¿Un bebé? ¿Se ha vuelto más loco de lo que ya está? ¿Como carajos va a querer un hijo?Pensé que sólo estaba bromeando, que estaba jugando conmigo, incluso esperé por unos segundos que soltara una gran carcajada de burla en mi cara, pero no, habían pasado unos muy largos segundos en los que ambos nos quedamos viendo fijamente. Él con una sonrisa en sus rojos y apetecibles labios, y yo con la vista fija en sus ojos.-¿Un hijo?- reí con nerviosismo poniendo mis manos sobre su pecho para que se quitara de encima.-Sí- afirmó levantándose.No está bromeando.En serio quiere un hijo.¿De verdad me está pidiendo estó?Me levanté de la cama y empecé a caminar de un lado otro.-Prácticamente acabas de echar al hijo de Hansel sólo porqué estaba sobre tu lugar.- hice comillas con mis dedos al pronunciar las dos últimas palabras.Hizo un sonido con su lengua al mismo tiempo que se encogió de hombros.-El pequeño Noah tiene una madre y un padre- refutó- puede dormir sobre ellos. Y yo no tengo la
-Adiós cariño- se despidió Carmen por milésima vez besando mis mejillas.-Nos vemos en dos días, Carmen- le recordé riendo- no será mucho tiempo.Hizo un ademán para restarle importancia a mis palabras y fué a despedirse de la bestia.Estábamos todos en el recibidor despidiéndonos de las chicas, Carmen y Helen, quienes se irían por dos días para celebrar la navidad con sus respectivas familias.Sí, dos días, es que Damián no era para nada flexible con sus empleados, pero aún así no podían quejarse, pues, a los pobres guardias ni siquiera le permitieron visitar a sus familiares aunque sea por un par de horas.Ví a Amelie aparecer junto a Hansel quien cargaba al pequeño Noah, sonreí apenas el bebé puso su griceasa mirada sobre mí y sonrió.En las últimas semanas ese pequeño y yo nos habíamos vuelto muy amigos, y es que todos los días convivía con él por lo menos una hora mientras Amelie terminaba de trabajar.Noah tenía casi tres meses pero su casi nula edad no impedía que el pequeño fu
Los malditos documentos que Damián tenía que buscar nos dieron más trabajo de lo que pensamos, pues, no recordaba el lugar exacto en el que los había dejado, y después de más de una hora de búsqueda junto a su insoportable secretaria, los encontramos.Pero de igual manera tuvimos que quedarnos por mucho más tiempo, mientras él ordenaba los documentos y le daba instrucciones a la estúpida mujer que tenía más o menos la misma edad que él, y que en todo el tiempo que estuvimos en la oficina no paró de dedicarme miradas para nada agradables.Luego de más de dos horas en el edificio de trabajo de Damián, por fin estábamos de vuelta a casa. El reloj de la camioneta marcaba las diez y quince de la noche, y yo sentía que no aguantaría ni un segundo más aquí.Y es que la maldita bestia a mi lado no había parado de regañarme en todo el camino, y aunque había dejado de escucharlo hace un buen rato, mi enojó de todas formas había florecido.Mi vista estaba fija en el frente, pero por el rabillo d
Un movimiento brusco hizo que abriera mis ojos rápidamente para ver el cuerpo de Damián desaparecer con desespero a través de la puerta del cuarto de baño. Me incorporé en la cama hasta que quedé sentada sobre la el cómodo colchón.Con mis manos hechas puños restregué mis somnolientos ojos, para luego evaluar con atención el lugar.Era mucho más pequeño que nuestra habitación, pero eso no quitaba que fuese tan elegante y bonita como toda la casa. Por el ventanal se colaba la opaca luz del sol, quizás a penas estaba amaneciendo.Dejé de mirar por el ventanal la copa de los árboles del bosque cubiertos de blanca y fría nieve, cuando extraños sonidos en el baño, me hicieron fruncir mis cejas y mirar a la puerta del lugar.Estaba vomitando, podía escuchar sus arcadas.Sin esperar más me levanté rápidamente de mi lugar y corrí al baño, abrí la puerta y lo primero que ví al entrar fué a mi rubio de rodillas frente al retrete.Aún estando en esa posición, tenía que encorvarse para asegurar q
