Ya había amanecido, podía sentir a Damián prácticamente sobre mi espalda, su pierna rodeaba mi cuerpo al igual que su brazo izquierdo. Había despertado hace bastante rato, incluso antes de que unos muy débiles rayos de sol se colaran por las cortinas cerradas de la habitación.Me sentía algo nostálgica, todos los años desde la muerte de mis padres este día se había vuelto algo triste. Pero a diferencia de los años anteriores hoy no sólo extrañaba a mis padres y hermano, sinó también a Camerón; que parecía disfrutar el día mucho más que yo, que se emocionaba con cada regaló que recibía, incluso sí el regaló era el de él.—Feliz cumpleaños, muñeca— susurró la voz adormilada de Damián en mi cuello.Sonreí inevitablemente, hoy oficialmente se cumplían dos meses desde que me secuestró, y justo la fecha coincidió con mi cumpleaños número veinte.Si bien nuestra relación había mejorado demasiado desde hace un mes, y que mi estadía en Mykonos y en esta casa habían pasado de ser lo peor que me
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