nena de casi dos años —dice sonriendo.—Que bien.—Me sorprendió que Hugo se haya metido en una relación seria jajaja era el más hijueputa de todos —dice riendo.—Así me han dicho.—Nos tenemos que ir —dice Hugo llegando hasta donde las chicas.—Nos vemos Catalina —dice Marcelle sonriendo.—Adiós Marcelle, ha sido un placer —dice despidiéndos
MarcelleDe algún cierto modo me molestó lo que me dijo el idiota ese de Hugo. No es que quiero que me vea con buenos ojos o le importe mi vida, pero no me gusta su manera tan hijaeputa de ser. No mide sus palabras al momento de referirse a mi.No lo he vuelto a ver desde la mañana, pensé que se quedaría en casa unos días tras su largo viaje, pero no fue así. Tampoco es que me importe.—¿Pensando en Hugito?—Si, digo no —respondo rápido a Hanna.—La primera es la que cuenta —dice riéndo —Espero que este fin de semana que pasaran solos, no se saquen los ojos —dice Hanna caminando a su clóset.—¿Cómo?—Oh, parece que mi madre olvidó avisarte que hoy nos vamos a Italia —hace una pausa y se gira a mirarme —Tengo un lanzamiento de una línea de maquillajes mañana y el domingo y hoy me voy a Italia con mis padres.—Lo peor que me pudo pasar, entonces deberé hacerle compañía a la cocinera y los demás p