Salimos de la clínica sin decirnos una palabra, sólo abrazados, cada cual metidos en sus pensamientos. Él tenía una tonta sonrisa en su cara, que dejaba claro que todo lo que había vivido dentro de las blancas paredes del edificio, le había gustado.En cambio yo, estaba más confundida que nunca, y es qué, no me hacía gracia estar nuevamente embarazada, me llenaba de terror el hecho de que pudiese pasar lo mismo que la primera vez. Pero al mismo tiempo y muy, muy dentro de mí, no podía evitar sentirme alegre, sentir una sensación indescriptible al recordar el sonido de su corazón.—Sube amor—susurró y besó mí frente. Sin decir nada me solté de él y caminé hasta rodear la camioneta dónde habíamo venido él y yo.Una vez adentro puse mis ojos sobre él, estaba reclamándole algo que no podía escuchar a los guardias de la camioneta del frente. Los hombres vestidos iguales sólo asentían a lo que Damián les decía y en una que otra ocasión uno de ellos hablaba.Después de un último sermón, se
Habían pasado dos semanas desde que supe de mi embarazo, y en esté tiempo todo en la casa estaba relativamente normal. Damián seguía presentando síntomas pero éstos eran más frecuentes en las mañanas. En cuanto a su humor estaba muy bien, aunque en ocasiones lo percibía extraño, perdido en sus pensamientos.—Ya se les acabó el amor— se burló Clarisse, la miré y luego al lugar dónde su vista estaba pérdida.A través de las puertas de cristal de la segunda sala de estar– esa que estaba ubicada en la parte trasera de la casa– podía ver a Callie teniendo una pequeña discusión con el griego, en el jardín trasero.Hace algun tiempo por fin a la morena se le cumplió el deseo y finalmente su novio llegó a Seattle, desde entonces estaba muy contenta, y a mi parecer estaba teniendo una simple discusión de pareja con Aldair. Pero la castaña frente a mí era algo exagerada, y la pequeña riña de la pareja para ella significaba el final del amor entre ellos.Entonces a Damián y a mí el amor se nos a
—¿Te comeras eso?— preguntó mientras yo llenaba mi hamburguesa de ketchup.Levanté la vista de mi deliciosa comida para verlo, él me miraba con desconcierto e hizo una mueca de asco al ver mi comida.—Por supuesto— asentí con convicción— si pude comer tu comida puedo comer lo que sea.Su comida sí que era un asco, dijo que sabía cocinar pero eso no era más que una vil mentira, pues, todo le salió tan mal que finalmente terminamos almorzando dulces y bebidas gaseosas. Pero al caer la noche envió a dos guardias por hamburguesas para todos.—No estaba tan mal— se defendió y lo miré como sí estuviera loco.—Sí no sabías debiste dejarme hacerlo— era yo quien haría el almuerzo en primer lugar, pero él insistió en que lo dejara hacerlo solo.—Si sé— puse los ojos en blanco y le dí un mordisco a mi comida— es sólo que tenía mucho tiempo sin hacerlo.—Una vez mi padre le dijo a mi hermano qué lo que bien se aprende no se olvida.—Seguro no hablaba de la cocina— acercó su mano a mi cara y con s
Las dos semanas pasaron volando, el día de la boda llegó. Y aquí estaba yo sintiendo mi corazón explotar de alegría, con mi rubia bestia a mi lado sosteniendo con firmeza mi mano tratando de transmitirme paz, tranquilidad, compañia.Él siempre estaría sosteniendo mi mano, él nunca me abandonaría.Por ello y por muchas, muchas cosas más lo amaría inmensamente por el resto de mis días.El hombre frente a nosotros hablaba, yo sin embargo no podía escucharlo aunque fingía que sí. Con una sonrisa en mis labios miré sobre mi hombro para encontrarme con la mirada de nuestros invitados.Carmen nos miraba con los ojos llorosos, conmocionada por el hecho de que su pequeño y rubio bebé estaba dando un gran paso en su vida. Amelie y Hansel, estaban cada uno parados a nuestros lados. Teníamos que elegir testigos, obviamente que Damián eligió a su amigo de toda la vida ¿Y quien mejor que la mujer de ese amigo para completar la pareja testigo de nuestro enlace?Cam me dedicó una sonrisa al percibir
