Había pasado un tiempo desde que perdí a mi hijo, un mes y dos semanas para ser exactos. El dolor de ya no tenerlo seguía presente, aun dolía pensar en él, pero he de admitir que con el pasar de los días, y gracias a Damián el dolor se había disipado un poco, es decir; estaba allí pero no quemaba, no asfixiaba cómo los primeros días.Otro dolor con el que la bestia me estaba enseñando a vivir.Y al principio no había sido nada fácil, me había negado a todo, odié a todos; A Carmen, a Helen, Callie, Clarisse, Hansel, Anna y Amelie por mirarme con lástima cada vez que estaba cerca, odié a a Evelyn por no ser lo suficientemente clara al advertirme lo que planeaba su maldita amiga, me odié a mí por no prestarle la atención necesaria a sus palabras, odié a Damián por no haberla echado cuando se lo pedí.Odié a Dios con todas mis fuerzas por haberme quitado a mi bebé, lo odié porqué sentí que él me odiaba más a mí, por quitarme todo lo que quería en el mundo; mi madre, mi padre, mi hermano,
Leer más