Damián Webster.El dolor en mi cabeza era molesto, y me ponía de malhumor, lo único que quería en esté momento era encontrar al maldito Ross hijo de puta y asesinarlo a él y toda su generación, acabar con ésto de una vez por todas.—Los mexicanos están exigiendo una respuesta rápida— la voz de Hansel sentado en el sillón individual del living de la oficina, hizo que dejara de pensar en las mil maneras de torturar al maldito viejo, y lo mirara— dicen que no pueden retener la mercancía por mucho tiempo en el mismo sitió, y que es peligroso para ellos estar moviendola de lugar cada cinco días.—Muy bien.— me acomodé en la silla giratoria de mi escritorio— Llamá a Duarte— él asintió, llevaba días pensando en está idea, nada podía fallar— pídele tres aviones pequeñas— me miró con una expresión de confusión en su rostro— de esas que se usan para la fumigación de los bosques.—¿Tres aviones de fumigación?— preguntó con las cejas fruncidas mirándome como sí estuviera loco.—Es lo que he dicho
Un hijo. Un bebé.De nuevo estoy embarazada.Nuevamente hay una vida en mi vientre.¡Aún ni siquiera podía creerlo del todo! Ni siquiera cuando Damián caminaba conmigo de la mano, con su habitual aire de supremacía y altanería, por los blancos pasillos de la clínica.¡Ni siquiera había tenido síntomas! Sino fuera por la ausencia de mi menstruación aún no sabría nada.Mi mente estaba en blanco. Aún no podía digerir la noticia ¡No lo creería hasta que la maldita prueba lo confirmara!¡Joder!De la nada sentí una gran molestia recorrer mi cuerpo, y fijé la mirada en la ancha espalda del hombre que caminaba un par de pasos delante de mí, con mi muñeca entre su mano.¡Maldito hijo de puta! ¡Se salió con la suya!Quise golpearlo, quise pegarle en los lugares que más le doliesen, los mismos lugares que él me había enseñado a golpear. ¡Aghs! Justo ahora sólo quería patear sus redondas y sexys nalgas hasta cansarme.—Buenos días— se detuvo frente a un escritorio y enseguida la mujer vestida de
Salimos de la clínica sin decirnos una palabra, sólo abrazados, cada cual metidos en sus pensamientos. Él tenía una tonta sonrisa en su cara, que dejaba claro que todo lo que había vivido dentro de las blancas paredes del edificio, le había gustado.En cambio yo, estaba más confundida que nunca, y es qué, no me hacía gracia estar nuevamente embarazada, me llenaba de terror el hecho de que pudiese pasar lo mismo que la primera vez. Pero al mismo tiempo y muy, muy dentro de mí, no podía evitar sentirme alegre, sentir una sensación indescriptible al recordar el sonido de su corazón.—Sube amor—susurró y besó mí frente. Sin decir nada me solté de él y caminé hasta rodear la camioneta dónde habíamo venido él y yo.Una vez adentro puse mis ojos sobre él, estaba reclamándole algo que no podía escuchar a los guardias de la camioneta del frente. Los hombres vestidos iguales sólo asentían a lo que Damián les decía y en una que otra ocasión uno de ellos hablaba.Después de un último sermón, se
Habían pasado dos semanas desde que supe de mi embarazo, y en esté tiempo todo en la casa estaba relativamente normal. Damián seguía presentando síntomas pero éstos eran más frecuentes en las mañanas. En cuanto a su humor estaba muy bien, aunque en ocasiones lo percibía extraño, perdido en sus pensamientos.—Ya se les acabó el amor— se burló Clarisse, la miré y luego al lugar dónde su vista estaba pérdida.A través de las puertas de cristal de la segunda sala de estar– esa que estaba ubicada en la parte trasera de la casa– podía ver a Callie teniendo una pequeña discusión con el griego, en el jardín trasero.Hace algun tiempo por fin a la morena se le cumplió el deseo y finalmente su novio llegó a Seattle, desde entonces estaba muy contenta, y a mi parecer estaba teniendo una simple discusión de pareja con Aldair. Pero la castaña frente a mí era algo exagerada, y la pequeña riña de la pareja para ella significaba el final del amor entre ellos.Entonces a Damián y a mí el amor se nos a