—Debemos irnos ya.— volvió a decir Damián por milésima vez en la hora que estábamos aquí.Pusé los ojos en blanco. Juro que en ocasiones me provocaba golpear su hermoso rostro.—No me iré aún.— sentencié enojada, y es qué desde hace rato le estaba diciendo que no me iría hasta ver al pequeño.Nos encontrábamos en el hospital, hace aproximadamente dos horas recibí una llamada de Cam diciéndome que su bebé por fin había decidido nacer. Enseguida le dije a Damián que vendría a acompañar a mi amigo, pero él como digno niño malcriado insistió en acompañarme y ahora estaba ansioso por irse.—Ámbar a las ocho debemos cenar con...—Lo sé— en serio estaba empezando a molestarme— sé que tenemos que cenar con tu socio, pero aún es temprano.En estos dos meses el negocio del que me habló, había empezando. En más de dos ocasiones tuvo que viajar a Los Ángeles, pero en vista de que eran viajes cortos nunca lo acompañé. Está vez fué el turno de su socio venir a Seattle, y antes de verse el lunes en
Cenamos muy a gusto, los Evans realmente eran personas muy agradables, los niños aún más, Harley era una niña muy animada; durante toda la cena fué el centro de atención, a diferencia de su pequeño hermano que prefería pasar desapercibido.La pequeña había hablado de lo mucho que le gustaban las princesas y en ocasiones su hermano afirmaba eso contando anécdotas sobre ella hablando de dichos personajes.Eran realmente un encanto esos niños.A simple vista era más que obvio la debilidad que tenía James Evans por su hija mayor, y es que la miraba con tanta adoración que por un momento no pude evitar las mirada similares que mi padre me dirigía a mí.La niña estaba muy consciente del poder que tenía sobre su padre, pues, nos los demostró en un par de ocasiones cuando había persuadido al líder familiar para que la llevará a Disney antes de regresar a Los Ángeles.En una ocasión y tras las ocurrencias de la pequeña diva, Damián le comentó a James que sin duda pagaría todos sus pecados por
-Ha sido todo un placer Ámbar- James estiró su mano y yo la estreché- sería un placer volver a verte.- besó el dorso de mi mano y yo sonreí.-Igualmente James- dije abrazada al costado de mi bestia- espero verlos pronto- añadí mirandolos a todos.Finalmente la velada había terminado y la hora sobrepasaba las diez de la noche, estábamos tan a gusto que perdimos la noción del tiempo y de no ser por los pequeños Evans y su notorio cansancio, aún seguiríamos disfrutado de la noche.-Recuerda pensar en mi propuesta cariño- insistió Lucía acercándose a mí para besar mis mejillas- ya sabes que puedes escribirme o llamarme cuando quieras.- sonreí y asentí recordando nuestro intercambio de números telefónicos-Hasta luego Damián- besó su mejilla- como siempre; ha sido un placer.-Lo mismo pienso, Lucía- concordó mi rubio cordialmente.-Despidanse de los señores Webster, niños- pidió James a sus pequeños hijos quienes con sus adormilados ojitos se acercaron a nosotros.-Me ha encantado conocerte
Damián Webster.Un golpe, otro más, y luego otro.Nada.No hablaba.De su maldita y asquerosa boca no salía más que gritos y gemidos de dolor.Una semana había pasado desde la noche de la cena con los Evans. Desde que Hansel espero por mí sólo para decirme que habían raptado a cuatro hombres nuevos.Cuatro malditos hombres de Jack Ross.Los habían encontrado en las afueras de la ciudad, estaban buscando mi casa pero Hansel confirmó que sólo estaban tentando a la suerte, que no sabían nuestra ubicación y que ellos estaban bien lejos de la mansión.Los descubrieron gracias a los drones que custodian las largas extensiones de los bosques. Hansel dice que Chris reconoció a uno de las malditas basuras como uno de los que trató secuestrar a Ámbar.Mi eficiente amigo en mi ausencia supo exactamente que hacer y fueron por ellos.La preocupación de Hansel la noche que ésto sucedió se debía a qué uno de ellos había afirmado que Ross sabía la ubicación de mi casa.Pero esa misma noche comprobamo