Era muy temprano, casi no había podido dormir y tan pronto como ví aparecer el sol por la ventana de la habitación, me levanté de la cama, me duche y luego bajé a la cocina con los zapatitos que ahora serían del bebé de Amelie y Hansel. Cuando llegué no había nadie en el lugar, era muy temprano y aún las chicas estaban en sus habitaciones.Mientras esperaba a que hicieran acto de presencia, había preparado café y ahora estaba sentada sobre uno de los bancos altos de la barra americana, mis codos estaban sobre ella mientras soplaba el líquido caliente servido en la taza que yacía en mis manos a la altura de mis labios.—Lo sé Dana— a penas escuché ese nombre mi cuerpo se tenso de inmediato, pero no hice más que quedarme quieta en mi lugar mientras escuchaba la voz de Evelyn acercarse— pero no tengo la cantidad que me pides— siguió hablando al parecer a través de un celular ya que no se oía ninguna otra voz, sin contar que la sola presencia de Dana en esté lugar significaría un verdader
Después de la discusión Damián no volvió a dirigirme la palabra. La primera noche cuando salió del baño, se acostó en la cama y me dió la espalda ¡Él nunca antes me había dado la espalda! Pensé que sólo estaba haciendo berrinche para que me disculpara, pensé que en la madrugada iba a subirse sobre mí como hacía siempre y a la mañana siguiente haríamos como si nada había pasado.Pero no fué así.Se levantó antes que yo lo hiciera, por lo que ese día no lo ví hasta que regresó muy tarde en la noche a la habitación pero no se quedó a dormir, sólo vino, se ducho, entró al armario y salió de él vestido sólo con un chándal para luego caminar directamente hacia la salida, sin dedicarme ni siquiera un mirada por el rabillo del ojo.Lo extrañaba, lo extrañaba tanto que prefería que me gritara cada dos segundos a que hiciera como sí no estaba. Sabía que lo de nuestro hijo le dolía tanto como a mí, también tenía muy claro que tenía razón, que no debí decidir sola lo que haría con los zapatitos,
Sólo pasarón un par de segundos para que reaccionara tal y como sabía que lo haría. Sin quitar la vista de mis ojos, mi amigo empezó a abrirse paso entre sus compañeros que se abrazaban y felicitaban los unos con los otros.Me levanté de mi sitió y empecé a caminar hacia él, unas fuertes ganas de abrazarlo, de sentirlo nuevamente cerca, me invadieron completamente, y de la nada sentí mis ojos empezar a arder, pero hice todo lo posible por no derramar ni una sola lágrima.Lo veía venir hacia mí, mientras yo avanzaba hacia él. Con cada paso que daba mí corazón latía más fuerte, la multitud de personas a nuestro al rededor parecía desaparecer y el bullicio que provocaban también. Y por un momento sólo fuí consciente de lo poco que faltaba para volver a estrecharlo en mis brazos, de los centímetros demás que tenía desde la última vez que lo ví. Fuí consciente de lo hermoso que seguía siendo, de que parecía ser el mismo Camerón que había visto hace casi nueve meses, pero al mismo tiempo se
Después de aquél día en que volví ver a Camerón, y en el que le dispare al hombre que intentó secuestrarme, ví el tiempo pasar velozmente, tan rápido que una mañana desperté y Damián me hizo saber que Amelie y Hansel se habían marchado en la madrugada a la clínica para darle la bienvenida a su hijo.Esa misma mañana convencí a Damián de ir a conocer al pequeño Noah, y allí también conocí a la madre y hermano de Amelie. La señora Amy; una mujer muy dulce y maternal, con la que casi enseguida tuve un muy buena relación. Y Liam; un chico muy divertido, y bastante parecido a su hermana, era mayor que yo por un par de años, y aunque me caía muy bien, sólo pude hablar con él menos de cinco minutos porqué luego apareció la insoportable y celosa bestia para llevarme con él a otro punto del hospital.Después de dar a luz Amelie se iría a casa de su madre los primeros dos meses de vida de su pequeño hijo, y durante ese tiempo Hansel sólo venía a la casa en las mañanas y antes de que el sol se o
¿Un bebé? ¿Se ha vuelto más loco de lo que ya está? ¿Como carajos va a querer un hijo?Pensé que sólo estaba bromeando, que estaba jugando conmigo, incluso esperé por unos segundos que soltara una gran carcajada de burla en mi cara, pero no, habían pasado unos muy largos segundos en los que ambos nos quedamos viendo fijamente. Él con una sonrisa en sus rojos y apetecibles labios, y yo con la vista fija en sus ojos.-¿Un hijo?- reí con nerviosismo poniendo mis manos sobre su pecho para que se quitara de encima.-Sí- afirmó levantándose.No está bromeando.En serio quiere un hijo.¿De verdad me está pidiendo estó?Me levanté de la cama y empecé a caminar de un lado otro.-Prácticamente acabas de echar al hijo de Hansel sólo porqué estaba sobre tu lugar.- hice comillas con mis dedos al pronunciar las dos últimas palabras.Hizo un sonido con su lengua al mismo tiempo que se encogió de hombros.-El pequeño Noah tiene una madre y un padre- refutó- puede dormir sobre ellos. Y yo no tengo la
-Adiós cariño- se despidió Carmen por milésima vez besando mis mejillas.-Nos vemos en dos días, Carmen- le recordé riendo- no será mucho tiempo.Hizo un ademán para restarle importancia a mis palabras y fué a despedirse de la bestia.Estábamos todos en el recibidor despidiéndonos de las chicas, Carmen y Helen, quienes se irían por dos días para celebrar la navidad con sus respectivas familias.Sí, dos días, es que Damián no era para nada flexible con sus empleados, pero aún así no podían quejarse, pues, a los pobres guardias ni siquiera le permitieron visitar a sus familiares aunque sea por un par de horas.Ví a Amelie aparecer junto a Hansel quien cargaba al pequeño Noah, sonreí apenas el bebé puso su griceasa mirada sobre mí y sonrió.En las últimas semanas ese pequeño y yo nos habíamos vuelto muy amigos, y es que todos los días convivía con él por lo menos una hora mientras Amelie terminaba de trabajar.Noah tenía casi tres meses pero su casi nula edad no impedía que el pequeño fu
Los malditos documentos que Damián tenía que buscar nos dieron más trabajo de lo que pensamos, pues, no recordaba el lugar exacto en el que los había dejado, y después de más de una hora de búsqueda junto a su insoportable secretaria, los encontramos.Pero de igual manera tuvimos que quedarnos por mucho más tiempo, mientras él ordenaba los documentos y le daba instrucciones a la estúpida mujer que tenía más o menos la misma edad que él, y que en todo el tiempo que estuvimos en la oficina no paró de dedicarme miradas para nada agradables.Luego de más de dos horas en el edificio de trabajo de Damián, por fin estábamos de vuelta a casa. El reloj de la camioneta marcaba las diez y quince de la noche, y yo sentía que no aguantaría ni un segundo más aquí.Y es que la maldita bestia a mi lado no había parado de regañarme en todo el camino, y aunque había dejado de escucharlo hace un buen rato, mi enojó de todas formas había florecido.Mi vista estaba fija en el frente, pero por el rabillo d
Un movimiento brusco hizo que abriera mis ojos rápidamente para ver el cuerpo de Damián desaparecer con desespero a través de la puerta del cuarto de baño. Me incorporé en la cama hasta que quedé sentada sobre la el cómodo colchón.Con mis manos hechas puños restregué mis somnolientos ojos, para luego evaluar con atención el lugar.Era mucho más pequeño que nuestra habitación, pero eso no quitaba que fuese tan elegante y bonita como toda la casa. Por el ventanal se colaba la opaca luz del sol, quizás a penas estaba amaneciendo.Dejé de mirar por el ventanal la copa de los árboles del bosque cubiertos de blanca y fría nieve, cuando extraños sonidos en el baño, me hicieron fruncir mis cejas y mirar a la puerta del lugar.Estaba vomitando, podía escuchar sus arcadas.Sin esperar más me levanté rápidamente de mi lugar y corrí al baño, abrí la puerta y lo primero que ví al entrar fué a mi rubio de rodillas frente al retrete.Aún estando en esa posición, tenía que encorvarse para asegurar q